Ernst Röhm, líder de las SA (milicia privada del partido nazi), rivalizaba con Hitler por el control del partido y quería que las SA absorbieran al ejército alemán. Himmler convirtió a las SS en un cuerpo de élite rival de las SA. La noche de los cuchillos largos, Hitler ordenó asesinar a Röhm y otros líderes de las SA, eliminando su autonomía y fortaleciendo su control absoluto sobre el partido nazi y el nuevo estado totalitario alemán.