1. La Tierra y la Luna tuvieron el mismo
origen (sin fecha)
Gracias a una de las simulaciones más precisas que se han hecho del proceso de
formación de los planetas de nuestro Sistema Solar se ha revelado el misterio que
rodea a la formación de nuestro satélite, la Luna. Cómo se formó realmente?
El planteamiento de la “teoría del gran impacto” explica que nuestro planeta
chocó hace millones de años con otro bautizado como Theia y esto provocó que
una pequeña parte saliera despedida y acabase mezclándose con los restos de
este cuerpo celeste, Theia, que luego formarían la Luna. Sin embargo, esta teoría
inquietaba a la comunidad científica teniendo en cuenta que menos de un 1% de
las colisiones eran entre planetas iguales. Y lo cierto es que las muestras de
rocas lunares muestran una composición isotópica muy similar a las rocas de la
2. Tierra. ¿Cómo es esto posible si otros cuerpos del sistema solar presentan
composiciones diferentes? Ya que, de hecho, con este planteamiento, Theia
debería haber formado una Luna muy distinta a la actual.
Para resolver este enigma, un equipo de investigadores liderados por Alessandra
Mastrobuono-Battisti del Instituto Tecnológico de Israel (Technion) realizó
simulaciones de las colisiones entre protoplanetas y compararon la
composición de los planetas resultantes con el cuerpo celeste impactado. Los
resultados de estas 40 simulaciones con 80 embriones planetarios y unos 1.000-
2.000 fragmentos más pequeños han revelado que la mayoría de los planetas
surgidos del impacto presentaban composiciones diferentes, pero hasta un
40% de ellos tenían composiciones isotópicas muy parecidas.
Esto explicaría por qué la Tierra y la Luna comparten isótopos tan importantes
como el oxígeno: Una gran fracción de pares planeta-impactados tienen
composiciones casi idénticas, por lo tanto, la similitud en la composición entre
la Tierra y la Luna podría ser una consecuencia natural de un impacto
gigante”, aclaran los científicos en su estudio que ha sido publicado en la
revista Nature. Por tanto, “es bastante probable” que la Tierra chocase con un
planeta gemelo y que de ese choque surgiera nuestro satélite.