Los doce apóstoles sufrieron muertes brutales como mártires por predicar el evangelio. Simón Pedro fue crucificado boca abajo, Andrés fue atado a una cruz durante dos días, y Santiago fue decapitado. Los detalles sobre las muertes de los otros apóstoles varían, pero la mayoría fueron apedreados, crucificados, apuñalados o decapitados. Judas Iscariote se ahorcó según Mateo, pero Hechos dice que cayó y se reventó por la mitad.