El documento discute cómo el pensamiento de Wittgenstein cuestiona el enfoque racionalista dominante en la teoría política, especialmente en relación con la democracia liberal. Señala que Wittgenstein rechaza la noción de universalidad y objetividad, y en su lugar promueve una perspectiva contextualista que reconoce la multiplicidad de lenguajes y formas de vida. Esto implica que la democracia liberal no puede pretender fundamentarse sobre bases universales, sino que debe entenderse como un conjunto específico de prácticas y procedimientos propios de
2. Capitulo 3. Wittgenstein, la teoría política y la
democracia.
Las sociedades de hoy en día se enfrentan a los siguientes problemas:
- Incapacidad para entender la naturaleza de lo político.
- No aceptar la paradoja de la democracia liberal.
- La tendencia racionalista que alimenta la teoría política actual.
La autora nos invita a abandonar el marco racionalista con el fin de
esgrimir nuevas formas de pensar la política.
3. Wittgenstein contra el Racionalismo.
El pensamiento de Wittgenstein pone en cuestión las instituciones
democráticas liberales al entrar en conflicto con el racionalismo. Rompe
con el pensamiento universalizante.
Diversos pensadores han utilizado las intuiciones de Wittgenstein para
criticar el constitucionalismo moderno que señala que “nuestro modo de
vida solo es libre y racional si se funda en una u otra forma de reflexión
crítica”
Existen una multiplicidad de lenguajes que también deberían ser
tomados en cuenta.
4. Universalismo contra Contextualismo.
Hay tres preguntas fundamentales:
- ¿Debería considerarse que la democracia liberal es la solución
racional para el problema político de como organizar la coexistencia
humana?
- ¿Encarna por tanto este sistema la sociedad justa, la única que debería
ser universalmente aceptada por todos los individuos racionales y
razonables?
- ¿O simplemente representa una de
las formas de orden político entre otros posibles?
5. Existen una multiplicidad de contextos y la democracia liberal debe
renunciar a su pretensión de universalidad. Esto no significa estar a
favor de un relativismo donde cualquier sistema es aceptable, sino
aceptar la multiplicidad de lenguajes que existen.
La teoría política es lo que está en cuestión. Hay dos posiciones:
- Los racionalistas universalistas
- La perspectiva contextualita influenciada por Wittgenstein.
6. Teoría de la justicia y teoría política
Para los universalistas la teoría de la justicia debe estar fundamentada en
principios generales. Debe haber una formula incluyente para toda
sociedad. Por otro lado autores contextualistas apuntan a que es
imposible establecer una formula universal valida para todos.
No es posible la imparcialidad y la objetividad desde la mirada
contextualista. El teórico político debe situarse como miembro de una
comunidad en particular.
7. La democracia liberal, un juego más del
lenguaje.
Desde la influencia de Wittgenstein se pone en cuestión las pretensiones
de universalidad y objetividad del razonamiento liberal. Según el
contextualismo, la democracia liberal debe ser considerada como un
“juego político del lenguaje”.
El liberalismo democrático fracaso en su pretensión de establecer un
fundamento racional, no solucionó los problemas de coexistencia
humana.
8. Richard Rorty sostiene que no puede extraerse una filosofía moral
universal desde la filosofía del lenguaje. El avance de la democracia
liberal no es símbolo de progreso de la racionalidad. Lo que está en
juego es la cuestión de creencias compartidas.
No deberían buscarse argumentos para justificar a la democracia liberal
sobre bases universales y objetivas. Esa no es la verdadera cuestión. Los
principios democráticos liberales deberían defenderse en el sentido
de que deben ser elementos constitutivos de nuestra forma de vida.
9. La democracia como sustancia o como
conjunto de procedimientos.
Existe una alternativa a la perspectiva racionalista inspirada en los
conceptos de Wittgenstein, que consiste en la naturaleza de los
procedimientos y las practicas y los juegos del lenguaje que pueden
constituir esa alternativa.
Debemos coincidir en la definición de un termino, y a su vez ponernos
de acuerdo en el modo en que lo usamos.
Los procedimientos se refieren a conjuntos complejos de prácticas que
constituyen formas especificas de individualidad e identidad.
10. El consenso democrático y el pluralismo
agonista
La identificación con los valores democráticos constituye un conjunto
de prácticas, discursos y juegos del lenguaje que no están enraizados en
alguna verdad trascendente de la superioridad de la democracia liberal
como apunta el racionalismo. Un enfoque Wittgensteiniano de la teoría
política nos puede ayudar a fomentar los valores democráticos porque
nos permite ver la necesidad de un consenso democrático.
El acuerdo o el consenso según Wittgenstein no se establece sobre
significados, sino sobre formas se vida. Consiste en una fusión de voces
que son el resultado de una forma común de vida y no un producto de la
razón.
11. La comprensión de un término general no consiste en aprehender una
teoría, sino en la capacidad de utilizarla en distintas circunstancias. Para
Wittgenstein seguir una regla es una práctica.
No puede haber una única forma superior racional de seguir las reglas
democráticas y es ese reconocimiento lo inherente a la democracia
pluralista.
12. Wittgenstein y la responsabilidad
Según Cavell la filosofía de Wittgenstein no es una búsqueda de la
certidumbre sino una búsqueda de la responsabilidad, y que lo que
Wittgenstein enseña es que realizar una reclamación al sistema
democrático liberal es realizar un aserto, lo cual es algo que los hombres
hacen y por lo que deben rendir cuentas.
Para Derrida y para Wittgenstein debemos adoptar la responsabilidad y
abandonar el sueño de control total, esta forma de pensar se aleja del
enfoque racionalista dominante, al que hay que rendirle cuentas.