La PasiÓN De Cristo Cristian VelÁSquez Vargas (Todo Formato)
1. Universidad de Magallanes Facultad de Humanidades y Cs. Sociales Post-título de Religión Metodología de la Religión Prof. Patricia Arcila A. Cristian Velásquez Vargas INRI
2. Analizar el proceso y significado de la pasión de Jesús, es el compromiso que entenderemos a continuación, como cristianos y testigos de Jesús.
3. Analizarás de manera lenta y atenta la presentación, y en segundo lugar debes estar muy atento a las indicaciones, para saber en donde debes hacer un clic, cuando una instrucción te lo indique. Todo aquello nos ayudará a profundizar el proceso de la pasión, y el mensaje que Cristo nos entrega.
6. Luego de la cena, Jesús y once de los discípulos (Judas ya no estaba con ellos) se encaminaron al huerto de Getsemaní, en el monte de los Olivos. Apenas llegaron Jesús se arrodilló y se puso a orar, mientras los discípulos descansaban. La oración a su Padre fue sinceramente dolorosa. Jesús no quería morir, nunca deseo su muerte, ni tampoco la buscó. Ésta le vino propuesta por la voluntad de Dios y Él la aceptó como un acto de fidelidad a lo que Dios le pedía. “ Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando” (Jn 15, 14) PROCESO DE LA MUERTE DE JESÚS
7. Mientras Jesús rezaba, uno de los discípulos (Judas Iscariote) se acercó a Él. Iba acompañando de los sumos sacerdotes, los escribas, los ancianos y un grupo de personas armadas con palos y espadas. Al llegar junto a Jesús, Judas le dió un beso. Ésta era la señal convenida para mostrarles quién era Jesús. Judas recibió a cambio 30 monedas, precio que se pagaba en aquel entonces por un esclavo. “ Todo es puro para los puros” (Tit 1,15) LA TRAICIÓN Y DETENCIÓN
8. Tras la detención, Jesús fue conducido ante el Sanedrín para ser juzgado. El juicio fue breve, debido a que se acercaba la fiesta de la Pascua, y fue condenado por dos causas, una religiosa y otra política. Jesús fue condenado por blasfemo (causa religiosa), pues se había presentado como el Mesías . “ Si ustedes me aman, cumplirán mis mandamientos” (Jn 14,15) JUICIO Y CONDENACIÓN
9. Aunque el Sanedrín lo juzgó y lo condenó a muerte, no tenía competencia para ejecutar la sentencia. Era preciso que la autoridad de Roma lo aprobase. Por eso, Anás y Caifás (sumos sacerdotes) entregaron a Jesús a Poncio Pilatos, gobernador romano de Judea, presionándolo para que juzgara y condenara a Jesús. Pilato necesitaba una causa política, ya que los romanos no condenaban a los judíos por causas religiosas. “ Si ustedes me piden algo en mi Nombre yo lo haré” (Jn 14,14) Los miembros del Sanedrín la buscaron enseguida. Acusaron a Jesús ante Pilato, de ser un líder con muchos seguidores que pretendía sublevarse contra Roma. Pilato, no obstante, no estaba convencido de la culpabilidad de Jesús e intentó salvarlo. Por ello se dirigió al pueblo y le dijo: “Yo no encuentro ninguna culpa a este hombre ”
10. Al enterarse de que Jesús era galileo, Pilato lo envió ante Herodes gobernador de Galilea, que estaba esos días en Jerusalén, Herodes que sentía curiosidad por conocer a Jesús, le hizo varias preguntas; pero Jesús no respondió. Entonces mandó a colocarle un vestido blanco (así solían ir vestidos los locos) y, tras burlarse de Él, lo devolvió a Pilato. Éste aún intentó salvarlo. Con motivo de la celebración de la Pascua, era costumbre devolver la libertad a un condenado. Por ello, Pilato convocó a los judíos y les propuso liberar a Jesús. Pero éstos prefirieron liberar a Barrabás, que estaba en la cárcel por asesinato. “ Oren, para no caer en la tentación” (Lc 22,40)
11. Pilato entonces lo mostró al pueblo, convencido de que se apiadarían de Él. Sin embargo, el pueblo seguía pidiendo su muerte. Ante ello, el gobernador romano se lavó las manos, como símbolo de que no encontraba culpa alguna, y lo entregó a los judíos para que lo crucificaran. Jesús cargó con la cruz en la que iba a morir, y se dirigió hacia el monte Gólgota, lugar donde se ejecutaba a los condenados. “ Gracias a la constancia salvarán sus vidas” (Lc 21, 19) Convencido de su inocencia, Pilato buscó otro motivo para salvarlo. Mandó a sus soldados que lo azotasen, y le colocasen una corona de espinas y un manto rojo. Muy pocas personas eran capaces de soportar el castigo del azote, era tal el dolor de los golpes y el sufrimiento al rasgarse los vasos capilares, que solían desfallecer. Pero Jesús soportó el castigo.