1. {DOCTRINA DE SS FRANCISCO PARA
EL ACOMPAÑAMIENTO DEL
ENFERMO
CONSEJO NACIONAL DE PASTORAL
DE LA SALUD.
PBRO. LIC. ALEJANDRO GUTIERREZ B.
ENERO 2016
2. “Los pobres y los enfermos
estarán siempre con
ustedes”, enseña
Jesús, (cfr. Mt 26,11) y la
Iglesia continuamente los
encuentra por su camino.
3. Curar a un enfermo,
acogerlo, servirlo, es
servir a Cristo: el enfermo
es la carne de Cristo (Cfr.
SS Francisco, Homilía,
08.02.2015).
4. 1. Queridos
enfermos, la
Iglesia reconoce
en ustedes una
presencia
especial de
Cristo que sufre.
En efecto, dentro
de su
sufrimiento está
el de Jesús.
2. El Hijo de
Dios hecho
hombre no ha
eliminado de la
experiencia
humana la
enfermedad y el
sufrimiento sino
que, tomándolos
sobre sí, los ha
transformado y
delimitado.
5. {
Jesús no tiene
miedo del riesgo
que supone
asumir el
sufrimiento de
otro, pero paga el
precio con todas
las
consecuencias
(cf. Is 53,4).
6. Jesús, nuevo Moisés, ha querido curar al leproso, ha
querido tocar, ha querido reintegrar en la
comunidad, sin autolimitarse por los prejuicios; sin
adecuarse a la mentalidad dominante de la gente;
sin preocuparse para nada del contagio.
Para Jesús lo que cuenta, es alcanzar y salvar a los
lejanos, curar las heridas de los enfermos,
reintegrar a todos en la familia de Dios.
Dos lógicas según el Papa
Francisco
7. { {LA LOGICA DEL
PENSAMIENTO
La de los doctores
de la ley, o sea,
alejarse del peligro
apartándose de la
persona contagiada.
MARGINA
LA LOGICA DE LA
FE
La lógica de Dios que,
con su misericordia,
abraza y acoge
reintegrando y
transfigurando el mal
en bien, la condena en
salvación.
REINTEGRA
El miedo de perder a los salvados y el
deseo de salvar a los perdidos.
8. Curando al leproso, Jesús no
hace ningún daño al que está
sano, es más, lo libra del
miedo; no lo expone a un
peligro sino que le da un
hermano; no desprecia la Ley
sino que valora al hombre, para
el cual Dios ha inspirado la
Ley.
10. Nosotros estamos
en medio de las
llagas de Jesús.
Estas llagas tienen
necesidad de ser
escuchadas, de ser
reconocidas.
En el altar
adoramos la Carne
de Jesús, y en los
enfermos
encontramos las
llagas de Jesús.
Jesús escondido en
la Eucaristía y
Jesús escondido en
estas llagas, tienen
necesidad de ser
escuchadas.
11. En virtud del Bautismo y de la Confirmación
estamos llamados a configurarnos con Cristo,
el Buen Samaritano de todos los que sufren.
«En esto hemos conocido lo que es el amor:
en que él dio su vida por nosotros. También
nosotros debemos dar la vida por los
hermanos» (1 Jn 3,16).
1º Para acercarte al enfermo y tocar la carne
de Cristo, necesitamos ser buenos
samaritanos.
12. Cuando nos acercamos con ternura
a los que necesitan atención,
llevamos la esperanza y la sonrisa
de Dios en medio de las
contradicciones del mundo. Cuando
la entrega generosa hacia los demás
se vuelve el estilo de nuestras
acciones, damos espacio al Corazón
de Cristo.
13. Se trata por tanto de extraer del amor
infinito de Dios, a través de una
intensa relación con él en la oración,
la fuerza para vivir cada día como el
Buen Samaritano, con una atención
concreta hacia quien está herido en el
cuerpo y el espíritu, hacia quien pide
ayuda, aunque sea un desconocido y
no tenga recursos.
14. San Juan, el discípulo que estaba con
María a los pies de la Cruz, hace que
nos remontemos a las fuentes de la fe y
de la caridad, al corazón de Dios que
«es amor» (1 Jn 4,8.16), y nos recuerda
que no podemos amar a Dios si no
amamos a los hermanos.
El que está bajo la cruz con María,
aprende a amar como Jesús.
15. La Cruz de Cristo invita a dejarnos
contagiar por este amor, nos enseña
a mirar siempre al otro con
misericordia y amor, sobre todo a
quien sufre, a quien tiene necesidad
de ayuda.
16. Esta sabiduría no es un conocimiento
teórico, abstracto, fruto de
razonamientos.
Es una actitud infundida por el
Espíritu Santo en la mente y en el
corazón de quien sabe abrirse al
sufrimiento de los hermanos y reconoce
en ellos la imagen de Dios.
2º Para descubrir en el enfermo, la carne de
Cristo se necesita Sapientia cordis.
17. La sabiduría
del corazón
es servir al
hermano.
La sabiduría
del corazón
es estar con
el hermano.
La sabiduría
del corazón es
salir de sí hacia
el hermano.
La sabiduría
del corazón es
ser solidario
con el
hermano, sin
juzgarlo.