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VÍDEO DE HOY:
Pueblo de Dios: Los inviernos al sol
Menorca tiene una población de 90.000 habitantes que, en verano, con los turistas, prácticamente se
triplica hasta llegar a los 270.000. Cuando acaba la temporada alta, la mayoría de los hoteles echan el
cierre y el paro puede alcanzar tasas que superan el 30 por ciento. Atrás quedan los buenos tiempos en
los que la industria del calzado, la bisutería y la construcción generaban empleo. Su clima suave, la
tranquilidad de sus gentes y las pequeñas calas que la circundan son un reclamo para el turismo familiar.
Sin duda la principal fuente de ingresos en la isla.
Aulas de sangre en Pakistán
Los talibanes están dispuestos a imponer su ley y sacar de clase a las
niñas. ¿Qué hay más allá de la historia de Malala?
Así luchan otras chicas por su derecho a la educación en un país
disfuncional y caótico.
 FOTOGALERÍA Escuelas bajo presión talibán
Ángeles Espinosa 16 DIC 2013 - 00:00 CET30
Devastación en la escuela Primary Government School Kadi. Los talibanes atacaron el centro en agosto
de 2012. / DIEGO IBARRA SÁNCHEZ
Los talibanes la hirieron cuando atacaron su escuela, pero su nombre no es Malala. Tampoco estudia en
las comarcas del noroeste de Pakistán donde aquellos extremistas intentan imponer su ley y apartar a
las niñas de la educación. Attiya Ali, de 11 años, acude a la Nation Secondary School de Ittehad Town, la
barriada de Karachi donde vive con su familia. Tiene mucho mérito que siga haciéndolo, porque el
tiroteo que mató al director de su colegio el pasado marzo le ha dejado con las piernas paralizadas. Ir a
clase se está convirtiendo en una actividad de alto riesgo en ese país disfuncional y caótico.
“Quiero ser maestra”, ha declarado Attiya a la prensa local. “Para entonces, tal vez incluso pueda
andar”. De momento, después de pasar tres meses hospitalizada y otros dos en una camilla, se mueve
en silla de ruedas. A falta de recursos para un tratamiento de fisioterapia que le ayude a recobrar la
movilidad de las piernas, se ejercita en su casa con unas férulas ortopédicas y apoyándose en la pared
bajo la atenta mirada de sus padres y su hermano mayor, de 16 años. Ni él ni los otros cinco más
pequeños van ya al colegio, porque buena parte de las 15.000 rupias (unos 100 euros) mensuales que
gana el padre, Arshad Ali, se van ahora en medicinas para Attiya.
“No es que no quiera educarlos”, asegura el hombre.
La Nation Secondary School cobra 350 rupias mensuales a cada alumno. Incluso, esa modesta cantidad
constituye un obstáculo para muchas familias. La movilización de la sociedad civil logró que en 2010 se
introdujera un nuevo artículo en la Constitución que establece “la educación gratuita y obligatoria para
todos los niños de entre los 5 y los 16 años”. Aún no se ha desarrollado la legislación que permita
hacerlo realidad. Además, hay cientos de escuelas públicas fantasma que existen sobre el papel, pero
que nunca se han llegado a construir porque los funcionarios o los políticos locales se han quedado el
dinero.
Como los hermanos Ali, al menos 9,2 millones de niños paquistaníes de entre 5 y 12 años están sin
escolarizar, según el último informe de Unicef en el que se alerta de que Pakistán no va a ser capaz de
cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015. Esos datos lo convierten en el segundo país
del mundo con más niños fuera de las aulas, después de Nigeria. De acuerdo con activistas locales por la
educación, la cifra se eleva a unos 23-25 millones si se toma como edad de referencia los 16 años.
Aproximadamente, el 60% son niñas. En Pakistán, un chico tiene un 15% más de probabilidad de
empezar la primaria que una chica. De hecho, entre los 5 y los 9 años, un 39% de las crías no están ni
siquiera matriculadas, frente a un 30% de los chavales.
“Las malas políticas educativas y la pobreza siguen siendo los obstáculos a la educación”.
Mahenaz Mahmud. Pedagoga defensora de la educación infantil
Attiya, sin embargo, no falta a clase. Siempre fue buena estudiante, y junto a su cama hay varios
premios por sus resultados académicos. Pero si necesitaba alguna motivación más, la obtuvo el día en el
que Malala Yousafzai visitó su escuela. Algunos vecinos creen que por eso los talibanes mataron a su
director. Una de las balas que dispararon alcanzó a la pequeña cuando trataba de recuperar un zapato
que perdió mientras las maestras intentaban que ella y sus compañeras se pusieran a salvo.
El incidente ha dejado huellas. Aunque la escuela reinició el curso a los pocos días, los alumnos tienen
miedo. Corren al menor ruido. Muchos padres han decidido que el riesgo no vale la pena, sobre todo en
el caso de las niñas. Su matrícula se ha reducido tanto que el nuevo director ha decidido suprimir el
segundo turno. Solo hay clases por las mañanas.
Es el objetivo de los violentos. Crear el terror. Lograr que, ante el peligro, los padres opten por dejar a
los niños en casa. Los extremistas lo plantean en términos de la lucha contra el Estado, pero eligen los
objetivos más fáciles y desprotegidos. Sin formación, la gente resulta más fácil de manipular. De ahí, el
desafío que supone Malala y el intento de asesinarla en octubre del año pasado, cuando salía de clase.
La muchacha, que a sus 16 años acaba de recibir el Premio Sájarov de la Unión Europea y ha estado
nominada para el Nobel de la Paz este año, alcanzó notoriedad cuando el Ejército echó a los talibanes
del valle del Swat en 2009. Entonces se reveló que era la autora de un diario en el que contaba cómo era
la vida bajo el control de los extremistas, publicado en la web de la BBC en urdu. Bajo el seudónimo de
Gul Makai y desde los 11 años, Malala había relatado con gran candor cómo iban aumentando las
restricciones hasta que finalmente cerraron todas las escuelas de niñas.
“Los talibanes han emitido una fetua que prohíbe ir a la escuela a todas las niñas”, escribió en una de las
entradas. “[Hoy] solo asistieron a clase 11 de las 27 alumnas. (…) Mis tres amigas se han ido a Peshawar,
Lahore y Rawalpindi con sus familias después del edicto”. La angustia que viven las pequeñas se cuela
cuando relata que una compañera le ha preguntado: “Por el amor de Dios, dime la verdad, ¿van a atacar
nuestra escuela los talibanes?”.
No era un miedo irracional. Un informe publicado por el Ejército en aquellas fechas aseguraba que los
talibanes habían decapitado a 13 niñas, destruido 170 escuelas y colocado bombas en otras cinco.
Cuando los militares pusieron fin a la tiranía de los talibanes en Swat, Malala utilizó su repentina fama
para promover el derecho a la educación, con especial énfasis en las chicas. Su activismo, dando
conferencias en escuelas de todo el país, fue reconocido por el Gobierno, pero no cayó bien entre los
extremistas. A pesar de desmentir que se opongan a la escolarización de las niñas, han seguido atacando
centros educativos, tal como prueban las imágenes de Diego Ibarra Sánchez que ilustran este reportaje.
Desde el atentado contra Malala, en el que también resultaron heridas sus compañeras Shazia Ramzan y
Kaniat Riaz Ahmed, decenas de colegios en Swat, Nowshera, Charsadda, Swabi, Peshawar y las regiones
tribales fronterizas con Afganistán han sufrido ataques de los extremistas. Sorprende la impunidad y la
frecuencia con las que actúan. Sorprende aún más que a pesar de las agresiones, los niños vuelvan a
clases que carecen de electricidad, de cristales en las ventanas, de aseos y, a veces, hasta de aulas, como
es el caso en esa Government Middle School atacada el pasado marzo, donde las lecciones se imparten
a la intemperie.
Pero la violencia talibán es solo uno de los muchos males que afectan al sistema educativo de Pakistán y,
por extensión, al Estado. De hecho, cuando se le pregunta a Mahenaz Mahmud, una veterana pedagoga
que ha dedicado su vida a promover la educación infantil, ni siquiera lo menciona. En su opinión, los
principales obstáculos son “la ausencia de voluntad política y años de mala gobernanza a nivel nacional,
provincial y local; las malas políticas educativas, y la pobreza, condiciones económicas y degeneración
social”.
Esos mismos problemas están en la raíz de que las escuelas privadas de Pakistán hayan prohibido el libro
de memorias de la joven activista, Yo soy Malala (Alianza Editorial, 2013). Los responsables arguyen que
no es bastante respetuosa con el islam porque cuando menciona el nombre del profeta Mahoma no
añade a renglón seguido la expresión “que la paz sea con él”, como es habitual entre los musulmanes
piadosos.
“En los últimos diez años no se han hecho mejoras para mantener a los niños en la escuela”.
Pilar Aguilar. Responsable de educación de Unicef en Islamabad
“Malala fue un modelo para los niños, pero este libro le ha hecho controvertida. A través de él se ha
convertido en un instrumento en manos de las potencias occidentales”, declaró Kashif Mirza, el
presidente de la Federación de Escuelas Privadas de Pakistán. Desde fuera, da la impresión de que
simplemente han cedido a las presiones de los intransigentes para evitar riesgos.
En contra de lo que podría deducirse de las noticias, el mayor número de niños sin escolarizar no se da
en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa y en las zonas tribales, entre cuya población pastún se halla la
espina dorsal del apoyo a los talibanes. Baluchistán, con un 34%, y Sind, con un 32%, presentan una
situación mucho más grave que aquellas, con un 26%, o que la más desarrollada, Punjab, donde solo un
16% de los menores de 10 años está fuera de las aulas. Más grave aún, según los datos recopilados por
Unicef, en Sind, un 40% de los matriculados no acuden a clase.
Una de las razones que los expertos apuntan es la mala calidad de la enseñanza pública. A menudo, los
niños acaban la educación básica sin ser capaces de escribir su nombre correctamente. Bela Jamil, una
activista social con una larga trayectoria en el terreno educativo, contó a EL PAÍS en mayo pasado que
“hay 32.000 escuelas en el país con solo uno o dos maestros cuya formación deja mucho que desear”.
Sabe de lo que habla porque trabajó durante varios años como directora general del Ministerio de
Educación.
Además, muchos padres no ven el sentido de escolarizar a sus hijos, debido a la falta de posibilidades de
continuar su formación. Al acabar primaria, después de cinco o seis años de asistir a clase, siguen siendo
obreros sin cualificar con parecidas perspectivas laborales que si no hubieran acudido al colegio. Así que
un 42,6% de los 190 millones de paquistaníes siguen siendo analfabetos, en especial en las zonas rurales
y más entre las mujeres.
“En los últimos diez años no se han hecho mejoras para mantener a los niños en la escuela”, reconocía
Pilar Aguilar, la responsable de educación de Unicef en Islamabad, durante una reciente entrevista.
Según sus datos, aunque ha aumentado el número de escolarizados, siguen siendo muchos los que
abandonan durante los primeros cursos. De nuevo, casi la mitad de las niñas que empiezan la primaria
dejan las clases antes de acabar el ciclo.
Clase a oscuras, debido a los frecuentes cortes de luz, en la Government Middle School for Girls, de la
provincia de Khyber Pakhtunkhwa. / DIEGO IBARRA SÁNCHEZ
Mujer y pobreza son los dos principales indicadores de la exclusión educativa. En los hogares más
desfavorecidos de Pakistán, apenas un 45% de las niñas están matriculadas en los primeros ciclos de
primaria (frente al 80% entre la quinta parte más rica del país) y solo un 18% cursan el tercer ciclo (el
56%, entre las más acomodadas). Para los chicos, las cifras son el 56% y el 22,5%, respectivamente. Una
sociedad extremadamente conservadora, las costumbres tribales de parte de la población o su
interpretación rigorista de la religión se mencionan a menudo como origen de ese sexismo que, a todas
luces, lastra el desarrollo del país.
“Pakistán es un país enorme, con actitudes religiosas y sociales muy diversas”, matiza Mahmud en un e-
mail. “En la actualidad, las regiones del noroeste están en las noticias debido a los talibanes y al
terrorismo. Pero la religión no es realmente la causa; lo que impide la educación de las niñas en algunas
zonas de Khyber Pakhtunkhwa es la política de los talibanes”, defiende esta educadora. Además,
admite, “hay muchas otras razones económicas y logísticas por las que las chicas no van a la escuela en
otras zonas urbanas y rurales de nuestro país. Pero en los pueblos grandes y en las ciudades, las niñas sí
van al colegio”.
Un elemento que parece común a todo Pakistán es la diferente actitud que se adopta ante la educación
de mujeres y hombres. El sistema patriarcal imperante en las cuatro provincias y las regiones tribales
administradas federalmente hace que la sociedad no vea a las mujeres como fuente de sustento para la
familia, y, en consecuencia, carecen de estatus y valor social. De ahí que de forma tradicional se haya
dado una mejor formación a los hijos que a las hijas. Además, la segregación sexual en público restringe
la movilidad de las mujeres.
“En Baluchistán y Sind existe la costumbre de los matrimonios tempranos, lo que significa que las niñas
abandonan antes la escuela, pero hay también cuestiones de honor”, ha explicado a este diario Sadaf
Zulfiqar, una especialista en género de Unicef.
Entre ellas, Zulfiqar cita que muchas escuelas carezcan de retretes o muros a su alrededor para
mantener el purdah, como entre los musulmanes del sureste asiático se denomina al confinamiento de
las mujeres al espacio privado fuera de la vista de hombres que no sean de su familia. También, la
carencia de maestras, ya que muchos padres no aceptan que sean hombres quienes den clase a sus
hijas.
El asunto remite a la falta de emancipación de la mujer. Debido a las restricciones sociales y a la
inseguridad, pocas están dispuestas a desplazarse varios kilómetros hasta una escuela rural. Además, el
salario es muy bajo. Así que resulta muy difícil romper el círculo vicioso, de la educación de las niñas y
de la calidad de la educación para todos. Hasta ahora, Pakistán apenas invertía en educación un 2% de
su producto interior bruto (PIB), la cifra más baja de entre todos los países del sureste asiático y muy por
debajo de la media global (7%). El nuevo Gobierno de Nawaf Sharif, que tomó posesión el pasado junio,
ha anunciado que durante los próximos cinco años va a duplicar esa cifra. “Es una medida muy
importante que debería derivar en más acceso, mejor calidad y una reducción de las desigualdades en la
educación de las niñas, si se usa de forma adecuada”, asegura Zulfiqar en un e-mail.
La inmensidad de la tarea hace que otros expertos se muestren escépticos. Apuntan la necesidad de que
se combata la corrupción y se promueva la meritocracia, para que las familias valoren más la
importancia de educar a sus hijos. Pero sin cambios sustanciales en la consideración social de las
mujeres parece difícil que pueda conseguirse un sistema más igualitario que cierre la puerta a los
radicales violentos. “No hay fórmula mágica. Sociedades, tradiciones y actitudes no pueden cambiarse o
desarrollarse en un invernadero. Tenemos que arreglar nuestro país, solucionar sus problemas… y eso
lleva tiempo”, admite Mahmud.
Mientras tanto, la madre de Attiya, solo desea “volver a ver caminar” a su hija. La voluntad de esta,
como la de Malala, es el mayor triunfo sobre los retrógrados que niegan la educación a la mitad de la
infancia.
La apatía contribuye a la esclavitud
infantil: Satyarthi
16/12/2014
Oslo, Noruega. La apatía es el mayor obstáculo para eliminar el trabajo forzado infantil y el mundo
necesita la educación para reducir la intolerancia, dijo el premio Nobel de la Paz 2014, Kailash Satyarthi.
En Oslo, donde recibió el premio, Satyarthi dijo a Reuters que el
problema no era la religión, sino las personas que buscaban ganancias
económicas y políticas.
“La educación brinda tolerancia a las sociedades, lo que da paz,
hermandad global y respeto mutuo por el otro”, dijo Satyarthi, de 60 años y
originario de India.
“Debería existir una educación orientada a los valores con más valores
humanos”, afirmó Satyarthi, quien ganó el premio este año junto a la
adolescente paquistaní Malala Yousafzai por su lucha contra la opresión de
niños y por el derecho a la educación.
Naciones Unidas estima que alrededor de unos 150 millones de niños
trabajan rutinariamente en labores con o sin pagas y los menores en el África
subsahariana son los que corren mayor peligro. En la región, hasta un cuarto
de los niños entre 5 y 14 años son obligados a trabajar.
“La mayor dificultad ha sido la apatía”, dijo Satyarthi. “La gente es cada
vez más materialista y más consumista”, Existe una falta de compasión en el
mundo por los más pobres y vulnerables de la sociedad.
Malala, quien recibió un disparo en la cabeza por parte de un
combatiente talibán en el 2012 por reclamar el derecho a la educación de las
niñas, ha dominado la cobertura del Nobel en los medios, pero Satyarthi dijo
que no le importaba. Ambos compartirán el Premio de la Paz que recompensa
su combate en favor de los niños.
“Nunca intenté estar en el centro de la atención, porque trabajo con
niños que son en su mayoría invisibles”, dijo. “Mi causa también ha
permanecido invisible durante años”, agregó.
Satyarthi, que dejó su carrera como ingeniero eléctrico en 1980 para
convertirse en activista contra el trabajo infantil, ha encabezado varias formas
de protestas pacíficas. Su organización no gubernamental Bachpan Bachao
Andolan (BBA) ha liberado a más de 80.000 trabajadores infantiles en India en
más de 30 años.
Kailash Satyarthi ha combatido en favor de los niños durante 30 años y
estima que en la India aún existen unos 60 millones de trabajadores infantiles.
Fuente: Reuters y AFP
QUÉ MUEVE A... ANNA FERRER
“Quería que mis hijos conocieran la
pobreza de primera mano”
La que fue durante cuatro décadas pareja y cómplice de Vicente Ferrer
continúa cultivando su sueño en común: que no haya más pobres
Mariangela Paone Madrid 16 DIC 2014 - 18:03 CET1
Anna Ferrer, presidenta de la Fundación Vicente Ferrer. / Ángel López Soto
Se dice que todos los padres quieren para sus hijos lo mejor. Anna Ferrer tuvo claro desde el principio lo
que esto significaba. "Todos mis hijos nacieron en Anantapur y siempre pensé que su mejor educación
era allí. Quería que conocieran de primera mano la pobreza. Todos sus amigos eran de comunidades
pobres. Creo que ha sido la mejor decisión que he tomado", cuenta la mujer que, durante cuatro
décadas, compartió junto a Vicente Ferrer el sueño de erradicar la pobreza en un país donde los últimos
de los últimos se cuentan a millones.
La serenidad con la que pronuncia la frase —y que tiñe toda y cada una de las anécdotas que relatará en
la charla, mantenida en una reciente visita a Madrid— es la de quien tiene la seguridad de haber elegido
el camino justo, el sendero de una vida dedicada a los demás. El mismo que quiso enseñarles a sus hijos
para seguir cultivando las semillas que su padre empezó a sembrar en los años sesenta en la India más
indigente. Aquella utopía que se hizo realidad a lo largo de los años y de la que ella se enamoró cuanto
apenas tenía 20, cuando, joven aprendiz de periodismo en la revista Current, en Bombay, acompañó a
un colega sénior para entrevistar al hombre que el Gobierno de la región india de Maharastra
consideraba como una amenaza por estar del lado de los campesinos. A partir de ahí la historia es
conocida: dos años más tarde de aquel primer encuentro, tras dejar el periodismo y sumarse al grupo de
voluntarios del proyecto del entonces jesuita Ferrer, Anna Perry, la joven nacida en la ciudad británica
de Essex en 1947, se convirtió en la señora Ferrer.
"No me pensé ni un minuto en el hecho de que dejaba Bombay para ir a Anatapur, que era un
semidesierto". Lo dice y se ríe, con la frescura de una veinteañera, 45 años después de haber dado aquel
paso. "Tardamos dos meses en tomar la decisión. Yo le dije que me iba a Bombay para pensar. Y cuando
llegué allí, nada más entrar en mi casa Vicente llamó por teléfono. 'Anna tienes que volver y tenemos
que casarnos'. Y cuando volví, me dijo: ‘Solo una condición...’. Y yo me imaginaba algo muy bonito. Él era
muy filósofo... Y la condición era: ‘Tienes que estar conmigo toda la vida’. Estaba un poco decepcionada.
[Se ríe]. Le dije sí, sí. Creo que temía que, teniendo 27 años menos que él, algún día me fuera. Pero yo
estaba tan segura de querer formar parte de su vida y de su trabajo… Nunca, nunca pensé: ¿cómo voy a
vivir en Anantapur? Ni que allí no había ni un médico, un hospital. Nunca pensé cómo voy a tener un
bebé aquí, cómo voy a dar a luz…”.
Poco a poco llegaron los médicos, y también un hospital, y luego dos… y hasta cinco. Y escuelas, miles de
escuelas, en las que incluir a niños ciegos y sordos y darles un futuro. Y decenas de miles de viviendas
para que los que la sociedad consideraba intocables tuvieran un hogar digno. Las actividades de la
Fundación Vicente Ferrer alcanzan hoy 3.093 pueblos y benefician a casi tres millones de personas.
A menudo se ha dicho, contando su historia, que Vicente era el visionario y Anna ponía el sentido
práctico. Lo uno sin lo otro no hubiera logrado los mismos resultados. ¿Nunca se enfadaban? "Sí,
siempre estábamos un poco así… Él era la persona que quería correr y yo la quería hacer las cosas muy
bien. Pero, poco a poco, aprendimos… Yo pensaba que tenía que tener una escuela bien organizada
antes de abrir otra; pero Vicente no me daba esta oportunidad. Él ya tenía los fondos para otras 10. Y yo
descubrí que podía llevar las 10. Y a lo largo de los años él comprendió un poco mejor la complejidad de
la administración".
Una administración que cada vez es un poco más complicada, a medida que se amplían los proyectos
existentes y se incluyen nuevos. "Queda mucho por hacer. Se dice que la India es un país emergente.
Pero hay 400 millones de personas que viven sumidas en la pobreza. La fundación trabaja siempre en
dos líneas. Mejorar los proyectos que ya tiene y emprender nuevos. Estamos ahora en una nueva zona
con poblaciones tribales que han vivido miles de años en el bosque. Desde hace 10 años el Gobierno les
anima a salir del bosque. Están atrapados entre la tradición y la vida moderna. Están exactamente como
era Anantapur hace 30 años. No están escolarizados, no tienen acceso a sanidad, y la esperanza de vida
es 45 años. Luego están los programas VIH/sida. Antes no había ni antiretrovirales… y ahora hay que
animar a todos los pacientes a tomar los medicamentos todos los días. Hay mucha discriminación y
muchos huérfanos. Tenemos dos orfanatos con 100 niños y 800 niños con VIH/sida en Anantapur.
Tenemos que cuidar de estos niños y asegurar que estudien y tengan un futuro. Y está el proyecto
contra la violencia de género. Tenemos una de las pocas casas para mujeres maltratadas en India; y
luego…". Mientras enumera las muchas tareas pendientes, el cansancio acumulado en sus días de gira
por España desaparece y sus ojos claros se encienden. A sus 67 años tienen aún mucha labor por hacer
en su país. Porque India es, definitivamente, su país. "Yo soy 98% india, el 2% británica", dice. Y, de
nuevo, se ríe. Envuelta en su sari sólo la delata la extrema claridad de su piel.
"Cuando llegué allí me sentí en casa. Lo mismo decía Vicente". Llegó con 16 años. "Era una chica como
cualquier otra. Era una persona con mucha compasión. Era tímida y buena estudiante, y nunca había
pensado en viajar. Y entonces, mientras estaba cursando el bachillerato, mi hermano, con su mujer y un
bebé de un año, decidió hacer una aventura, una vuelta al mundo con un todoterreno. Y muy
espontáneamente dije que sí, que me gustaría ir con ellos”. Cruzaron Francia, Italia, la antigua
Yugoslavia, Grecia, Turquía, Irak, Afganistán… "Salimos en abril y llegamos a India en julio. Y luego nos
faltó dinero. Y mi hermano decidió parar allí para trabajar. Luego se estableció en Guyarat y me
preguntó qué iba a hacer. No sabía si tenía que volver a Inglaterra. Y él me dijo: ‘No, Anna. Tú puedes
seguir con tus estudios en Bombay. Y otra vez, muy espontanea –¡es que tenía 16 años!- dije que sí".
El resto ya es historia. Pero si tiene que explicar por qué finalmente se quedó en Anantapur, la respuesta
es tan sencilla que asombra: "Era y soy una persona muy feliz. Y quería tener la oportunidad de hacer
felices a los demás".
Francisco, la salvación es un corazón
humilde que se confía de Dios
2014-12-16 Radio Vaticana
Dios salva un corazón arrepentido, mientras quien no se confía en Él atrae a sí mismo la condena.
Lo ha subrayado el Papa Francisco en su homilía matutina en la capilla de la Casa de Santa Marta.
La humildad salva al hombre ante los ojos de Dios, la soberbia lo hace perderse. La llave está en el
corazón. Aquel del humilde es abierto, sabe arrepentirse, aceptar una corrección y se confía en Dios.
Aquel soberbio es exactamente el opuesto: arrogante, cerrado, no conoce la vergüenza, es impermeable
a la voz de Dios. El pasaje del profeta Sofonías y aquel del Evangelio sugieren al Papa Francisco una
reflexión paralela. Ambos textos, observa, hablan de un juicio del cual dependen salvación y condena.
La situación descrita por el profeta Sofonías es aquella de una ciudad rebelde, en la cual no obstante,
hay un grupo que se arrepiente de los propios pecados: esto, subraya el Papa, es el “pueblo de Dios”
que tiene en sí las “tres características” de “humildad, pobreza, confianza en el Señor”. Pero en la ciudad
están también aquellos que, dice Francisco, “no han aceptado la corrección, no han confiado en el
Señor”. A ellos les tocará la condena:
“Estos no pueden recibir la salvación. Ellos están cerrados a la salvación. ‘Dejaré en medio de ti un
pueblo humilde y pobre; confiará en el nombre del Señor’ para toda la vida. Y esto hasta hoy, ¿no?
Cuando vemos al santo pueblo de Dios que es humilde, que tiene sus riquezas en la fe en el Señor, en la
confianza en el Señor – el pueblo humilde, pobre, que confía en el Señor: y estos son los salvados y éste
es el camino de la Iglesia ¿no? Debe ir por este camino, no por otro camino que no escucha la voz, que
no acepta la corrección y no confía en el Señor”.
La escena del Evangelio es aquella del contraste entre los dos hijos invitados por el padre a trabajas en
la viña. El primero, rechaza, pero luego se arrepiente y va; el segundo dice sí al padre, pero en realidad
lo engaña. Jesús cuenta esta historia a los jefes del pueblo, afirmando con claridad que son ellos que no
han querido escuchar la voz de Dios a través de Juan y que por esto, en el Reino de los cielos serán
superados por publicanos y prostitutas, que en cambio han creído en Juan. Y el escándalo suscitado por
esta última afirmación, observa el Papa, es idéntico a aquel de tantos cristianos que se sienten “puros”
sólo porque van a misa y hacen la comunión. Pero Dios, dice Francisco, tiene necesidad de otra cosa:
“Si tu corazón no es un corazón arrepentido, si no escuchas al Señor, no aceptas las correcciones y no
confías en Él, tienes un corazón no arrepentido. Estos hipócritas que se escandalizaban de esto que dice
Jesús sobre los publicanos y las prostitutas, pero luego, a escondidas, iban a buscarlos o para desahogar
sus pasiones o para hacer negocios – pero todo a escondidas – eran puros. Y a estos el Señor no los
quiere".
Este juicio “nos da esperanza” asegura el Papa Francisco. Con tal de que se tenga el coraje de abrir el
corazón a Dios sin reservas, donándole también la “lista” de los propios pecados. Y para explicarlo, el
Papa recuerda la historia de aquel santo que pensaba de haberle dado todo al Señor, con extrema
generosidad:
“Escuchaba al Señor, hacía todo según su voluntad, daba al Señor y el Señor: ‘Pero tú todavía no me has
dado una cosa’. Y el pobre era tan bueno y dice: ‘Pero Señor, ¿qué cosa no te he dado?’ Te he dado mi
vida, trabajo para los pobres, trabajo para la catequesis, trabajo aquí, trabajo allá…’ ‘Pero tú no me has
dado algo todavía’. ¿Qué, Señor?’ ‘Tus pecados’. Cuando nosotros seamos capaces de decir al Señor:
‘Señor, estos son mis pecados – no son de aquel, de aquel…son los míos. Tómalos Tú y así yo estaré
salvado - cuando nosotros seremos capaces de hacer esto, nosotros seremos aquel hermoso pueblo,
‘pueblo humilde y pobre’, que confía en el nombre del Señor. El Señor nos conceda esta gracia”.
(MCM-RV)
¡Con Jesús, la alegría está en casa!, el
Papa Francisco en el Ángelus
2014-12-16 Radio Vaticana
(RV).- (actualizado con texto completo) “Jesús es nuestra alegría y estamos llamados a
testimoniarla”, son palabras del Papa en el tercer domingo de Adviento, llamado también
gaudete de la alegría, antes de rezar la oración mariana. Cientos de fieles, sobre todo niños, llenaron la
plaza de San Pedro como suele suceder todos los domingos, pero hoy se respiraba un ambiente
especial: casi todos llevaban en sus manos la figurita del Niño Dios que pondrán en su pesebre la noche
del 24, para que Francisco los bendijera.
Recibido con una gran ovación cuando se asomó a la ventana del Palacio Apostólico, antes de rezar el
Ángelus, Francisco reflexionó sobre la felicidad a la que aspiramos cada uno de nosotros, y sobre la
alegría de los cristianos de ser llamados a testimoniar, porque “Jesús mismo es nuestra alegría”. Y
recordó que todos los bautizados estamos llamados a ayudar a los demás a descubrirla, o a
redescubrirla, si hubiera sido olvidada. Se trata de una “misión bellísima”, enfatizó. “Jesús no es un
personaje del pasado, es la palabra de Dios que hoy continúa a iluminar el camino del hombre, y sus
gestos -los sacramentos- son la manifestación de la ternura, de la consolidación y del amor del Padre
sobre cada ser humano”.
Después de rezar a la Madre de Dios, el Papa saludó detalladamente a los distintos grupos de peregrinos
y les pidió a todos que cuando oren delante del pesebre, se acuerden de él “igual que yo me acuerdo de
ustedes”, aseguró. Hablando sobre la importancia que tiene la oración en el día a día, Francisco explicó
que se les iba a entregar un libro de oraciones, para los diferentes momentos de la jornada y de las
situaciones de la vida.
"¡Con Jesús, la alegría está en casa!", repitió el Papa e hizo repetir a todos los presentes en diferentes
momentos.
(MZ-RV)
Texto completo de las palabras del Papa a la hora del Ángelus
Queridos hermanos y hermanas, queridos niños, queridos jóvenes ¡buenos días!
Desde hace ya dos semanas el Tiempo de Adviento nos ha invitado a la vigilancia espiritual para
preparar el camino del Señor, Señor que viene. En este tercer domingo la liturgia nos propone otra
actitud interior con la cual vivir esta espera del Señor, es decir, la alegría. La alegría de Jesús, como dice
aquel cartel allí, en la plaza: “Con Jesús la alegría está en casa”. He aquí, nos propone la alegría de Jesús.
El corazón del hombre desea la alegría. Todos deseamos la alegría, cada familia, cada pueblo aspira a la
felicidad. ¿Pero cuál es la alegría que el cristiano está llamado a vivir, está llamado a testimoniar? Es
aquella que viene de la cercanía de Dios, de su presencia en nuestra vida. Desde cuando Jesús entró en
la historia, con su nacimiento en Belén, la humanidad recibió el germen del Reino de Dios, como un
terreno que recibe la semilla, promesa de la futura cosecha. ¡No es más necesario buscar en otro lugar!
Jesús vino a traer la alegría a todos y para siempre. No se trata de una alegría solamente esperada o
postergada al Paraíso: aquí en la tierra estamos tristes pero en el Paraíso seremos dichosos. ¡No, no!
¡No es ésta! Sino una alegría ya real y experimentable ahora, porque Jesús mismo es nuestra alegría, y
nuestra casa con Jesús es alegre, como decía aquel cartel vuestro: “Con Jesús la alegría está en casa”. Y
sin Jesús ¿hay alegría? ¡No!¡Bravo! Él está vivo y es el Resucitado y obra en nosotros y entre nosotros,
especialmente con la Palabra y los Sacramentos.
Todos nosotros bautizados, hijos de la Iglesia, estamos llamados a acoger siempre nuevamente la
presencia de Dios en medio de nosotros y a ayudar a los otros a descubrirla, o a redescubrirla en el caso
de que la hubieran olvidado. Se trata de una misión bellísima, similar a aquella de Juan Bautista: orientar
la gente a Cristo - ¡no a nosotros mismos! – porque es Él la meta hacia la cual tiende el corazón del
hombre cuando busca la alegría y la felicidad.
De nuevo San Pablo, en la liturgia de hoy, indica las condiciones para ser “misioneros de la alegría”: orar
con perseverancia, dar siempre gracias a Dios, secundar su Espíritu, buscar el bien y evitar el mal (cfr 1
Ts 5, 17-22). Si esto será nuestro estilo de vida, entonces la Buena Noticia podrá entrar en tantas casas y
ayudar a las personas y a las familias a descubrir que en Jesús está la salvación. En Él es posible
encontrar la paz interior y la fuerza para afrontar cada día las diversas situaciones de la vida, también
aquellas más pesadas y difíciles. Nunca se ha escuchado de un santo triste o de una santa con cara de
funeral. ¡Jamás se ha escuchado! Sería un contrasentido. El cristianos es una persona que tienen el
corazón rebosante de paz porque sabe poner su alegría en el señor también cuando atraviesa los
momentos difíciles de la vida. Tener fe no significa no tener momentos difíciles, sino tener la fuerza de
afrontarlos sabiendo que no estamos solos. Y ésta es la paz que Dios dona a sus hijos.
Con la mirada dirigida a la Navidad ya cercana, la Iglesia nos invita a testimoniar que Jesús no es un
personaje del pasado; Él es la Palabra de Dios que hoy continúa iluminando el camino del hombre; sus
gestos – los Sacramentos – son la manifestación de la ternura, de la consolación y del amor del Padre
hacia todo ser humano. La Virgen María, “Causa de nuestra alegría”, nos haga siempre dichosos en el
Señor, que viene a liberarnos de tantas esclavitudes interiores y exteriores.
Palabras del Papa después de la oración mariana:
Queridos hermanos y hermanas, me he olvidado de cómo era aquella frase: “Con Jesús…”, a ver
veamos, “Con Jesús la alegría está en casa”. Todos juntos: “Con Jesús la alegría está en casa”.
Los saludo a todos ustedes, familias, grupos parroquiales y asociaciones, que han venido desde Roma,
Italia y de tantas partes del mundo. En particular, saludo a los peregrinos de Civitella Casanova, Catania,
Gela, Altamura y a los jóvenes de Frosinone.
Al saludar a los fieles polacos, me uno espiritualmente a sus connacionales, a toda Polonia, que hoy
encienden la “vela de Navidad” y reafirman el compromiso de solidaridad, especialmente en este “Año
de la Caritas” que se celebra en Polonia.
Y ahora saludo con afecto a los chicos venidos para la bendición de los “Niñitos”, organizada por el
Centro di Oratori Romani. Pero enhorabuena, ¡eh! Ustedes lo han hecho muy bien, han estado muy
alegres aquí en la plaza, ¡enhorabuena! Y ahora llevan el pesebre bendecido. Queridos niños, les
agradezco por su presencia y les deseo ¡Feliz Navidad! Cuando recen en casa, delante de su pesebre,
acuérdense también de mí, de rezar por mí, como yo me acuerdo de ustedes. La oración es el respiro del
alma: es importante encontrar momentos en la jornada para abrir el corazón a Dios, también con las
simples y breves oraciones del pueblo cristiano. Para esto, hoy he pensado en hacerles un regalo a todos
ustedes que están aquí, en la plaza, una sorpresa, un regalo. Les daré un pequeño librito de bolsillo que
reúne algunas oraciones, para los varios momentos de la jornada y para las diversas situaciones de la
vida. Es esto. Algunos voluntarios los distribuirán. Tomen uno cada uno y llévenlo siempre con ustedes,
como ayuda para vivir toda la jornada con Dios. Y para que no nos olvidemos de aquel mensaje tan
bonito, que ustedes han hecho con el cartel ¿cómo era? “Con Jesús, la alegría está en casa”. Otra vez:
“con Jesús, la alegría está en casa”, ¡Bravo!
A todos ustedes un cordial deseo de un feliz domingo y de buen almuerzo. No se olviden, por favor de
rezar por mí. ¡Hasta pronto! ¡Y tanta alegría!
(Traducción del italiano: María Cecilia Mutual)
Presentación del Informe Final de la
Visita Apostólica a los Institutos de Vida
Consagrada de las Religiosas en Estados
Unidos
Ciudad del Vaticano, 16 diciembre 2014(VIS).-Esta mañana en la Oficina de Prensa de la
Santa Sede ha tenido lugar la presentación del Informe Final de la Visita Apostólica a los
Institutos de Vida Consagrada de las Religiosas en Estados Unidos.
Han intervenido en el acto el cardenal João Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los
Institutos de Vida consagrada y las Sociedades de Vida apostólica; el arzobispo José
Rodríguez Carballo, O.F.M., Secretario de la misma congregación; Sor Mary Clare Millea,
A.S.C.J., Directora de la Visita Apostolica en Estados Unidos; Sor Sharon Holland, I.H.M.,
Presidente de la “Leadership Conference of Women Religious” (LCWR); Sor Agnes Mary
Donovan, S.V., Coordinadora del “Council of Major Superiors of Women Religious” (CMSWR) y
el Padr Thomas Rosica, C.S.B., Asistente del comité de la visita.
El cardenal Braz de Aviz, explicó que la Visita inició debido a la toma de conciencia de que la
vida religiosa apostólica en los Estados Unidos estaba experimentando retos difíciles y que a
pesar de que sabían que una iniciativa de esa envergadura no estaría exenta de límites,
deseaban conocer más profundamente la aportación de las mujeres religiosas a la Iglesia y la
sociedad, así como las dificultades que ponían en peligro la calidad de su vida religiosa y, en
algunos casos, la existencia misma de los institutos.
''Nuestro informe final sobre la Visita está dirigido -agregó- a las religiosas de los Estados
Unidos, así como a los pastores y fieles de la Iglesia. Además de la publicación de este informe
general, nuestro Dicasterio enviará informes individuales a los institutos que recibieron una
visita en su sede y a aquellos institutos cuyos informes individuales mostraron áreas de interés.
También enviaremos cartas de agradecimiento a los institutos que participaron en las dos
primeras fases de la Visita. Somos conscientes de que la Visita Apostólica fue vista con
aprensión por algunas religiosas, así como de la decisión, por parte de algunos institutos, de no
colaborar plenamente en el proceso. Si bien para nosotros fue motivo de amargura,
aprovechamos ahora la oportunidad para expresar nuestra voluntad de entablar un diálogo
respetuoso y fructífero con los institutos que no cooperaron plenamente con la Visita''.
El purpurado reveló a continuación que el Papa Francisco ha pedido a su dicasterio, en
estrecha colaboración con la Congregación para los Obispos, que actualice el documento curial
Mutuae Relationes relativo a la colaboración entre obispos y religiosos, ''de acuerdo con la
voluntad de la Iglesia de promover la comunión eclesial que todos deseamos''. Y concluyó
manifestando su alegría por las muchas y recientes declaraciones de Francisco sobre la
contribución indispensable y singular de las mujeres a la sociedad y a la Iglesia. ''Os aseguro -
dijo- que esta Congregación se compromete a colaborar para que la determinación de
Francisco de que "el genio femenino" encuentre expresión en los diversos lugares donde se
toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales. Vamos
a seguir trabajando para que las religiosas competentes participen activamente en el diálogo
eclesial con respecto al posible lugar de la mujer allí donde se toman decisiones importantes,
en los diversos ámbitos de la Iglesia''.
A continuación el arzobispo José Rodríguez Carballo, O.F.M., precisó que los dicasterios de la
Santa Sede autorizan regularmente visitas apostólicas, que implican el envío de uno o varios
visitadores para evaluar una entidad eclesiástica con el fin de ayudar al grupo en cuestión a
mejorar la forma en que se lleva a cabo su misión en la vida de la Iglesia .''Sin embargo de
alguna manera, esta visita apostólica no tenía precedentes -matizó- Se trataba de 341 institutos
de religiosas que se dedican al ministerio apostólico y que tienen un generalato, una casa
provincial o un programa de formación inicial en los Estados Unidos. Tanto los institutos
diocesanos como los de derecho pontificio, a los que pertenecen aproximadamente 50.000
religiosas en los Estados Unidos, formaron parte de la Visita. Cada provincia de institutos que
tuviera más provincias en Estados Unidos se consideró como una unidad independiente, por lo
cual la Visita tocó 405 entidades. Nuestro Dicasterio nombró a una religiosa estadounidense,
Madre Mary Clare Millea, ASCJ, como Visitadora Apostólica, otorgándole las facultades para
proyectar y llevar a cabo la Visita. Ella, por su parte, eligió un grupo de colaboradores religiosos
y americanos que la ayudó durante todo el proceso''.
La Visita se llevó a cabo entre 2009 y 2012 y se dividió en cuatro fases. En la primera fase, 266
superioras generales (78% del total ) entablaron un diálogo personal con el Visitador o
Visitadora. Posteriormente, se pidió a todas las superiores mayores que completasen un
cuestionario con datos concretos e informaciones sobre la calidad de la vida espiritual,
comunitaria y apostólica del Instituto. Las visitas in situ se realizaron sobre una muestra
representativa de 90 institutos religiosos, cerca de la mitad de los institutos religiosos
femeninos de vida activa en Estados Unidos. En la fase final, la Visitadora presentó al
dicasterio un informe general sobre las principales cuestiones y tendencias en la vida religiosa
de las mujeres en los Estados Unidos. Sin la presunción de aplicar esas tendencias a cada
instituto, las mismas han sido lo suficientemente significativas para justificar su mención en el
informe.
''El documento que hoy presentamos -señaló el arzobispo- es la respuesta de la Congregación
al Informe General de la Visitadora. Tras una breve introducción, se describe la razón de ser y
se ofrece una visión general del proceso de la Visita. A continuación, se tratan brevemente las
principales cuestiones evaluadas en el curso de la misma: datos concretos, carisma e
identidad, vocación y formación religiosa, la oración centrada en Cristo, la vida comunitaria y el
apostolado, el gobierno y la gestión financiera, la colaboración en la misión evangelizadora de
la Iglesia y la comunión eclesial. Sobre cada uno de estos temas se da un punto de referencia
en la forma de una breve exposición de la enseñanza actual de la Iglesia sobre el tema
examinado. Sigue un resumen de la evaluación global de la Visitadora sobre la realidad. La
tercera parte de cada sección contiene las recomendaciones de la Congregación para los
institutos religiosos con respecto al tema en cuestión''.
Mons. Rodríguez Carballo añadió que cualquier resumen oral de la Visita Apostólica
empobrecería su contenido y facilitó, en cambio, las web donde se puede leer el informe
completo (www.vatican.va, www.uisg.org, www.vidimusdominum.org, www.lcwr.org,
www.cmswr.org, www.usccb.org) indicando que el texto se enviará también a todos los
Institutos religiosos objeto de la visita.
Por su parte, la Visitadora, Sor Mary Clare Millea ASCJ, dijo que la Visita había proporcionado
muchas oportunidades ''para la reflexión, el diálogo y la comunión entre las religiosas en los
Estados Unidos, así como con los pastores de la Iglesia y los fieles laicos. Las superiores de
las congregaciones, incluyendo las que inicialmente habían expresado resistencia a esta
iniciativa, estuvieron de acuerdo en que el proceso ha dado resultados positivos sorprendentes,
tales como: la confrontación honesta con el poder transformador de la Palabra de Dios, las
conversaciones espirituales profundas con nuestras hermanas acerca de la vida, el testimonio
y el mensaje de nuestras fundadoras y fundadores, la profundización en los documentos de la
Iglesia sobre la vida consagrada, el incremento de la solidaridad entre las religiosas y el
renovado deseo de ir más allá de las actitudes que nos impiden estar en comunión unos con
otros, una maravillosa gratitud expresada a las religiosas por obispos, clérigos y laicos, que se
ha traducido en nueva fuente de energía y recursos entre nosotros y ha despertado un
renovado interés en la promoción de las vocaciones a la vida religiosa''.
Mons. José Rodríguez Carballo anima a
los religiosos del mundo a “mirar el
futuro con esperanza”
2014-12-16 Radio Vaticana
(RV).- El Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida consagrada y las Sociedades de
Vida apostólica, monseñor José Rodríguez Carballo invita a los religiosos del mundo a “mirar el futuro
con esperanza” en ocasión del reporte final de la visita apostólica a las religiosas de EEUU (LCWR).
Este documento aborda el carisma y la identidad de los institutos religiosos, la promoción de las
vocaciones, la formación religiosa y la llamada a la centralidad de Jesús en la vida religiosa. Además
profundiza en la vida comunitaria, la oración de los religiosos con la Iglesia, el servicio de la autoridad, la
comunión eclesial y la colaboración en la evangelización en la misión de la Iglesia.
Monseñor Rodríguez explica la relevancia de que este hecho ocurra al inicio del año de la Vida
Consagrada: “Efectivamente coincide el reporte final con el año de la vida consagrada. De todos modos
creo que la coincidencia es accidental, es decir, se hace ahora porque se terminó ahora”.
“Esta visita fue muy amplia, muchos institutos han sido involucrados en esta visita y entonces llevó
mucho tiempo la visita, pero también llevó mucho tiempo la lectura y el análisis de las respuestas.
Entonces se terminó ahora, una feliz coincidencia, sin duda, con el año de la vida consagrada”.
“Nosotros queremos lanzar un mensaje de esperanza. La vida consagrada no está muerta en EEUU y
tampoco en otras partes, ciertamente se nota una disminución de vocaciones -este es un tema muy
complejo que llevaría mucho tiempo analizarlo- pero esto no indica que esté muerta, al contrario, hay
muchos signos de vida, hay muchos signos que nos hablan de que Dios sigue llamando y que hombres y
mujeres siguen dando una respuesta generosa en la vida consagrada”.
“Por eso, yo diría que el mensaje que queremos dar con este informe final de la visita a las hermanas de
EEUU coincide con el tercer objetivo del Año de la Vida Consagrada: Mirar al futuro con esperanza,
reconociendo con gratitud el pasado… el gran trabajo que han realizado y siguen realizando las
hermanas en EEUU y en otros puntos geográficos, sobre todo en el campo de la educación y de la
sanidad, naturalmente este futuro con esperanza pasa con vivir el futuro con pasión”.
Por su parte, el director de la Oficina de Prensa y de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi agradeció
la labor que realizan las religiosas en EEUU y en todo el mundo. “Un evento excepcional para nosotros
de atención a la vida consagrada y permítanme por favor destacar a conclusión de esta visita
apostólica… Nuestra admiración, nuestra estima, nuestra gratitud para las religiosas de los EEUU. Por lo
que han hecho, por lo que hacen y por lo que continuarán haciendo y también a todas las religiosas del
mundo. Muchas gracias”.
Para Radio Vaticano, MTC.
El clamor silencioso de los migrantes en
Estados Unidos llega al Papa
El cineasta guatemalteco Luis Argueta entregó a Francisco dos
documentales que registraron con crudo realismo, las paradojas del
fallido sistema de inmigración estadounidense
Andrés Beltramo Álvarez
Ciudad del Vaticano “Los migrantes lo dejan todo, pero no dejan la fe”. Esa frase es la herencia más
valiosa para Pedro Arturo López Vega, un niño nacido en Estados Unidos. Su madre guatemalteca se la
repetía constantemente, hasta que fue detenida y deportada tras la redada antiinmigración más
controvertida en la historia reciente de su país. Su historia y el clamor silencioso de otros tantos
hispanos llegó hasta el Papa Francisco, gracias al cineasta Luis Argueta.
También guatemalteco de origen, Argueta saludó al pontífice el pasado 10 de diciembre en la Plaza de
San Pedro. En esa ocasión le entregó copias de sus documentales “AbUSAdos” y “Abrazos”. Ambos
registran, con crudo realismo, las paradojas del fallido sistema de inmigración estadounidense.
“Cuando me preparaba para venir a Roma me preguntaba, ¿qué le digo al Papa? ¿Qué le digo? La
respuesta me la dio un niño, Pedrito. Él me respondió: Dile lo que me dijo siempre mi madre, que los
migrantes lo dejan todo, pero no dejan la fe”, contó el director en entrevista con el Vatican Insider.
Pedro es uno de los protagonistas de “AbUSAdos”, que documentó las consecuencias de la redada de
Postville, una pequeña localidad del estado de Iowa. El 12 de mayo de 2008 más de 900 agentes del
Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) a bordo de carros blindados y helicópteros arrestaron a 389
personas, la mayoría de Guatemala y de México. Los acusaron de numerosos cargos criminales, entre
ellos el robo de identidad. Apenas tres semanas después los deportaron. Gastaron en la operación 5.2
millones de dólares.
En Nueva York, donde vive y trabaja, Argueta leyó la noticia. No podía creer semejante movimiento
policial para detener a simples trabajadores, aunque ilegales. Entonces decidió trasladarse a Postville y
permanecer allí unos cuatro días. Su idea original era filmar cinco o seis entrevistas, para subirlas a
internet como parte de su colección “Las voces del silencio”. Pero aquel viaje cambió su vida.
“Yo que soy un hombre que ha tenido poca fe en mi vida, me doy cuenta que los migrantes me
regalaron la fe, me abrieron el corazón a la posibilidad de creer. Mi vida cambió a partir de esa primera
visita y ahora me dedico a contar las historias de los migrantes”, confesó. Lo que iba a ser apenas un
viaje, se convirtió en 27.
Con su cámara registró el miedo, la desconfianza, la prepotencia, el abuso, la incomprensión y la
injusticia que existen en torno a un fenómeno del cual no se habla en Estados Unidos. “Todos sabían
que en Postville había trabajadores indocumentados, pero nadie hablaba de eso, era mejor así”, dijo
uno de los numerosos entrevistados para el documental.
“¡Esto hay que contarlo!”, pensó Argueta. Por eso, una ver terminada “AbUSAdos”, emprendió una gira
por universidades, escuelas, centros comunitarios y sociales de todo el país. Promovió debates y
reflexiones colectivas. En un poblado de Minnesota, Worthington, conoció a Lisa Kremer, activista
católica fundadora de la organización “Familias juntas”.
Gracias a la experiencia de aquella mujer nació “Abrazos”, el segundo documental. En él quedaron
registradas las emociones de varios niños nacidos en Estados Unidos que por primera vez viajaron a
conocer a sus familiares directos en Guatemala. Sus padres, con problemas legales, jamás los habían
podido llevar.
Para el cineasta guatemalteco, sus documentales buscan no sólo denunciar sino también sensibilizar,
inspirados –de alguna manera- en la “cultura del encuentro” propuesta por el Papa Francisco.
Por eso ya está trabajando en una tercera película, que también deje constancia de los estadounidenses
que acompañan a los migrantes. Se llamará “La vuelta en U” e incluirá relatos de migrantes que han
podido acceder a la visa “U”, reservada para los indocumentados víctimas de delitos y que deciden
colaborar con la justicia.
“Quiero tocar el corazón de las personas para que cambien sus formas de pensar. La única forma de
lograr eso es estando frente a frente con los migrantes, conociéndolos como seres humanos y
reconociéndonos a nosotros mismos en ellos, perdiéndoles el miedo. Eso pasa con los estadounidenses
y también con los guatemaltecos, que ignoramos su contribución, tenemos unas ideas erróneas sobre
ellos. Hay que educar a unos y a otros”, apuntó.
Y agregó: “La Iglesia puede ser determinante para alcanzar la reforma migratoria en Estados Unidos. No
sólo la católica, también los luteranos o incluso los bautistas han puesto este tema en su agenda
pastoral. Hoy la clave son los hijos de los migrantes, ellos son estadounidenses, son el presente y el
futuro del país. A muchos les debe interesar hablar sobre la necesidad de no fragmentar a las familias,
sobre este clamor”.
Hannah Arendt
Más allá de la filosofía
Escritos sobre cultura, arte y literatura
Edición de Ángela Lorena Fuster, Fina Birulés
Traducción de Ernesto Rubio
Bajo el título de Más allá de la filosofía se ofrece una serie de textos de Hannah Arendt, en su mayoría
inéditos en lengua castellana, que dan a conocer el importante papel que en sus reflexiones desempeñan la
crisis de la cultura, la poesía, el arte y la narración literaria. Al recoger trabajos y artículos redactados casi
a lo largo de una vida, esta colección permite descubrir la articulación del estilo de su autora, la
genealogía de algunos de sus conceptos más relevantes y de ciertos temas que atraviesan toda su obra.
Los materiales aquí reunidos tienen un carácter heterogéneo debido a que fueron escritos con distintos
propósitos, en tiempos muy diversos, publicados en dos continentes y en dos lenguas distintas por una
mujer que no se cansó de insistir en que lo importante, lo verdaderamente esencial, es reflexionar a partir
de la experiencia. Entre estos materiales encontramos ejercicios de pensamiento, notas para conferencias,
partes de sus libros, discursos de recepción de premios, obituarios y, en fin, reseñas tanto de escritos de
amigos como de obras por las que no siente afinidad alguna. A través de esta variedad de géneros,
despunta una nueva perspectiva sobre el pensamiento de Hannah Arendt con la que también emergen las
siluetas de autores como Rainer Maria Rilke, Bertolt Brecht, Hermann Broch, W. H. Auden o Nathalie
Sarraute, que ella supo trazar de manera singular.
Dentro de los estudios publicados por Editorial Trotta dedicados al pensamiento filosófico femenino cabe
destacar la edición del libro de Ana Bundgaard Más allá de la filosofía. Sobre el pensamiento filosófico-
místico de María Zambrano (2000).
Simone Weil
Echar raíces
Presentación de Juan-Ramón Capella
«Echar raíces quizá sea la necesidad más importante e ignorada del alma humana. Es una de las más
difíciles de definir. Un ser humano tiene una raíz en virtud de su participación real, activa y natural en la
existencia de una colectividad que conserva vivos ciertos tesoros del pasado y ciertos presentimientos
del futuro. [...] El ser humano tiene necesidad de echar múltiples raíces, de recibir la totalidad de su vida
moral, intelectual y espiritual de los medios de que forma parte naturalmente».
Simone Weil
«L’Enracinement es, con las Leyes y la Política platónicas, y alguno de los mejores frutos de la literatura
utópica, una de las obras políticas más difíciles de soportar para el sentido común» (Manuel Sacristán
Luzón).
«Este libro pertenece a esa categoría de los prolegómenos de la política que los políticos raramente
leen, y que muchos de ellos difícilmente podrían comprender ni sabrían cómo aplicar» (T. S. Elliot).
«No estamos realmente ante un idealismo ético, sino ante un minimum realista para una sociedad en la
que el hombre cuente» (José Jiménez Lozano).
Mi solución al hambre
El Mundo | Alberto Vázquez-Figueroa
Desde mediados del siglo pasado sequías cada vez más frecuentes, prolongadas e inclementes han
venido afectado al Sahel, un territorio de más de cinco mil kilómetros de largo por quinientos de ancho,
que se extiende desde el Océano Índico al Atlántico, incluyendo a países tan pobres como Somalia,
Etiopía, Sudán, Chad, Níger, Mali o Mauritania. Millones de personas mueren cada año, especialmente
niños, y como el hambre y la sed llevan a la desesperación se ha generado un imparable flujo de
emigrantes hacia un continente europeo que no sabe cómo contener tan desbordante avalancha pese a
invertir fortunas en vigilancia costera o vallas de alambre espinoso.
Ver los cadáveres de cuantos mueren intentando atravesar el desierto, los cuerpo flotantes de cuantos
no consiguen alcanzar las costas de la tierra soñada o la carne lacerada por cuchillas de acero de cuantos
pretenden saltar esas vallas desgarra muchos corazones, y debido a ello personas caritativas, naciones
comprometidas y organizaciones humanitarias intentan paliar ese hambre a base de enviar a Somalia,
Etiopía, Sudán, Chad, Níger, Mali o Mauritania toneladas de arroz, harina, maíz, judías o lentejas.
TOÑO BENAVIDES
Pero como el ser humano ha evolucionado a lo largo de milenios y no es ni una cabra ni una gallina,
expulsa los granos tal como los ingirió. Para convertirlos en digeribles necesita agua y fuego, y por lo
tanto lo que en realidad se está haciendo es multiplicar el problema, a imagen y semejanza de aquellos
médicos que practicaban sangrías a los enfermos de anemia. Ello viene a significar que cada día que
pasa se añade miseria a la miseria.
Solemos ver en la televisión a una pobre mujer cocinando con cuatro tristes ramas -e incluso utilizando
excrementos de animales puesto que los árboles y arbustos también han ido desapareciendo por culpa
de la sequía- pero no advertimos que parte del agua se evapora mientras intenta que el arroz se ablande
hasta volverse comestible.
Para nosotros un casi invisible vapor que se pierde carece de importancia, pero para una mujer
subsahariana es vida que escapa hacia la nada; la vida de sus hijos que no podrán beber al día siguiente.
Y se puede sobrevivir dos semanas sin comer, pero tan solo tres días sin beber.
Para volver digerible una taza de arroz se necesitan dos tazas de agua y como consecuencia suele ocurrir
que tales alimentos a menudo se desperdician debido a que una pobre mujer que ha recibido un par de
kilos de arroz o maíz se ve obligada a caminar durante horas bajo un sol abrasador consumiendo más
energías de las que va a obtener a cambio de su carga y sabiendo que carece de agua o combustible.
No resulta extraño que al fin opte por desprenderse de su carga y que unos alimentos que ha costado
mucho producir, empaquetar y transportar a miles de kilómetros de distancia acaben siendo pasto de
cabras, pájaros o lagartijas porque no hemos sido capaces de comprender que, pese a la buena voluntad
de donantes y cooperantes, dichos alimentos no son los adecuados.
Otro de nuestros grandes errores estriba en enviar al Sahel leche en polvo visto que los bebés no
pueden digerirla si no se mezcla con un agua que suele estar contaminada, por lo que la mayoría de los
menores de un año no mueren de hambre sino de disentería.
La máxima autoridad en la materia, Josué de Castro, afirmaba en su injustamente olvidado libro,
Geografía del Hambre, que el hambre aguda provoca apatía, indiferencia y falta de ambición. Tal
comportamiento está considerado como desidia o una especie de melancolía racial, pero su principal
causa es un hambre crónica, ya que la deficiencia en ciertas vitaminas comienza por embotar el apetito
y cuando el individuo no sufre hambre física ha perdido su mayor estímulo: la necesidad de comer.
Los hombres cazadores y más tarde los hombres agricultores vivieron durante milenios respetando a la
naturaleza pero en menos de doscientos años los hombres industriales arruinaron la labor de sus
antecesores. Y para colmo han irrumpido en escena los hombres cibernéticos incapaces de ver más allá
de lo que no se encuentre en una pantalla, ya que como algún descerebrado ha llegado a asegurar: «Lo
que no esté en internet, no existe», sin caer en la cuenta que las máquinas tienen memoria y dan
respuestas pero carecen de sentimientos y por lo tanto ni sueñan, ni imaginan. Ninguna pantalla se
conmueve a la hora de mostrar a personas que sufren ya que por su interior no corre sangre, sólo
plasma.
A la vista de ello, los esfuerzos se han centrado en la búsqueda de fórmulas que reduzcan de forma
notable las tres variables que conforman la raíz del problema del hambre en el Sahel: alimentos, agua y
combustibles. Y en esa búsqueda no se ha recurrido al manido argumento: «No le regales un pez a un
hambriento; enséñale a pescar». De poco sirve enseñarle a pescar a un subsahariano puesto que en el
Sahel no hay peces ya que por no haber, ni tan siquiera hay mar. Y además resulta muy difícil aprender
con el estomago vacío. Lo primero que se debe hacer para conseguir que la mente de un niño se
desarrolle es proporcionarle las vitaminas que necesita su cerebro.
Mucho antes del descubrimiento de América, incas, mapuches y patagones, es decir, los primitivos
pobladores de la costa del Océano Pacífico, ya habían advertido que los granos de maíz previamente
tostados y después molidos duraban más, consumían menos agua, eran extremadamente resistentes al
ataque de gorgojos o cualquier otro tipo de plagas y resultaban mucho más alimenticios que si primero
se molían y luego se tostaban.
También descubrieron que la harina resultante consumía menos agua al ser amasada, por lo que
convirtieron el ñaco en la base de su dieta, costumbre que aún se mantiene en algunos países del Cono
Sur. Es rico en calorías, contiene al menos siete vitaminas y resulta más nutritivo que la carne.
Paralelamente, a miles de kilómetros de distancia y sin haber mantenido aún ningún contacto con ellos,
en la costa Atlántica de África los bereberes y los guanches prehispánicos también habían comprendido
las ventajas de tostar cualquier tipo de grano -trigo, cebada, centeno e incluso judías o lentejas- antes
de molerlo, dando lugar a lo que acabó llamándose gofio, y que continuó siendo parte importante de su
dieta, máxime desde que se incorporó el maíz procedente de América. Durante mi infancia, y como
canario, no concebía la vida sin gofio, pero resulta evidente que proporcionárselo en polvo a los
habitantes del Sahel no resolvería sus problemas puesto que continuarían necesitando agua.
No obstante tales problemas se reducen de forma harto considerable si previamente se ha mezclado
con agua y con otros ingredientes hasta convertirlo en una pasta compacta de textura semejante a la
masa de pan y que se envía envasada al vacío.
Si se ha mezclado con leche, queso o frutos secos se puede comer directamente y resulta muy útil a la
hora de socorrer con eficacia y rapidez a víctimas de inundaciones, guerras o terremotos. Sin embargo,
si se ha mezclado con jugo de carne o de pescado, necesita combustible que permita convertir esa masa
en algo verdaderamente útil.
El Sahel carece de combustibles, pero la radiación directa anual supera los 2.000 kwh/m2 y la
temperatura sobre superficies oscuras pueden alcanzar los 150º, por lo que una plancha metálica negra
expuesta al sol absorbe tanto calor que en poco tiempo vuelve comestibles la mayor parte de los
alimentos. Camellos, cabras, burros y lagartos lamen las rocas antes del amanecer puesto que la enorme
diferencia de temperatura entre el día y la noche -en ocasiones de más de 30º- las han cubierto de un
rocío que les ayuda a calmar la sed.
Resulta lógico aceptar que uniendo todos esos elementos -granos tostados antes de ser molidos, metal
negro y agua de rocío- se consigue reducir de forma sustancial el hambre en los países del Sahel.
Se debe proporcionar a las familias bandejas de metal negro y brillante, con un reborde de no más de
dos dedos de ancho.
Y ese reborde debe contar con un único agujero.
Por el día como plancha de cocina que aprovecha la energía solar y dándole la vuelta como horno.
Por las noches actuará como recogedor de rocío.
Colocando la bandeja con una diferencia de inclinación de unos quince centímetros, con su único
agujero en la parte inferior y bajo él un recipiente, se consigue que a partir de la medianoche la escarcha
comience a depositarse sobre el metal que se está enfriando, las gotas de agua resbalen y acaben en el
recipiente evitando de ese modo que se evaporen con la llegada del calor.
Si en el interior de la bandeja se colocan ramas con abundantes hojas, la superficie capaz de captar las
gotas de escarcha y acabar en el recipiente aumenta de forma considerable. Es un sistema parecido al
que utilizaban los aborígenes herreños para recoger el agua del árbol Garoé.
Un efecto semejante se obtendría extendiendo sobre la bandeja un estropajo metálico.
La cantidad de agua obtenida dependerá de varios factores pero sea la que sea es agua no contaminada
con la que preparar biberones de leche en polvo sin miedo a que los niños mueran.
Esa leche se templará sobre esa misma bandeja ya expuesta de nuevo al sol.
Alberto Vázquez-Figueroa es escritor. Acaba de publicar su última novela, Hambre (Ediciones B).
La era de los impostores
El País | Mario Vargas LLosa
En estos días, el personaje más mediático en España es el “pequeño Nicolás”, un joven veinteañero que,
desde que era un adolescente, se las arregló, embaucando a medio mundo, para hacerse pasar por
amigo de la realeza, de grandes empresarios, autoridades y políticos de alto vuelo y del servicio de
inteligencia, todos quienes le habrían encargado delicadas e importantes misiones. Lo extraordinario del
caso es que buen número de estos personajes se tragaran sus patrañas, lo recibieran, lo escucharan y (al
parecer) hasta lo gratificaran por sus servicios. En la era del espectáculo en que vivimos, el histrión es el
rey de la fiesta.
Javier Cercas acaba de publicar un libro, El impostor, consagrado a Enric Marco, el más notable
embaucador de nuestro tiempo y, acaso, de todos los tiempos. Su historia dio la vuelta al mundo hace
nueve años cuando un pertinaz historiador, Benito Bermejo, reveló que Marco, presidente de la
asociación que agrupaba a los sobrevivientes españoles de los campos de exterminio nazis, que había
publicado libros, artículos, ofrecido cientos de conferencias en colegios, universidades y había hecho
llorar a los congresistas refiriendo en el Parlamento español los horrores indecibles que padecieron él y
sus compañeros en aquellos mataderos humanos, era un fabulador de polendas que nunca estuvo en
alguno de esos campos nazis y se había inventado de pies a cabeza esa heroica biografía de resistente
republicano, exiliado y prisionero de la peste parda hitleriana. Enric Marco, ya muy conocido por sus
campañas a favor de mantener viva la memoria histórica del Holocausto, se hizo todavía mucho más
famoso, dentro y fuera de España, como autor de la más formidable patraña del siglo.
El libro de Cercas es varios libros a la vez, pero, ante todo, una pesquisa rigurosa y maniática para
desentrañar lo que es verdad y lo que es mentira en la vida pública y privada de Enric Marco. Descubre
muchas cosas: que las imposturas de Marco arrancan en su misma juventud, atribuyéndose un pasado
de luchador republicano y de resistente anarquista en los primeros años de la dictadura franquista, y
que ellas jalonan toda su existencia. Pero, también, que estas mentiras en cadena están casi siempre
enhebradas con verdades, experiencias vividas a las que él coloreó, exageró, matizó y disminuyó para
hacer más persuasivas las ficciones con que fue adobando constantemente su escurridiza biografía. No
descubre todo porque la manera como ficción y realidad se confunden en la vida de Enric Marco es
inextricable.
¿Por qué dedicar tantos esfuerzos a esta tarea? ¿Sólo por la fascinación que provoca en él la audacia
embustera del personaje, esa novela viviente que es Enric Marco? Sin duda, pero, también, porque
probablemente nunca nadie antes de él ha encarnado las relaciones entre ficción y realidad de una
manera tan absoluta y excelsa. Todos los seres humanos soñamos con ser otros, con escapar a las
estrechas fronteras dentro de las que discurre nuestra vida; por eso y para eso existen las ficciones —las
novelas, las películas, los dramas, las óperas, las series televisivas, etcétera—, para satisfacer
vicariamente el hambre de irrealidad que nos habita y nos hace soñar con vidas mejores o peores que la
que estamos obligados a vivir. Enric Marco consiguió, gracias a su audacia, su talento transformista y su
falta de escrúpulos, ser, como en el poema de Rimbaud, uno mismo y otro (“Je est un autre”). Además
de una incisiva investigación periodística, el libro de Cercas es un sutil ensayo sobre la naturaleza de la
ficción y el modo como puede infiltrarse en la vida y trastornarla.
Y es, asimismo, un buceo personal y dramático sobre las responsabilidades morales de un escritor que,
como él, intenta, a través de lo que escribe, entender las razones profundas del personaje cuya historia
reconstruye. ¿Comprender a Enric Marco no es en cierto modo justificarlo, rehabilitarlo, dar
verosimilitud y consistencia a las razones que él esgrime con tanto empeño contra quienes lo condenan,
diciendo que sí, cometió un gran delito, pero lo hizo por una razón valedera y superior, para dar más
fuerza y publicidad a las atrocidades del Holocausto, para despertar en las nuevas generaciones un
sentimiento de espanto contra los crímenes del nazismo, reivindicar y desagraviar a sus víctimas, esos
millones de seres humanos sacrificados en los campos de exterminio, 9.000 de los cuales fueron
españoles?
Cercas no quiere que este impostor desmesurado le resulte simpático y, para que nadie se equivoque al
respecto, lo abruma de epítetos condenatorios a cada paso. También se los lanza a la cara al propio
Marco, quien, aunque usted no lo crea, se prestó a concederle muchas horas de entrevista para
facilitarle su trabajo inquisitorial, y, a cada momento, le recuerda que no escribirá este libro para
defenderlo ni atenuar su culpa, sino para desentrañar la pura y terrible verdad, es decir, para hundirlo
del todo en la ignominia moral. Lo más notable es que quien gana la partida que se disputa en este libro
incandescente no es el rectilíneo Cercas sino el delictuoso Marco.
El excelente novelista que es Javier Cercas olvidó, fascinado como estaba con el tema y materia de su
libro, que las buenas novelas convierten a los malos siempre en buenos, porque aquellos terminan
siempre por despertar en el lector (y, aunque no lo quiera, en el propio narrador) un atractivo
irresistible que vence y destruye sus reservas o principios éticos o políticos y los transforma en empatía.
El libro que él ha escrito es, aunque él no quisiera que lo sea, una (magnífica) novela sobre un personaje
fuera de lo común, un ser ontológicamente novelesco que tiñe la vida de ficción, un fantaseador
taumatúrgico que irrealiza la realidad con su audacia ilimitada. El héroe del libro no es quien lo relata
sino el genial embaucador, el espantoso e inverosímil Enric Marco. Él, sólo él. Comparado con la
peripecia prodigiosa que le permitió dejar de ser la minucia humana que era y convertirse en un gigante,
qué pequeñito y olvidable parece el aguafiestas de su historia, el decente y honesto historiador Benito
Bermejo que, sin siquiera beneficiarse con ello y hasta recibiendo por su altruista tarea buen número de
ataques, lo desenmascaró, guiado sólo por su amor a la verdad y su repugnancia por las mentiras
históricas.
Vivimos una época en que los embaucadores nos rodean por todas partes y la inmensa mayoría de ellos
—banqueros, autoridades, dirigentes políticos y sindicales, jueces, académicos— miente y delinque para
enriquecerse, sórdido designio vital, sin que sus historias trasciendan las previsibles trapacerías del
ratero vulgar. Por lo menos, Enric Marco lo hacía con horizontes más amplios y, sí, por qué no, menos
egoístas. La verdad es que nunca se lucró con sus mentiras y las sostuvo y defendió con una energía
admirable, trabajando como un verdadero galeote y, es cierto, haciendo tomar conciencia a muchos
jóvenes, y a buen número de hombres y mujeres maduros, de lo que significaron los campos de la
muerte del nazismo y de la obligación cívica de reivindicar a sus víctimas. ¿Que Marco era, que es, un
narciso codicioso de publicidad, un ávido mediópata, obsesionado por salir siempre en la foto? Sin la
menor duda. Pero su enfermedad es una enfermedad de nuestro tiempo, la de una cultura en la que la
verdad es menos importante que la apariencia, en la que representar es la mejor (acaso la única)
manera de ser y de vivir.
La ficción ha pasado a sustituir a la realidad en el mundo que vivimos y, por eso, los mediocres
personajes del mundo real no nos interesan ni entretienen. Los fabuladores, sí. No es de extrañar que en
una época así, el “pequeño Nicolás” y el gigantesco Enric Marco hayan sido capaces de perpetrar sus
fechorías, perdón, quiero decir sus proezas. La culpa no es de los novelistas, ellos sólo cuentan las
historias que les gustaría vivir a sus lectores.
Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2014.
© Mario Vargas Llosa, 2014.
La condición sombría: filosofía y terror
Carlos Javier González Serrano
16 diciembre, 2014
“Es tentar al hombre dejarle elegir”, aseguraba Sade
La colección “Hispanica Legenda” de Plaza y Valdés Editores nos tiene acostumbrados a títulos tan
dispares, inquietantes y atractivos como Soñando monstruos (Vicente Serrano), El ajedrez y la filosofía
(Francisco J. Fernández) o Infierno horizontal (Ana Carrasco Conde). En esta ocasión nos sorprenden con
un volumen que, en palabras del autor (el filósofo y profesor Antonio Castilla Cerezo, traductor del
injustamente desconocido Carlo Michelstaedter), tiene por objetivo “pensar el terror”: La condición
sombría.
A pesar de que la filosofía ha intentado en los últimos decenios acercarse a la parte más tenebrosa del
alma humana, escrutando asuntos como el horror, la perversión o el miedo, lo cierto es que tanto en el
ámbito académico como en el campo ensayístico o divulgativo, se ha vedado la entrada al terror como un
tema de escasa relevancia teórica. Sin embargo, como apunta Castilla Cerezo, su importancia reside en
que “el terror destruye en un instante lo que ha sido construido lenta, trabajosamente. No se detiene ante
nada. El terror es esencialmente traidor”, aunque también excepcional.
Desde los más tempranos albores del pensamiento (oriental y occidental), la humanidad se ha asombrado
ante la posibilidad del mal, de cometer actos que, de una forma u otra, atentan contra lo que cabe esperar
de nosotros. Ya explicaba Goethe en su Fausto, en boca de las sirenas, que los hombres inspiran una
suerte de pena y estupefacción por cuanto podrían llegar a ser, conformándose con parecer sombras de su
potencialidad.
La felicidad va a parar a la plebe y a los de natural despreciable: por el contrario, subyugar desastres y
terrores humanos es propio del grande hombre. Ser siempre dichoso y pasar la vida sin dentelladas en el
espíritu es, de cierto, desconocer el otro lado de la naturaleza. Eres un gran hombre: pero ¿cómo lo sé, si
la muerte no te da ocasión de demostrar tu valor? (Séneca, Sobre la providencia, 4).
Como escribía Thomas Ligotti en La fábrica de pesadillas (obra de la que Castilla Cerezo se ocupa
prolijamente, junto a Poe, Sade, Plotino, Leibniz, Schopenhauer, Kant, Shakespeare, Nietzsche, Mary
Shelley y un largo etcétera), “el tema más viejo, quizá el único, es el del saber prohibido. Y ningún saber
prohibido consoló nunca a su dueño”. El conocimiento del mal esconde uno de estos tabúes
epistemológicos, pues “la mera posibilidad de tal conocimiento introduce una monstruosa y perversa
tentación que troca los tranquilos placeres de la existencia mundana por las luces brillantes de la
alienación, la perdición y, en algunos casos extraños, la condenación eterna”, sentencia Ligotti.
Se preguntaba Plotino: “¿con cuál de las facultades que hay en nosotros podemos conocer la naturaleza
del mal?”
El lector encontrará en este volumen un magnífico ensayo sobre las formas que el terror adopta, ha
adoptado y puede adoptar en su camino hacia la conquista definitiva no sólo del ánimo humano, sino de
cualquier realidad existente. Su amenaza siempre planea, acechante y muy real, como una sombra que
hay que combatir permanente y violentamente. En su Frankestein, Mary Shelley escribía que
¿Por qué presume el hombre de una sensibilidad mayor a la de las bestias, cuando esto sólo consigue
convertirlos en seres más necesitados? Si nuestros instintos se limitaran al hambre, la sed y el deseo,
seríamos casi libres.
Como se cuestionaba Plotino en sus Enéadas, “¿cómo puede uno imaginarse el mal como forma, si es por
ausencia de todo bien por lo que se vislumbra el mal? Si se responde, porque la ciencia de los contrarios
es la misma y porque el mal es contrario al bien, la ciencia del bien será la misma que la del mal,
entonces, a los que se dispongan a conocer el mal, les será preciso penetrar en el conocimiento”.
Con un estilo ameno y accesible para cualquier público interesado en las constantes asechanzas del terror
y su relación con la filosofía, acompañado del rigor propio de una obra de mayúscula altura intelectual,
Antonio Castilla Cerezo ha logrado confeccionar un ensayo –a caballo entre el pensamiento, la historia y
la literatura– en el que se dan cita personajes tan dispares como Blanchot, Goethe, Heidegger, Foucault,
Platón, Derrida, Freud o Hobbes. El objetivo: apoderarse, en la medida en que sea posible, de las
alargadas garras del terror, de “un temor que nada puede suprimir” (como reza uno de los capítulos del
libro).
La condición sombría. Terror y filosofía es un libro para disfrutar, para adentrarse en los más enrevesados
y oscuros pasillos del mal, para cobrar consciencia de que quizá el bien y la bondad no sean más que otra
cara (más amable, más disimulada) del terror.
La voz descalza de Santa Teresa y San
Juan de la Cruz
MJ / 2 días ago
El cantautor leonés Amancio Prada (1949) prepara un recital que espera estrenar “pronto”, en 2015, con
versos de los místicos por excelencia, como son santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz.
El recital, que lleva por título “La voz descalza de Santa Teresa y San Juan de la Cruz”, está integrado
por ocho nuevas canciones que ha compuesto de la monja reformadora, que se unen al “Vivo sin vivir en
mí” que creó hace tres décadas para formar una novena, según ha indicado antes de recibir la medalla de
la Academia de Juglares de Fontiveros (Ávila), localidad donde nació Juan de Yepes en 1542.
Coincidiendo con los 423 años que hoy se han cumplido del fallecimiento del místico carmelita, Amancio
Prada ha sido nombrado, además, miembro de la Institución Gran Duque de Alba, dependiente de la
Diputación de Ávila, en un acto en el que ha recibido su medalla de juglar de manos de la escritora
Asunción Escribano, profesora de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), juglar saliente.
En este marco, Amancio Prada ha recordado, en declaraciones a los medios, que lleva desde la década de
1970 en “compañía” de san Juan de la Cruz, desde que, viviendo en una buhardilla de París (Francia),
comenzó a leer el “Cántico Espiritual” del santo “con los ojos y con los oídos”.
“Fue un flechazo a primera vista o a primer oído”, porque creyó que “lo más conveniente” era cantar las
palabras de San Juan de la Cruz, al que ha definido como “el más alto poeta en lengua hispánica”, algo
que queda patente en el hecho de ser el místico patrón de los poetas.
No obstante, ha señalado que “San Juan nunca dijo la palabra poesía o verso en sus obras”, pues “hablaba
de canciones y coplas que solía pensar y cantar cuando iba descalzo entre el sol y la fuente”.
Aunque lo ha considerado uno de los poetas fundamentales en la literatura, no ha dudado Amancio Prada
en afirmar que “la poesía es semilla antes que fruto”, de modo que “tiene todo el tiempo del mundo para
ser descubierta y saboreada”.
Prada, que se ha incorporado hoy a la veintena de miembros que forman parte de la Academia de Juglares
de Fontiveros, entre quienes se encuentran Clara Janés, Luis Alberto de Cuenca y Luis López Anglada, ha
adelantado que “en una especie de rapto o trance” ha compuesto ocho nuevas canciones de Santa Teresa.
La “novena” dedicada a la santa, en alternancia con otras tantas canciones de san Juan de la Cruz,
integran el recital “La voz descalza de Santa Teresa y San Juan”, que el cantautor ha admitido que está
“deseando estrenarlo”, ya sea “en Fontiveros o en Ávila”, aunque “sería un buen marco” la
conmemoración del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús (1515-2015).
Fuente: EFE
Este video recoge un momento del concierto que dio Amancio Prada el 24 de mayo de 2013 en el claustro
del convento de Santa Clara de Carmona, con motivo de la presentación del número 28 de la revista de
creación Palimpsesto.
Amancio Prada y San Juan de la Cruz
San José de Ávila. La primera fundación
MJ /
El teatro de Alba de Tormes fue el escenario elegido para la
presentación del número 59 de “Salamanca. Revista de Estudios. La huella de Teresa de Jesús”. El
acto tuvo lugar el pasado viernes, día 12 de diciembre, a las 19h.
Se trata de un volumen dedicado de manera monográfica –pero desde múltiples perspectivas– a Teresa de
Jesús, con motivo de la celebración del V centenario de su nacimiento. Está editado por la Diputación de
Salamanca.
Agradecemos la deferencia de permitirnos reproducir aquí uno de los trabajos publicados en la revista. Se
trata de un estudio sobre cómo se desarrolló la fundación de San José de Ávila, la primera de todas, y que
supondría el nacimiento del carmelo descalzo.
El artículo ha sido realizado por Sonsoles Sánchez-Reyes, doctora en Filología inglesa y licenciada en
Derecho. Trabaja como profesora en la Escuela Universitaria de Educación y Turismo de Salamanca
(Campus de Ávila) y es Teniente de Alcalde de Cultura, Deporte y Educación en el Ayuntamiento de
Ávila. Sonsoles Sánchez-Reyes fue también coordinadora, en 2012, de la conmemoración del 450
aniversario del convento de San José en Ávila.
San José de Ávila. La primera fundación
Sonsoles Sánchez-Reyes
«Salamanca. Revista de Estudios.
La huella de Teresa de Jesús», nº. 59, 2014, pp. 45-64
Resulta imposible resistirse al encanto del convento de San José de Ávila. 452 años después de su
fundación, la vida late a borbotones en el mundo que celan sus muros, un microcosmos pulcro de
organización perfecta, pleno de actividad y de proyectos, dotado de una naturaleza tan fértil como la
alegría que transmiten sus moradoras. Y en estos casi cinco siglos de permanencia ininterrumpida del
convento en Ávila, miles de transeúntes han pasado miles de veces por delante de sus tapias y paredes de
aspecto sobrio, mudos testigos de cómo el tiempo iba variando en las gentes su atuendo, su discurso o sus
costumbres, mientras las piedras se mantenían fieles en su inmutabilidad al sueño de la Santa, sabiéndose
tan llenas de pasado como de futuro. Y aquellos viandantes que se aventurasen a llegarse hasta el torno o
el locutorio del convento, se verían sorprendidos por el profundo contraste entre el tono gris y severo de
las tapias, y la luz cálida que se filtra entre las rendijas del edificio, delatando un interior de aire puro que
apenas se deja entrever, como una promesa de vedado acceso. Es entonces cuando vienen a la mente las
clarividentes palabras de Santa Teresa para definir el lugar: “Esta casa es un cielo, si le puede haber en la
tierra, para quien se contenta sólo de contentar a Dios y no hace caso de contento suyo; tiénese muy
buena vida”[1]. Y se comprende que es la puerta al cielo que la Santa quiso dejar abierta en Ávila.
Uno de los hechos diferenciales más determinantes de la singularidad de Teresa de Jesús es su cualidad de
fundadora, a pesar de que ella misma minimizase su papel ante su sobrina Teresita: “No sé para qué me
llaman fundadora, pues que Dios y no yo es el que á fundado estas casas”[2]. Reconoce sentir que es el
Señor quien la ha elegido como mero instrumento para erigir su casa: “muchas veces me espanta cuando
lo considero y veo cuán particularmente quería Su Majestad ayudarme para que se efectuase este
rinconcito de Dios -que yo creo lo es- y morada en que Su Majestad se delita, como una vez estando en
oración me dijo que era esta casa paraíso de su deleite” (Vida 35, 12). El surgimiento del convento
abulense proporciona la clave para el amanecer de su reforma. Es en el momento de materializarse la
fundación de San José de Ávila, cuando Teresa de Ahumada cambia su nombre por el de Teresa de Jesús
(Efrén y Steggink 1996: 235), siendo ese episodio de su biografía el punto de inflexión que la convertirá
en un personaje de talla universal e intemporal. En San José tienen lugar acontecimientos de gran
trascendencia para la nueva Orden creada por Santa Teresa: allí se descalza la fundadora el 13 de julio de
1563, sustituyendo los zapatos por alpargatas de cáñamo, el calzado de las reformadas (Efrén y Steggink
1996: 237); allí escribe la mayor parte de sus libros e idea las Constituciones.
Únicamente es la perspectiva histórica la que permite llamar a San José de Ávila la “primera fundación”,
pues encabeza cronológicamente la lista de las 17 fundaciones de monjas (además de las 15 de frailes)
que Santa Teresa realizó con posterioridad: Medina del Campo (1567), Malagón y Valladolid (1568),
Toledo y Pastrana (1569), Salamanca (1570), Alba de Tormes (1571), Segovia (1574), Beas y Sevilla
(1575), Caravaca (1576), Villanueva de la Jara y Palencia (1580), Soria (1581), Granada y Burgos (1582)
(de Pablo 2012: 93-94). Sin embargo, en ningún momento la gesta reformadora de Teresa de Jesús se
inicia con un plan de expansión predeterminado, más allá de la fundación del convento de Ávila, que ya
de por sí resultó harto compleja y trabajosa. Fue una visita a España del Padre General de la Orden del
Carmelo, Juan Bautista Rubeo, consignado por el capítulo para implantar la reforma conciliar, la que le
lleva a recalar en Ávila, entusiasmándose con la forma de vida de las religiosas del nuevo convento, y
llegando a un perfecto entendimiento con la Santa, le encomienda que extienda la reforma: “deseava
fundase tantas (casas) como tengo cabellos en la cabeza” (Fundaciones 27, 20). El 27 de abril de 1567, el
P. Rubeo firma en Avila una patente para que Teresa de Jesús fundase nuevos conventos como el de San
José en cualquier lugar del reino de Castilla (Efrén y Steggink 1996: 327), siguiendo después de cerca los
progresos de la Orden: “cada casa que se fundava, me escrivía recibir grandísimo contento (…) el mayor
alivio que yo tenía en los travajos era ver el contento que le dava, por parecerme que en dársele servía a
nuestro Señor” (Fundaciones 27, 19).
El primer monasterio, así, se convierte en el modelo sobre el que configurar una larga lista de fundaciones
posteriores, muchas de ellas también bajo la titularidad de San José. La Santa Madre comprenderá a esta
luz las crípticas palabras que le había dirigido Cristo, tras la fundación de Ávila: “Espera un poco, hija, y
verás grandes cosas” (Fundaciones 1,8). Cuando, años antes, Teresa de Ávila escribía al dominico Fr.
Luis Beltrán, luego Santo, para consultarle sobre la conveniencia de la fundación de San José, éste
respondía con un argumento tan certero que ya parecía presagiar fundaciones ulteriores: “digo en nombre
del mismo Señor que os animéis para tan grande empresa, que Él os ayudará y favorecerá. Y de su parte
os certifico que no pasarán cincuenta años que vuestra Religión no sea una de las más ilustres que haya en
la Iglesia de Dios”[3]. La reforma teresiana se constituyó en provincia autónoma en 1581 y en
congregación de observancia en 1587, configurándose como nueva orden religiosa dentro de la familia
carmelitana el 20 de diciembre de 1593 (Ramos 1990: 41). El reconocimiento definitivo coincidió
temporalmente de un modo casi perfecto con la previsión de Fray Luis Beltrán: en 1614, 52 años después
de escribirse esta carta, Santa Teresa era beatificada.
En los albores de la década de 1560, Teresa de Ahumada llevaba 27 años en la Encarnación, donde se
observaba la Regla del Carmen con la mitigación que Eugenio IV había dado a la Orden. El convento, a
mediados del siglo XVI, contaba con casi 200 monjas[4] y sufría graves problemas en su gestión y
mantenimiento, lo que en la práctica le apartaba del ideal evangélico, pues las monjas salían temporadas
muy largas buscando el sustento en casa de parientes, se recibían muchas visitas, y las diferencias de
extracción social se reflejaban en distinto nivel de comodidad en la clausura. La propia Teresa lo explica
así (Vida 32,9): “Pensava qué podría hacer por Dios y pensé que lo primero era siguir el llamamiento que
Su Majestad me había hecho a relisión, guardando mi Regla con la mayor perfeción que pudiese. Y
aunque en la casa adonde estava havía muchas siervas de Dios y era harto servido en ella, a causa de tener
gran necesidad salían las monjas muchas veces a partes adonde con toda honestidad y relisión podíamos
estar; y también no estaba fundada en su primer rigor la Regla, sino guardávase conforme a lo que en toda
la Orden, que es con bula de relajación, y también otros inconvenientes, que me parecía a mí tenía mucho
regalo por ser la casa grande y deleitosa”. Su deseo era “apartarme más de todo y llevar mi profesión y
llamamiento con más perfección y encerramiento” (Vida 36, 5).
La joven María de Ocampo, hija de unos primos de Teresa de Ávila, recordaba cómo una tarde de
septiembre de 1560, en la celda de la santa Madre en la Encarnación, un grupo de mujeres trataron “cómo
se reformaría la Regla que se guardaba en aquel Monesterio, que era de Nuestra Señora del Carmen de las
Mitigadas, y se hiciesen unos monesterios a manera de ermitañas como lo primitivo que se guardaba al
principio de esta Regla que fundaron nuestros Padres antiguos”[5]. En este momento de la conversación
llegó la gran amiga de la Santa, Guiomar de Ulloa, una viuda joven muy conocida en la buena sociedad
de Ávila, la cual se entusiasmó con el proyecto y prometió su ayuda.
No obstante, la situación financiera de Guiomar de Ulloa era muy precaria, como relata Teresa de Ávila a
su hermano Lorenzo: “por ahora está sin dineros, y cuanto toca a hacer y comprar la casa hágolo yo, que
con el favor de Dios hanme dado dos dotes antes que sea y téngola comprada, aunque secretamente”[6].
Los dos años siguientes al nacimiento de la idea requieren ir venciendo poco a poco las muchas
dificultades: indecisión del confesor jesuita de la Santa, el P. Baltasar Álvarez, que la sostiene a ratos y
otras veces le manda no vuelva a tratar del asunto, hasta que el nuevo Rector de la Compañía, V. P.
Gaspar de Salazar, aprueba la empresa; indecisión aun mayor del Provincial del Carmen, Fr. Ángel de
Salazar, que al principio se muestra propicio a la fundación y en vista del rechazo por parte de las monjas
de la Encarnación, no quiere después recibirla bajo su obediencia; y dificultades económicas añadidas,
que hacen exclamar a Teresa: “Señor mío, ¿cómo me mandáis cosas imposibles, que aunque fuera mujer
si tuviera libertad, mas atada por tantas partes, sin dineros ni de a donde los tener, ni para Breve, ni para
nada, qué puedo hacer, Señor?” (Vida 33, 12)[7].
El día de la Asunción de 1561, en el monasterio de Santo Tomás, donde solía ir a confesarse, Santa
Teresa tiene una visión de San José y la Virgen, que la animan a proseguir con su empresa. Es la imagen
que representa el retablo del altar mayor del convento de la Santa en Ávila: “(la Virgen) Díjome que la
dava mucho contento en servir al glorioso san Josef, que creyese que lo que pretendía de el monesterio se
haría y en él se serviría mucho el Señor y ellos dos; que no temiese havría quiebra en esto jamás, aunque
la obediencia que daba no fuese a mi gusto, porque ellos nos guardarían, y que ya su Hijo nos havía
prometido andar con nosotras, que para señal que sería esto verdad me dava aquella joya. Parecíame
haverme echado a el cuello un collar de oro muy hermoso, asida una cruz a él” (Vida 33, 14).
Teresa, plena de fe, hizo llamar a sus hermanos de Alba de Tormes (Juana de Ahumada y Juan de
Ovalle), para que se desplazasen hasta Ávila y comprasen una casa, perteneciente al clérigo Valvellido,
en su propio nombre, a fin de ocultar que era en realidad para fundar el monasterio de San José, evitando
así murmuraciones y polémica (Sobrino 1997: 64). La casa estaba en el barrio de San Roque, muy cerca
de la de Doña Guiomar (Efrén 1982: 83), en la zona Este de la ciudad, lo que facilitaba la supervisión de
las obras por parte de sus promotoras. Otro hermano de la Santa, Lorenzo de Cepeda, contribuye
decisivamente con dinero a la fundación de San José. Ha hecho fortuna en América y envía a su hija
Teresita, de 9 años, a residir en el convento, donde profesará en 1582 y pasará su vida. A su muerte
(1580), lega su hacienda al convento y solicita ser sepultado allí (Sobrino 1997: 63).
El P. Provincial ordena a Teresa ir a Toledo a residir una temporada en casa de la joven señora Doña
Luisa de la Cerda, que reclama su presencia para ayudarle a sobrellevar la reciente muerte de su marido.
La fundadora parte de Ávila en un buen momento, pues las murmuraciones están haciendo mella en la
ciudad, a pesar del secreto con el que se llevan a cabo las gestiones para erigir el convento (Vida 34, 1).
El mismo día de su vuelta a Ávila, tras seis meses de estancia en Toledo, Santa Teresa encuentra el Breve
fundacional que le ha sido remitido desde Roma autorizando el convento, en pergamino y lengua latina.
La Santa abulense dudaba sobre la conveniencia de fundar con renta o sin ella, decantándose finalmente
por esta opción, que era la indicada por el Santo Fray Pedro de Alcántara: “como ya yo sabía era Regla y
vía ser más perfeción, no podía persuadirme a tener renta. Y ya que algunas veces me tenían convencida,
en tornando a la oración y mirando a Cristo en la cruz tan pobre y desnudo, no podía poner a paciencia ser
rica” (Vida 35, 3). Teresa estaba influenciada por su experiencia en la Encarnación, donde las dificultades
materiales para el mantenimiento de la comunidad les distraían de la contemplación, por lo que había
planeado inicialmente que la fundación de San José contase con una mínima garantía material para poder
centrarse en la oración (Efrén y Steggink 1982: 412): “Al principio que se comenzó este monesterio a
fundar (por las causas que ya en el libro que dije tengo escritas, con algunas grandezas de Dios, en que
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  • 1. VÍDEO DE HOY: Pueblo de Dios: Los inviernos al sol Menorca tiene una población de 90.000 habitantes que, en verano, con los turistas, prácticamente se triplica hasta llegar a los 270.000. Cuando acaba la temporada alta, la mayoría de los hoteles echan el cierre y el paro puede alcanzar tasas que superan el 30 por ciento. Atrás quedan los buenos tiempos en los que la industria del calzado, la bisutería y la construcción generaban empleo. Su clima suave, la tranquilidad de sus gentes y las pequeñas calas que la circundan son un reclamo para el turismo familiar. Sin duda la principal fuente de ingresos en la isla. Aulas de sangre en Pakistán Los talibanes están dispuestos a imponer su ley y sacar de clase a las niñas. ¿Qué hay más allá de la historia de Malala? Así luchan otras chicas por su derecho a la educación en un país disfuncional y caótico.  FOTOGALERÍA Escuelas bajo presión talibán Ángeles Espinosa 16 DIC 2013 - 00:00 CET30 Devastación en la escuela Primary Government School Kadi. Los talibanes atacaron el centro en agosto de 2012. / DIEGO IBARRA SÁNCHEZ Los talibanes la hirieron cuando atacaron su escuela, pero su nombre no es Malala. Tampoco estudia en las comarcas del noroeste de Pakistán donde aquellos extremistas intentan imponer su ley y apartar a las niñas de la educación. Attiya Ali, de 11 años, acude a la Nation Secondary School de Ittehad Town, la
  • 2. barriada de Karachi donde vive con su familia. Tiene mucho mérito que siga haciéndolo, porque el tiroteo que mató al director de su colegio el pasado marzo le ha dejado con las piernas paralizadas. Ir a clase se está convirtiendo en una actividad de alto riesgo en ese país disfuncional y caótico. “Quiero ser maestra”, ha declarado Attiya a la prensa local. “Para entonces, tal vez incluso pueda andar”. De momento, después de pasar tres meses hospitalizada y otros dos en una camilla, se mueve en silla de ruedas. A falta de recursos para un tratamiento de fisioterapia que le ayude a recobrar la movilidad de las piernas, se ejercita en su casa con unas férulas ortopédicas y apoyándose en la pared bajo la atenta mirada de sus padres y su hermano mayor, de 16 años. Ni él ni los otros cinco más pequeños van ya al colegio, porque buena parte de las 15.000 rupias (unos 100 euros) mensuales que gana el padre, Arshad Ali, se van ahora en medicinas para Attiya. “No es que no quiera educarlos”, asegura el hombre. La Nation Secondary School cobra 350 rupias mensuales a cada alumno. Incluso, esa modesta cantidad constituye un obstáculo para muchas familias. La movilización de la sociedad civil logró que en 2010 se introdujera un nuevo artículo en la Constitución que establece “la educación gratuita y obligatoria para todos los niños de entre los 5 y los 16 años”. Aún no se ha desarrollado la legislación que permita hacerlo realidad. Además, hay cientos de escuelas públicas fantasma que existen sobre el papel, pero que nunca se han llegado a construir porque los funcionarios o los políticos locales se han quedado el dinero. Como los hermanos Ali, al menos 9,2 millones de niños paquistaníes de entre 5 y 12 años están sin escolarizar, según el último informe de Unicef en el que se alerta de que Pakistán no va a ser capaz de cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio para 2015. Esos datos lo convierten en el segundo país del mundo con más niños fuera de las aulas, después de Nigeria. De acuerdo con activistas locales por la educación, la cifra se eleva a unos 23-25 millones si se toma como edad de referencia los 16 años. Aproximadamente, el 60% son niñas. En Pakistán, un chico tiene un 15% más de probabilidad de empezar la primaria que una chica. De hecho, entre los 5 y los 9 años, un 39% de las crías no están ni siquiera matriculadas, frente a un 30% de los chavales. “Las malas políticas educativas y la pobreza siguen siendo los obstáculos a la educación”. Mahenaz Mahmud. Pedagoga defensora de la educación infantil Attiya, sin embargo, no falta a clase. Siempre fue buena estudiante, y junto a su cama hay varios premios por sus resultados académicos. Pero si necesitaba alguna motivación más, la obtuvo el día en el que Malala Yousafzai visitó su escuela. Algunos vecinos creen que por eso los talibanes mataron a su director. Una de las balas que dispararon alcanzó a la pequeña cuando trataba de recuperar un zapato que perdió mientras las maestras intentaban que ella y sus compañeras se pusieran a salvo. El incidente ha dejado huellas. Aunque la escuela reinició el curso a los pocos días, los alumnos tienen miedo. Corren al menor ruido. Muchos padres han decidido que el riesgo no vale la pena, sobre todo en el caso de las niñas. Su matrícula se ha reducido tanto que el nuevo director ha decidido suprimir el segundo turno. Solo hay clases por las mañanas. Es el objetivo de los violentos. Crear el terror. Lograr que, ante el peligro, los padres opten por dejar a los niños en casa. Los extremistas lo plantean en términos de la lucha contra el Estado, pero eligen los objetivos más fáciles y desprotegidos. Sin formación, la gente resulta más fácil de manipular. De ahí, el desafío que supone Malala y el intento de asesinarla en octubre del año pasado, cuando salía de clase. La muchacha, que a sus 16 años acaba de recibir el Premio Sájarov de la Unión Europea y ha estado nominada para el Nobel de la Paz este año, alcanzó notoriedad cuando el Ejército echó a los talibanes del valle del Swat en 2009. Entonces se reveló que era la autora de un diario en el que contaba cómo era la vida bajo el control de los extremistas, publicado en la web de la BBC en urdu. Bajo el seudónimo de Gul Makai y desde los 11 años, Malala había relatado con gran candor cómo iban aumentando las restricciones hasta que finalmente cerraron todas las escuelas de niñas.
  • 3. “Los talibanes han emitido una fetua que prohíbe ir a la escuela a todas las niñas”, escribió en una de las entradas. “[Hoy] solo asistieron a clase 11 de las 27 alumnas. (…) Mis tres amigas se han ido a Peshawar, Lahore y Rawalpindi con sus familias después del edicto”. La angustia que viven las pequeñas se cuela cuando relata que una compañera le ha preguntado: “Por el amor de Dios, dime la verdad, ¿van a atacar nuestra escuela los talibanes?”. No era un miedo irracional. Un informe publicado por el Ejército en aquellas fechas aseguraba que los talibanes habían decapitado a 13 niñas, destruido 170 escuelas y colocado bombas en otras cinco. Cuando los militares pusieron fin a la tiranía de los talibanes en Swat, Malala utilizó su repentina fama para promover el derecho a la educación, con especial énfasis en las chicas. Su activismo, dando conferencias en escuelas de todo el país, fue reconocido por el Gobierno, pero no cayó bien entre los extremistas. A pesar de desmentir que se opongan a la escolarización de las niñas, han seguido atacando centros educativos, tal como prueban las imágenes de Diego Ibarra Sánchez que ilustran este reportaje. Desde el atentado contra Malala, en el que también resultaron heridas sus compañeras Shazia Ramzan y Kaniat Riaz Ahmed, decenas de colegios en Swat, Nowshera, Charsadda, Swabi, Peshawar y las regiones tribales fronterizas con Afganistán han sufrido ataques de los extremistas. Sorprende la impunidad y la frecuencia con las que actúan. Sorprende aún más que a pesar de las agresiones, los niños vuelvan a clases que carecen de electricidad, de cristales en las ventanas, de aseos y, a veces, hasta de aulas, como es el caso en esa Government Middle School atacada el pasado marzo, donde las lecciones se imparten a la intemperie. Pero la violencia talibán es solo uno de los muchos males que afectan al sistema educativo de Pakistán y, por extensión, al Estado. De hecho, cuando se le pregunta a Mahenaz Mahmud, una veterana pedagoga que ha dedicado su vida a promover la educación infantil, ni siquiera lo menciona. En su opinión, los principales obstáculos son “la ausencia de voluntad política y años de mala gobernanza a nivel nacional, provincial y local; las malas políticas educativas, y la pobreza, condiciones económicas y degeneración social”. Esos mismos problemas están en la raíz de que las escuelas privadas de Pakistán hayan prohibido el libro de memorias de la joven activista, Yo soy Malala (Alianza Editorial, 2013). Los responsables arguyen que no es bastante respetuosa con el islam porque cuando menciona el nombre del profeta Mahoma no añade a renglón seguido la expresión “que la paz sea con él”, como es habitual entre los musulmanes piadosos. “En los últimos diez años no se han hecho mejoras para mantener a los niños en la escuela”. Pilar Aguilar. Responsable de educación de Unicef en Islamabad “Malala fue un modelo para los niños, pero este libro le ha hecho controvertida. A través de él se ha convertido en un instrumento en manos de las potencias occidentales”, declaró Kashif Mirza, el presidente de la Federación de Escuelas Privadas de Pakistán. Desde fuera, da la impresión de que simplemente han cedido a las presiones de los intransigentes para evitar riesgos. En contra de lo que podría deducirse de las noticias, el mayor número de niños sin escolarizar no se da en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa y en las zonas tribales, entre cuya población pastún se halla la espina dorsal del apoyo a los talibanes. Baluchistán, con un 34%, y Sind, con un 32%, presentan una situación mucho más grave que aquellas, con un 26%, o que la más desarrollada, Punjab, donde solo un 16% de los menores de 10 años está fuera de las aulas. Más grave aún, según los datos recopilados por Unicef, en Sind, un 40% de los matriculados no acuden a clase. Una de las razones que los expertos apuntan es la mala calidad de la enseñanza pública. A menudo, los niños acaban la educación básica sin ser capaces de escribir su nombre correctamente. Bela Jamil, una activista social con una larga trayectoria en el terreno educativo, contó a EL PAÍS en mayo pasado que “hay 32.000 escuelas en el país con solo uno o dos maestros cuya formación deja mucho que desear”. Sabe de lo que habla porque trabajó durante varios años como directora general del Ministerio de
  • 4. Educación. Además, muchos padres no ven el sentido de escolarizar a sus hijos, debido a la falta de posibilidades de continuar su formación. Al acabar primaria, después de cinco o seis años de asistir a clase, siguen siendo obreros sin cualificar con parecidas perspectivas laborales que si no hubieran acudido al colegio. Así que un 42,6% de los 190 millones de paquistaníes siguen siendo analfabetos, en especial en las zonas rurales y más entre las mujeres. “En los últimos diez años no se han hecho mejoras para mantener a los niños en la escuela”, reconocía Pilar Aguilar, la responsable de educación de Unicef en Islamabad, durante una reciente entrevista. Según sus datos, aunque ha aumentado el número de escolarizados, siguen siendo muchos los que abandonan durante los primeros cursos. De nuevo, casi la mitad de las niñas que empiezan la primaria dejan las clases antes de acabar el ciclo. Clase a oscuras, debido a los frecuentes cortes de luz, en la Government Middle School for Girls, de la provincia de Khyber Pakhtunkhwa. / DIEGO IBARRA SÁNCHEZ Mujer y pobreza son los dos principales indicadores de la exclusión educativa. En los hogares más desfavorecidos de Pakistán, apenas un 45% de las niñas están matriculadas en los primeros ciclos de primaria (frente al 80% entre la quinta parte más rica del país) y solo un 18% cursan el tercer ciclo (el 56%, entre las más acomodadas). Para los chicos, las cifras son el 56% y el 22,5%, respectivamente. Una sociedad extremadamente conservadora, las costumbres tribales de parte de la población o su interpretación rigorista de la religión se mencionan a menudo como origen de ese sexismo que, a todas luces, lastra el desarrollo del país. “Pakistán es un país enorme, con actitudes religiosas y sociales muy diversas”, matiza Mahmud en un e- mail. “En la actualidad, las regiones del noroeste están en las noticias debido a los talibanes y al terrorismo. Pero la religión no es realmente la causa; lo que impide la educación de las niñas en algunas zonas de Khyber Pakhtunkhwa es la política de los talibanes”, defiende esta educadora. Además, admite, “hay muchas otras razones económicas y logísticas por las que las chicas no van a la escuela en otras zonas urbanas y rurales de nuestro país. Pero en los pueblos grandes y en las ciudades, las niñas sí van al colegio”. Un elemento que parece común a todo Pakistán es la diferente actitud que se adopta ante la educación de mujeres y hombres. El sistema patriarcal imperante en las cuatro provincias y las regiones tribales administradas federalmente hace que la sociedad no vea a las mujeres como fuente de sustento para la familia, y, en consecuencia, carecen de estatus y valor social. De ahí que de forma tradicional se haya dado una mejor formación a los hijos que a las hijas. Además, la segregación sexual en público restringe la movilidad de las mujeres. “En Baluchistán y Sind existe la costumbre de los matrimonios tempranos, lo que significa que las niñas abandonan antes la escuela, pero hay también cuestiones de honor”, ha explicado a este diario Sadaf Zulfiqar, una especialista en género de Unicef. Entre ellas, Zulfiqar cita que muchas escuelas carezcan de retretes o muros a su alrededor para mantener el purdah, como entre los musulmanes del sureste asiático se denomina al confinamiento de las mujeres al espacio privado fuera de la vista de hombres que no sean de su familia. También, la carencia de maestras, ya que muchos padres no aceptan que sean hombres quienes den clase a sus hijas. El asunto remite a la falta de emancipación de la mujer. Debido a las restricciones sociales y a la inseguridad, pocas están dispuestas a desplazarse varios kilómetros hasta una escuela rural. Además, el salario es muy bajo. Así que resulta muy difícil romper el círculo vicioso, de la educación de las niñas y de la calidad de la educación para todos. Hasta ahora, Pakistán apenas invertía en educación un 2% de su producto interior bruto (PIB), la cifra más baja de entre todos los países del sureste asiático y muy por
  • 5. debajo de la media global (7%). El nuevo Gobierno de Nawaf Sharif, que tomó posesión el pasado junio, ha anunciado que durante los próximos cinco años va a duplicar esa cifra. “Es una medida muy importante que debería derivar en más acceso, mejor calidad y una reducción de las desigualdades en la educación de las niñas, si se usa de forma adecuada”, asegura Zulfiqar en un e-mail. La inmensidad de la tarea hace que otros expertos se muestren escépticos. Apuntan la necesidad de que se combata la corrupción y se promueva la meritocracia, para que las familias valoren más la importancia de educar a sus hijos. Pero sin cambios sustanciales en la consideración social de las mujeres parece difícil que pueda conseguirse un sistema más igualitario que cierre la puerta a los radicales violentos. “No hay fórmula mágica. Sociedades, tradiciones y actitudes no pueden cambiarse o desarrollarse en un invernadero. Tenemos que arreglar nuestro país, solucionar sus problemas… y eso lleva tiempo”, admite Mahmud. Mientras tanto, la madre de Attiya, solo desea “volver a ver caminar” a su hija. La voluntad de esta, como la de Malala, es el mayor triunfo sobre los retrógrados que niegan la educación a la mitad de la infancia. La apatía contribuye a la esclavitud infantil: Satyarthi 16/12/2014 Oslo, Noruega. La apatía es el mayor obstáculo para eliminar el trabajo forzado infantil y el mundo necesita la educación para reducir la intolerancia, dijo el premio Nobel de la Paz 2014, Kailash Satyarthi. En Oslo, donde recibió el premio, Satyarthi dijo a Reuters que el problema no era la religión, sino las personas que buscaban ganancias económicas y políticas. “La educación brinda tolerancia a las sociedades, lo que da paz, hermandad global y respeto mutuo por el otro”, dijo Satyarthi, de 60 años y originario de India. “Debería existir una educación orientada a los valores con más valores humanos”, afirmó Satyarthi, quien ganó el premio este año junto a la
  • 6. adolescente paquistaní Malala Yousafzai por su lucha contra la opresión de niños y por el derecho a la educación. Naciones Unidas estima que alrededor de unos 150 millones de niños trabajan rutinariamente en labores con o sin pagas y los menores en el África subsahariana son los que corren mayor peligro. En la región, hasta un cuarto de los niños entre 5 y 14 años son obligados a trabajar. “La mayor dificultad ha sido la apatía”, dijo Satyarthi. “La gente es cada vez más materialista y más consumista”, Existe una falta de compasión en el mundo por los más pobres y vulnerables de la sociedad. Malala, quien recibió un disparo en la cabeza por parte de un combatiente talibán en el 2012 por reclamar el derecho a la educación de las niñas, ha dominado la cobertura del Nobel en los medios, pero Satyarthi dijo que no le importaba. Ambos compartirán el Premio de la Paz que recompensa su combate en favor de los niños. “Nunca intenté estar en el centro de la atención, porque trabajo con niños que son en su mayoría invisibles”, dijo. “Mi causa también ha permanecido invisible durante años”, agregó. Satyarthi, que dejó su carrera como ingeniero eléctrico en 1980 para convertirse en activista contra el trabajo infantil, ha encabezado varias formas de protestas pacíficas. Su organización no gubernamental Bachpan Bachao Andolan (BBA) ha liberado a más de 80.000 trabajadores infantiles en India en más de 30 años. Kailash Satyarthi ha combatido en favor de los niños durante 30 años y estima que en la India aún existen unos 60 millones de trabajadores infantiles. Fuente: Reuters y AFP QUÉ MUEVE A... ANNA FERRER “Quería que mis hijos conocieran la pobreza de primera mano” La que fue durante cuatro décadas pareja y cómplice de Vicente Ferrer continúa cultivando su sueño en común: que no haya más pobres Mariangela Paone Madrid 16 DIC 2014 - 18:03 CET1 Anna Ferrer, presidenta de la Fundación Vicente Ferrer. / Ángel López Soto
  • 7. Se dice que todos los padres quieren para sus hijos lo mejor. Anna Ferrer tuvo claro desde el principio lo que esto significaba. "Todos mis hijos nacieron en Anantapur y siempre pensé que su mejor educación era allí. Quería que conocieran de primera mano la pobreza. Todos sus amigos eran de comunidades pobres. Creo que ha sido la mejor decisión que he tomado", cuenta la mujer que, durante cuatro décadas, compartió junto a Vicente Ferrer el sueño de erradicar la pobreza en un país donde los últimos de los últimos se cuentan a millones. La serenidad con la que pronuncia la frase —y que tiñe toda y cada una de las anécdotas que relatará en la charla, mantenida en una reciente visita a Madrid— es la de quien tiene la seguridad de haber elegido el camino justo, el sendero de una vida dedicada a los demás. El mismo que quiso enseñarles a sus hijos para seguir cultivando las semillas que su padre empezó a sembrar en los años sesenta en la India más indigente. Aquella utopía que se hizo realidad a lo largo de los años y de la que ella se enamoró cuanto apenas tenía 20, cuando, joven aprendiz de periodismo en la revista Current, en Bombay, acompañó a un colega sénior para entrevistar al hombre que el Gobierno de la región india de Maharastra consideraba como una amenaza por estar del lado de los campesinos. A partir de ahí la historia es conocida: dos años más tarde de aquel primer encuentro, tras dejar el periodismo y sumarse al grupo de voluntarios del proyecto del entonces jesuita Ferrer, Anna Perry, la joven nacida en la ciudad británica de Essex en 1947, se convirtió en la señora Ferrer. "No me pensé ni un minuto en el hecho de que dejaba Bombay para ir a Anatapur, que era un semidesierto". Lo dice y se ríe, con la frescura de una veinteañera, 45 años después de haber dado aquel paso. "Tardamos dos meses en tomar la decisión. Yo le dije que me iba a Bombay para pensar. Y cuando llegué allí, nada más entrar en mi casa Vicente llamó por teléfono. 'Anna tienes que volver y tenemos que casarnos'. Y cuando volví, me dijo: ‘Solo una condición...’. Y yo me imaginaba algo muy bonito. Él era muy filósofo... Y la condición era: ‘Tienes que estar conmigo toda la vida’. Estaba un poco decepcionada. [Se ríe]. Le dije sí, sí. Creo que temía que, teniendo 27 años menos que él, algún día me fuera. Pero yo estaba tan segura de querer formar parte de su vida y de su trabajo… Nunca, nunca pensé: ¿cómo voy a vivir en Anantapur? Ni que allí no había ni un médico, un hospital. Nunca pensé cómo voy a tener un bebé aquí, cómo voy a dar a luz…”. Poco a poco llegaron los médicos, y también un hospital, y luego dos… y hasta cinco. Y escuelas, miles de escuelas, en las que incluir a niños ciegos y sordos y darles un futuro. Y decenas de miles de viviendas para que los que la sociedad consideraba intocables tuvieran un hogar digno. Las actividades de la Fundación Vicente Ferrer alcanzan hoy 3.093 pueblos y benefician a casi tres millones de personas. A menudo se ha dicho, contando su historia, que Vicente era el visionario y Anna ponía el sentido práctico. Lo uno sin lo otro no hubiera logrado los mismos resultados. ¿Nunca se enfadaban? "Sí, siempre estábamos un poco así… Él era la persona que quería correr y yo la quería hacer las cosas muy bien. Pero, poco a poco, aprendimos… Yo pensaba que tenía que tener una escuela bien organizada antes de abrir otra; pero Vicente no me daba esta oportunidad. Él ya tenía los fondos para otras 10. Y yo descubrí que podía llevar las 10. Y a lo largo de los años él comprendió un poco mejor la complejidad de la administración". Una administración que cada vez es un poco más complicada, a medida que se amplían los proyectos existentes y se incluyen nuevos. "Queda mucho por hacer. Se dice que la India es un país emergente. Pero hay 400 millones de personas que viven sumidas en la pobreza. La fundación trabaja siempre en dos líneas. Mejorar los proyectos que ya tiene y emprender nuevos. Estamos ahora en una nueva zona con poblaciones tribales que han vivido miles de años en el bosque. Desde hace 10 años el Gobierno les anima a salir del bosque. Están atrapados entre la tradición y la vida moderna. Están exactamente como era Anantapur hace 30 años. No están escolarizados, no tienen acceso a sanidad, y la esperanza de vida es 45 años. Luego están los programas VIH/sida. Antes no había ni antiretrovirales… y ahora hay que animar a todos los pacientes a tomar los medicamentos todos los días. Hay mucha discriminación y
  • 8. muchos huérfanos. Tenemos dos orfanatos con 100 niños y 800 niños con VIH/sida en Anantapur. Tenemos que cuidar de estos niños y asegurar que estudien y tengan un futuro. Y está el proyecto contra la violencia de género. Tenemos una de las pocas casas para mujeres maltratadas en India; y luego…". Mientras enumera las muchas tareas pendientes, el cansancio acumulado en sus días de gira por España desaparece y sus ojos claros se encienden. A sus 67 años tienen aún mucha labor por hacer en su país. Porque India es, definitivamente, su país. "Yo soy 98% india, el 2% británica", dice. Y, de nuevo, se ríe. Envuelta en su sari sólo la delata la extrema claridad de su piel. "Cuando llegué allí me sentí en casa. Lo mismo decía Vicente". Llegó con 16 años. "Era una chica como cualquier otra. Era una persona con mucha compasión. Era tímida y buena estudiante, y nunca había pensado en viajar. Y entonces, mientras estaba cursando el bachillerato, mi hermano, con su mujer y un bebé de un año, decidió hacer una aventura, una vuelta al mundo con un todoterreno. Y muy espontáneamente dije que sí, que me gustaría ir con ellos”. Cruzaron Francia, Italia, la antigua Yugoslavia, Grecia, Turquía, Irak, Afganistán… "Salimos en abril y llegamos a India en julio. Y luego nos faltó dinero. Y mi hermano decidió parar allí para trabajar. Luego se estableció en Guyarat y me preguntó qué iba a hacer. No sabía si tenía que volver a Inglaterra. Y él me dijo: ‘No, Anna. Tú puedes seguir con tus estudios en Bombay. Y otra vez, muy espontanea –¡es que tenía 16 años!- dije que sí". El resto ya es historia. Pero si tiene que explicar por qué finalmente se quedó en Anantapur, la respuesta es tan sencilla que asombra: "Era y soy una persona muy feliz. Y quería tener la oportunidad de hacer felices a los demás". Francisco, la salvación es un corazón humilde que se confía de Dios 2014-12-16 Radio Vaticana Dios salva un corazón arrepentido, mientras quien no se confía en Él atrae a sí mismo la condena. Lo ha subrayado el Papa Francisco en su homilía matutina en la capilla de la Casa de Santa Marta. La humildad salva al hombre ante los ojos de Dios, la soberbia lo hace perderse. La llave está en el corazón. Aquel del humilde es abierto, sabe arrepentirse, aceptar una corrección y se confía en Dios. Aquel soberbio es exactamente el opuesto: arrogante, cerrado, no conoce la vergüenza, es impermeable a la voz de Dios. El pasaje del profeta Sofonías y aquel del Evangelio sugieren al Papa Francisco una reflexión paralela. Ambos textos, observa, hablan de un juicio del cual dependen salvación y condena. La situación descrita por el profeta Sofonías es aquella de una ciudad rebelde, en la cual no obstante, hay un grupo que se arrepiente de los propios pecados: esto, subraya el Papa, es el “pueblo de Dios” que tiene en sí las “tres características” de “humildad, pobreza, confianza en el Señor”. Pero en la ciudad están también aquellos que, dice Francisco, “no han aceptado la corrección, no han confiado en el Señor”. A ellos les tocará la condena: “Estos no pueden recibir la salvación. Ellos están cerrados a la salvación. ‘Dejaré en medio de ti un pueblo humilde y pobre; confiará en el nombre del Señor’ para toda la vida. Y esto hasta hoy, ¿no? Cuando vemos al santo pueblo de Dios que es humilde, que tiene sus riquezas en la fe en el Señor, en la confianza en el Señor – el pueblo humilde, pobre, que confía en el Señor: y estos son los salvados y éste es el camino de la Iglesia ¿no? Debe ir por este camino, no por otro camino que no escucha la voz, que no acepta la corrección y no confía en el Señor”. La escena del Evangelio es aquella del contraste entre los dos hijos invitados por el padre a trabajas en la viña. El primero, rechaza, pero luego se arrepiente y va; el segundo dice sí al padre, pero en realidad
  • 9. lo engaña. Jesús cuenta esta historia a los jefes del pueblo, afirmando con claridad que son ellos que no han querido escuchar la voz de Dios a través de Juan y que por esto, en el Reino de los cielos serán superados por publicanos y prostitutas, que en cambio han creído en Juan. Y el escándalo suscitado por esta última afirmación, observa el Papa, es idéntico a aquel de tantos cristianos que se sienten “puros” sólo porque van a misa y hacen la comunión. Pero Dios, dice Francisco, tiene necesidad de otra cosa: “Si tu corazón no es un corazón arrepentido, si no escuchas al Señor, no aceptas las correcciones y no confías en Él, tienes un corazón no arrepentido. Estos hipócritas que se escandalizaban de esto que dice Jesús sobre los publicanos y las prostitutas, pero luego, a escondidas, iban a buscarlos o para desahogar sus pasiones o para hacer negocios – pero todo a escondidas – eran puros. Y a estos el Señor no los quiere". Este juicio “nos da esperanza” asegura el Papa Francisco. Con tal de que se tenga el coraje de abrir el corazón a Dios sin reservas, donándole también la “lista” de los propios pecados. Y para explicarlo, el Papa recuerda la historia de aquel santo que pensaba de haberle dado todo al Señor, con extrema generosidad: “Escuchaba al Señor, hacía todo según su voluntad, daba al Señor y el Señor: ‘Pero tú todavía no me has dado una cosa’. Y el pobre era tan bueno y dice: ‘Pero Señor, ¿qué cosa no te he dado?’ Te he dado mi vida, trabajo para los pobres, trabajo para la catequesis, trabajo aquí, trabajo allá…’ ‘Pero tú no me has dado algo todavía’. ¿Qué, Señor?’ ‘Tus pecados’. Cuando nosotros seamos capaces de decir al Señor: ‘Señor, estos son mis pecados – no son de aquel, de aquel…son los míos. Tómalos Tú y así yo estaré salvado - cuando nosotros seremos capaces de hacer esto, nosotros seremos aquel hermoso pueblo, ‘pueblo humilde y pobre’, que confía en el nombre del Señor. El Señor nos conceda esta gracia”. (MCM-RV) ¡Con Jesús, la alegría está en casa!, el Papa Francisco en el Ángelus 2014-12-16 Radio Vaticana (RV).- (actualizado con texto completo) “Jesús es nuestra alegría y estamos llamados a testimoniarla”, son palabras del Papa en el tercer domingo de Adviento, llamado también gaudete de la alegría, antes de rezar la oración mariana. Cientos de fieles, sobre todo niños, llenaron la plaza de San Pedro como suele suceder todos los domingos, pero hoy se respiraba un ambiente especial: casi todos llevaban en sus manos la figurita del Niño Dios que pondrán en su pesebre la noche del 24, para que Francisco los bendijera. Recibido con una gran ovación cuando se asomó a la ventana del Palacio Apostólico, antes de rezar el Ángelus, Francisco reflexionó sobre la felicidad a la que aspiramos cada uno de nosotros, y sobre la alegría de los cristianos de ser llamados a testimoniar, porque “Jesús mismo es nuestra alegría”. Y recordó que todos los bautizados estamos llamados a ayudar a los demás a descubrirla, o a redescubrirla, si hubiera sido olvidada. Se trata de una “misión bellísima”, enfatizó. “Jesús no es un personaje del pasado, es la palabra de Dios que hoy continúa a iluminar el camino del hombre, y sus gestos -los sacramentos- son la manifestación de la ternura, de la consolidación y del amor del Padre sobre cada ser humano”. Después de rezar a la Madre de Dios, el Papa saludó detalladamente a los distintos grupos de peregrinos y les pidió a todos que cuando oren delante del pesebre, se acuerden de él “igual que yo me acuerdo de ustedes”, aseguró. Hablando sobre la importancia que tiene la oración en el día a día, Francisco explicó que se les iba a entregar un libro de oraciones, para los diferentes momentos de la jornada y de las situaciones de la vida.
  • 10. "¡Con Jesús, la alegría está en casa!", repitió el Papa e hizo repetir a todos los presentes en diferentes momentos. (MZ-RV) Texto completo de las palabras del Papa a la hora del Ángelus Queridos hermanos y hermanas, queridos niños, queridos jóvenes ¡buenos días! Desde hace ya dos semanas el Tiempo de Adviento nos ha invitado a la vigilancia espiritual para preparar el camino del Señor, Señor que viene. En este tercer domingo la liturgia nos propone otra actitud interior con la cual vivir esta espera del Señor, es decir, la alegría. La alegría de Jesús, como dice aquel cartel allí, en la plaza: “Con Jesús la alegría está en casa”. He aquí, nos propone la alegría de Jesús. El corazón del hombre desea la alegría. Todos deseamos la alegría, cada familia, cada pueblo aspira a la felicidad. ¿Pero cuál es la alegría que el cristiano está llamado a vivir, está llamado a testimoniar? Es aquella que viene de la cercanía de Dios, de su presencia en nuestra vida. Desde cuando Jesús entró en la historia, con su nacimiento en Belén, la humanidad recibió el germen del Reino de Dios, como un terreno que recibe la semilla, promesa de la futura cosecha. ¡No es más necesario buscar en otro lugar! Jesús vino a traer la alegría a todos y para siempre. No se trata de una alegría solamente esperada o postergada al Paraíso: aquí en la tierra estamos tristes pero en el Paraíso seremos dichosos. ¡No, no! ¡No es ésta! Sino una alegría ya real y experimentable ahora, porque Jesús mismo es nuestra alegría, y nuestra casa con Jesús es alegre, como decía aquel cartel vuestro: “Con Jesús la alegría está en casa”. Y sin Jesús ¿hay alegría? ¡No!¡Bravo! Él está vivo y es el Resucitado y obra en nosotros y entre nosotros, especialmente con la Palabra y los Sacramentos. Todos nosotros bautizados, hijos de la Iglesia, estamos llamados a acoger siempre nuevamente la presencia de Dios en medio de nosotros y a ayudar a los otros a descubrirla, o a redescubrirla en el caso de que la hubieran olvidado. Se trata de una misión bellísima, similar a aquella de Juan Bautista: orientar la gente a Cristo - ¡no a nosotros mismos! – porque es Él la meta hacia la cual tiende el corazón del hombre cuando busca la alegría y la felicidad. De nuevo San Pablo, en la liturgia de hoy, indica las condiciones para ser “misioneros de la alegría”: orar con perseverancia, dar siempre gracias a Dios, secundar su Espíritu, buscar el bien y evitar el mal (cfr 1 Ts 5, 17-22). Si esto será nuestro estilo de vida, entonces la Buena Noticia podrá entrar en tantas casas y ayudar a las personas y a las familias a descubrir que en Jesús está la salvación. En Él es posible encontrar la paz interior y la fuerza para afrontar cada día las diversas situaciones de la vida, también aquellas más pesadas y difíciles. Nunca se ha escuchado de un santo triste o de una santa con cara de funeral. ¡Jamás se ha escuchado! Sería un contrasentido. El cristianos es una persona que tienen el corazón rebosante de paz porque sabe poner su alegría en el señor también cuando atraviesa los momentos difíciles de la vida. Tener fe no significa no tener momentos difíciles, sino tener la fuerza de afrontarlos sabiendo que no estamos solos. Y ésta es la paz que Dios dona a sus hijos. Con la mirada dirigida a la Navidad ya cercana, la Iglesia nos invita a testimoniar que Jesús no es un personaje del pasado; Él es la Palabra de Dios que hoy continúa iluminando el camino del hombre; sus gestos – los Sacramentos – son la manifestación de la ternura, de la consolación y del amor del Padre hacia todo ser humano. La Virgen María, “Causa de nuestra alegría”, nos haga siempre dichosos en el Señor, que viene a liberarnos de tantas esclavitudes interiores y exteriores. Palabras del Papa después de la oración mariana: Queridos hermanos y hermanas, me he olvidado de cómo era aquella frase: “Con Jesús…”, a ver veamos, “Con Jesús la alegría está en casa”. Todos juntos: “Con Jesús la alegría está en casa”. Los saludo a todos ustedes, familias, grupos parroquiales y asociaciones, que han venido desde Roma, Italia y de tantas partes del mundo. En particular, saludo a los peregrinos de Civitella Casanova, Catania, Gela, Altamura y a los jóvenes de Frosinone. Al saludar a los fieles polacos, me uno espiritualmente a sus connacionales, a toda Polonia, que hoy encienden la “vela de Navidad” y reafirman el compromiso de solidaridad, especialmente en este “Año
  • 11. de la Caritas” que se celebra en Polonia. Y ahora saludo con afecto a los chicos venidos para la bendición de los “Niñitos”, organizada por el Centro di Oratori Romani. Pero enhorabuena, ¡eh! Ustedes lo han hecho muy bien, han estado muy alegres aquí en la plaza, ¡enhorabuena! Y ahora llevan el pesebre bendecido. Queridos niños, les agradezco por su presencia y les deseo ¡Feliz Navidad! Cuando recen en casa, delante de su pesebre, acuérdense también de mí, de rezar por mí, como yo me acuerdo de ustedes. La oración es el respiro del alma: es importante encontrar momentos en la jornada para abrir el corazón a Dios, también con las simples y breves oraciones del pueblo cristiano. Para esto, hoy he pensado en hacerles un regalo a todos ustedes que están aquí, en la plaza, una sorpresa, un regalo. Les daré un pequeño librito de bolsillo que reúne algunas oraciones, para los varios momentos de la jornada y para las diversas situaciones de la vida. Es esto. Algunos voluntarios los distribuirán. Tomen uno cada uno y llévenlo siempre con ustedes, como ayuda para vivir toda la jornada con Dios. Y para que no nos olvidemos de aquel mensaje tan bonito, que ustedes han hecho con el cartel ¿cómo era? “Con Jesús, la alegría está en casa”. Otra vez: “con Jesús, la alegría está en casa”, ¡Bravo! A todos ustedes un cordial deseo de un feliz domingo y de buen almuerzo. No se olviden, por favor de rezar por mí. ¡Hasta pronto! ¡Y tanta alegría! (Traducción del italiano: María Cecilia Mutual) Presentación del Informe Final de la Visita Apostólica a los Institutos de Vida Consagrada de las Religiosas en Estados Unidos Ciudad del Vaticano, 16 diciembre 2014(VIS).-Esta mañana en la Oficina de Prensa de la Santa Sede ha tenido lugar la presentación del Informe Final de la Visita Apostólica a los Institutos de Vida Consagrada de las Religiosas en Estados Unidos. Han intervenido en el acto el cardenal João Braz de Aviz, Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida consagrada y las Sociedades de Vida apostólica; el arzobispo José Rodríguez Carballo, O.F.M., Secretario de la misma congregación; Sor Mary Clare Millea, A.S.C.J., Directora de la Visita Apostolica en Estados Unidos; Sor Sharon Holland, I.H.M., Presidente de la “Leadership Conference of Women Religious” (LCWR); Sor Agnes Mary Donovan, S.V., Coordinadora del “Council of Major Superiors of Women Religious” (CMSWR) y el Padr Thomas Rosica, C.S.B., Asistente del comité de la visita. El cardenal Braz de Aviz, explicó que la Visita inició debido a la toma de conciencia de que la vida religiosa apostólica en los Estados Unidos estaba experimentando retos difíciles y que a pesar de que sabían que una iniciativa de esa envergadura no estaría exenta de límites, deseaban conocer más profundamente la aportación de las mujeres religiosas a la Iglesia y la sociedad, así como las dificultades que ponían en peligro la calidad de su vida religiosa y, en algunos casos, la existencia misma de los institutos. ''Nuestro informe final sobre la Visita está dirigido -agregó- a las religiosas de los Estados Unidos, así como a los pastores y fieles de la Iglesia. Además de la publicación de este informe general, nuestro Dicasterio enviará informes individuales a los institutos que recibieron una
  • 12. visita en su sede y a aquellos institutos cuyos informes individuales mostraron áreas de interés. También enviaremos cartas de agradecimiento a los institutos que participaron en las dos primeras fases de la Visita. Somos conscientes de que la Visita Apostólica fue vista con aprensión por algunas religiosas, así como de la decisión, por parte de algunos institutos, de no colaborar plenamente en el proceso. Si bien para nosotros fue motivo de amargura, aprovechamos ahora la oportunidad para expresar nuestra voluntad de entablar un diálogo respetuoso y fructífero con los institutos que no cooperaron plenamente con la Visita''. El purpurado reveló a continuación que el Papa Francisco ha pedido a su dicasterio, en estrecha colaboración con la Congregación para los Obispos, que actualice el documento curial Mutuae Relationes relativo a la colaboración entre obispos y religiosos, ''de acuerdo con la voluntad de la Iglesia de promover la comunión eclesial que todos deseamos''. Y concluyó manifestando su alegría por las muchas y recientes declaraciones de Francisco sobre la contribución indispensable y singular de las mujeres a la sociedad y a la Iglesia. ''Os aseguro - dijo- que esta Congregación se compromete a colaborar para que la determinación de Francisco de que "el genio femenino" encuentre expresión en los diversos lugares donde se toman las decisiones importantes, tanto en la Iglesia como en las estructuras sociales. Vamos a seguir trabajando para que las religiosas competentes participen activamente en el diálogo eclesial con respecto al posible lugar de la mujer allí donde se toman decisiones importantes, en los diversos ámbitos de la Iglesia''. A continuación el arzobispo José Rodríguez Carballo, O.F.M., precisó que los dicasterios de la Santa Sede autorizan regularmente visitas apostólicas, que implican el envío de uno o varios visitadores para evaluar una entidad eclesiástica con el fin de ayudar al grupo en cuestión a mejorar la forma en que se lleva a cabo su misión en la vida de la Iglesia .''Sin embargo de alguna manera, esta visita apostólica no tenía precedentes -matizó- Se trataba de 341 institutos de religiosas que se dedican al ministerio apostólico y que tienen un generalato, una casa provincial o un programa de formación inicial en los Estados Unidos. Tanto los institutos diocesanos como los de derecho pontificio, a los que pertenecen aproximadamente 50.000 religiosas en los Estados Unidos, formaron parte de la Visita. Cada provincia de institutos que tuviera más provincias en Estados Unidos se consideró como una unidad independiente, por lo cual la Visita tocó 405 entidades. Nuestro Dicasterio nombró a una religiosa estadounidense, Madre Mary Clare Millea, ASCJ, como Visitadora Apostólica, otorgándole las facultades para proyectar y llevar a cabo la Visita. Ella, por su parte, eligió un grupo de colaboradores religiosos y americanos que la ayudó durante todo el proceso''. La Visita se llevó a cabo entre 2009 y 2012 y se dividió en cuatro fases. En la primera fase, 266 superioras generales (78% del total ) entablaron un diálogo personal con el Visitador o Visitadora. Posteriormente, se pidió a todas las superiores mayores que completasen un cuestionario con datos concretos e informaciones sobre la calidad de la vida espiritual, comunitaria y apostólica del Instituto. Las visitas in situ se realizaron sobre una muestra representativa de 90 institutos religiosos, cerca de la mitad de los institutos religiosos femeninos de vida activa en Estados Unidos. En la fase final, la Visitadora presentó al dicasterio un informe general sobre las principales cuestiones y tendencias en la vida religiosa de las mujeres en los Estados Unidos. Sin la presunción de aplicar esas tendencias a cada instituto, las mismas han sido lo suficientemente significativas para justificar su mención en el informe. ''El documento que hoy presentamos -señaló el arzobispo- es la respuesta de la Congregación al Informe General de la Visitadora. Tras una breve introducción, se describe la razón de ser y se ofrece una visión general del proceso de la Visita. A continuación, se tratan brevemente las principales cuestiones evaluadas en el curso de la misma: datos concretos, carisma e identidad, vocación y formación religiosa, la oración centrada en Cristo, la vida comunitaria y el apostolado, el gobierno y la gestión financiera, la colaboración en la misión evangelizadora de la Iglesia y la comunión eclesial. Sobre cada uno de estos temas se da un punto de referencia en la forma de una breve exposición de la enseñanza actual de la Iglesia sobre el tema examinado. Sigue un resumen de la evaluación global de la Visitadora sobre la realidad. La tercera parte de cada sección contiene las recomendaciones de la Congregación para los institutos religiosos con respecto al tema en cuestión''.
  • 13. Mons. Rodríguez Carballo añadió que cualquier resumen oral de la Visita Apostólica empobrecería su contenido y facilitó, en cambio, las web donde se puede leer el informe completo (www.vatican.va, www.uisg.org, www.vidimusdominum.org, www.lcwr.org, www.cmswr.org, www.usccb.org) indicando que el texto se enviará también a todos los Institutos religiosos objeto de la visita. Por su parte, la Visitadora, Sor Mary Clare Millea ASCJ, dijo que la Visita había proporcionado muchas oportunidades ''para la reflexión, el diálogo y la comunión entre las religiosas en los Estados Unidos, así como con los pastores de la Iglesia y los fieles laicos. Las superiores de las congregaciones, incluyendo las que inicialmente habían expresado resistencia a esta iniciativa, estuvieron de acuerdo en que el proceso ha dado resultados positivos sorprendentes, tales como: la confrontación honesta con el poder transformador de la Palabra de Dios, las conversaciones espirituales profundas con nuestras hermanas acerca de la vida, el testimonio y el mensaje de nuestras fundadoras y fundadores, la profundización en los documentos de la Iglesia sobre la vida consagrada, el incremento de la solidaridad entre las religiosas y el renovado deseo de ir más allá de las actitudes que nos impiden estar en comunión unos con otros, una maravillosa gratitud expresada a las religiosas por obispos, clérigos y laicos, que se ha traducido en nueva fuente de energía y recursos entre nosotros y ha despertado un renovado interés en la promoción de las vocaciones a la vida religiosa''. Mons. José Rodríguez Carballo anima a los religiosos del mundo a “mirar el futuro con esperanza” 2014-12-16 Radio Vaticana (RV).- El Secretario de la Congregación para los Institutos de Vida consagrada y las Sociedades de Vida apostólica, monseñor José Rodríguez Carballo invita a los religiosos del mundo a “mirar el futuro con esperanza” en ocasión del reporte final de la visita apostólica a las religiosas de EEUU (LCWR). Este documento aborda el carisma y la identidad de los institutos religiosos, la promoción de las vocaciones, la formación religiosa y la llamada a la centralidad de Jesús en la vida religiosa. Además profundiza en la vida comunitaria, la oración de los religiosos con la Iglesia, el servicio de la autoridad, la comunión eclesial y la colaboración en la evangelización en la misión de la Iglesia. Monseñor Rodríguez explica la relevancia de que este hecho ocurra al inicio del año de la Vida Consagrada: “Efectivamente coincide el reporte final con el año de la vida consagrada. De todos modos creo que la coincidencia es accidental, es decir, se hace ahora porque se terminó ahora”. “Esta visita fue muy amplia, muchos institutos han sido involucrados en esta visita y entonces llevó mucho tiempo la visita, pero también llevó mucho tiempo la lectura y el análisis de las respuestas. Entonces se terminó ahora, una feliz coincidencia, sin duda, con el año de la vida consagrada”. “Nosotros queremos lanzar un mensaje de esperanza. La vida consagrada no está muerta en EEUU y tampoco en otras partes, ciertamente se nota una disminución de vocaciones -este es un tema muy complejo que llevaría mucho tiempo analizarlo- pero esto no indica que esté muerta, al contrario, hay muchos signos de vida, hay muchos signos que nos hablan de que Dios sigue llamando y que hombres y mujeres siguen dando una respuesta generosa en la vida consagrada”. “Por eso, yo diría que el mensaje que queremos dar con este informe final de la visita a las hermanas de EEUU coincide con el tercer objetivo del Año de la Vida Consagrada: Mirar al futuro con esperanza, reconociendo con gratitud el pasado… el gran trabajo que han realizado y siguen realizando las hermanas en EEUU y en otros puntos geográficos, sobre todo en el campo de la educación y de la
  • 14. sanidad, naturalmente este futuro con esperanza pasa con vivir el futuro con pasión”. Por su parte, el director de la Oficina de Prensa y de la Santa Sede, el padre Federico Lombardi agradeció la labor que realizan las religiosas en EEUU y en todo el mundo. “Un evento excepcional para nosotros de atención a la vida consagrada y permítanme por favor destacar a conclusión de esta visita apostólica… Nuestra admiración, nuestra estima, nuestra gratitud para las religiosas de los EEUU. Por lo que han hecho, por lo que hacen y por lo que continuarán haciendo y también a todas las religiosas del mundo. Muchas gracias”. Para Radio Vaticano, MTC. El clamor silencioso de los migrantes en Estados Unidos llega al Papa El cineasta guatemalteco Luis Argueta entregó a Francisco dos documentales que registraron con crudo realismo, las paradojas del fallido sistema de inmigración estadounidense Andrés Beltramo Álvarez Ciudad del Vaticano “Los migrantes lo dejan todo, pero no dejan la fe”. Esa frase es la herencia más valiosa para Pedro Arturo López Vega, un niño nacido en Estados Unidos. Su madre guatemalteca se la repetía constantemente, hasta que fue detenida y deportada tras la redada antiinmigración más controvertida en la historia reciente de su país. Su historia y el clamor silencioso de otros tantos hispanos llegó hasta el Papa Francisco, gracias al cineasta Luis Argueta. También guatemalteco de origen, Argueta saludó al pontífice el pasado 10 de diciembre en la Plaza de San Pedro. En esa ocasión le entregó copias de sus documentales “AbUSAdos” y “Abrazos”. Ambos registran, con crudo realismo, las paradojas del fallido sistema de inmigración estadounidense. “Cuando me preparaba para venir a Roma me preguntaba, ¿qué le digo al Papa? ¿Qué le digo? La respuesta me la dio un niño, Pedrito. Él me respondió: Dile lo que me dijo siempre mi madre, que los migrantes lo dejan todo, pero no dejan la fe”, contó el director en entrevista con el Vatican Insider. Pedro es uno de los protagonistas de “AbUSAdos”, que documentó las consecuencias de la redada de Postville, una pequeña localidad del estado de Iowa. El 12 de mayo de 2008 más de 900 agentes del
  • 15. Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) a bordo de carros blindados y helicópteros arrestaron a 389 personas, la mayoría de Guatemala y de México. Los acusaron de numerosos cargos criminales, entre ellos el robo de identidad. Apenas tres semanas después los deportaron. Gastaron en la operación 5.2 millones de dólares. En Nueva York, donde vive y trabaja, Argueta leyó la noticia. No podía creer semejante movimiento policial para detener a simples trabajadores, aunque ilegales. Entonces decidió trasladarse a Postville y permanecer allí unos cuatro días. Su idea original era filmar cinco o seis entrevistas, para subirlas a internet como parte de su colección “Las voces del silencio”. Pero aquel viaje cambió su vida. “Yo que soy un hombre que ha tenido poca fe en mi vida, me doy cuenta que los migrantes me regalaron la fe, me abrieron el corazón a la posibilidad de creer. Mi vida cambió a partir de esa primera visita y ahora me dedico a contar las historias de los migrantes”, confesó. Lo que iba a ser apenas un viaje, se convirtió en 27. Con su cámara registró el miedo, la desconfianza, la prepotencia, el abuso, la incomprensión y la injusticia que existen en torno a un fenómeno del cual no se habla en Estados Unidos. “Todos sabían que en Postville había trabajadores indocumentados, pero nadie hablaba de eso, era mejor así”, dijo uno de los numerosos entrevistados para el documental. “¡Esto hay que contarlo!”, pensó Argueta. Por eso, una ver terminada “AbUSAdos”, emprendió una gira por universidades, escuelas, centros comunitarios y sociales de todo el país. Promovió debates y reflexiones colectivas. En un poblado de Minnesota, Worthington, conoció a Lisa Kremer, activista católica fundadora de la organización “Familias juntas”. Gracias a la experiencia de aquella mujer nació “Abrazos”, el segundo documental. En él quedaron registradas las emociones de varios niños nacidos en Estados Unidos que por primera vez viajaron a conocer a sus familiares directos en Guatemala. Sus padres, con problemas legales, jamás los habían podido llevar. Para el cineasta guatemalteco, sus documentales buscan no sólo denunciar sino también sensibilizar, inspirados –de alguna manera- en la “cultura del encuentro” propuesta por el Papa Francisco. Por eso ya está trabajando en una tercera película, que también deje constancia de los estadounidenses que acompañan a los migrantes. Se llamará “La vuelta en U” e incluirá relatos de migrantes que han podido acceder a la visa “U”, reservada para los indocumentados víctimas de delitos y que deciden colaborar con la justicia. “Quiero tocar el corazón de las personas para que cambien sus formas de pensar. La única forma de lograr eso es estando frente a frente con los migrantes, conociéndolos como seres humanos y reconociéndonos a nosotros mismos en ellos, perdiéndoles el miedo. Eso pasa con los estadounidenses y también con los guatemaltecos, que ignoramos su contribución, tenemos unas ideas erróneas sobre ellos. Hay que educar a unos y a otros”, apuntó. Y agregó: “La Iglesia puede ser determinante para alcanzar la reforma migratoria en Estados Unidos. No sólo la católica, también los luteranos o incluso los bautistas han puesto este tema en su agenda pastoral. Hoy la clave son los hijos de los migrantes, ellos son estadounidenses, son el presente y el futuro del país. A muchos les debe interesar hablar sobre la necesidad de no fragmentar a las familias, sobre este clamor”.
  • 16. Hannah Arendt Más allá de la filosofía Escritos sobre cultura, arte y literatura Edición de Ángela Lorena Fuster, Fina Birulés Traducción de Ernesto Rubio Bajo el título de Más allá de la filosofía se ofrece una serie de textos de Hannah Arendt, en su mayoría inéditos en lengua castellana, que dan a conocer el importante papel que en sus reflexiones desempeñan la crisis de la cultura, la poesía, el arte y la narración literaria. Al recoger trabajos y artículos redactados casi a lo largo de una vida, esta colección permite descubrir la articulación del estilo de su autora, la genealogía de algunos de sus conceptos más relevantes y de ciertos temas que atraviesan toda su obra. Los materiales aquí reunidos tienen un carácter heterogéneo debido a que fueron escritos con distintos propósitos, en tiempos muy diversos, publicados en dos continentes y en dos lenguas distintas por una mujer que no se cansó de insistir en que lo importante, lo verdaderamente esencial, es reflexionar a partir de la experiencia. Entre estos materiales encontramos ejercicios de pensamiento, notas para conferencias, partes de sus libros, discursos de recepción de premios, obituarios y, en fin, reseñas tanto de escritos de amigos como de obras por las que no siente afinidad alguna. A través de esta variedad de géneros, despunta una nueva perspectiva sobre el pensamiento de Hannah Arendt con la que también emergen las siluetas de autores como Rainer Maria Rilke, Bertolt Brecht, Hermann Broch, W. H. Auden o Nathalie Sarraute, que ella supo trazar de manera singular. Dentro de los estudios publicados por Editorial Trotta dedicados al pensamiento filosófico femenino cabe destacar la edición del libro de Ana Bundgaard Más allá de la filosofía. Sobre el pensamiento filosófico- místico de María Zambrano (2000). Simone Weil Echar raíces Presentación de Juan-Ramón Capella «Echar raíces quizá sea la necesidad más importante e ignorada del alma humana. Es una de las más difíciles de definir. Un ser humano tiene una raíz en virtud de su participación real, activa y natural en la existencia de una colectividad que conserva vivos ciertos tesoros del pasado y ciertos presentimientos del futuro. [...] El ser humano tiene necesidad de echar múltiples raíces, de recibir la totalidad de su vida moral, intelectual y espiritual de los medios de que forma parte naturalmente». Simone Weil «L’Enracinement es, con las Leyes y la Política platónicas, y alguno de los mejores frutos de la literatura
  • 17. utópica, una de las obras políticas más difíciles de soportar para el sentido común» (Manuel Sacristán Luzón). «Este libro pertenece a esa categoría de los prolegómenos de la política que los políticos raramente leen, y que muchos de ellos difícilmente podrían comprender ni sabrían cómo aplicar» (T. S. Elliot). «No estamos realmente ante un idealismo ético, sino ante un minimum realista para una sociedad en la que el hombre cuente» (José Jiménez Lozano). Mi solución al hambre El Mundo | Alberto Vázquez-Figueroa Desde mediados del siglo pasado sequías cada vez más frecuentes, prolongadas e inclementes han venido afectado al Sahel, un territorio de más de cinco mil kilómetros de largo por quinientos de ancho, que se extiende desde el Océano Índico al Atlántico, incluyendo a países tan pobres como Somalia, Etiopía, Sudán, Chad, Níger, Mali o Mauritania. Millones de personas mueren cada año, especialmente niños, y como el hambre y la sed llevan a la desesperación se ha generado un imparable flujo de emigrantes hacia un continente europeo que no sabe cómo contener tan desbordante avalancha pese a invertir fortunas en vigilancia costera o vallas de alambre espinoso. Ver los cadáveres de cuantos mueren intentando atravesar el desierto, los cuerpo flotantes de cuantos no consiguen alcanzar las costas de la tierra soñada o la carne lacerada por cuchillas de acero de cuantos pretenden saltar esas vallas desgarra muchos corazones, y debido a ello personas caritativas, naciones comprometidas y organizaciones humanitarias intentan paliar ese hambre a base de enviar a Somalia, Etiopía, Sudán, Chad, Níger, Mali o Mauritania toneladas de arroz, harina, maíz, judías o lentejas. TOÑO BENAVIDES Pero como el ser humano ha evolucionado a lo largo de milenios y no es ni una cabra ni una gallina, expulsa los granos tal como los ingirió. Para convertirlos en digeribles necesita agua y fuego, y por lo tanto lo que en realidad se está haciendo es multiplicar el problema, a imagen y semejanza de aquellos médicos que practicaban sangrías a los enfermos de anemia. Ello viene a significar que cada día que pasa se añade miseria a la miseria. Solemos ver en la televisión a una pobre mujer cocinando con cuatro tristes ramas -e incluso utilizando excrementos de animales puesto que los árboles y arbustos también han ido desapareciendo por culpa de la sequía- pero no advertimos que parte del agua se evapora mientras intenta que el arroz se ablande hasta volverse comestible. Para nosotros un casi invisible vapor que se pierde carece de importancia, pero para una mujer subsahariana es vida que escapa hacia la nada; la vida de sus hijos que no podrán beber al día siguiente. Y se puede sobrevivir dos semanas sin comer, pero tan solo tres días sin beber. Para volver digerible una taza de arroz se necesitan dos tazas de agua y como consecuencia suele ocurrir que tales alimentos a menudo se desperdician debido a que una pobre mujer que ha recibido un par de kilos de arroz o maíz se ve obligada a caminar durante horas bajo un sol abrasador consumiendo más energías de las que va a obtener a cambio de su carga y sabiendo que carece de agua o combustible. No resulta extraño que al fin opte por desprenderse de su carga y que unos alimentos que ha costado mucho producir, empaquetar y transportar a miles de kilómetros de distancia acaben siendo pasto de cabras, pájaros o lagartijas porque no hemos sido capaces de comprender que, pese a la buena voluntad
  • 18. de donantes y cooperantes, dichos alimentos no son los adecuados. Otro de nuestros grandes errores estriba en enviar al Sahel leche en polvo visto que los bebés no pueden digerirla si no se mezcla con un agua que suele estar contaminada, por lo que la mayoría de los menores de un año no mueren de hambre sino de disentería. La máxima autoridad en la materia, Josué de Castro, afirmaba en su injustamente olvidado libro, Geografía del Hambre, que el hambre aguda provoca apatía, indiferencia y falta de ambición. Tal comportamiento está considerado como desidia o una especie de melancolía racial, pero su principal causa es un hambre crónica, ya que la deficiencia en ciertas vitaminas comienza por embotar el apetito y cuando el individuo no sufre hambre física ha perdido su mayor estímulo: la necesidad de comer. Los hombres cazadores y más tarde los hombres agricultores vivieron durante milenios respetando a la naturaleza pero en menos de doscientos años los hombres industriales arruinaron la labor de sus antecesores. Y para colmo han irrumpido en escena los hombres cibernéticos incapaces de ver más allá de lo que no se encuentre en una pantalla, ya que como algún descerebrado ha llegado a asegurar: «Lo que no esté en internet, no existe», sin caer en la cuenta que las máquinas tienen memoria y dan respuestas pero carecen de sentimientos y por lo tanto ni sueñan, ni imaginan. Ninguna pantalla se conmueve a la hora de mostrar a personas que sufren ya que por su interior no corre sangre, sólo plasma. A la vista de ello, los esfuerzos se han centrado en la búsqueda de fórmulas que reduzcan de forma notable las tres variables que conforman la raíz del problema del hambre en el Sahel: alimentos, agua y combustibles. Y en esa búsqueda no se ha recurrido al manido argumento: «No le regales un pez a un hambriento; enséñale a pescar». De poco sirve enseñarle a pescar a un subsahariano puesto que en el Sahel no hay peces ya que por no haber, ni tan siquiera hay mar. Y además resulta muy difícil aprender con el estomago vacío. Lo primero que se debe hacer para conseguir que la mente de un niño se desarrolle es proporcionarle las vitaminas que necesita su cerebro. Mucho antes del descubrimiento de América, incas, mapuches y patagones, es decir, los primitivos pobladores de la costa del Océano Pacífico, ya habían advertido que los granos de maíz previamente tostados y después molidos duraban más, consumían menos agua, eran extremadamente resistentes al ataque de gorgojos o cualquier otro tipo de plagas y resultaban mucho más alimenticios que si primero se molían y luego se tostaban. También descubrieron que la harina resultante consumía menos agua al ser amasada, por lo que convirtieron el ñaco en la base de su dieta, costumbre que aún se mantiene en algunos países del Cono Sur. Es rico en calorías, contiene al menos siete vitaminas y resulta más nutritivo que la carne. Paralelamente, a miles de kilómetros de distancia y sin haber mantenido aún ningún contacto con ellos, en la costa Atlántica de África los bereberes y los guanches prehispánicos también habían comprendido las ventajas de tostar cualquier tipo de grano -trigo, cebada, centeno e incluso judías o lentejas- antes de molerlo, dando lugar a lo que acabó llamándose gofio, y que continuó siendo parte importante de su dieta, máxime desde que se incorporó el maíz procedente de América. Durante mi infancia, y como canario, no concebía la vida sin gofio, pero resulta evidente que proporcionárselo en polvo a los habitantes del Sahel no resolvería sus problemas puesto que continuarían necesitando agua. No obstante tales problemas se reducen de forma harto considerable si previamente se ha mezclado con agua y con otros ingredientes hasta convertirlo en una pasta compacta de textura semejante a la masa de pan y que se envía envasada al vacío. Si se ha mezclado con leche, queso o frutos secos se puede comer directamente y resulta muy útil a la hora de socorrer con eficacia y rapidez a víctimas de inundaciones, guerras o terremotos. Sin embargo, si se ha mezclado con jugo de carne o de pescado, necesita combustible que permita convertir esa masa en algo verdaderamente útil. El Sahel carece de combustibles, pero la radiación directa anual supera los 2.000 kwh/m2 y la temperatura sobre superficies oscuras pueden alcanzar los 150º, por lo que una plancha metálica negra expuesta al sol absorbe tanto calor que en poco tiempo vuelve comestibles la mayor parte de los alimentos. Camellos, cabras, burros y lagartos lamen las rocas antes del amanecer puesto que la enorme
  • 19. diferencia de temperatura entre el día y la noche -en ocasiones de más de 30º- las han cubierto de un rocío que les ayuda a calmar la sed. Resulta lógico aceptar que uniendo todos esos elementos -granos tostados antes de ser molidos, metal negro y agua de rocío- se consigue reducir de forma sustancial el hambre en los países del Sahel. Se debe proporcionar a las familias bandejas de metal negro y brillante, con un reborde de no más de dos dedos de ancho. Y ese reborde debe contar con un único agujero. Por el día como plancha de cocina que aprovecha la energía solar y dándole la vuelta como horno. Por las noches actuará como recogedor de rocío. Colocando la bandeja con una diferencia de inclinación de unos quince centímetros, con su único agujero en la parte inferior y bajo él un recipiente, se consigue que a partir de la medianoche la escarcha comience a depositarse sobre el metal que se está enfriando, las gotas de agua resbalen y acaben en el recipiente evitando de ese modo que se evaporen con la llegada del calor. Si en el interior de la bandeja se colocan ramas con abundantes hojas, la superficie capaz de captar las gotas de escarcha y acabar en el recipiente aumenta de forma considerable. Es un sistema parecido al que utilizaban los aborígenes herreños para recoger el agua del árbol Garoé. Un efecto semejante se obtendría extendiendo sobre la bandeja un estropajo metálico. La cantidad de agua obtenida dependerá de varios factores pero sea la que sea es agua no contaminada con la que preparar biberones de leche en polvo sin miedo a que los niños mueran. Esa leche se templará sobre esa misma bandeja ya expuesta de nuevo al sol. Alberto Vázquez-Figueroa es escritor. Acaba de publicar su última novela, Hambre (Ediciones B). La era de los impostores El País | Mario Vargas LLosa En estos días, el personaje más mediático en España es el “pequeño Nicolás”, un joven veinteañero que, desde que era un adolescente, se las arregló, embaucando a medio mundo, para hacerse pasar por amigo de la realeza, de grandes empresarios, autoridades y políticos de alto vuelo y del servicio de inteligencia, todos quienes le habrían encargado delicadas e importantes misiones. Lo extraordinario del caso es que buen número de estos personajes se tragaran sus patrañas, lo recibieran, lo escucharan y (al parecer) hasta lo gratificaran por sus servicios. En la era del espectáculo en que vivimos, el histrión es el rey de la fiesta. Javier Cercas acaba de publicar un libro, El impostor, consagrado a Enric Marco, el más notable embaucador de nuestro tiempo y, acaso, de todos los tiempos. Su historia dio la vuelta al mundo hace nueve años cuando un pertinaz historiador, Benito Bermejo, reveló que Marco, presidente de la asociación que agrupaba a los sobrevivientes españoles de los campos de exterminio nazis, que había publicado libros, artículos, ofrecido cientos de conferencias en colegios, universidades y había hecho llorar a los congresistas refiriendo en el Parlamento español los horrores indecibles que padecieron él y sus compañeros en aquellos mataderos humanos, era un fabulador de polendas que nunca estuvo en alguno de esos campos nazis y se había inventado de pies a cabeza esa heroica biografía de resistente republicano, exiliado y prisionero de la peste parda hitleriana. Enric Marco, ya muy conocido por sus campañas a favor de mantener viva la memoria histórica del Holocausto, se hizo todavía mucho más famoso, dentro y fuera de España, como autor de la más formidable patraña del siglo. El libro de Cercas es varios libros a la vez, pero, ante todo, una pesquisa rigurosa y maniática para desentrañar lo que es verdad y lo que es mentira en la vida pública y privada de Enric Marco. Descubre muchas cosas: que las imposturas de Marco arrancan en su misma juventud, atribuyéndose un pasado
  • 20. de luchador republicano y de resistente anarquista en los primeros años de la dictadura franquista, y que ellas jalonan toda su existencia. Pero, también, que estas mentiras en cadena están casi siempre enhebradas con verdades, experiencias vividas a las que él coloreó, exageró, matizó y disminuyó para hacer más persuasivas las ficciones con que fue adobando constantemente su escurridiza biografía. No descubre todo porque la manera como ficción y realidad se confunden en la vida de Enric Marco es inextricable. ¿Por qué dedicar tantos esfuerzos a esta tarea? ¿Sólo por la fascinación que provoca en él la audacia embustera del personaje, esa novela viviente que es Enric Marco? Sin duda, pero, también, porque probablemente nunca nadie antes de él ha encarnado las relaciones entre ficción y realidad de una manera tan absoluta y excelsa. Todos los seres humanos soñamos con ser otros, con escapar a las estrechas fronteras dentro de las que discurre nuestra vida; por eso y para eso existen las ficciones —las novelas, las películas, los dramas, las óperas, las series televisivas, etcétera—, para satisfacer vicariamente el hambre de irrealidad que nos habita y nos hace soñar con vidas mejores o peores que la que estamos obligados a vivir. Enric Marco consiguió, gracias a su audacia, su talento transformista y su falta de escrúpulos, ser, como en el poema de Rimbaud, uno mismo y otro (“Je est un autre”). Además de una incisiva investigación periodística, el libro de Cercas es un sutil ensayo sobre la naturaleza de la ficción y el modo como puede infiltrarse en la vida y trastornarla. Y es, asimismo, un buceo personal y dramático sobre las responsabilidades morales de un escritor que, como él, intenta, a través de lo que escribe, entender las razones profundas del personaje cuya historia reconstruye. ¿Comprender a Enric Marco no es en cierto modo justificarlo, rehabilitarlo, dar verosimilitud y consistencia a las razones que él esgrime con tanto empeño contra quienes lo condenan, diciendo que sí, cometió un gran delito, pero lo hizo por una razón valedera y superior, para dar más fuerza y publicidad a las atrocidades del Holocausto, para despertar en las nuevas generaciones un sentimiento de espanto contra los crímenes del nazismo, reivindicar y desagraviar a sus víctimas, esos millones de seres humanos sacrificados en los campos de exterminio, 9.000 de los cuales fueron españoles? Cercas no quiere que este impostor desmesurado le resulte simpático y, para que nadie se equivoque al respecto, lo abruma de epítetos condenatorios a cada paso. También se los lanza a la cara al propio Marco, quien, aunque usted no lo crea, se prestó a concederle muchas horas de entrevista para facilitarle su trabajo inquisitorial, y, a cada momento, le recuerda que no escribirá este libro para defenderlo ni atenuar su culpa, sino para desentrañar la pura y terrible verdad, es decir, para hundirlo del todo en la ignominia moral. Lo más notable es que quien gana la partida que se disputa en este libro incandescente no es el rectilíneo Cercas sino el delictuoso Marco. El excelente novelista que es Javier Cercas olvidó, fascinado como estaba con el tema y materia de su libro, que las buenas novelas convierten a los malos siempre en buenos, porque aquellos terminan siempre por despertar en el lector (y, aunque no lo quiera, en el propio narrador) un atractivo irresistible que vence y destruye sus reservas o principios éticos o políticos y los transforma en empatía. El libro que él ha escrito es, aunque él no quisiera que lo sea, una (magnífica) novela sobre un personaje fuera de lo común, un ser ontológicamente novelesco que tiñe la vida de ficción, un fantaseador taumatúrgico que irrealiza la realidad con su audacia ilimitada. El héroe del libro no es quien lo relata sino el genial embaucador, el espantoso e inverosímil Enric Marco. Él, sólo él. Comparado con la peripecia prodigiosa que le permitió dejar de ser la minucia humana que era y convertirse en un gigante, qué pequeñito y olvidable parece el aguafiestas de su historia, el decente y honesto historiador Benito Bermejo que, sin siquiera beneficiarse con ello y hasta recibiendo por su altruista tarea buen número de ataques, lo desenmascaró, guiado sólo por su amor a la verdad y su repugnancia por las mentiras históricas. Vivimos una época en que los embaucadores nos rodean por todas partes y la inmensa mayoría de ellos —banqueros, autoridades, dirigentes políticos y sindicales, jueces, académicos— miente y delinque para enriquecerse, sórdido designio vital, sin que sus historias trasciendan las previsibles trapacerías del ratero vulgar. Por lo menos, Enric Marco lo hacía con horizontes más amplios y, sí, por qué no, menos
  • 21. egoístas. La verdad es que nunca se lucró con sus mentiras y las sostuvo y defendió con una energía admirable, trabajando como un verdadero galeote y, es cierto, haciendo tomar conciencia a muchos jóvenes, y a buen número de hombres y mujeres maduros, de lo que significaron los campos de la muerte del nazismo y de la obligación cívica de reivindicar a sus víctimas. ¿Que Marco era, que es, un narciso codicioso de publicidad, un ávido mediópata, obsesionado por salir siempre en la foto? Sin la menor duda. Pero su enfermedad es una enfermedad de nuestro tiempo, la de una cultura en la que la verdad es menos importante que la apariencia, en la que representar es la mejor (acaso la única) manera de ser y de vivir. La ficción ha pasado a sustituir a la realidad en el mundo que vivimos y, por eso, los mediocres personajes del mundo real no nos interesan ni entretienen. Los fabuladores, sí. No es de extrañar que en una época así, el “pequeño Nicolás” y el gigantesco Enric Marco hayan sido capaces de perpetrar sus fechorías, perdón, quiero decir sus proezas. La culpa no es de los novelistas, ellos sólo cuentan las historias que les gustaría vivir a sus lectores. Derechos mundiales de prensa en todas las lenguas reservados a Ediciones EL PAÍS, SL, 2014. © Mario Vargas Llosa, 2014. La condición sombría: filosofía y terror Carlos Javier González Serrano 16 diciembre, 2014 “Es tentar al hombre dejarle elegir”, aseguraba Sade La colección “Hispanica Legenda” de Plaza y Valdés Editores nos tiene acostumbrados a títulos tan dispares, inquietantes y atractivos como Soñando monstruos (Vicente Serrano), El ajedrez y la filosofía (Francisco J. Fernández) o Infierno horizontal (Ana Carrasco Conde). En esta ocasión nos sorprenden con un volumen que, en palabras del autor (el filósofo y profesor Antonio Castilla Cerezo, traductor del injustamente desconocido Carlo Michelstaedter), tiene por objetivo “pensar el terror”: La condición sombría. A pesar de que la filosofía ha intentado en los últimos decenios acercarse a la parte más tenebrosa del alma humana, escrutando asuntos como el horror, la perversión o el miedo, lo cierto es que tanto en el ámbito académico como en el campo ensayístico o divulgativo, se ha vedado la entrada al terror como un tema de escasa relevancia teórica. Sin embargo, como apunta Castilla Cerezo, su importancia reside en que “el terror destruye en un instante lo que ha sido construido lenta, trabajosamente. No se detiene ante nada. El terror es esencialmente traidor”, aunque también excepcional. Desde los más tempranos albores del pensamiento (oriental y occidental), la humanidad se ha asombrado ante la posibilidad del mal, de cometer actos que, de una forma u otra, atentan contra lo que cabe esperar de nosotros. Ya explicaba Goethe en su Fausto, en boca de las sirenas, que los hombres inspiran una suerte de pena y estupefacción por cuanto podrían llegar a ser, conformándose con parecer sombras de su potencialidad. La felicidad va a parar a la plebe y a los de natural despreciable: por el contrario, subyugar desastres y terrores humanos es propio del grande hombre. Ser siempre dichoso y pasar la vida sin dentelladas en el espíritu es, de cierto, desconocer el otro lado de la naturaleza. Eres un gran hombre: pero ¿cómo lo sé, si la muerte no te da ocasión de demostrar tu valor? (Séneca, Sobre la providencia, 4). Como escribía Thomas Ligotti en La fábrica de pesadillas (obra de la que Castilla Cerezo se ocupa prolijamente, junto a Poe, Sade, Plotino, Leibniz, Schopenhauer, Kant, Shakespeare, Nietzsche, Mary Shelley y un largo etcétera), “el tema más viejo, quizá el único, es el del saber prohibido. Y ningún saber prohibido consoló nunca a su dueño”. El conocimiento del mal esconde uno de estos tabúes epistemológicos, pues “la mera posibilidad de tal conocimiento introduce una monstruosa y perversa
  • 22. tentación que troca los tranquilos placeres de la existencia mundana por las luces brillantes de la alienación, la perdición y, en algunos casos extraños, la condenación eterna”, sentencia Ligotti. Se preguntaba Plotino: “¿con cuál de las facultades que hay en nosotros podemos conocer la naturaleza del mal?” El lector encontrará en este volumen un magnífico ensayo sobre las formas que el terror adopta, ha adoptado y puede adoptar en su camino hacia la conquista definitiva no sólo del ánimo humano, sino de cualquier realidad existente. Su amenaza siempre planea, acechante y muy real, como una sombra que hay que combatir permanente y violentamente. En su Frankestein, Mary Shelley escribía que ¿Por qué presume el hombre de una sensibilidad mayor a la de las bestias, cuando esto sólo consigue convertirlos en seres más necesitados? Si nuestros instintos se limitaran al hambre, la sed y el deseo, seríamos casi libres. Como se cuestionaba Plotino en sus Enéadas, “¿cómo puede uno imaginarse el mal como forma, si es por ausencia de todo bien por lo que se vislumbra el mal? Si se responde, porque la ciencia de los contrarios es la misma y porque el mal es contrario al bien, la ciencia del bien será la misma que la del mal, entonces, a los que se dispongan a conocer el mal, les será preciso penetrar en el conocimiento”. Con un estilo ameno y accesible para cualquier público interesado en las constantes asechanzas del terror y su relación con la filosofía, acompañado del rigor propio de una obra de mayúscula altura intelectual, Antonio Castilla Cerezo ha logrado confeccionar un ensayo –a caballo entre el pensamiento, la historia y la literatura– en el que se dan cita personajes tan dispares como Blanchot, Goethe, Heidegger, Foucault, Platón, Derrida, Freud o Hobbes. El objetivo: apoderarse, en la medida en que sea posible, de las alargadas garras del terror, de “un temor que nada puede suprimir” (como reza uno de los capítulos del libro). La condición sombría. Terror y filosofía es un libro para disfrutar, para adentrarse en los más enrevesados y oscuros pasillos del mal, para cobrar consciencia de que quizá el bien y la bondad no sean más que otra cara (más amable, más disimulada) del terror. La voz descalza de Santa Teresa y San Juan de la Cruz MJ / 2 días ago El cantautor leonés Amancio Prada (1949) prepara un recital que espera estrenar “pronto”, en 2015, con versos de los místicos por excelencia, como son santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz. El recital, que lleva por título “La voz descalza de Santa Teresa y San Juan de la Cruz”, está integrado por ocho nuevas canciones que ha compuesto de la monja reformadora, que se unen al “Vivo sin vivir en mí” que creó hace tres décadas para formar una novena, según ha indicado antes de recibir la medalla de la Academia de Juglares de Fontiveros (Ávila), localidad donde nació Juan de Yepes en 1542. Coincidiendo con los 423 años que hoy se han cumplido del fallecimiento del místico carmelita, Amancio Prada ha sido nombrado, además, miembro de la Institución Gran Duque de Alba, dependiente de la Diputación de Ávila, en un acto en el que ha recibido su medalla de juglar de manos de la escritora Asunción Escribano, profesora de la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), juglar saliente.
  • 23. En este marco, Amancio Prada ha recordado, en declaraciones a los medios, que lleva desde la década de 1970 en “compañía” de san Juan de la Cruz, desde que, viviendo en una buhardilla de París (Francia), comenzó a leer el “Cántico Espiritual” del santo “con los ojos y con los oídos”. “Fue un flechazo a primera vista o a primer oído”, porque creyó que “lo más conveniente” era cantar las palabras de San Juan de la Cruz, al que ha definido como “el más alto poeta en lengua hispánica”, algo que queda patente en el hecho de ser el místico patrón de los poetas. No obstante, ha señalado que “San Juan nunca dijo la palabra poesía o verso en sus obras”, pues “hablaba de canciones y coplas que solía pensar y cantar cuando iba descalzo entre el sol y la fuente”. Aunque lo ha considerado uno de los poetas fundamentales en la literatura, no ha dudado Amancio Prada en afirmar que “la poesía es semilla antes que fruto”, de modo que “tiene todo el tiempo del mundo para ser descubierta y saboreada”. Prada, que se ha incorporado hoy a la veintena de miembros que forman parte de la Academia de Juglares de Fontiveros, entre quienes se encuentran Clara Janés, Luis Alberto de Cuenca y Luis López Anglada, ha adelantado que “en una especie de rapto o trance” ha compuesto ocho nuevas canciones de Santa Teresa. La “novena” dedicada a la santa, en alternancia con otras tantas canciones de san Juan de la Cruz, integran el recital “La voz descalza de Santa Teresa y San Juan”, que el cantautor ha admitido que está “deseando estrenarlo”, ya sea “en Fontiveros o en Ávila”, aunque “sería un buen marco” la conmemoración del V Centenario del Nacimiento de Santa Teresa de Jesús (1515-2015). Fuente: EFE Este video recoge un momento del concierto que dio Amancio Prada el 24 de mayo de 2013 en el claustro del convento de Santa Clara de Carmona, con motivo de la presentación del número 28 de la revista de creación Palimpsesto. Amancio Prada y San Juan de la Cruz San José de Ávila. La primera fundación MJ /
  • 24. El teatro de Alba de Tormes fue el escenario elegido para la presentación del número 59 de “Salamanca. Revista de Estudios. La huella de Teresa de Jesús”. El acto tuvo lugar el pasado viernes, día 12 de diciembre, a las 19h. Se trata de un volumen dedicado de manera monográfica –pero desde múltiples perspectivas– a Teresa de Jesús, con motivo de la celebración del V centenario de su nacimiento. Está editado por la Diputación de Salamanca. Agradecemos la deferencia de permitirnos reproducir aquí uno de los trabajos publicados en la revista. Se trata de un estudio sobre cómo se desarrolló la fundación de San José de Ávila, la primera de todas, y que supondría el nacimiento del carmelo descalzo. El artículo ha sido realizado por Sonsoles Sánchez-Reyes, doctora en Filología inglesa y licenciada en Derecho. Trabaja como profesora en la Escuela Universitaria de Educación y Turismo de Salamanca (Campus de Ávila) y es Teniente de Alcalde de Cultura, Deporte y Educación en el Ayuntamiento de Ávila. Sonsoles Sánchez-Reyes fue también coordinadora, en 2012, de la conmemoración del 450 aniversario del convento de San José en Ávila. San José de Ávila. La primera fundación Sonsoles Sánchez-Reyes «Salamanca. Revista de Estudios. La huella de Teresa de Jesús», nº. 59, 2014, pp. 45-64 Resulta imposible resistirse al encanto del convento de San José de Ávila. 452 años después de su fundación, la vida late a borbotones en el mundo que celan sus muros, un microcosmos pulcro de organización perfecta, pleno de actividad y de proyectos, dotado de una naturaleza tan fértil como la alegría que transmiten sus moradoras. Y en estos casi cinco siglos de permanencia ininterrumpida del convento en Ávila, miles de transeúntes han pasado miles de veces por delante de sus tapias y paredes de aspecto sobrio, mudos testigos de cómo el tiempo iba variando en las gentes su atuendo, su discurso o sus costumbres, mientras las piedras se mantenían fieles en su inmutabilidad al sueño de la Santa, sabiéndose tan llenas de pasado como de futuro. Y aquellos viandantes que se aventurasen a llegarse hasta el torno o el locutorio del convento, se verían sorprendidos por el profundo contraste entre el tono gris y severo de las tapias, y la luz cálida que se filtra entre las rendijas del edificio, delatando un interior de aire puro que apenas se deja entrever, como una promesa de vedado acceso. Es entonces cuando vienen a la mente las clarividentes palabras de Santa Teresa para definir el lugar: “Esta casa es un cielo, si le puede haber en la tierra, para quien se contenta sólo de contentar a Dios y no hace caso de contento suyo; tiénese muy buena vida”[1]. Y se comprende que es la puerta al cielo que la Santa quiso dejar abierta en Ávila.
  • 25. Uno de los hechos diferenciales más determinantes de la singularidad de Teresa de Jesús es su cualidad de fundadora, a pesar de que ella misma minimizase su papel ante su sobrina Teresita: “No sé para qué me llaman fundadora, pues que Dios y no yo es el que á fundado estas casas”[2]. Reconoce sentir que es el Señor quien la ha elegido como mero instrumento para erigir su casa: “muchas veces me espanta cuando lo considero y veo cuán particularmente quería Su Majestad ayudarme para que se efectuase este rinconcito de Dios -que yo creo lo es- y morada en que Su Majestad se delita, como una vez estando en oración me dijo que era esta casa paraíso de su deleite” (Vida 35, 12). El surgimiento del convento abulense proporciona la clave para el amanecer de su reforma. Es en el momento de materializarse la fundación de San José de Ávila, cuando Teresa de Ahumada cambia su nombre por el de Teresa de Jesús (Efrén y Steggink 1996: 235), siendo ese episodio de su biografía el punto de inflexión que la convertirá en un personaje de talla universal e intemporal. En San José tienen lugar acontecimientos de gran trascendencia para la nueva Orden creada por Santa Teresa: allí se descalza la fundadora el 13 de julio de 1563, sustituyendo los zapatos por alpargatas de cáñamo, el calzado de las reformadas (Efrén y Steggink 1996: 237); allí escribe la mayor parte de sus libros e idea las Constituciones. Únicamente es la perspectiva histórica la que permite llamar a San José de Ávila la “primera fundación”, pues encabeza cronológicamente la lista de las 17 fundaciones de monjas (además de las 15 de frailes) que Santa Teresa realizó con posterioridad: Medina del Campo (1567), Malagón y Valladolid (1568), Toledo y Pastrana (1569), Salamanca (1570), Alba de Tormes (1571), Segovia (1574), Beas y Sevilla (1575), Caravaca (1576), Villanueva de la Jara y Palencia (1580), Soria (1581), Granada y Burgos (1582) (de Pablo 2012: 93-94). Sin embargo, en ningún momento la gesta reformadora de Teresa de Jesús se inicia con un plan de expansión predeterminado, más allá de la fundación del convento de Ávila, que ya de por sí resultó harto compleja y trabajosa. Fue una visita a España del Padre General de la Orden del Carmelo, Juan Bautista Rubeo, consignado por el capítulo para implantar la reforma conciliar, la que le lleva a recalar en Ávila, entusiasmándose con la forma de vida de las religiosas del nuevo convento, y llegando a un perfecto entendimiento con la Santa, le encomienda que extienda la reforma: “deseava fundase tantas (casas) como tengo cabellos en la cabeza” (Fundaciones 27, 20). El 27 de abril de 1567, el P. Rubeo firma en Avila una patente para que Teresa de Jesús fundase nuevos conventos como el de San José en cualquier lugar del reino de Castilla (Efrén y Steggink 1996: 327), siguiendo después de cerca los progresos de la Orden: “cada casa que se fundava, me escrivía recibir grandísimo contento (…) el mayor alivio que yo tenía en los travajos era ver el contento que le dava, por parecerme que en dársele servía a nuestro Señor” (Fundaciones 27, 19). El primer monasterio, así, se convierte en el modelo sobre el que configurar una larga lista de fundaciones posteriores, muchas de ellas también bajo la titularidad de San José. La Santa Madre comprenderá a esta luz las crípticas palabras que le había dirigido Cristo, tras la fundación de Ávila: “Espera un poco, hija, y verás grandes cosas” (Fundaciones 1,8). Cuando, años antes, Teresa de Ávila escribía al dominico Fr. Luis Beltrán, luego Santo, para consultarle sobre la conveniencia de la fundación de San José, éste respondía con un argumento tan certero que ya parecía presagiar fundaciones ulteriores: “digo en nombre del mismo Señor que os animéis para tan grande empresa, que Él os ayudará y favorecerá. Y de su parte os certifico que no pasarán cincuenta años que vuestra Religión no sea una de las más ilustres que haya en la Iglesia de Dios”[3]. La reforma teresiana se constituyó en provincia autónoma en 1581 y en congregación de observancia en 1587, configurándose como nueva orden religiosa dentro de la familia carmelitana el 20 de diciembre de 1593 (Ramos 1990: 41). El reconocimiento definitivo coincidió temporalmente de un modo casi perfecto con la previsión de Fray Luis Beltrán: en 1614, 52 años después de escribirse esta carta, Santa Teresa era beatificada. En los albores de la década de 1560, Teresa de Ahumada llevaba 27 años en la Encarnación, donde se observaba la Regla del Carmen con la mitigación que Eugenio IV había dado a la Orden. El convento, a mediados del siglo XVI, contaba con casi 200 monjas[4] y sufría graves problemas en su gestión y mantenimiento, lo que en la práctica le apartaba del ideal evangélico, pues las monjas salían temporadas muy largas buscando el sustento en casa de parientes, se recibían muchas visitas, y las diferencias de extracción social se reflejaban en distinto nivel de comodidad en la clausura. La propia Teresa lo explica así (Vida 32,9): “Pensava qué podría hacer por Dios y pensé que lo primero era siguir el llamamiento que Su Majestad me había hecho a relisión, guardando mi Regla con la mayor perfeción que pudiese. Y aunque en la casa adonde estava havía muchas siervas de Dios y era harto servido en ella, a causa de tener gran necesidad salían las monjas muchas veces a partes adonde con toda honestidad y relisión podíamos estar; y también no estaba fundada en su primer rigor la Regla, sino guardávase conforme a lo que en toda la Orden, que es con bula de relajación, y también otros inconvenientes, que me parecía a mí tenía mucho
  • 26. regalo por ser la casa grande y deleitosa”. Su deseo era “apartarme más de todo y llevar mi profesión y llamamiento con más perfección y encerramiento” (Vida 36, 5). La joven María de Ocampo, hija de unos primos de Teresa de Ávila, recordaba cómo una tarde de septiembre de 1560, en la celda de la santa Madre en la Encarnación, un grupo de mujeres trataron “cómo se reformaría la Regla que se guardaba en aquel Monesterio, que era de Nuestra Señora del Carmen de las Mitigadas, y se hiciesen unos monesterios a manera de ermitañas como lo primitivo que se guardaba al principio de esta Regla que fundaron nuestros Padres antiguos”[5]. En este momento de la conversación llegó la gran amiga de la Santa, Guiomar de Ulloa, una viuda joven muy conocida en la buena sociedad de Ávila, la cual se entusiasmó con el proyecto y prometió su ayuda. No obstante, la situación financiera de Guiomar de Ulloa era muy precaria, como relata Teresa de Ávila a su hermano Lorenzo: “por ahora está sin dineros, y cuanto toca a hacer y comprar la casa hágolo yo, que con el favor de Dios hanme dado dos dotes antes que sea y téngola comprada, aunque secretamente”[6]. Los dos años siguientes al nacimiento de la idea requieren ir venciendo poco a poco las muchas dificultades: indecisión del confesor jesuita de la Santa, el P. Baltasar Álvarez, que la sostiene a ratos y otras veces le manda no vuelva a tratar del asunto, hasta que el nuevo Rector de la Compañía, V. P. Gaspar de Salazar, aprueba la empresa; indecisión aun mayor del Provincial del Carmen, Fr. Ángel de Salazar, que al principio se muestra propicio a la fundación y en vista del rechazo por parte de las monjas de la Encarnación, no quiere después recibirla bajo su obediencia; y dificultades económicas añadidas, que hacen exclamar a Teresa: “Señor mío, ¿cómo me mandáis cosas imposibles, que aunque fuera mujer si tuviera libertad, mas atada por tantas partes, sin dineros ni de a donde los tener, ni para Breve, ni para nada, qué puedo hacer, Señor?” (Vida 33, 12)[7]. El día de la Asunción de 1561, en el monasterio de Santo Tomás, donde solía ir a confesarse, Santa Teresa tiene una visión de San José y la Virgen, que la animan a proseguir con su empresa. Es la imagen que representa el retablo del altar mayor del convento de la Santa en Ávila: “(la Virgen) Díjome que la dava mucho contento en servir al glorioso san Josef, que creyese que lo que pretendía de el monesterio se haría y en él se serviría mucho el Señor y ellos dos; que no temiese havría quiebra en esto jamás, aunque la obediencia que daba no fuese a mi gusto, porque ellos nos guardarían, y que ya su Hijo nos havía prometido andar con nosotras, que para señal que sería esto verdad me dava aquella joya. Parecíame haverme echado a el cuello un collar de oro muy hermoso, asida una cruz a él” (Vida 33, 14). Teresa, plena de fe, hizo llamar a sus hermanos de Alba de Tormes (Juana de Ahumada y Juan de Ovalle), para que se desplazasen hasta Ávila y comprasen una casa, perteneciente al clérigo Valvellido, en su propio nombre, a fin de ocultar que era en realidad para fundar el monasterio de San José, evitando así murmuraciones y polémica (Sobrino 1997: 64). La casa estaba en el barrio de San Roque, muy cerca de la de Doña Guiomar (Efrén 1982: 83), en la zona Este de la ciudad, lo que facilitaba la supervisión de las obras por parte de sus promotoras. Otro hermano de la Santa, Lorenzo de Cepeda, contribuye decisivamente con dinero a la fundación de San José. Ha hecho fortuna en América y envía a su hija Teresita, de 9 años, a residir en el convento, donde profesará en 1582 y pasará su vida. A su muerte (1580), lega su hacienda al convento y solicita ser sepultado allí (Sobrino 1997: 63). El P. Provincial ordena a Teresa ir a Toledo a residir una temporada en casa de la joven señora Doña Luisa de la Cerda, que reclama su presencia para ayudarle a sobrellevar la reciente muerte de su marido. La fundadora parte de Ávila en un buen momento, pues las murmuraciones están haciendo mella en la ciudad, a pesar del secreto con el que se llevan a cabo las gestiones para erigir el convento (Vida 34, 1). El mismo día de su vuelta a Ávila, tras seis meses de estancia en Toledo, Santa Teresa encuentra el Breve fundacional que le ha sido remitido desde Roma autorizando el convento, en pergamino y lengua latina. La Santa abulense dudaba sobre la conveniencia de fundar con renta o sin ella, decantándose finalmente por esta opción, que era la indicada por el Santo Fray Pedro de Alcántara: “como ya yo sabía era Regla y vía ser más perfeción, no podía persuadirme a tener renta. Y ya que algunas veces me tenían convencida, en tornando a la oración y mirando a Cristo en la cruz tan pobre y desnudo, no podía poner a paciencia ser rica” (Vida 35, 3). Teresa estaba influenciada por su experiencia en la Encarnación, donde las dificultades materiales para el mantenimiento de la comunidad les distraían de la contemplación, por lo que había planeado inicialmente que la fundación de San José contase con una mínima garantía material para poder centrarse en la oración (Efrén y Steggink 1982: 412): “Al principio que se comenzó este monesterio a fundar (por las causas que ya en el libro que dije tengo escritas, con algunas grandezas de Dios, en que