El poeta Goethe dijo en una ocasión que un loco enamorado sería capaz de hacer fuegos artificiales con el sol, la luna y las estrellas. Pero existe una manera de lograrlo más sencilla y práctica, eso sí, menos romántica: la química. Los fuegos artificiales son pura química. ¿Cómo se explica su funcionamiento? ¿A qué se deben esos colores? Cada fuego artificial lanzado hacia el cielo es una mezcla de productos químicos y combustible, cuidadosamente calibrados para producir un efecto particular. Lo que vemos, lo que oímos con cada explosión, será por tanto el resultado de varias reacciones químicas -oxidaciones y reducciones- que tienen lugar dentro de los fuegos artificiales a medida que ascienden al cielo.