El filósofo Jeremy Bentham propuso una ética utilitarista basada en el principio de utilidad, el cual establece que las acciones deben juzgarse por su capacidad de aumentar o disminuir la felicidad de la comunidad. Bentham argumentó que este principio permite evaluar el bienestar general al equilibrar el placer y el dolor, tanto a nivel individual como colectivo. Si bien este enfoque tiene limitaciones al trasladarse de lo descriptivo a lo normativo, ofrece una forma de guiar decisiones morales que busquen el mayor