España desarrolló una poderosa flota naval en los siglos XVI y XVII para transportar bienes entre América y Europa a través del Atlántico y Pacífico, con puertos principales en Sevilla, Cádiz, La Habana, Veracruz y Manila. Sin embargo, la decadencia de la armada española comenzó a finales del siglo XVII debido a las guerras con Inglaterra, los ataques de los piratas, el deterioro de los barcos y la crisis económica resultante de la división política de España.