La iglesia local es la única organización mencionada en el Nuevo Testamento para llevar a cabo el trabajo de Dios. Se compone de cristianos que deciden reunirse en una localidad para adorar a Dios juntos como una familia espiritual. Cada miembro tiene responsabilidades para participar y fortalecer la iglesia local a través de la asistencia, el servicio y el cumplimiento de su función en el cuerpo de Cristo.