Este documento presenta un resumen de las Bienaventuranzas de Jesús según los evangelios de Mateo y Lucas. Jesús pronunció estas bendiciones a sus discípulos y seguidores, describiendo las actitudes y comportamientos propios de aquellos que forman parte del Reino de Dios, como la pobreza de espíritu, la mansedumbre, la misericordia y la búsqueda de la justicia. Jesús también advirtió sobre los peligros de la riqueza y la fama mundanas. Las Bienaventuranzas ref
3. Viendo a la muchedumbre, subió al monte y se
sentó. Sus discípulos se acercaron. Entonces,
tomando la palabra, les enseñaba así:
Bienaventurados los pobres de espíritu...
Mateo 5, 3-12
4. Toda la gente quería tocarlo, porque de él salía una
fuerza que los curaba a todos. Él, dirigiendo la
mirada a sus discípulos, dijo: Bienaventurados los
pobres, porque vuestro es el reino de Dios...
Lucas 6, 20-23
5. Son bendiciones dirigidas a sus discípulos y seguidores.
Jesús es el modelo: son un retrato del mismo Cristo.
Escritas en tiempos de persecución para alentar a los fieles.
Reflejan el destino de los verdaderos profetas.
6. El sermón de la montaña
Jesús, nuevo Moisés
La nueva Ley
8. Bienaventurados los pobres de espíritu, porque de
ellos es el reino de los cielos.
Mateo 5, 3.
Bienaventurados los pobres, porque vuestro es el
reino de los cielos.
Lucas 6, 20.
9. Pobres de Yahvé: anawim, humilde que confía en Dios.
Pobre de espíritu: vacío de manos, abierto a dar y recibir.
El resto fiel de Israel: las gentes sencillas del pueblo.
El discípulo renuncia a todo por el reino: su pobreza será libertad.
13. Manso no es débil; se puede ser firme y tierno a la vez.
Mansedumbre es renunciar a la violencia y al poder.
Heredarán la tierra: la huella de los pacíficos perdura y da fruto.
16. Bienaventurados los que lloran, porque
ellos serán consolados.
Mateo 5, 5
Bienaventurados los que lloráis ahora,
porque reiréis.
Lucas 6, 21.
17. Llora mucho quien ama mucho.
Llora quien se apiada de los demás y sufre por el mundo.
Llora quien se arrepiente de su mal y desea conversión.
Lloran las víctimas de la injusticia y el mal.
20. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de
justicia, porque ellos serán saciados.
Mateo 5, 6.
Bienaventurados los que tenéis hambre ahora,
porque seréis saciados.
Lucas 6, 21.
21. Justicia bíblica no es legalidad, sino cumplir la voluntad de Dios.
Hambrientos y sedientos: los que buscan a Dios.
Quien padece hambre y sed es también víctima de la injusticia.
Los primeros cristianos fueron perseguidos por seguir a Cristo.
25. Misericordia es una cualidad por excelencia de Dios.
Quienes tratan al prójimo como Dios quiere, serán compadecidos.
El modelo es Cristo: parábola del buen samaritano (Lc 10).
La llave del reino es la misericordia: parábola del juicio final (Mt 25).
29. El corazón es inteligencia, afecto, voluntad y libertad.
La pureza era una aspiración de todo judío devoto.
Jesús camia la idea de pureza: no es externa o ritual, sino interior.
El amor de Dios purifica el corazón y lo hace transparente y limpio.
32. Bienaventurados los que trabajan por
la paz, porque ellos serán llamados
hijos de Dios.
Mateo 5, 9.
33. Seguir a Jesús implica trabajar por la reconciliación y la paz.
Paz con Dios, con uno mismo, con los demás y con el mundo.
Jesús es el verdadero portador de paz (Juan 14, 27).
La paz auténtica empieza por sentirnos hijos amados de Dios.
37. Los seguidores de Jesús sufrirán persecución por su causa.
Obedecer a Dios a veces significa desobedecer al mundo.
Jesús avisa: quien quiera seguirme, tome su cruz... (Lc 9, 23).
Muchos cristianos han sido y son perseguidos, hasta la muerte: su
recompensa, si no es aquí, será en el cielo.
38. Felices cuando os
odien, os expulsen,
os injurien y
proscriban vuestro
nombre por causa del
hijo del hombre...
Lucas 6, 22.
41. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque
vuestra recompensa será grande en el
cielo. Pues de ese modo trataron sus
antepasados a los profetas.
Lucas 6, 23.
42. El amor de Dios es
más grande que el
odio del mundo.
44. ¡Ay de vosotros, los ricos, porque ya tenéis vuestro
consuelo! ¡Ay de vosotros, que ahora estáis hartos,
porque tendréis hambre! ¡Ay de vosotros, los que
ahora reís, porque gemiréis y lloraréis! ¡Ay de
vosotros cuando os alaben todos los hombres! Así
alababan sus padres a los falsos profetas.
Lucas 6, 24-26.
52. El que me ha visto a
mí ha visto al Padre.
Juan 14, 9
53. Os dejo la paz, mi
paz os doy; no
como la da el
mundo...
Juan 14, 27.
54. Los sumos sacerdotes y
los escribas andaban
buscando el modo de
prenderlo con engaño y
quitarlo de en medio.
Marcos 14, 1
55. Nadie deja casa, hermanos, hermanas, madre, hijos o
tierras por mí o por el evangelio que no reciba el
ciento por el uno ya en este mundo, en casas,
hermanos, hermanas, madres, hijos y tierras, con
persecuciones, y en el siglo venidero, la vida eterna.
Marcos 10, 28-31.