Las personas tienen diferentes formas de pensar sobre la vida. Algunos viven atormentados por el pasado o temerosos del futuro, mientras que otros viven concentrados en el presente. Es importante no aislarse pensando en lo que sucedió, sucede o sucederá, sino escuchar el corazón y mantener pensamientos positivos. Aunque no todo puede ser perfecto, la sabiduría obtenida de los errores del pasado nos permite tener una mejor comprensión y vivir el presente sin temor al futuro.