El documento argumenta que las redes sociales como Facebook y Twitter ya no solo se usan para compartir entretenimiento, sino que también pueden ser aliados poderosos en procesos pedagógicos innovadores. Alienta a los educadores a usar estas plataformas para comunicarse con estudiantes y romper con métodos tradicionales como las clases magistrales, ya que las redes sociales son parte integral de la vida de los estudiantes del siglo XXI.