Jesús les dice a sus discípulos que no acumulen tesoros en la tierra, donde pueden ser destruidos o robados, sino que acumulen tesoros en el cielo a través de obras de caridad y fe. También les advierte que si sus ojos espirituales están oscurecidos por el materialismo y el orgullo, toda su vida estará en tinieblas. El Papa Francisco habla sobre los tres tesoros terrenales principales que no son seguros: el dinero, la vanidad y el poder.
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LECTIO DIVINA DEL EVANGELIO DE HOY Mt 6., 19, 23
1. lectio divina evangelio de hoy Mt 6., 19, 23
Evangelio
Del santo Evangelio según san Mateo 6, 19-23
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos:
"No acumulen ustedes tesoros en la tierra,
donde la polilla y el moho los destruyen,
donde los ladrones perforan las paredes y se
los roban. Más bien acumulen tesoros en el
cielo, donde ni la polilla ni el moho los
destruyen, ni hay ladrones que perforen las
paredes y se los roben; porque donde está tu
tesoro, ahí también está tu corazón. Tus ojos
son la luz de tu cuerpo; de manera que, si tus
ojos están sanos, todo tu cuerpo tendrá luz.
Pero si tus ojos están enfermos, todo tu
cuerpo tendrá oscuridad. Y si lo que en ti
debería ser luz, no es más que oscuridad, ¡qué
2. negra no será tu propia oscuridad!".
Oración introductoria
Ayúdame a ver con los ojos de la fe. Que todo
acontecimiento en mi vida y en la de los
demás, lo vea en el plano sobrenatural.Que
vea con tus ojos, y así pueda servirte a ti y a
mis hermanos los hombres. Ayúdame, pues
sé que solo no podré, pero con tu gracia no se
nublará mi vista. Y viéndote con claridad en
mi vida te sirva sólo a ti.
Petición
3. Señor Jesús, te entrego mis ojos para ver
como Tú ves.
Meditación del Papa Francisco
No acumulen,para ustedes,tesoros en la
tierra. Este es un consejo de prudencia,
porque los tesoros sobre la tierra no son
seguros: se estropean, vienen los ladrones y
se los llevan. Y, ¿en qué tesoros piensa Jesús?
Principalmente en tres y siempre vuelve
sobre el mismo argumento.
El primer tesoro: el oro, el dinero, las
riquezas...Pero no estás seguro con esto
porque, quizá, te lo robarán; no, ¡estoy seguro
con las inversiones!; ¡quizá cae la Bolsa y tú
te quedas sin nada! Dime, ¿un euro más te
4. hace más feliz o no? Las riquezas,tesoro
peligroso, peligroso... Pero las riquezas son
buenas, sirven para hacer muchas cosas
buenas, para llevar adelante la familia: ¡esto
es verdad! Pero si tú las acumulas como un
tesoro, ¡te roban el alma! Jesús en el
Evangelio vuelve a este tema, sobre las
riquezas, sobre el peligro de las riquezas,
sobre poner la esperanza en las riquezas.
El segundo tesoro: la vanidad. El tesoro de
tener prestigio, de hacerse ver. Y esto
siempre es condenado por Jesús. De esto
modo, ha invitado a pensar lo que Jesús dice a
los doctores de la ley, cuando ayunan, cuando
dan limosna, cuando rezan para hacerse ver.
5. Finalmente el tercer tesoro es el orgullo, el
poder. Se narra la caída de la reina Atalía, su
gran poder duró siete años, después fue
asesinada.¡El poder termina! Cuántos
grandes, orgullosos, hombres y mujeres de
poder han terminado en el anonimato, en la
miseria o en prisión. Es de ahí de donde viene
la exhortación de no acumulardinero,
vanidad, orgullo, poder. Estos tesoros no
sirven. (Cf Homilía de S.S. Francisco, 20 de
junio de 2014, en Santa Marta).
Reflexión
San Juan Pablo II en una ocasión dijo que no
podíamos negar en la oscuridad, en
momentos difíciles, lo que hemos podido ver
con claridad en la luz. Y es que en algún
momento de nuestra vida, hemos visto con
claridad la luz de Dios en nuestra vida, su
6. amor, su misericordia. Pero en ocasiones, la
queremos ahogar o esconder, cubriéndola
con nuestros problemas,o incluso con
nuestros éxitos. Sin embargo, sabemos que la
hemos visto.
Y esa luz que hemos visto, no podemos
negarla ante la primera adversidad, o
esconderla en los momentos de éxito. Hemos
visto, hemos sido testigos. Por eso debemos
cuidar siempre que nuestra vista no se nuble.
Asegurarnos, y pedirle a Dios la gracia. De
manera que podamos únicamente servir a un
8. ocupar nuestro tiempo en lo trascendente.
recuerda el mandato divino
¡ amar a dios con todas tu mente ¡
la lectio divina es la mejor manera de llenar
nuestra mente , es la lectura, reflexionada,
meditada,sentida, comprometida.
con todo tu cuerpo ¡ somos templos del
espíritu santo ¡ para que usas tu cuerpo ¿
Dando alabanzas, cantando y bailando para
Dios ¡ el que canta , ora dos veces .
con todas tus fuerzas.
9. Señor, ayúdame a ver la claridad de tu luz.
Que no sea ciego a tu amor, a tu fidelidad, a tu
constante intervención en mi vida. Que ante
tantas “lucecitas del pecado”, que me ofrecen
una felicidad incierta, brille ante todo tu luz
en mi vida. Y que, con mis obras, refleje tu
luz, para que mis hermanos puedan alabarte
y servirte también a ti.
Es propio de la luz el iluminar en cualquier
parte en que se encuentre (San Hilario,