El documento introduce la lectio divina como una práctica antigua para sumergirse en la lectura orante de la Biblia. Propone leer el texto con atención y comprensión, meditar sobre lo que dice y aplicarlo a la propia vida, orar sobre ello, contemplar en silencio la presencia de Dios y dejarse transformar, y finalmente amar a los demás llevando la paz y bendición recibidas.