La Ley de Coulomb establece que la fuerza eléctrica entre dos partículas cargadas es directamente proporcional al producto de sus cargas y inversamente proporcional al cuadrado de la distancia entre ellas, y que puede ser tanto atractiva como repulsiva dependiendo del signo de las cargas. Charles Coulomb formuló esta ley tras realizar experimentos usando una balanza de torsión de su invención para medir cómo variaba la fuerza eléctrica en función de la magnitud y separación de las cargas.