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Por Danny Oswaldo Totocayo Bonifacio
Tomado del libro DISCIPULADO RADICAL
COMENTARIOS INTRODUCTORIOS
¡La salvación del Castigo Eterno es el tema más importante!
Querido lector, le pido que lea atentamente todo lo que se dirá con respecto a la
salvación del alma, ya que esto es lo más importante. En esta vida existen muchas cosas
importantes; pero nada es más importante que saber qué es lo que debe hacerse para
ser salvo de la condenación eterna. Después de morir no te importara cuanto obtuviste
en esta vida, sino donde pasaras la eternidad. Mientras estas vivo, puedes buscar la
salvación que Dios te ofrece, pero después de muerto ya no habrá oportunidad para
buscar el perdón de Dios, es por eso que ahora debes de asegurarte del perdón de Dios.
No deseo hacer una introducción; pero para que comprenda bien este tema,
conviene que le explique, (aunque sea de manera breve), como hemos llegado a un
mundo de maldición y desgracia y cómo podemos ser salvos del castigo eterno.
1. La Biblia nos dice que Dios creo el universo y todo lo que existe. El Señor
creo los cielos y la tierra, los animales y la vegetación, los seres angelicales y los seres
humanos. Todo lo que existe es obra de Dios.
2. La Biblia nos dice que una de sus criaturas, un ser angelical, un Querubín
para ser exacto, se rebeló contra Dios, arrastrando a una tercera parte de los
ángeles, los cuales, al igual que él, no tendrán perdón por su pecado, ya que la luz
que tenían de Dios era mucha como para ofrecerles perdón. Este ser angelical se
llama diablo y satanás y fue expulsado del cielo.
La expulsión de satanás se dio después de haber sido creado el universo, si no
es así, ¿dónde fue expulsado satanás, si no existía el universo?
3. Cuando Dios creo la tierra, hizo en el sexto día al hombre (Adán y Eva)
para que al igual que otras de sus criaturas le obedeciesen, le conociesen y
disfrutasen de su amor; pero el hombre al rebelarse voluntariamente contra Dios,
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experimento las consecuencias que Dios ya le había dicho que vendrían sobre él,
si comía del fruto prohibido.
La Sagrada Escritura nos dice que cuando el diablo engaño a Eva para que
comiera del fruto que Dios le prohibió, Eva desobedeció a Dios, dio a Adán del fruto y
este sin ofrecer resistencia, consintió en comer de aquel fruto.
4. Adán y Eva no fueron ignorantes sobre el significado de la muerte como
algunos suponen. Ellos no sabían cómo era la muerte por experiencia; pero sabían
de qué se trataba. La muerte significa separación. Y esto es lo que sabía que iba a
ocurrir si desobedecían a Dios. Cuando Adán y Eva pecaron hubo una separación
espiritual (pérdida de la comunión con Dios) y también hubo una muerte física
(separación del espíritu del cuerpo), esta última muerte ocurrió tiempo después.
Es absurdo decir que Dios prohibió a Adán y Eva algo, si no sabían lo que
significaba la muerte, la cual viene como consecuencia de la desobediencia. ¿Es posible
que en la mente de Adán no estuviera presente la caída de satanás? ¿No hablaba, Dios,
absolutamente nada con Adán y Eva, excepto sobre lo que no debían hacer?
La muerte también traería implícitamente, un mundo caído en donde Adán sufriría
para conseguir el pan de cada día y la mujer sufriría al dar a luz. La fauna y la vegetación
también serían afectadas.
5. Pero de todas las consecuencias, Dios, en su bendito amor, gracia
soberana y misericordia, decidió postergar la muerte eterna. La muerte eterna es la
exclusión de la presencia de Dios, es decir la separación, incluido el fuego eterno (Mateo
25:41,46).
Dios postergo su juicio de muerte eterna por su gran amor y misericordia para
que, en tanto que no ajusticia al mundo, cualquiera que quiera, aproveche este tiempo
para pedir misericordia y pueda recibir salvación de la terrible condenación del castigo
eterno.
6. El pecado de Adán por justicia divina se le imputa a todo ser humano. ¿Por
qué es así? Porque Adán fue nuestro representante. No hay porque quejarse. Si nosotros
hubiéramos estado en el jardín del Edén, quizá hubiéramos hecho cosas peores. Quizá
hubiéramos hecho una ensalada de frutas con el fruto prohibido. Y quizá también
hubiéramos dicho a Eva; “estúpida” o le hubiéramos dado una bofetada, lo cual también
es pecado. ¿Quién dijo que solo comer del fruto prohibido en el Edén era pecado?
¿Acaso Adán tenía licencia para maltratar a Eva y no ser tenido por pecador?
Dios no quiso el pecado; pero es posible que Dios haya permitido que entrara el
pecado en el mundo, ya que podría sacar un bien enorme: daría perdón y probablemente
mayor felicidad en el cielo a todos aquellos que recibirían salvación por gracia.
Ningún pecador puede ser excusado, porque a cada uno se le ofrece la
oportunidad de recibir perdón. Y si el ser humano no lo recibe, es porque no quiere la
dicha de estar con Dios por siempre.
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7. Por causa del pecado de Adán y Eva, los seres humanos nacemos
separados de Dios (sin comunión) y también morimos físicamente. Sin embargo,
nacer en estado de muerte, no significa que el ser humano no pueda buscar a Dios; pero
por causa de su amor por el pecado es imposible que busque a Dios, hasta que El
Espíritu Santo lo despierte y lo convenza de su necesidad de salvación.
8. Dios quiere la salvación de toda la humanidad. Dios quiere que todos sean
salvos; pero no obliga a nadie a ser su hijo. Si los seres humanos no reciben la salvación
es porque luchan contra El Espíritu Santo para no someterse a Dios cuando se les
predica el evangelio.
Aquellos a los cuales el evangelio no les ha llegado, no tienen excusa, ya que
Dios se ha revelado por medio de la naturaleza para que lo busquen y Dios les de
revelación sobre la salvación que necesitan como ha ocurrido muchas veces. Se de
musulmanes y de muchos otros que sin conocer una sola palabra del evangelio llegaron
a conocerlo porque buscaron a Dios. Es cierto que por la sola naturaleza la mayoría de
personas no le buscara; pero no hay excusa.
9. Para ser salvo necesitas hacer algo. La Biblia nos dice que un carcelero, el
cual estaba a punto de suicidarse, dijo desesperado al apóstol Pablo y a su compañero
de milicia, Silas: “¿qué debo hacer para ser salvo?” (Hechos 16:30), a lo cual ellos
respondieron: “Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa” (Hechos 16:30-
31).
Pablo y Silas no dijeron que este carcelero no debía hacer nada como muchos
suponen. Pablo y Silas dijeron claramente que este debía hacer algo: Creer en Cristo.
Esta respuesta no significaba que solo debía creer que Cristo existió, ya que esto
hacen hasta los demonios. Lo que Pablo y Silas dijeron implicaba creer en las
enseñanzas de Cristo, en su encarnación, en su perfección moral, en su sacrificio, en su
resurrección y en su intercesión. Pablo solo estaba dando un resumen de lo que este
hombre debía hacer. Pablo estaba usando una figura literaria llamada sinécdoque, que
consiste en decir una parte por el todo o el todo por una parte.
Ya explicado todo esto, aunque de manera breve, te mostrare los pasos que
debes dar para creer en Cristo y ser salvo de la condenación eterna.
SI QUIERES SER SALVO, RECONOCE QUE ERES UN
MALVADO Y VIL PECADOR COMO LO DICE DIOS
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Hay una verdad indiscutible, y esta verdad es que, ¡todos pecaron! (Romanos
3:23) y usted no es la excepción. “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos
a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros” (1 Juan 1:8). El profeta Isaías,
horrorizado y humillado declaro: “Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas
nuestras justicias como trapo de inmundicia; y caímos todos nosotros como la hoja, y
nuestras maldades nos llevaron como viento” (Isaías 64:6).
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“Les hace sentir que esta gran verdad se aplica con todo poder
a ellos, que su propio tiempo es corto y que con toda probabilidad no tienen mucho más
tiempo de vida” (Charles Finney). Pero ni siquiera esto consideraste, eso te hace más
culpable.
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Romanos 2:5 dice: “Mas por causa de tu terquedad y de tu corazón no arrepentido,
estás acumulando ira para ti en el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios”.
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SI QUIERES SER SALVO, RECONOCE QUE EL CASTIGO
JUSTO POR TUS PECADOS ES EL CASTIGO ETERNO
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SI QUIERES SER SALVO, CREE EN CRISTO, QUIEN
MURIO POR TI Y POR CADA PERSONA EN LA CRUZ
El Señor Jesús, dejo su Trono, se encarnó y vivió en perfección moral en esta
tierra para un día ir a la cruz y morir en tu lugar por causa de tus pecados; pero también
resucito e intercede ante el Padre por todos aquellos que creen en El. Creer en Cristo es
creer todo esto.
Si quieres ser salvo, cree en Cristo, quien dejo su trono para morir en tu lugar
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Bunyan dijo una vez: “Un día mientras estaba paseando por el campo… esta frase
golpeó mi alma. Tu justicia está en el cielo. Y… vi con los ojos de mi alma a Jesucristo a
la diestra de Dios; allí, vi, estaba mi justicia; así que donde quiera que estaba, o cualquier
cosa que estaba haciendo, Dios no podía decir de mí, él [carece de] mi justicia, porque
esta estaba delante de Él. He visto también que no era mi buena imagen del corazón la
que hizo mi justicia mejor, ni tampoco mi mala imagen la que hizo mi justicia peor, ya que
mi justicia era el propio Jesucristo: “El mismo ayer, y hoy, y por los siglos” He.13:8. Ahora,
ciertamente, mis cadenas cayeron de mis piernas. Fui librado de mis aflicciones y
grilletes; mis tentaciones también huyeron… entonces regresé a casa regocijándome en
la gracia y en el amor de Dios” (John Bunyan, citado por John Piper, Cuando no
deseo a Dios, pp. 91, 92).
Danny Oswaldo Totocayo Bonifacio
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