Una matanza de 35 lobos marinos en las Islas Galápagos ha puesto de manifiesto problemas en la protección ambiental del archipiélago. Los cazadores ilegales mataron a los lobos para extraer y vender sus órganos reproductivos a mercados asiáticos, donde se les atribuyen propiedades afrodisíacas. Las autoridades han intensificado la vigilancia y iniciado una investigación para encontrar a los responsables, mientras los ambientalistas piden un mayor control gubernamental para proteger esta reserva marina.