Este artículo predice que los especuladores financieros que controlan la economía mundial eventualmente causarán una crisis, a pesar de que sus acciones no tienen nada que ver con la economía real. Cuando ocurra la crisis, las pérdidas recaerán en los ciudadanos comunes a través de medidas de austeridad, mientras que los especuladores no enfrentarán consecuencias. El autor advierte que los ciudadanos deberían prepararse para pagar los errores de los "amos del mundo" que juegan con la economía como si fuera un juego.