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Gobernador
Sr. Daniel Scioli
Director General de Cultura y
Educación                               Subsecretario Administrativo
Prof. Mario Oporto                      Lic. Gustavo Corradini
Subsecretario de Educación              Director de Educación Artística
Lic. Daniel Belinche                    Prof. Sergio Balderrabano



Universidad Nacional de La Plata
Presidente
Arq. Gustavo Azpiazu

Vicepresidente
Lic. Raúl Perdomo


Facultad de Bellas Artes
Vicedecana a cargo del Decanato         Secretaria de Cultura
Prof. María Elena Larrègle              Lic. Cristina Terzaghi

Secretario Académico                    Secretario de Producción
Prof. Santiago Romé                     DI Eduardo Pascal

Secretario de Gestión Institucional     Secretario de Asuntos Estudiantiles
DCV Jorge Lucotti                       Sr. Esteban Conde Ferreyra

Secretaria de Ciencia y Técnica         Directora de Publicaciones y
Lic. Silvia García                      Posgrado
                                        Prof. Mariel Ciafardo
Secretario de Extensión y Vinculación
con el Medio Productivo
DCV Juan Pablo Fernández




                                                                     La Puerta FBA - 1
Belinche Daniel - Ciafardo Mariel




Los estereotipos en el arte
Un problema de la educación artística. Los
artistas son de Piscis




                                                                      El bueno y el malo
Daniel Belinche                      Mariel Ciafardo
Licenciado en Música. Profesor       Profesora en Historia de las         El malo sonríe, como Gardel, de costa-
Titular Ordinario en la cátedra      Artes Visuales. Profesor         do, mientras tiene atrapada a la chica
Apreciación Musical, Facultad de     Titular Ordinario en la          apuntándole una Mágnum en la sien. Son-
Bellas Artes de la UNLP. Docente     cátedra Lenguaje Visual I-B,     ríe y lanza una carcajada grave, simétrica
Investigador Categoría 1. Director   Facultad de Bellas Artes de la
                                                                      y tonal al revelar sus oscuras intenciones:
del Proyecto de investigación        UNLP. Integrante del
“Lenguaje visual y musical: hacia    Proyecto de investigación        destruir Nueva York, dominar el mundo,
una reformulación de las             “Lenguaje visual y musical:      vengar la muerte de su hermano o liberar
propuestas pedagógicas”              hacia una reformulación de       una horrible plaga sobre las principales
acreditado en el Programa de         las propuestas pedagógicas”      capitales de los países más poderosos. Son-
Incentivos. Director de la           acreditado en el Programa
                                                                      ríe incluso en el instante previo a su caída
colección Breviarios, editada por    de Incentivos. Directora de
la Dirección de Publicaciones de     Publicaciones y Posgrado de      cuando, luego de una rápida maniobra del
la Facultad de Bellas Artes de la    la Facultad de Bellas Artes de   bueno (aquí Bruce Willis), queda suspen-
UNLP. Subsecretario de               la UNLP. Directora de la         dido del brazo de la chica intentando arras-
Educación de la Provincia de         revista internacional de arte    trarla en su último periplo. Es un malo
Buenos Aires.                        y diseño La Puerta.
                                                                      compacto, astuto, perturbado y en este
                                                                      caso terrorista internacional. Hubiera sido
                                                                      un neonazi pelado con monóculo y frases
                                                                      inquietantes del estilo “aoga el mundo
                                                                      segá mío” después de la derrota del Eje.
                                                                      Antes mejicano, ruso durante la guerra fría,
                                                                      centroamericano de barba espesa con la
                                                                      irrupción de Fidel y el Che, musulmán o
                                                                      árabe por estos días. Del otro lado, se le
                                                                      opondrá siempre un policía o ex policía




                                                                                                 La Puerta FBA - 27
Belinche Daniel - Ciafardo Mariel




                         algo borrachín –para acentuar el costado                 son trasladadas al universo del arte en
                         humano– capaz de sobrevivir a abordajes                  cualquiera de sus dimensiones.
                         de aviones, de enfrentar a cientos de ma-
                         los sólo con su coraje e incluso de sobre-               El estereotipo del artista
                         ponerse a compañeros corruptos para
                         acentuar el valor de la determinación in-
                                                                                      Comencemos por el cine. En su faz co-
                         dividual frente a los flagelos colectivos pro-
                                                                                  mercial, el cine –norteamericano, claro
                         vocados por el Estado y realizar el gran sue-
                                                                                  está– consolida su rol de poderosa má-
                         ño americano. Regodeado en su sadismo,
                                                                                  quina ideológica con la profusión exacer-
                         el malo inevitablemente comete un error
                                                                                  bada de toda clase de estereotipos. La ima-
                         fatal que le da chance a su adversario.
                                                                                  gen del científico es uno de ellos. Buenos
                             El estereotipo es algo que se reitera y
                                                                                  (quieren salvar al mundo) o malos (quie-
                         se reproduce sin mayores transformacio-
                                                                                  ren dominar el mundo), lo cierto es que
                         nes. Se caracteriza por ser un cliché, un
                                                                                  los científicos, casi siempre hombres, son
                         lugar común, un esquema fijo que no re-
                                                                                  retratados como personas con alteracio-
                         quiere una participación activa del intér-
                                                                                  nes psicológicas, solitarias, asociales, ob-
                         prete sino, por el contrario, apenas de-
                                                                                  sesivas, distraídas, descuidadas en su hi-
                         manda su reconocimiento inmediato. El
                                                                                  giene y vestimenta.1 Las parejas de poli-
                         origen del término ligado a la imprenta
                                                                                  cías (uno blanco y uno negro, uno de ellos
                         es claro al respecto: una vez diseñadas
                                                                                  es estricto, el otro es indisciplinado o está
                         las planchas era posible imprimirlas en
                                                                                  suspendido y tiene la oportunidad de rei-
                         serie y sin alteraciones, es decir, permi-
                                                                                  vindicarse, etc.);2 el detective privado
                         tía estereotipar los textos y reproducir-
                                                                                  (duro, frío y distante, fuma, toma whisky
                         los sin más.
                                                                                  y jamás olvida su sobretodo y su sombre-
                             La naturaleza fija y estable del siste-
                                                                                  ro); la mujer fatal3 (mala, malísima, pero
                         ma de impresión se trasladará luego a
                                                                                  imposible escapar a sus encantos).
                         otras situaciones fundadas en la repeti-
                         ción de una idea banal, frívola o superfi-
                         cial. De ahí que el carácter preconstruido
                         del estereotipo pueda asumir según el
                         caso una forma lingüística, conceptual,
                         artística, etc., siempre ideológica.
                             En tanto convención legalizada me-
                         diante el uso social, es indudable que bue-
                         na parte de la comunicación cotidiana es
                         factible gracias al empleo de formas
                         preconfiguradas, facilitando en cierto
                         modo la relación con el mundo y el diálo-
                         go con los demás. Dicho esto, aclaremos
                         desde el inicio que no es éste el sentido
                         –el de los códigos socialmente comparti-
                         dos– desde el que será abordado el con-
                         cepto de estereotipo en el texto. Antes
                         bien, interesa especialmente analizar la                 Dr. John Nash interpretado por
                         atribución de connotaciones estáticas,                   Russell Crowe en Una mente
                         generales y universalizables a elementos                 brillante, Ron Howard, 2001.
                         o configuraciones, en particular cuando

1
  Ejemplos del estereotipo del científico –sin aludir a la calidad de los films– pueden verse en Una mente brillante (Ron Howard, 2001),
La mosca (Davis Cronenberg, 1986), Volver al futuro (trilogía de Robert Zemeckis 1985, 1989, 1990), El hombre araña (San Raimi, 2002).
2
  Ver Arma mortal (Richard Ronner, 1987), 48 horas más (Walter Hill, 1990).
3
  Ver Atracción fatal (Adrian Lyne, 1987), Bajos instintos (Paul Verhoeven, 1992), Acoso sexual (Barry Levinson, 1994). Una
variedad dentro de este estereotipo es el de la viuda negra.



          28
Los estereotipos en el arte




                                                                             ha existido realmente) o de un persona-
                                                                             je ficcional, los artistas en el cine son ca-
                                                                             racterizados mediante una serie de atri-
                                                                             butos recurrentes, independientemen-
                                                                             te de los contextos históricos en que
                                                                             transcurran los films. Veamos algunos
                                                                             ejemplos.
                                                                                 Pollock, dirigida y protagonizada por
                       Dr. Octavius interpretado por Alfred                  Ed Harris, resulta un compendio de los lu-
                       Molina en El hombre araña 2, Sam                      gares comunes referidos al artista. Basa-
                       Raimi, 2004.
                                                                             da en la biografía de Jackson Pollock, fa-
                                                                             moso pintor representativo del action
                                                                             painting, esta película construye el perfec-
                                                                             to retrato del artista atormentado. Alco-
                                                                             hólico y depresivo, sus rasgos de inadap-
                                                                             tado hacen que llegue tarde y borracho a
                                                                             una cita con la famosa coleccionista y
                                                                             galerista Peggy Guggenheim. Pero él es
                                                                             “un genio”. Hasta la malhumorada y ca-
                       Dr. Emmet Brown interpretado por                      prichosa Peggy es capaz de soportar ese
                       Christopher Lloyd en Volver al futuro,
                       Robert Zemeckis, 1985.                                desplante y que, en su propia casa y ante
                                                                             numerosos invitados, Pollock orine so-
                                                                             bre su hogar de leños ardientes. Los ar-
                           El empleo del sono y de la música en              tistas son excéntricos. Pasa días acurru-
                       el cine refuerza los estereotipos visua-              cado en un rincón mirando la tela en
                       les: notas agudas puntuales en un mar-                blanco, pese a la desesperación de su pa-
                       co atonal para la escena de la nenita que             reja, a quien le cierra la puerta en la
                       juega en su habitación despreocupada                  cara. Hasta que un día, sin que medie
                       del acecho inminente del asesino serial.              trabajo previo, boceto o algo por el esti-
                       Notas graves para alertar (al espectador,             lo, Jackson arremete con energía su ta-
                       no a la nenita) sobre la presencia de se-             rea y no sólo comienza sino que termi-
                       mejante monstruo. Notas largas produ-                 na en único aliento su obra maravillo-
                       cidas por un sintetizador, interrumpidas              sa. Le había llegado la inspiración.4
                       ligeramente por tres o cuatro sonidos
                       percutidos graves para escenas de
                       alienígenas o seres espaciales descono-
                       cidos (que, por cierto, suelen ser verdes,
                       de grandes cabezas...). Ascensos por
                       semitono que indican mayor tensión y
                       repiqueteos en música “con mucho rit-
                       mo” para la inefable e infaltable perse-
                                                                             Pollock, Ed Harris, 2000.
                       cución automovilística de toda película
                       de acción que se precie de tal.                           Los rasgos del artista vinculados a los
                           La lista podría ser interminable. Sin             desórdenes del comportamiento que in-
                       embargo, uno de los estereotipos pre-                 terfieren las relaciones interpersonales
                       dilectos es el del artista. Ya se trate de            son un patrón general. Se trata del “ar-
                       un biopic (biografía de un artista que                tista loco”. Van Gogh ha sido uno de los

4
 Son sugerentes las coincidencias narrativas que pueden advertirse entre Pollock y el episodio de Martín Scorsese “Apuntes
del natural”, en Historias de Nueva York. Lionel Dobie –artista de ficción que también es expresionista abstracto, interpretado
por Nick Nolte– maltrata a su representante, camina ante la tela que, si bien no está en blanco, tiene apenas unos pocos
trazos, hasta que, en un rapto, empieza y termina su obra.




                                                                                                            La Puerta FBA - 29
Belinche Daniel - Ciafardo Mariel




                         artistas favoritos para el cine, por ejem-                cia en su corriente neuroestética está tra-
                         plo en Vincent y Theo, de Robert Altman.5                 tando de comprobar científicamente
                         Encarna la vida bohemia, desordenada;                     esta hipótesis. Paradojas del pensamien-
                         propenso al alcoholismo (desesperado,                     to estético occidental: aquello que empe-
                         llega a beber el diluyente de sus óleos) y                zó en los vericuetos de la espiritualidad
                         otras adicciones; genera vínculos enfer-                  culminó en la corteza cerebral. No sería
                         mizos con familiares y amigos (la rela-                   raro que en un futuro cercano los pala-
                         ción con su hermano Theo y con su ami-                    dines de la neurociencia propongan bo-
                         go Gauguin, que desencadena en el                         rrar de un plumazo cualquier estrategia
                         siempre fascinante episodio de la oreja).                 pedagógica para la educación artística y
                         Emblema del estereotipo del artista loco,                 derivar a nuestros alumnos directamen-
                         Van Gogh padece serios trastornos psi-                    te al quirófano. Al respecto, resulta ilus-
                         cológicos: depresivo, irascible, violento,                trativo un artículo recientemente publi-
                         inconforme: desórdenes de la conducta                     cado en el diario Clarín bajo el título: “In-
                         que lo empujan al suicidio.6                              vestigan por qué el cerebro de los artis-
                                                                                   tas es tan especial”.7 Según nos cuenta
                                                                                   su autora, ha nacido una nueva discipli-
                                                                                   na: la historia neurológica del arte, cuyo
                                                                                   padre es el historiador del arte John
                                                                                   Onions, de Gran Bretaña. Dice el artículo
                                                                                   en uno de sus párrafos:

                                                                                       Frente a una obra maravillosa, pero
                                                                                       maravillosa en serio, dan ganas de sa-
                         Vincent y Theo, de Robert Altman, 1990.                       ber cómo hizo esa persona para plas-
                                                                                       mar tanta belleza. Si la inspiración lle-
                             La caracterización de los artistas                        gó finalmente mientras estaba traba-
                         como seres especiales que presentan                           jando, si la creatividad es un don que
                         particularidades en algunos casos con-                        se reparte únicamente en pequeñas
                         denables no es nueva. En el siglo XVI, ya                     dosis o, por qué no, si habrá algo espe-
                         Giorgio Vasari, en sus célebres biogra-                       cial en su cerebro. La ciencia se hace las
                         fías, describe a los artistas de su tiempo:                   mismas preguntas.8
                         son extraños, fantasiosos, caprichosos,
                         sucios, depresivos, melancólicos. A nues-                    Parece que han descubierto que
                         tro pesar, no por antigua, la idea de la                  Kandinsky sufría de sinestesia y Fellini
                         creatividad ligada con alguna enferme-                    de síndrome de negligencia, enfermeda-
                         dad mental o psicológica ha caído en                      des que han desarrollado su “extraordi-
                         desuso, lamentablemente. La neurocien-                    naria creatividad”.


5
  Véanse también El loco del pelo rojo (Vincente Minnelli, 1956), Van Gogh (Maurice Pialat, 1991). Una propuesta diferente es
el episodio “Cuervos”, en Los Sueños de Akira Kurosawa, 1990, en el que Van Gogh es interpretado por el director Martin
Scorsese. Aquí, un estudiante de arte ingresa literalmente a las obras y las recorre junto a Van Gogh. Pese a que varios parla-
mentos presentan signos de estereotipia (por ejemplo, cuando el estudiante pregunta a unas aldeanas si saben dónde puede
encontrar a Van Gogh, éstas le dicen: “Tenga cuidado, estuvo en un manicomio”, y se ríen –el artista incomprendido por sus contem-
poráneos–), el film gana cuando deja de lado la personalidad del artista y los detalles de su vida y se involucra de lleno con la obra: la
materia, la textura, los detalles. La obra de Kurosawa abandona el lugar común y construye una poética fundamentalmente apoyada
en la imponente dirección de arte.
6
  Pueden verse también las películas Los amantes de Montparnasse (Jacques Becker, 1957), sobre la vida de Modigliani; Basquiat
(Julian Schnabel, 1996), sobre la vida del pintor Jean Michel Basquiat; La vida bohemia (Kaurismaki, 1992), sobre tres artistas
de ficción; El amor es el demonio (John Maybury, 1998), sobre el artista británico Francis Bacon; Camille Claudel (Bruno Nuytten,
1988), que narra su relación con el escultor francés Auguste Rodin.
7
  Eliana Galarza, domingo 17 de septiembre de 2006, p. 44.
8
  Ibídem.




          30
Los estereotipos en el arte




      Es evidente que el estereotipo del ar-    instrumento a un jactancioso, lujurioso,
  tista en ocasiones se complementa con         obsceno muchacho infantil y a mí me
  la idea del “artista semidivino”. Tampo-      premias sólo con habilidad de reconocer
  co el argumento es nuevo. Para el hu-         la encarnación. Porque tú eres injusto,
  manista Marsilio Ficino la melancolía         desleal, duro, te detendré. Lo juro. Le es-
  del artista está ligada al genio y la ins-    torbaré y perjudicaré a tu criatura en la
  piración. En Amadeus, de Milos Forman,        tierra tanto como pueda. Arruinaré tu
  Salieri –personificado por F. Murray          encarnación”. Luego, arroja el crucifijo a
  Abraham– al recibir unas partituras ori-      las brasas.
  ginales de mano de la esposa del genio,
  ingresa en un estado de conmoción
  profunda a medida que progresa en la
  lectura y la pantalla se ilustra con pa-
  sajes sinfónicos de Wolfang. La escena
  se interrumpe cuando Salieri –la con-
  trafigura de Amadeus, también un es-
  tereotipo, el personaje gris y mediocre,
  que padece en silencio el talento de
  quien describe con rasgos de adoles-
  cente engreído y superficial– arroja las
  partituras al piso. A continuación, Sa-
  lieri ya anciano recuerda en una mez-
  cla de odio y fascinación:

     Eran sus primeros borradores de mú-
     sica pero no mostraban correcciones
                                                Amadeus, Milos Forman, 1984.
     de ninguna clase. Simplemente había
     escrito música ya terminada en su
     mente. Y música terminada como nin-            Otras veces, el estereotipo del artista
     guna música jamás terminada. Al des-       se complementa con la idea del “artista
     plazar una nota había disminución. Al      sensible”. Corresponden a esta categoría
     desplazar una frase la estructura caía.    aquellos artistas que caminan descalzos
     Me di clara cuenta de que el sonido        por la playa y se emocionan cuando ven
     que oí en el palacio del arzobispo no      el amanecer, su signo del zodíaco es Pis-
     fue accidente. Aquí otra vez estaba la     cis, se visten de negro, prefieren los días
     misma voz de Dios. Yo miraba a través      otoñales y lluviosos, incluso si mueren es
     de la jaula de esos meticulosos pluma-     deseable que ocurra en medio de la sole-
     zos en tinta a una absoluta belleza.       dad y la pobreza. Aunque por limitaciones
                                                de los autores el texto está más bien
      Al final de la escena, luego de abalan-   circunscripto a la música y las artes plás-
  zarse sobre unos bizcochos, la blonda,        ticas, nuestros amigos bailarines o acto-
  pulposa y terrenal mujer de Amadeus           res podrían dar fe de similares descripcio-
  pregunta: “¿No es bueno?”. Y Salieri con-     nes ligadas a sus disciplinas. Para mues-
  testa: “Es milagroso”. En la escena si-       tra, basten los bailes frente al mar de ac-
  guiente Salieri viejo le habla a un cruci-    tores que se bambolean con dudoso sen-
  fijo: “De aquí en adelante somos enemi-       tido rítmico, salticando cual bambis para
  gos tú y yo. Porque tú escoges como tu        expresar libertad, o las escenas en las




                                                                               La Puerta FBA - 31
Belinche Daniel - Ciafardo Mariel




     cuales el personaje –así tenga que decir        Estereotipos conceptuales y
     sólo “La mesa está servida”– imposta la
     voz remedando a Alfredo Alcón en Hamlet         algunas reflexiones finales
     y, en los casos extremos, despeina su pelo
     oscuro a lo Montecristo. Esta construcción
                                                         El uso de estereotipos icónicos es bien
     aparece, por ejemplo, en El Santo , de
                                                     conocido y no es necesario abundar en
     Phillip Noyce. Aquí, Val Kilmer encarna al
                                                     ellos. Afiches, posters, tapas de discos, ilus-
     camaleónico ladrón internacional Simón
                                                     traciones, publicidad, etc., son el vehículo
     Templar. Luego de asumir varias perso-
                                                     irremplazable de imágenes repetidas has-
     nalidades, cada vez con su correspondien-
                                                     ta el hartazgo. Pensemos en la pareja que
     te caracterización, Templar debe engañar
                                                     camina de la mano a orillas del mar en
     y seducir a la científica que investiga la
                                                     algún amanecer (¿o atardecer?) para sig-
     fórmula de la fusión fría. ¿Qué nueva per-
                                                     nificar “enamorados” o los primeros pla-
     sonalidad debe adoptar para enamorar a
                                                     nos del payaso triste (que casi siempre,
     la intrigante Dra. Emma Russell? Para re-
                                                     además, llora). Así se garantiza la lectura
     solver este acertijo, Templar registra su
                                                     rápida y fácil y, por lo tanto, el efecto in-
     departamento: una tarjeta con la repro-
                                                     mediato (ver Figuras 1 y 2).
     ducción del monumento al poeta Percy
                                                         El empleo de estereotipos es una de las
     Bysshe Shelley, una foto con su padre, un
                                                     constantes en la educación artística, fun-
     autorretrato de Durero, un cuaderno con
                                                     damentalmente ligado con el trabajo so-
     notas científicas y literarias. Infiere que
                                                     bre la percepción. En las propuestas deri-
     ella es mágica, romántica, excéntrica, ino-
                                                     vadas de la didáctica operatoria –desde la
     cente. Entiende la vida en el dolor y la pa-
                                                     idea de que el arte enseña la sensibilidad,
     sión. Ya tiene la respuesta: Emma Russell
                                                     la expresividad, la vivencia, la manifesta-
     necesita un artista, alguien que “com-
                                                     ción de las emociones– se vinculan estos
     prenda la verdad”. En la escena siguien-
                                                     supuestos aprendizajes al reconocimiento
     te, y ya caracterizado como Tomás More,
                                                     de los lugares comunes antes señalados.
     este artista doblemente ficcional dibuja
                                                     Basta recordar los actos escolares: gestos
     con carbonilla, recostado en un banco
                                                     descendentes con los dedos cuando hay
     frente al monumento a Shelley. Ella le pre-
                                                     que acentuar la lluvia, trabajos de “expre-
     gunta: “¿Es artista?” Y él le contesta: “No,
                                                     sión corporal” en los cuales se subraya con
     sólo un viajero en busca de la pureza”.
                                                     mímica lo que relatan los textos de las can-
     Luego, en silencio, se acerca demasiado a
                                                     ciones, generalmente también estereoti-
     ella. Perturbado, se aparta y le dice: “Per-
                                                     pados; constantes del tipo “el Señor Sol”,
     dón, no sé tratar con la gente” y se va. Ella
                                                     “la Señora Luna”, el uso de diminutivos
     queda deslumbrada.
                                                     para referirse a todo lo que tiene que ver
                                                     con la niñez temprana, etcétera. Desde el
                                                     perceptualismo, el estereotipo está al ser-
                                                     vicio de reforzar los hábitos perceptuales
                                                     mediante intervenciones pedagógicas que
                                                     hacen eje en la observación, la identifica-
                                                     ción, la discriminación y la clasificación (cír-
                                                     culos cromáticos, escalas de valores, tablas
                                                     de isovalencias, intervalos que en el len-
                                                     guaje musical se califican consonantes o
     El Santo, Phillip Noyce, 1997.                  disonantes prescindiendo de su contexto).




32
Los estereotipos en el arte




                              Buena parte de las clases de Artes              taje de deserción y desaprobación de las
                          Plásticas o Lenguaje Visual consiste en             asignaturas está vinculado a este hecho
                          aprender desde el comienzo esta estra-              (que, dicho sea de paso, no provee esos sa-
                          tegia: comunicar reduciendo al máximo               beres) y no a dificultades en el aprendiza-
                          las ambigüedades para orientar una in-              je del lenguaje específico. Por otro lado,
                          terpretación literal. La atribución de sig-         instala otro estereotipo conceptual: aquel
                          nificados fijos a los elementos del len-            que erige en absoluto e ideal el sistema
                          guaje es una excelente solución. Línea              de representación realista. La destreza
                          recta = masculinidad; línea curva = fe-             técnica que supuestamente promueven
                          mineidad; línea quebrada = agresividad;             está lejos de garantizar su utilización a la
                          clave mayor intermedia = equilibrio; cla-           hora de producir (o interpretar) una obra,
                          ve menor baja = misterio; rojo = pasión;            es decir, en el momento de la producción
                          blanco = pureza; amarillo = alegría, y así          de sentido.
                          sucesivamente.                                          Algo similar ocurre con la música.
                              Los modelos centrados en el refuerzo            Ejercitaciones que orientan la audición
                          de los hábitos perceptuales y en una es-            al reconocimiento de relaciones intervá-
                          pecie de clasificación universalista de los         licas, armónicas y rítmicas (pensar en
                          elementos persisten en los centros edu-             los ya clásicos dictados rítmico-melódi-
                          cativos de todos los niveles. La actividad          cos) promueven imágenes mentales de
                          de los alumnos se limita a incorporar               estas relaciones que, por fuera del con-
                          modos estereotipados o mecánicos de                 texto de las obras, inducen a considerar
                          producción e interpretación de imáge-               válidas asociaciones cuya funcionalidad
                          nes, mediante una suerte de “ejercitacio-           varía de una a otra. Un sencillo acorde
                          nes”. Éstas se formalizan exclusivamen-             de Do mayor puede significar en reali-
                          te en la bidimensión, sobre el mismo so-            dad reposo o tensión de acuerdo con su
                          porte (hojas Conqueror blancas) y con los           lugar en la composición.
                          mismos materiales (tinta para línea y tex-              En la educación artística, el estereoti-
                          tura, témpera para las láminas de valor y           po –instalado en el lugar del único recur-
                          acrílicos para las de color). Las produccio-        so para el aprendizaje de las técnicas–
                          nes de los alumnos se vuelven, si se quie-          ameritaría una revisión de las llamadas
                          re, desmaterializadas, igualando textu-             ejercitaciones. Éstas suponen un final
                          ras, colores, escalas, puntos de vista, et-         esperable: ante un conflicto compositivo
                          cétera (ver Figuras 3 y 4). Las ejercitacio-        sólo existen un camino y un desenlace
                          nes, que consisten en el uso mecánico y             previsto de antemano. Por el contrario, la
                          repetitivo de una acción, por fuera de la           educación artística tendría que promover
                          construcción de sentido, consolidan el es-          en el alumno la idea de que los caminos
                          tereotipo, lo vuelven una receta compo-             son múltiples y de que existe gran varie-
                          sitiva y acarrean otros inconvenientes no           dad de resultados probables. Dice Piglia
                          menos importantes. Por un lado, los                 en su “Tesis sobre el cuento”,9 que no hay
                          alumnos de secundaria y de primer año               una única forma de narrar, aun la misma
                          de nivel terciario o universitario –estas           historia. A propósito de unas notas de
                          actividades corresponden a estos ciclos             Chejov que registran la anécdota “Un hom-
                          de la educación– no cuentan con forma-              bre, en Montecarlo, va al casino, gana un
                          ción técnica suficiente en dibujo y pintu-          millón, vuelve a su casa, se suicida”, Piglia
                          ra para reproducir de manera realista               señala desde la hipótesis de que un cuen-
                          una imagen dada, mucho menos si ésta                to siempre cuenta al menos dos historias
                          incluye la figura humana. El alto porcen-           que, contra lo previsible y convencional

9
    Ricardo Piglia, diario Clarín, suplemento Cultura y Nación, 6 de noviembre de 1986.




                                                                                                          La Puerta FBA - 33
Belinche Daniel - Ciafardo Mariel




     (jugar-perder-suicidarse), la anécdota         la posibilidad de fotografiar y filmar. In-
     tiende a desvincular la historia del juego     cluso una simple llamada telefónica brin-
     y la del suicidio. Un relato visible esconde   da consuelo a la espera con versiones de-
     otro secreto, narrado de un modo elípti-       gradadas de Para Elisa, alguna sinfonía de
     co y fragmentario. En su ensayo, Piglia re-    Beethoven, entre otras opciones prefigu-
     corre desde el relato clásico –que narra       radas. Jóvenes y adultos pueden elegir
     en primer plano la historia del juego y        entre distintas alternativas de timbres y
     en segundo plano construye en secreto          melodías que responden a estas caracte-
     la historia del suicidio– hasta las versio-    rísticas. Negar la existencia del impacto
     nes modernas que, abandonando el fi-           de este universo audiovisual no parece ser
     nal sorpresivo y la estructura cerrada,        el mejor camino para que los estudiantes
     elaboran la tensión entre ambas sin re-        de cualquier nivel aprendan a valorar las
     solverlas. No hay un camino único para         diferencias y los matices que se filtran
     narrar ni para componer. El resultado          entre las fisuras que los mismos mecanis-
     podrá ser más o menos elusivo, ambiguo         mos del mercado generan. Las limitacio-
     o autorreferencial y es este rasgo aque-       nes de la estética predominante en los
     llo que deberíamos tener presente a la         medios masivos han sido transitadas por
     hora de programar y materializar las cla-      estudios teóricos y análisis que exceden
     ses de arte.                                   los alcances de este escrito. La necesidad
         El arte no consiste en consolidar res-     de la televisión de capturar atenciones
     puestas perceptuales predecibles, sino         dispersas –susceptibles de ser reemplaza-
     más bien en su ruptura. Los recursos           das rápidamente con el control remoto–
     técnicos puestos en juego en este pro-         implica, por encima de la exacerbación de
     ceso no constituyen un fin en sí mismo,        los estereotipos mencionados, un empleo
     sino que están disponibles a los fines de      de los recursos sonoros y visuales fuerte-
     la poética.                                    mente pregnantes. Animadores televisi-
         Si forzamos el análisis, toda estrategia   vos que gritan sin parar, escenas dramá-
     que se base en la mera reproducción re-        ticas o festivas desmesuradamente exa-
     sulta inhibitoria del desarrollo autónomo      geradas, rozan con frecuencia lo grotes-
     de la subjetividad, del reconocimiento de      co. La nómina de ejemplos sería fatigosa.
     las constantes culturales y de la capaci-      Sin embargo, aun en ese universo, es fac-
     dad de presumir –en el campo del arte y        tible encontrar malvados memorables
     en cualquier manifestación de la vida so-      que se sobreponen al libreto y construyen
     cial y de las relaciones humanas– que lo       personajes creíbles y llenos de matices,
     que se nos presenta unívoco y lineal pue-      publicidades cuidadas y sutiles, video clips
     de esconder en sus intersticios otros sig-     de alta factura técnica cuya dirección de
     nificados posibles.                            arte desafía los límites impuestos por el
                                                    mercado. En todo caso, ni las versiones
         Los programas educativos, que se for-      más ambiciosas de las vanguardias cuya
     mulan por fuera de la realidad cultural de     pretensión de origen fue romper con toda
     los niños y jóvenes actuales, se vuelven       convención están exentas de recurrir o de
     frecuentemente estériles. Ellos son, cuan-     construir nuevos estereotipos.
     do la situación económica lo permite, vo-          La ruptura con el estereotipo no tiene
     races consumidores de programas de TV,         que ver con la elección de una estética de-
     publicidad, Internet, juegos electrónicos,     terminada. No es cuestión de ser austero
     video clips, multimedia y, más reciente-       imitando a Cage o desmesurado en la lí-
     mente, usuarios de celulares que ofrecen       nea de Fellini. De reproducir literalmente




34
Los estereotipos en el arte




                          la oscuridad de las escenas de El Padrino            estereotipo. En definitiva, si el arte es tan-
                          cuando el personaje encarnado por Al                 to distanciamiento como acercamiento al
                          Pacino le susurra a uno de sus secuaces              mundo, en el estereotipo esta ecuación se
                          con sórdida lucidez: “Que nada le ocurra             invierte: el acercamiento y la intromisión
                          a mi hermano mientras mi madre viva”,                forzada en la subjetividad de un conjun-
                          para ordenar en verdad el mero aplaza-               to de formas caricaturizadas produce una
                          miento del asesinato de Fredo. Tampoco               falsa sensación de cercanía y familiaridad
                          de confundir el estereotipo con las carac-           que nos aleja del mundo. Una especie de
                          terísticas de género, sin las cuales la obra         instalación en un placer continuo al que
                          no sería posible. En un policial no podrá            es tan propensa la cultura contemporá-
                          obviarse la presencia de un asesinato,               nea por vía de la ratificación de aquello
                          robo o secuestro ni la intervención de un            que se espera, que inevitablemente es su-
                          policía, quien será, por supuesto, uno de            cedido por un sentimiento de hastío y
                          los protagonistas.                                   frustración.
                              Si aceptamos la idea de que las obras                El debate en torno a la aparición en la
                          de arte están fundadas en una relativa               industria cultural de los mecanismos de
                          distancia de la realidad que representan             repetición ampliada ha sido abordado
                          y que el estilo de la obra está determina-           –incluso desde matrices de pensamiento
                          do justamente por las convenciones de                similares derivadas del marxismo– con
                          ese distanciamiento, queda clara tam-                ciertas contradicciones. Aquello que Ador-
                          bién la diferencia entre estilo y estereoti-         no y sus colegas consideraban el germen
                          po. En su ya célebre libro Contra la inter-          de una creciente estandarización de la
                          pretación, Susan Sontag señala que: “La              cultura de masas condicionada por los
                          noción de distancia (...) es equívoca a me-          dispositivos del mercado, ofrecía según
                          nos que se añada que el movimiento no                Debray la posibilidad de ingreso de los sec-
                          es sólo de alejamiento sino de acerca-               tores populares y una mayor democrati-
                          miento al mundo”.10 Si la idea de estilo             zación de esa misma cultura. La repetición
                          es asimilable en definitiva a la idea de             es parte del universo individual y de las
                          arte y contiene algún tipo de desvío, de             construcciones colectivas. Ha sido un re-
                          ruptura con la forma más directa de de-              curso estratégico de las vanguardias y ha
                          cir algo, en el estereotipo, en la cosifica-         estructurado estéticas determinantes en
                          ción discursiva ocurre lo inverso: un mí-            el mundo occidental. Las fugas de Bach o
                          nimo grado de desvío en función de ha-               el minimalismo, el rock y el mejor cine de
                          cer obvio el “contenido” tan cuestionado             género, por nombrar algunas. También
                          por Sontag. Es indudable que la repeti-              las culturas orientales o las originarias de
                          ción propone debates estéticos de gran               América ficcionalizaron su concepto del
                          interés. La obra de arte se vuelve inteligi-         tiempo –de un tiempo no progresivo sino
                          ble fundamentalmente por las repeticio-              recursivo– en obras y ritos en los que la
                          nes. El estilo pone en evidencia el modo             repetición opera como condición compo-
                          en que una producción artística se repi-             sitiva. Podríamos afirmar que la diferen-
                          te a sí misma construyendo, en alguna                cia entre la repetición y los estereotipos a
                          medida, identidad. Con el tiempo multi-              los que hacemos referencia difieren en
                          dereccional y ultra veloz del mundo con-             grado y en sustancia. Unas generan sen-
                          temporáneo, esta percepción epocal de                tido; las otras lo esterilizan. Si bien es la
                          los rasgos estilísticos se ve comprometi-            industria cultural occidental, y particular-
                          da por la imagen ilusoria de una suerte              mente el lenguaje televisivo comercial, el
                          de presente continuo que es también un               mayor caldo de cultivo para esta suerte de

10
     Susan Sontag (1970), Contra la interpretación, Buenos Aires, Alfaguara, 1996, p. 60.




                                                                                                           La Puerta FBA - 35
Belinche Daniel - Ciafardo Mariel




     vacío de sentido al que aludimos, otros          la corrección de bocetos, a la exploración
     procesos sociales han fracasado en el in-        de los materiales que a los dictados impro-
     tento de sortear los escollos de la              bables de una voz metafísica. La elección
     estandarización cuyo fin último es la pro-       de materiales, soportes, herramientas y
     paganda ideológica. Pensemos en el rea-          técnicas depende de esa búsqueda poéti-
     lismo socialista.                                ca, para la cual sirven bastante poco los
         Lo importante es, en todo caso, reco-        manuales compositivos.
     nocer que el estereotipo tiene el efecto de          El proceso de estratificación de un es-
     inmediatizar y automatizar la percepción,        tereotipo es lento y ocurre –al igual que
     es decir, lo contrario de la percepción es-      la formulación teórica de intentos
     tética. La percepción estética se diferen-       universalistas– de manera progresiva y
     cia de la percepción en general en que la        contradictoria. El lenguaje puramente
     primera rompe de entrada con cualquier           mercantil trasformó en estereotipos cir-
     automatización perceptiva.                       culantes culturales que en su origen for-
         Un estereotipo puede ser un buen             talecían relaciones, vínculos sociales, es-
     punto de partida, un material a desarro-         pacios compartidos. Giros poéticos, imá-
     llar. No sostenemos aquí la búsqueda for-        genes, movimientos, dichos populares,
     zada de originalidad. Las obras siempre          estilos y géneros devienen en estereotipos
     tienen algo reconocible que hace posible         justamente a partir de esta condición del
     nuestra comunicación con el otro. Y en           mercado de escindirlos de las circunstan-
     este caso, porta valores simbólicos que          cias históricas en que surgieron.
     afianzan la identidad cultural. Esto ocu-
     rre con buena parte del arte popular, en             Un último ejemplo. Aun en un estilo
     cualquiera de sus manifestaciones. Una           aparentemente comercial, el comienzo de
     obra puede partir de algo que hayamos            la escena final de la venganza de Beatrix
     visto u oído infinidad de veces en la vida       Kiddo (Uma Thurman) en Kill Bill –la exten-
     cotidiana, pero en ella los materiales, su       sa pelea de la protagonista con decenas de
     relación y organización adquieren nuevas         contrincantes japoneses expertos en artes
     formas que alteran las rígidas reglas del        marciales y su posterior encuentro a solas
     código. Lejos de ser inmediata, la percep-       con O-Ren Ishii (Lucy Liu)– difiere de la ma-
     ción estética es diferida, aplazada; nos         yor parte de las películas del género en su
     obliga a detenernos y nos suspende en un         estética. Cambios de ritmo, de color, de ilu-
     tiempo que es, de entrada, ficcional. El es-     minación, pasajes en silencio, diferentes
     tereotipo en todo caso no busca estable-         soportes del sono y de la música, empleo
     cer factores de identidad entre actores          de planos en los cuales la figura es un ele-
     sociales que no poseen el control de los         mento aparentemente secundario, el gol-
     medios de comunicación, sino asociar la          pe del shishi odoshi (espantaciervos) en pri-
     materialización de esos valores con los          mer plano y la tensión de la batalla a lo le-
     axiomas invisibles del mercado.                  jos, configuran un entramado que vuelve
         El trabajo sobre la percepción estética      verosímil una escena difícilmente creíble
     en cualquier nivel de la enseñanza debe-         en el mundo real. La protagonista vuela, se
     ría consistir en una aproximación a los re-      suspende sobre su sable samurai clavado
     cursos poéticos –en la producción y en la        en la pared, entre otras proezas. Kill Bill, en
     interpretación de obras– siempre más cer-        comparación con esas innumerables ba-
     canos a la complejidad que al estereotipo,       tallas lineales y mecánicas de los conti-
     a la ambigüedad que a las lecturas linea-        nuados de fin de semana, mantiene aler-
     les. Y, sobre todo, al esfuerzo, al trabajo, a   ta la atención no mediante las muertes




36
Los estereotipos en el arte




                       acumuladas sino a consecuencia de los             dagogía tradicional, tan proclive a situar-
                       matices compositivos y el cuidado estéti-         se en un estadio superior al de las disci-
                       co de la imagen.11                                plinas artísticas, ha contribuido poco.
                           Este análisis ha sido transitado en el        Cuando se habla, también desde lugares
                       campo de la estética. Aun así es notable          comunes, de la significatividad de los
                       la vigencia del uso de estereotipos en el         aprendizajes, la formulación de objetivos
                       sistema educativo, no sólo en el arte. In-        y contenidos con frases del tipo “qué,
                       tegra un cuerpo de temas a los que la pe-         cómo y cuándo aprender” y otras por el
                                                                         estilo, cabría preguntarse si una búsque-
                                                                         da realizada desde la propia dinámica de
                                                                         los lenguajes artísticos no sería capaz de
                                                                         realizar aportes acaso verdaderamente
                                                                         significativos, más allá de sus enunciados,
                                                                         en el aula.



                       Kill Bill 1, Quentin Tarantino, 2003.




                       Figura 1: Enamorados




                       Figura 2: El payaso triste




 Podríamos haber ejemplificado con películas de un gran cuidado de la estética como La casa de las dagas voladoras y Héroe
11

de Zhang Yimou o alguna escena de The Matrix de Andy y Larry Wachowski (en Matrix Reloaded, las peleas se vuelven más
obvias y no resuelve el subrayado y la exageración).




                                                                                                        La Puerta FBA - 37
Belinche Daniel - Ciafardo Mariel




     Figura 3: Ejercitaciones de línea




      Imagen de punto de partida.         Línea homogénea.                 Línea blanda ondulante.




      Línea texturada.                    Línea discontínua.                 Línea valorizada.


      Figura 4: Ejercitaciones de claves tonales




      Mayor alta: dramatismo,       Mayor intermedia:          Mayor baja: dramatismo,
      vitalidad, exhuberancia.      equilibrio, sobriedad.     solemnidad, profundidad,
                                                               misterio.




      Menor alta: delicadeza,       Menor intermedia: gran     Menor baja: misterio,
      sutileza, atmosférico.        equilibrio, elegancia,     pobreza, melancolía.
      Temas poéticos.               suavidad.




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  • 1. Gobernador Sr. Daniel Scioli Director General de Cultura y Educación Subsecretario Administrativo Prof. Mario Oporto Lic. Gustavo Corradini Subsecretario de Educación Director de Educación Artística Lic. Daniel Belinche Prof. Sergio Balderrabano Universidad Nacional de La Plata Presidente Arq. Gustavo Azpiazu Vicepresidente Lic. Raúl Perdomo Facultad de Bellas Artes Vicedecana a cargo del Decanato Secretaria de Cultura Prof. María Elena Larrègle Lic. Cristina Terzaghi Secretario Académico Secretario de Producción Prof. Santiago Romé DI Eduardo Pascal Secretario de Gestión Institucional Secretario de Asuntos Estudiantiles DCV Jorge Lucotti Sr. Esteban Conde Ferreyra Secretaria de Ciencia y Técnica Directora de Publicaciones y Lic. Silvia García Posgrado Prof. Mariel Ciafardo Secretario de Extensión y Vinculación con el Medio Productivo DCV Juan Pablo Fernández La Puerta FBA - 1
  • 2. Belinche Daniel - Ciafardo Mariel Los estereotipos en el arte Un problema de la educación artística. Los artistas son de Piscis El bueno y el malo Daniel Belinche Mariel Ciafardo Licenciado en Música. Profesor Profesora en Historia de las El malo sonríe, como Gardel, de costa- Titular Ordinario en la cátedra Artes Visuales. Profesor do, mientras tiene atrapada a la chica Apreciación Musical, Facultad de Titular Ordinario en la apuntándole una Mágnum en la sien. Son- Bellas Artes de la UNLP. Docente cátedra Lenguaje Visual I-B, ríe y lanza una carcajada grave, simétrica Investigador Categoría 1. Director Facultad de Bellas Artes de la y tonal al revelar sus oscuras intenciones: del Proyecto de investigación UNLP. Integrante del “Lenguaje visual y musical: hacia Proyecto de investigación destruir Nueva York, dominar el mundo, una reformulación de las “Lenguaje visual y musical: vengar la muerte de su hermano o liberar propuestas pedagógicas” hacia una reformulación de una horrible plaga sobre las principales acreditado en el Programa de las propuestas pedagógicas” capitales de los países más poderosos. Son- Incentivos. Director de la acreditado en el Programa ríe incluso en el instante previo a su caída colección Breviarios, editada por de Incentivos. Directora de la Dirección de Publicaciones de Publicaciones y Posgrado de cuando, luego de una rápida maniobra del la Facultad de Bellas Artes de la la Facultad de Bellas Artes de bueno (aquí Bruce Willis), queda suspen- UNLP. Subsecretario de la UNLP. Directora de la dido del brazo de la chica intentando arras- Educación de la Provincia de revista internacional de arte trarla en su último periplo. Es un malo Buenos Aires. y diseño La Puerta. compacto, astuto, perturbado y en este caso terrorista internacional. Hubiera sido un neonazi pelado con monóculo y frases inquietantes del estilo “aoga el mundo segá mío” después de la derrota del Eje. Antes mejicano, ruso durante la guerra fría, centroamericano de barba espesa con la irrupción de Fidel y el Che, musulmán o árabe por estos días. Del otro lado, se le opondrá siempre un policía o ex policía La Puerta FBA - 27
  • 3. Belinche Daniel - Ciafardo Mariel algo borrachín –para acentuar el costado son trasladadas al universo del arte en humano– capaz de sobrevivir a abordajes cualquiera de sus dimensiones. de aviones, de enfrentar a cientos de ma- los sólo con su coraje e incluso de sobre- El estereotipo del artista ponerse a compañeros corruptos para acentuar el valor de la determinación in- Comencemos por el cine. En su faz co- dividual frente a los flagelos colectivos pro- mercial, el cine –norteamericano, claro vocados por el Estado y realizar el gran sue- está– consolida su rol de poderosa má- ño americano. Regodeado en su sadismo, quina ideológica con la profusión exacer- el malo inevitablemente comete un error bada de toda clase de estereotipos. La ima- fatal que le da chance a su adversario. gen del científico es uno de ellos. Buenos El estereotipo es algo que se reitera y (quieren salvar al mundo) o malos (quie- se reproduce sin mayores transformacio- ren dominar el mundo), lo cierto es que nes. Se caracteriza por ser un cliché, un los científicos, casi siempre hombres, son lugar común, un esquema fijo que no re- retratados como personas con alteracio- quiere una participación activa del intér- nes psicológicas, solitarias, asociales, ob- prete sino, por el contrario, apenas de- sesivas, distraídas, descuidadas en su hi- manda su reconocimiento inmediato. El giene y vestimenta.1 Las parejas de poli- origen del término ligado a la imprenta cías (uno blanco y uno negro, uno de ellos es claro al respecto: una vez diseñadas es estricto, el otro es indisciplinado o está las planchas era posible imprimirlas en suspendido y tiene la oportunidad de rei- serie y sin alteraciones, es decir, permi- vindicarse, etc.);2 el detective privado tía estereotipar los textos y reproducir- (duro, frío y distante, fuma, toma whisky los sin más. y jamás olvida su sobretodo y su sombre- La naturaleza fija y estable del siste- ro); la mujer fatal3 (mala, malísima, pero ma de impresión se trasladará luego a imposible escapar a sus encantos). otras situaciones fundadas en la repeti- ción de una idea banal, frívola o superfi- cial. De ahí que el carácter preconstruido del estereotipo pueda asumir según el caso una forma lingüística, conceptual, artística, etc., siempre ideológica. En tanto convención legalizada me- diante el uso social, es indudable que bue- na parte de la comunicación cotidiana es factible gracias al empleo de formas preconfiguradas, facilitando en cierto modo la relación con el mundo y el diálo- go con los demás. Dicho esto, aclaremos desde el inicio que no es éste el sentido –el de los códigos socialmente comparti- dos– desde el que será abordado el con- cepto de estereotipo en el texto. Antes bien, interesa especialmente analizar la Dr. John Nash interpretado por atribución de connotaciones estáticas, Russell Crowe en Una mente generales y universalizables a elementos brillante, Ron Howard, 2001. o configuraciones, en particular cuando 1 Ejemplos del estereotipo del científico –sin aludir a la calidad de los films– pueden verse en Una mente brillante (Ron Howard, 2001), La mosca (Davis Cronenberg, 1986), Volver al futuro (trilogía de Robert Zemeckis 1985, 1989, 1990), El hombre araña (San Raimi, 2002). 2 Ver Arma mortal (Richard Ronner, 1987), 48 horas más (Walter Hill, 1990). 3 Ver Atracción fatal (Adrian Lyne, 1987), Bajos instintos (Paul Verhoeven, 1992), Acoso sexual (Barry Levinson, 1994). Una variedad dentro de este estereotipo es el de la viuda negra. 28
  • 4. Los estereotipos en el arte ha existido realmente) o de un persona- je ficcional, los artistas en el cine son ca- racterizados mediante una serie de atri- butos recurrentes, independientemen- te de los contextos históricos en que transcurran los films. Veamos algunos ejemplos. Pollock, dirigida y protagonizada por Dr. Octavius interpretado por Alfred Ed Harris, resulta un compendio de los lu- Molina en El hombre araña 2, Sam gares comunes referidos al artista. Basa- Raimi, 2004. da en la biografía de Jackson Pollock, fa- moso pintor representativo del action painting, esta película construye el perfec- to retrato del artista atormentado. Alco- hólico y depresivo, sus rasgos de inadap- tado hacen que llegue tarde y borracho a una cita con la famosa coleccionista y galerista Peggy Guggenheim. Pero él es “un genio”. Hasta la malhumorada y ca- Dr. Emmet Brown interpretado por prichosa Peggy es capaz de soportar ese Christopher Lloyd en Volver al futuro, Robert Zemeckis, 1985. desplante y que, en su propia casa y ante numerosos invitados, Pollock orine so- bre su hogar de leños ardientes. Los ar- El empleo del sono y de la música en tistas son excéntricos. Pasa días acurru- el cine refuerza los estereotipos visua- cado en un rincón mirando la tela en les: notas agudas puntuales en un mar- blanco, pese a la desesperación de su pa- co atonal para la escena de la nenita que reja, a quien le cierra la puerta en la juega en su habitación despreocupada cara. Hasta que un día, sin que medie del acecho inminente del asesino serial. trabajo previo, boceto o algo por el esti- Notas graves para alertar (al espectador, lo, Jackson arremete con energía su ta- no a la nenita) sobre la presencia de se- rea y no sólo comienza sino que termi- mejante monstruo. Notas largas produ- na en único aliento su obra maravillo- cidas por un sintetizador, interrumpidas sa. Le había llegado la inspiración.4 ligeramente por tres o cuatro sonidos percutidos graves para escenas de alienígenas o seres espaciales descono- cidos (que, por cierto, suelen ser verdes, de grandes cabezas...). Ascensos por semitono que indican mayor tensión y repiqueteos en música “con mucho rit- mo” para la inefable e infaltable perse- Pollock, Ed Harris, 2000. cución automovilística de toda película de acción que se precie de tal. Los rasgos del artista vinculados a los La lista podría ser interminable. Sin desórdenes del comportamiento que in- embargo, uno de los estereotipos pre- terfieren las relaciones interpersonales dilectos es el del artista. Ya se trate de son un patrón general. Se trata del “ar- un biopic (biografía de un artista que tista loco”. Van Gogh ha sido uno de los 4 Son sugerentes las coincidencias narrativas que pueden advertirse entre Pollock y el episodio de Martín Scorsese “Apuntes del natural”, en Historias de Nueva York. Lionel Dobie –artista de ficción que también es expresionista abstracto, interpretado por Nick Nolte– maltrata a su representante, camina ante la tela que, si bien no está en blanco, tiene apenas unos pocos trazos, hasta que, en un rapto, empieza y termina su obra. La Puerta FBA - 29
  • 5. Belinche Daniel - Ciafardo Mariel artistas favoritos para el cine, por ejem- cia en su corriente neuroestética está tra- plo en Vincent y Theo, de Robert Altman.5 tando de comprobar científicamente Encarna la vida bohemia, desordenada; esta hipótesis. Paradojas del pensamien- propenso al alcoholismo (desesperado, to estético occidental: aquello que empe- llega a beber el diluyente de sus óleos) y zó en los vericuetos de la espiritualidad otras adicciones; genera vínculos enfer- culminó en la corteza cerebral. No sería mizos con familiares y amigos (la rela- raro que en un futuro cercano los pala- ción con su hermano Theo y con su ami- dines de la neurociencia propongan bo- go Gauguin, que desencadena en el rrar de un plumazo cualquier estrategia siempre fascinante episodio de la oreja). pedagógica para la educación artística y Emblema del estereotipo del artista loco, derivar a nuestros alumnos directamen- Van Gogh padece serios trastornos psi- te al quirófano. Al respecto, resulta ilus- cológicos: depresivo, irascible, violento, trativo un artículo recientemente publi- inconforme: desórdenes de la conducta cado en el diario Clarín bajo el título: “In- que lo empujan al suicidio.6 vestigan por qué el cerebro de los artis- tas es tan especial”.7 Según nos cuenta su autora, ha nacido una nueva discipli- na: la historia neurológica del arte, cuyo padre es el historiador del arte John Onions, de Gran Bretaña. Dice el artículo en uno de sus párrafos: Frente a una obra maravillosa, pero maravillosa en serio, dan ganas de sa- Vincent y Theo, de Robert Altman, 1990. ber cómo hizo esa persona para plas- mar tanta belleza. Si la inspiración lle- La caracterización de los artistas gó finalmente mientras estaba traba- como seres especiales que presentan jando, si la creatividad es un don que particularidades en algunos casos con- se reparte únicamente en pequeñas denables no es nueva. En el siglo XVI, ya dosis o, por qué no, si habrá algo espe- Giorgio Vasari, en sus célebres biogra- cial en su cerebro. La ciencia se hace las fías, describe a los artistas de su tiempo: mismas preguntas.8 son extraños, fantasiosos, caprichosos, sucios, depresivos, melancólicos. A nues- Parece que han descubierto que tro pesar, no por antigua, la idea de la Kandinsky sufría de sinestesia y Fellini creatividad ligada con alguna enferme- de síndrome de negligencia, enfermeda- dad mental o psicológica ha caído en des que han desarrollado su “extraordi- desuso, lamentablemente. La neurocien- naria creatividad”. 5 Véanse también El loco del pelo rojo (Vincente Minnelli, 1956), Van Gogh (Maurice Pialat, 1991). Una propuesta diferente es el episodio “Cuervos”, en Los Sueños de Akira Kurosawa, 1990, en el que Van Gogh es interpretado por el director Martin Scorsese. Aquí, un estudiante de arte ingresa literalmente a las obras y las recorre junto a Van Gogh. Pese a que varios parla- mentos presentan signos de estereotipia (por ejemplo, cuando el estudiante pregunta a unas aldeanas si saben dónde puede encontrar a Van Gogh, éstas le dicen: “Tenga cuidado, estuvo en un manicomio”, y se ríen –el artista incomprendido por sus contem- poráneos–), el film gana cuando deja de lado la personalidad del artista y los detalles de su vida y se involucra de lleno con la obra: la materia, la textura, los detalles. La obra de Kurosawa abandona el lugar común y construye una poética fundamentalmente apoyada en la imponente dirección de arte. 6 Pueden verse también las películas Los amantes de Montparnasse (Jacques Becker, 1957), sobre la vida de Modigliani; Basquiat (Julian Schnabel, 1996), sobre la vida del pintor Jean Michel Basquiat; La vida bohemia (Kaurismaki, 1992), sobre tres artistas de ficción; El amor es el demonio (John Maybury, 1998), sobre el artista británico Francis Bacon; Camille Claudel (Bruno Nuytten, 1988), que narra su relación con el escultor francés Auguste Rodin. 7 Eliana Galarza, domingo 17 de septiembre de 2006, p. 44. 8 Ibídem. 30
  • 6. Los estereotipos en el arte Es evidente que el estereotipo del ar- instrumento a un jactancioso, lujurioso, tista en ocasiones se complementa con obsceno muchacho infantil y a mí me la idea del “artista semidivino”. Tampo- premias sólo con habilidad de reconocer co el argumento es nuevo. Para el hu- la encarnación. Porque tú eres injusto, manista Marsilio Ficino la melancolía desleal, duro, te detendré. Lo juro. Le es- del artista está ligada al genio y la ins- torbaré y perjudicaré a tu criatura en la piración. En Amadeus, de Milos Forman, tierra tanto como pueda. Arruinaré tu Salieri –personificado por F. Murray encarnación”. Luego, arroja el crucifijo a Abraham– al recibir unas partituras ori- las brasas. ginales de mano de la esposa del genio, ingresa en un estado de conmoción profunda a medida que progresa en la lectura y la pantalla se ilustra con pa- sajes sinfónicos de Wolfang. La escena se interrumpe cuando Salieri –la con- trafigura de Amadeus, también un es- tereotipo, el personaje gris y mediocre, que padece en silencio el talento de quien describe con rasgos de adoles- cente engreído y superficial– arroja las partituras al piso. A continuación, Sa- lieri ya anciano recuerda en una mez- cla de odio y fascinación: Eran sus primeros borradores de mú- sica pero no mostraban correcciones Amadeus, Milos Forman, 1984. de ninguna clase. Simplemente había escrito música ya terminada en su mente. Y música terminada como nin- Otras veces, el estereotipo del artista guna música jamás terminada. Al des- se complementa con la idea del “artista plazar una nota había disminución. Al sensible”. Corresponden a esta categoría desplazar una frase la estructura caía. aquellos artistas que caminan descalzos Me di clara cuenta de que el sonido por la playa y se emocionan cuando ven que oí en el palacio del arzobispo no el amanecer, su signo del zodíaco es Pis- fue accidente. Aquí otra vez estaba la cis, se visten de negro, prefieren los días misma voz de Dios. Yo miraba a través otoñales y lluviosos, incluso si mueren es de la jaula de esos meticulosos pluma- deseable que ocurra en medio de la sole- zos en tinta a una absoluta belleza. dad y la pobreza. Aunque por limitaciones de los autores el texto está más bien Al final de la escena, luego de abalan- circunscripto a la música y las artes plás- zarse sobre unos bizcochos, la blonda, ticas, nuestros amigos bailarines o acto- pulposa y terrenal mujer de Amadeus res podrían dar fe de similares descripcio- pregunta: “¿No es bueno?”. Y Salieri con- nes ligadas a sus disciplinas. Para mues- testa: “Es milagroso”. En la escena si- tra, basten los bailes frente al mar de ac- guiente Salieri viejo le habla a un cruci- tores que se bambolean con dudoso sen- fijo: “De aquí en adelante somos enemi- tido rítmico, salticando cual bambis para gos tú y yo. Porque tú escoges como tu expresar libertad, o las escenas en las La Puerta FBA - 31
  • 7. Belinche Daniel - Ciafardo Mariel cuales el personaje –así tenga que decir Estereotipos conceptuales y sólo “La mesa está servida”– imposta la voz remedando a Alfredo Alcón en Hamlet algunas reflexiones finales y, en los casos extremos, despeina su pelo oscuro a lo Montecristo. Esta construcción El uso de estereotipos icónicos es bien aparece, por ejemplo, en El Santo , de conocido y no es necesario abundar en Phillip Noyce. Aquí, Val Kilmer encarna al ellos. Afiches, posters, tapas de discos, ilus- camaleónico ladrón internacional Simón traciones, publicidad, etc., son el vehículo Templar. Luego de asumir varias perso- irremplazable de imágenes repetidas has- nalidades, cada vez con su correspondien- ta el hartazgo. Pensemos en la pareja que te caracterización, Templar debe engañar camina de la mano a orillas del mar en y seducir a la científica que investiga la algún amanecer (¿o atardecer?) para sig- fórmula de la fusión fría. ¿Qué nueva per- nificar “enamorados” o los primeros pla- sonalidad debe adoptar para enamorar a nos del payaso triste (que casi siempre, la intrigante Dra. Emma Russell? Para re- además, llora). Así se garantiza la lectura solver este acertijo, Templar registra su rápida y fácil y, por lo tanto, el efecto in- departamento: una tarjeta con la repro- mediato (ver Figuras 1 y 2). ducción del monumento al poeta Percy El empleo de estereotipos es una de las Bysshe Shelley, una foto con su padre, un constantes en la educación artística, fun- autorretrato de Durero, un cuaderno con damentalmente ligado con el trabajo so- notas científicas y literarias. Infiere que bre la percepción. En las propuestas deri- ella es mágica, romántica, excéntrica, ino- vadas de la didáctica operatoria –desde la cente. Entiende la vida en el dolor y la pa- idea de que el arte enseña la sensibilidad, sión. Ya tiene la respuesta: Emma Russell la expresividad, la vivencia, la manifesta- necesita un artista, alguien que “com- ción de las emociones– se vinculan estos prenda la verdad”. En la escena siguien- supuestos aprendizajes al reconocimiento te, y ya caracterizado como Tomás More, de los lugares comunes antes señalados. este artista doblemente ficcional dibuja Basta recordar los actos escolares: gestos con carbonilla, recostado en un banco descendentes con los dedos cuando hay frente al monumento a Shelley. Ella le pre- que acentuar la lluvia, trabajos de “expre- gunta: “¿Es artista?” Y él le contesta: “No, sión corporal” en los cuales se subraya con sólo un viajero en busca de la pureza”. mímica lo que relatan los textos de las can- Luego, en silencio, se acerca demasiado a ciones, generalmente también estereoti- ella. Perturbado, se aparta y le dice: “Per- pados; constantes del tipo “el Señor Sol”, dón, no sé tratar con la gente” y se va. Ella “la Señora Luna”, el uso de diminutivos queda deslumbrada. para referirse a todo lo que tiene que ver con la niñez temprana, etcétera. Desde el perceptualismo, el estereotipo está al ser- vicio de reforzar los hábitos perceptuales mediante intervenciones pedagógicas que hacen eje en la observación, la identifica- ción, la discriminación y la clasificación (cír- culos cromáticos, escalas de valores, tablas de isovalencias, intervalos que en el len- guaje musical se califican consonantes o El Santo, Phillip Noyce, 1997. disonantes prescindiendo de su contexto). 32
  • 8. Los estereotipos en el arte Buena parte de las clases de Artes taje de deserción y desaprobación de las Plásticas o Lenguaje Visual consiste en asignaturas está vinculado a este hecho aprender desde el comienzo esta estra- (que, dicho sea de paso, no provee esos sa- tegia: comunicar reduciendo al máximo beres) y no a dificultades en el aprendiza- las ambigüedades para orientar una in- je del lenguaje específico. Por otro lado, terpretación literal. La atribución de sig- instala otro estereotipo conceptual: aquel nificados fijos a los elementos del len- que erige en absoluto e ideal el sistema guaje es una excelente solución. Línea de representación realista. La destreza recta = masculinidad; línea curva = fe- técnica que supuestamente promueven mineidad; línea quebrada = agresividad; está lejos de garantizar su utilización a la clave mayor intermedia = equilibrio; cla- hora de producir (o interpretar) una obra, ve menor baja = misterio; rojo = pasión; es decir, en el momento de la producción blanco = pureza; amarillo = alegría, y así de sentido. sucesivamente. Algo similar ocurre con la música. Los modelos centrados en el refuerzo Ejercitaciones que orientan la audición de los hábitos perceptuales y en una es- al reconocimiento de relaciones intervá- pecie de clasificación universalista de los licas, armónicas y rítmicas (pensar en elementos persisten en los centros edu- los ya clásicos dictados rítmico-melódi- cativos de todos los niveles. La actividad cos) promueven imágenes mentales de de los alumnos se limita a incorporar estas relaciones que, por fuera del con- modos estereotipados o mecánicos de texto de las obras, inducen a considerar producción e interpretación de imáge- válidas asociaciones cuya funcionalidad nes, mediante una suerte de “ejercitacio- varía de una a otra. Un sencillo acorde nes”. Éstas se formalizan exclusivamen- de Do mayor puede significar en reali- te en la bidimensión, sobre el mismo so- dad reposo o tensión de acuerdo con su porte (hojas Conqueror blancas) y con los lugar en la composición. mismos materiales (tinta para línea y tex- En la educación artística, el estereoti- tura, témpera para las láminas de valor y po –instalado en el lugar del único recur- acrílicos para las de color). Las produccio- so para el aprendizaje de las técnicas– nes de los alumnos se vuelven, si se quie- ameritaría una revisión de las llamadas re, desmaterializadas, igualando textu- ejercitaciones. Éstas suponen un final ras, colores, escalas, puntos de vista, et- esperable: ante un conflicto compositivo cétera (ver Figuras 3 y 4). Las ejercitacio- sólo existen un camino y un desenlace nes, que consisten en el uso mecánico y previsto de antemano. Por el contrario, la repetitivo de una acción, por fuera de la educación artística tendría que promover construcción de sentido, consolidan el es- en el alumno la idea de que los caminos tereotipo, lo vuelven una receta compo- son múltiples y de que existe gran varie- sitiva y acarrean otros inconvenientes no dad de resultados probables. Dice Piglia menos importantes. Por un lado, los en su “Tesis sobre el cuento”,9 que no hay alumnos de secundaria y de primer año una única forma de narrar, aun la misma de nivel terciario o universitario –estas historia. A propósito de unas notas de actividades corresponden a estos ciclos Chejov que registran la anécdota “Un hom- de la educación– no cuentan con forma- bre, en Montecarlo, va al casino, gana un ción técnica suficiente en dibujo y pintu- millón, vuelve a su casa, se suicida”, Piglia ra para reproducir de manera realista señala desde la hipótesis de que un cuen- una imagen dada, mucho menos si ésta to siempre cuenta al menos dos historias incluye la figura humana. El alto porcen- que, contra lo previsible y convencional 9 Ricardo Piglia, diario Clarín, suplemento Cultura y Nación, 6 de noviembre de 1986. La Puerta FBA - 33
  • 9. Belinche Daniel - Ciafardo Mariel (jugar-perder-suicidarse), la anécdota la posibilidad de fotografiar y filmar. In- tiende a desvincular la historia del juego cluso una simple llamada telefónica brin- y la del suicidio. Un relato visible esconde da consuelo a la espera con versiones de- otro secreto, narrado de un modo elípti- gradadas de Para Elisa, alguna sinfonía de co y fragmentario. En su ensayo, Piglia re- Beethoven, entre otras opciones prefigu- corre desde el relato clásico –que narra radas. Jóvenes y adultos pueden elegir en primer plano la historia del juego y entre distintas alternativas de timbres y en segundo plano construye en secreto melodías que responden a estas caracte- la historia del suicidio– hasta las versio- rísticas. Negar la existencia del impacto nes modernas que, abandonando el fi- de este universo audiovisual no parece ser nal sorpresivo y la estructura cerrada, el mejor camino para que los estudiantes elaboran la tensión entre ambas sin re- de cualquier nivel aprendan a valorar las solverlas. No hay un camino único para diferencias y los matices que se filtran narrar ni para componer. El resultado entre las fisuras que los mismos mecanis- podrá ser más o menos elusivo, ambiguo mos del mercado generan. Las limitacio- o autorreferencial y es este rasgo aque- nes de la estética predominante en los llo que deberíamos tener presente a la medios masivos han sido transitadas por hora de programar y materializar las cla- estudios teóricos y análisis que exceden ses de arte. los alcances de este escrito. La necesidad El arte no consiste en consolidar res- de la televisión de capturar atenciones puestas perceptuales predecibles, sino dispersas –susceptibles de ser reemplaza- más bien en su ruptura. Los recursos das rápidamente con el control remoto– técnicos puestos en juego en este pro- implica, por encima de la exacerbación de ceso no constituyen un fin en sí mismo, los estereotipos mencionados, un empleo sino que están disponibles a los fines de de los recursos sonoros y visuales fuerte- la poética. mente pregnantes. Animadores televisi- Si forzamos el análisis, toda estrategia vos que gritan sin parar, escenas dramá- que se base en la mera reproducción re- ticas o festivas desmesuradamente exa- sulta inhibitoria del desarrollo autónomo geradas, rozan con frecuencia lo grotes- de la subjetividad, del reconocimiento de co. La nómina de ejemplos sería fatigosa. las constantes culturales y de la capaci- Sin embargo, aun en ese universo, es fac- dad de presumir –en el campo del arte y tible encontrar malvados memorables en cualquier manifestación de la vida so- que se sobreponen al libreto y construyen cial y de las relaciones humanas– que lo personajes creíbles y llenos de matices, que se nos presenta unívoco y lineal pue- publicidades cuidadas y sutiles, video clips de esconder en sus intersticios otros sig- de alta factura técnica cuya dirección de nificados posibles. arte desafía los límites impuestos por el mercado. En todo caso, ni las versiones Los programas educativos, que se for- más ambiciosas de las vanguardias cuya mulan por fuera de la realidad cultural de pretensión de origen fue romper con toda los niños y jóvenes actuales, se vuelven convención están exentas de recurrir o de frecuentemente estériles. Ellos son, cuan- construir nuevos estereotipos. do la situación económica lo permite, vo- La ruptura con el estereotipo no tiene races consumidores de programas de TV, que ver con la elección de una estética de- publicidad, Internet, juegos electrónicos, terminada. No es cuestión de ser austero video clips, multimedia y, más reciente- imitando a Cage o desmesurado en la lí- mente, usuarios de celulares que ofrecen nea de Fellini. De reproducir literalmente 34
  • 10. Los estereotipos en el arte la oscuridad de las escenas de El Padrino estereotipo. En definitiva, si el arte es tan- cuando el personaje encarnado por Al to distanciamiento como acercamiento al Pacino le susurra a uno de sus secuaces mundo, en el estereotipo esta ecuación se con sórdida lucidez: “Que nada le ocurra invierte: el acercamiento y la intromisión a mi hermano mientras mi madre viva”, forzada en la subjetividad de un conjun- para ordenar en verdad el mero aplaza- to de formas caricaturizadas produce una miento del asesinato de Fredo. Tampoco falsa sensación de cercanía y familiaridad de confundir el estereotipo con las carac- que nos aleja del mundo. Una especie de terísticas de género, sin las cuales la obra instalación en un placer continuo al que no sería posible. En un policial no podrá es tan propensa la cultura contemporá- obviarse la presencia de un asesinato, nea por vía de la ratificación de aquello robo o secuestro ni la intervención de un que se espera, que inevitablemente es su- policía, quien será, por supuesto, uno de cedido por un sentimiento de hastío y los protagonistas. frustración. Si aceptamos la idea de que las obras El debate en torno a la aparición en la de arte están fundadas en una relativa industria cultural de los mecanismos de distancia de la realidad que representan repetición ampliada ha sido abordado y que el estilo de la obra está determina- –incluso desde matrices de pensamiento do justamente por las convenciones de similares derivadas del marxismo– con ese distanciamiento, queda clara tam- ciertas contradicciones. Aquello que Ador- bién la diferencia entre estilo y estereoti- no y sus colegas consideraban el germen po. En su ya célebre libro Contra la inter- de una creciente estandarización de la pretación, Susan Sontag señala que: “La cultura de masas condicionada por los noción de distancia (...) es equívoca a me- dispositivos del mercado, ofrecía según nos que se añada que el movimiento no Debray la posibilidad de ingreso de los sec- es sólo de alejamiento sino de acerca- tores populares y una mayor democrati- miento al mundo”.10 Si la idea de estilo zación de esa misma cultura. La repetición es asimilable en definitiva a la idea de es parte del universo individual y de las arte y contiene algún tipo de desvío, de construcciones colectivas. Ha sido un re- ruptura con la forma más directa de de- curso estratégico de las vanguardias y ha cir algo, en el estereotipo, en la cosifica- estructurado estéticas determinantes en ción discursiva ocurre lo inverso: un mí- el mundo occidental. Las fugas de Bach o nimo grado de desvío en función de ha- el minimalismo, el rock y el mejor cine de cer obvio el “contenido” tan cuestionado género, por nombrar algunas. También por Sontag. Es indudable que la repeti- las culturas orientales o las originarias de ción propone debates estéticos de gran América ficcionalizaron su concepto del interés. La obra de arte se vuelve inteligi- tiempo –de un tiempo no progresivo sino ble fundamentalmente por las repeticio- recursivo– en obras y ritos en los que la nes. El estilo pone en evidencia el modo repetición opera como condición compo- en que una producción artística se repi- sitiva. Podríamos afirmar que la diferen- te a sí misma construyendo, en alguna cia entre la repetición y los estereotipos a medida, identidad. Con el tiempo multi- los que hacemos referencia difieren en dereccional y ultra veloz del mundo con- grado y en sustancia. Unas generan sen- temporáneo, esta percepción epocal de tido; las otras lo esterilizan. Si bien es la los rasgos estilísticos se ve comprometi- industria cultural occidental, y particular- da por la imagen ilusoria de una suerte mente el lenguaje televisivo comercial, el de presente continuo que es también un mayor caldo de cultivo para esta suerte de 10 Susan Sontag (1970), Contra la interpretación, Buenos Aires, Alfaguara, 1996, p. 60. La Puerta FBA - 35
  • 11. Belinche Daniel - Ciafardo Mariel vacío de sentido al que aludimos, otros la corrección de bocetos, a la exploración procesos sociales han fracasado en el in- de los materiales que a los dictados impro- tento de sortear los escollos de la bables de una voz metafísica. La elección estandarización cuyo fin último es la pro- de materiales, soportes, herramientas y paganda ideológica. Pensemos en el rea- técnicas depende de esa búsqueda poéti- lismo socialista. ca, para la cual sirven bastante poco los Lo importante es, en todo caso, reco- manuales compositivos. nocer que el estereotipo tiene el efecto de El proceso de estratificación de un es- inmediatizar y automatizar la percepción, tereotipo es lento y ocurre –al igual que es decir, lo contrario de la percepción es- la formulación teórica de intentos tética. La percepción estética se diferen- universalistas– de manera progresiva y cia de la percepción en general en que la contradictoria. El lenguaje puramente primera rompe de entrada con cualquier mercantil trasformó en estereotipos cir- automatización perceptiva. culantes culturales que en su origen for- Un estereotipo puede ser un buen talecían relaciones, vínculos sociales, es- punto de partida, un material a desarro- pacios compartidos. Giros poéticos, imá- llar. No sostenemos aquí la búsqueda for- genes, movimientos, dichos populares, zada de originalidad. Las obras siempre estilos y géneros devienen en estereotipos tienen algo reconocible que hace posible justamente a partir de esta condición del nuestra comunicación con el otro. Y en mercado de escindirlos de las circunstan- este caso, porta valores simbólicos que cias históricas en que surgieron. afianzan la identidad cultural. Esto ocu- rre con buena parte del arte popular, en Un último ejemplo. Aun en un estilo cualquiera de sus manifestaciones. Una aparentemente comercial, el comienzo de obra puede partir de algo que hayamos la escena final de la venganza de Beatrix visto u oído infinidad de veces en la vida Kiddo (Uma Thurman) en Kill Bill –la exten- cotidiana, pero en ella los materiales, su sa pelea de la protagonista con decenas de relación y organización adquieren nuevas contrincantes japoneses expertos en artes formas que alteran las rígidas reglas del marciales y su posterior encuentro a solas código. Lejos de ser inmediata, la percep- con O-Ren Ishii (Lucy Liu)– difiere de la ma- ción estética es diferida, aplazada; nos yor parte de las películas del género en su obliga a detenernos y nos suspende en un estética. Cambios de ritmo, de color, de ilu- tiempo que es, de entrada, ficcional. El es- minación, pasajes en silencio, diferentes tereotipo en todo caso no busca estable- soportes del sono y de la música, empleo cer factores de identidad entre actores de planos en los cuales la figura es un ele- sociales que no poseen el control de los mento aparentemente secundario, el gol- medios de comunicación, sino asociar la pe del shishi odoshi (espantaciervos) en pri- materialización de esos valores con los mer plano y la tensión de la batalla a lo le- axiomas invisibles del mercado. jos, configuran un entramado que vuelve El trabajo sobre la percepción estética verosímil una escena difícilmente creíble en cualquier nivel de la enseñanza debe- en el mundo real. La protagonista vuela, se ría consistir en una aproximación a los re- suspende sobre su sable samurai clavado cursos poéticos –en la producción y en la en la pared, entre otras proezas. Kill Bill, en interpretación de obras– siempre más cer- comparación con esas innumerables ba- canos a la complejidad que al estereotipo, tallas lineales y mecánicas de los conti- a la ambigüedad que a las lecturas linea- nuados de fin de semana, mantiene aler- les. Y, sobre todo, al esfuerzo, al trabajo, a ta la atención no mediante las muertes 36
  • 12. Los estereotipos en el arte acumuladas sino a consecuencia de los dagogía tradicional, tan proclive a situar- matices compositivos y el cuidado estéti- se en un estadio superior al de las disci- co de la imagen.11 plinas artísticas, ha contribuido poco. Este análisis ha sido transitado en el Cuando se habla, también desde lugares campo de la estética. Aun así es notable comunes, de la significatividad de los la vigencia del uso de estereotipos en el aprendizajes, la formulación de objetivos sistema educativo, no sólo en el arte. In- y contenidos con frases del tipo “qué, tegra un cuerpo de temas a los que la pe- cómo y cuándo aprender” y otras por el estilo, cabría preguntarse si una búsque- da realizada desde la propia dinámica de los lenguajes artísticos no sería capaz de realizar aportes acaso verdaderamente significativos, más allá de sus enunciados, en el aula. Kill Bill 1, Quentin Tarantino, 2003. Figura 1: Enamorados Figura 2: El payaso triste Podríamos haber ejemplificado con películas de un gran cuidado de la estética como La casa de las dagas voladoras y Héroe 11 de Zhang Yimou o alguna escena de The Matrix de Andy y Larry Wachowski (en Matrix Reloaded, las peleas se vuelven más obvias y no resuelve el subrayado y la exageración). La Puerta FBA - 37
  • 13. Belinche Daniel - Ciafardo Mariel Figura 3: Ejercitaciones de línea Imagen de punto de partida. Línea homogénea. Línea blanda ondulante. Línea texturada. Línea discontínua. Línea valorizada. Figura 4: Ejercitaciones de claves tonales Mayor alta: dramatismo, Mayor intermedia: Mayor baja: dramatismo, vitalidad, exhuberancia. equilibrio, sobriedad. solemnidad, profundidad, misterio. Menor alta: delicadeza, Menor intermedia: gran Menor baja: misterio, sutileza, atmosférico. equilibrio, elegancia, pobreza, melancolía. Temas poéticos. suavidad. 38