La aparición de un documento de 109 páginas, concebido como una agenda de negociación entre los principales dirigentes del narcotráfico y el gobierno colombiano, ha causado un gran impacto en los últimos días, ante lo exhaustivo del documento y las reacciones que ha generado en algunos actores involucrados, tal es el caso del ex-asesor de la campaña del presidente Santos, Juan José Rendón.

1. Los narcos: una oferta inconclusa que causa
revuelo y hace temblar la carrera presidencial
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temblar-la-carrera-presidencial/#prettyPhoto
La aparición de un documento de 109 páginas, concebido como una agenda de negociación entre los
principales dirigentes del narcotráfico y el gobierno colombiano, ha causado un gran impacto en los
últimos días, ante lo exhaustivo del documento y las reacciones que ha generado en algunos
actores involucrados, tal es el caso del ex-asesor de la campaña del presidente Santos, Juan José
Rendón.
El origen de esta noticia proviene de una declaración realizada por uno de los hermanos
Comba, Javier Antonio Calle Serna, quien habló sobre esto ante una fiscal de la Unidad de
Extinción de Dominio, el pasado 10 de diciembre.
Comba afirma que estos intentos de negociación con el gobierno del presidente Santos se
adelantaron entre los años 2010 y 2011, contemplando la posibilidad de que los grandes capos del
narcotráfico como Cuchillo, Diego Rastrojo y el Loco Barrera, desarmaran sus ejércitos y
contribuyeran a acabar con el narcotráfico en Colombia.
Aunque esto ya es cosa del pasado y nunca logró ejecutarse, llama la atención indagar sobre
los detalles de esta especie de tratado, precisar cuáles eran los lineamientos establecidos para la
negociación, qué actores políticos, sociales, militares, etc., estaban involucrados en este proceso y
finalmente por qué este utópico proyecto no se ejecutó como se había planteado.
Las investigaciones dan cuenta de que el famoso documento se tituló como Agenda para
solucionar el problema del narcotráfico y la violencia que genera, con fecha de junio de 2011. Allí
se coloca a J.J. Rendón bajo la figura de estratega general de la propuesta, y se mencionan como
facilitadores a Francisco Galán y Jorge Castañeda, siendo mediadores los abogados José Mira y
José Ignacio Londoño.

2. Una de los aspectos más importantes de todo esto, es que allí se establecen parámetros muy
claros para que los dirigentes del narcotráfico dejaran de operar, con la condición de no
ser extraditados a Estados Unidos, y que sus familias no fueran incluidas en procedimientos
penales.
En la primera parte del proyecto se hace una especie de análisis comparativo respecto a otros
procesos de negociación, específicamente respecto a los compromisos adquiridos por los
gobiernos, y se hace énfasis en la posibilidad de incluir observadores internacionales durante el
procedimiento, así como la condición de no delinquir nuevamente.
5 líneas de acción
Podemos identificar al menos cinco líneas de acción estipuladas en este tratado, bajo las que se
estipulaba su funcionamiento, objetivos y desarrollo. En primer lugar, se señala el objetivo principal
de desmontar al narcotráfico y sus estructuras, tomando en cuenta el poder disuasivo que el Estado
posee.
Así, los involucrados en este delito debían suministrar toda la información en cuanto a
laboratorios, cultivos, informantes, incluso los vínculos con el Estado.
Luego, se propone reducir toda la violencia generada por guerrillas, bandas, combos y otras
agrupaciones delictivas, que queda sin objeto al dejar de funcionar el narcotráfico. Seguidamente,
en como tercera premisa, se establecía que con las hectáreas entregadas por los capos, el Estado
desarrollaría proyectos agrícolas en todas las zonas de operación ilegal.
Asimismo, se estudiaba el impacto que tendría la desarticulación de esta industria para el
mercado de las drogas en Norteamérica y otros espacios de alto consumo. Y en quinto lugar, se
concluyó que esa negociación era probablemente el último intento para lograr la paz entre los
sectores involucrados.
Actores vinculados en el tratado
La lista de actores involucrados es interminable. Además de los que hemos mencionado, resulta
destacable la disposición de los hermanos Comba y Diego Rastrojo, que aseguraban dejar fuera
del negocio a uno tres mil hombres, luego está alias “Sebastián”, de la Oficina de Envigado, que
prometió unos dos mil hombres, e incluso los hermanos Úsuga (que actualmente dirigen la banda
los Urabeños), hablaron de unos mil hombres, al igual que alias Valenciano.
Todo esto resulta muy curioso, debido a que quienes se comprometieron a estos procedimientos,
en su mayoría fueron capturados, extraditados o con entrega negociada a Estados Unidos.
El documento también hace referencia a algunos procedimientos para hacer mediaciones con la
Farc, y se mencionan como posibles aliados para tales fines, al vicepresidente Angelino Garzón,

3. los expresidentes César Gaviria o Ernesto Samper, el electo congresista Horacio Serpa, Rodrigo
Rivera, que ejercía como ministro de defensa, los congresistas Jesús García, Mauricio Lizcano y
Roy Barreras, algunos integrantes de la Iglesia como Rubén Salazar y monseñor Julio César Vidal,
así como el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro.
Rendón y los 12 millones de dólares
Otra de las razones por las que la aparición del documento y las declaraciones de algunos
narcotraficantes han llamado la atención, se debe al señalamiento directo hacia J.J. Rendón, que
estaba al frente de la campaña presidencial para la reelección de Juan Manuel Santos.
A Rendón se le atribuye haber recibido la cantidad de 12 millones de dólares, que
presuntamente fueron entregados por los narcos en el momento de la redacción del tratado, para
que tramitara e hiciera las gestiones pertinentes con el presidente Santos para llevarlo a cabo.
Sin embargo, el politólogo venezolano fue consultado al respecto, y señaló que se trata de un
complot en su contra, que probablemente tenga como objetivo desprestigiar la campaña de Santos,
por lo que anunció su renuncia el pasado lunes 5 de mayo.
Igualmente, agregó que estas negociaciones nunca fueron secretas para nadie, negando
rotundamente haber recibido dinero a cambio de su labor como mediador de estos procedimientos.
Todavía no se sabe cuál será el destino de estos casos, que han desatado un revuelo en la
opinión pública nacional e internacional y ciertamente, puede tener efectos en la credibilidad del
presidente Santos.