Los primeros caballos llegaron a América con Colón en 1493 y se multiplicaron en Jamaica y México, desde donde la corona española los proporcionó a los conquistadores para explorar el continente. Los primeros caballos chilenos fueron introducidos por don Pedro de Valdivia en 1542 y su número aumentó a 500 en 7 años. El establecimiento del primer criadero en Chile por el padre Rodrigo González consolidó la cría de caballos en el país.