1. MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA
El Museo Thyssen-Bornemisza es un museo de arte antiguo y del siglo
XX (en su mayoría pinturas) ubicado en Madrid. Su existencia se debe al
acuerdo de arrendamiento (1988) y a la posterior adquisición, por parte
del Gobierno español (julio de 1993), de una amplia selección de la
colección reunida por la familia Thyssen-Bornemisza a lo largo de dos
generaciones.
LOS ORÍGENES DE LA COLECCIÓN
August Thyssen (1842-1926) fue el
verdadero creador del imperio económico de
la familia Thyssen, basada originalmente en la
industria siderúrgica. August Thyssen sólo
tuvo tiempo de ocuparse de coleccionar arte
en su madurez.
Pensando en crear una colección de escultura,
se dirigió al que era el escultor más famoso e
importante de su tiempo, Auguste Rodin.
Fruto de esta relación entre el industrial
alemán y el escultor francés, es una magnífica
serie de siete esculturas en mármol.
El estallido de la Primera Guerra Mundial
interrumpió este primer proyecto de
coleccionismo artístico en la familia; August
Thyssen falleció en los años de la postguerra,
años por otro lado muy difíciles para la
economía alemana. El conjunto de esculturas
quedó en propiedad de una rama de la familia
Thyssen afincada en Alemania hasta que, en
1956, se pusieron a la venta y fueron
adquiridas por el Barón Hans Heinrich
Thyssen-Bornemisza. Cuatro de ellas forman parte hoy en día de la
Colección Carmen Thyssen-Bornemisza.
Es precisamente a través de la correspondencia que se conserva entre
Rodin y August Thyssen, concretamente en una carta de 1911, como
tenemos por primera vez noticia de que el hijo del industrial alemán,
Heinrich - tercero de siete hermanos -, estaba iniciando su colección de
arte. Doctorado en Filosofía por la Universidad de Londres, Heinrich
Thyssen había contraído matrimonio en 1905 con la Baronesa Margit
Bornemisza de Kaszon, hija de un noble húngaro. Heinrich Thyssen-
2. Bornemisza separó completamente sus nuevas empresas de la industria
siderúrgica y estableció su residencia en Hungría, en el castillo de
Schloss Rohoncz, perteneciente a la familia de su esposa y donde
sabemos que estuvo instalada la Colección. En 1919, la revolución de
Belà Kun le obligó a abandonar Hungría, trasladando el centro de sus
negocios a Amsterdam, ciudad en la que nacería su hijo Hans Heinrich en
1921.
Heinrich Thyssen (1875-1947)
A pesar de las dificultades económicas de la
postguerra, Heinrich Thyssen (1875-1947)
siguió coleccionando pintura durante la
década de los 20, y lo hizo de modo muy
discreto, de tal forma que, cuando en 1930 se
expuso por primera vez su colección -
conocida todavía como la Colección Schloss
Rohoncz -, en la Neue Pinakothek de Munich,
el hecho se convirtió en un auténtico
acontecimiento para los historiadores de arte
de la época. El éxito obtenido animó al Barón
a seguir coleccionando y a comprar también
esculturas, muebles, tapices, joyas y otras
obras de arte.
Durante el periodo de entreguerras fueron numerosas las colecciones
privadas que se disolvieron. Con acierto e intuición y asesorado por
destacados especialistas, Heinrich Thyssen se volcó en una intensa
política de adquisiciones. Su interés inicial se centró en los primitivos
alemanes. Muy pronto, su colección contó con destacados ejemplos de
dicha escuela, con obras de autores como Hans Baldung Grien, Altdorfer,
Durero, Cranach o Holbein. Siguiendo una tradición coleccionista
alemana, el Barón sentía también especial predilección por la pintura
neerlandesa y su colección se amplió con nombres de la categoría de
Robert Campin, Petrus Christus, Roger van der Weyden, Jan van Eyck,
Memling o Juan de Flandes. Pero su interés no se limitó al Renacimiento
del Norte, también adquirió pinturas italianas como el Retrato de
Giovanna Tornabuoni de Domenico Ghirlandaio, Joven Caballero en un
Paisaje de Carpaccio, Retrato de Ferry Carondolet con sus secretarios de
Sebastiano del Piombo y Santa Catalina de Alejandría de Caravaggio.
Con el tiempo a estos ilustres artistas se unirían otros nombres
esenciales de la historia de la pintura: ingleses como Gainsborough y
Reynolds; franceses como Watteau, Fragonard o Chardin; italianos como
Tiziano, Veronés, Tintoretto, Tiépolo, Canaletto o Guardi.
3. Pensando en el futuro de la colección, decidió instalarse en Suiza, único
país europeo que, en las circunstancias históricas de los años 30, parecía
garantizar un entorno pacífico. Con ese fin, adquirió en 1932 una villa
situada a orillas del Lago de Lugano, conocida desde antiguo como Villa
Favorita; un palacio construido en 1687 y que pertenecía al príncipe
Leopoldo de Prusia. Mientras continuaba adquiriendo obras de arte para
su colección, Heinrich Thyssen-Bornemisza inició la construcción de una
galería en el jardín de Villa Favorita con el fin de instalar los cuadros en
las mejores condiciones museísticas y con la intención de exhibirlos
públicamente.
En 1936 terminaron las obras de la Galería de Villa Favorita y se abrieron
sus puertas al público. Desgraciadamente, el comienzo de la Segunda
Guerra Mundial interrumpió el proyecto y tuvo que cerrarse de nuevo en
1939. No volvería a abrirse hasta el año 1949, ya de forma definitiva y
gracias al empeño de su hijo Hans Heinrich, quien tomó el testigo dejado
por su padre, fallecido en 1947. A raíz de la muerte del primer Barón
Thyssen-Bornemisza, que por entonces había logrado reunir unas 525
obras de arte, la Colección quedó dividida entre sus cuatro hijos. Con tan
sólo 26 años, Hans Heinrich fue el único de ellos que decidió seguir con
la tradición iniciada por su padre y quedó también al frente de los
negocios familiares. Su hermano, dedicado a la investigación biológica,
no estaba interesado en ellos ni en la colección; por otro lado, sus otras
dos hermanas forzaron la partición hereditaria de la Colección de arte
reunida por su padre. En las difíciles circunstancias causadas por la
guerra, Hans Heinrich. Thyssen-Bornemisza (1921-2002) logró,
mediante compensaciones económicas y muchos sacrificios, mantener
unida una gran parte de la Colección, aunque no toda. De hecho este
proceso ha continuado y, en 1988, compró a una de sus hermanas El
Paraíso de Brueghel. Esta experiencia de juventud había de ser
importante cuando, treinta años más tarde, hubo de plantearse de nuevo
el futuro de la Colección.
INAUGURACIÓN DEL MUSEO THYSSEN-BORNEMISZA DE MADRID
La sede del museo es el Palacio de Villahermosa, en la esquina del Paseo
del Prado con la Carrera de San Jerónimo. Este edificio fue construido
entre finales del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX en estilo
neoclásico, por Antonio López Aguado para María Pignatelli y Gonzaga,
esposa del duque de Villahermosa. En el siglo XIX fue una de las
mansiones más prestigiosas de la ciudad, conocida por sus fiestas y
veladas artísticas.
4. En 1973 se convirtió en una sucursal de la banca López-Quesada, lo que
implicó la reforma radical de
su distribución interior para
albergar despachos. Tras la
quiebra del banco, el edificio
pasó a manos del Estado en
1983 y fue remozado
parcialmente como sede de
exposiciones temporales del
Museo del Prado, entonces
acuciado por problemas de
espacio.
Como parte del acuerdo
entre el Estado español y la
familia Thyssen, el edificio fue destinado al nuevo museo. Su
rehabilitación como pinacoteca fue diseñada por Rafael Moneo.
Las mejoras más elogiadas fueron la ordenación del espacio en salas
amplias, la importancia otorgada a la luz natural, con lucernarios
controlados mediante sensores, y el cambio del acceso principal, que
volvía de la Carrera de San Jerónimo a la fachada posterior tal como era
en origen. Se entendió que esta entrada era más adecuada para las
aglomeraciones de público al contar con jardín propio.
La elección de mármol para los suelos y de estuco en color tostado para
las paredes se debe a la baronesa Thyssen, Carmen Cervera.
El 8 de octubre tiene lugar la inauguración oficial del Museo bajo la
presidencia de Sus Majestades los Reyes de España. Dos días después se
abre al público. En 2004 se amplió mediante la suma de dos edificios
colindantes, pertenecientes a la familia Goyeneche, el primero de ellos
mandado construir por el Conde de Guaqui y el segundo por la Duquesa
de Goyeneche. Estos edificios fueron reformados por Manuel Baquero y
Francesc Plá, y se conectan por un ángulo al Palacio de Villahermosa.
En este nuevo museo, quedan perfectamente representados
movimientos artísticos y momentos de la historia de la pintura muy
escasamente presentes en los museos españoles, principalmente en lo
relativo a pintura moderna - siglos XIX y XX, con especial acento en el
impresionismo, postimpresionismo, expresionismo alemán, las primeras
vanguardias, etc. y, la escuela norteamericana del XIX, prácticamente
inexistente en los museos europeos; pero también refuerzan algunos
capítulos del arte antiguo, como la escuela alemana o la pintura
holandesa del siglo XVII.
5. Su presencia en España no sólo ha enriquecido el panorama museístico
español sino también la oferta pictórica madrileña, completando el
denominado Triángulo o Paseo del Arte, junto al Museo del Prado y al
Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
Bibliografía:
Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid:
http://www.museothyssen.org/thyssen/historia
Museo Thyssen-Bornemisza - Madripedia
http://madripedia.es/wiki/Museo_Thyssen-Bornemisza