Madre querida, gracias por protegerme desde el vientre y hacer de tu hogar un lugar acogedor y cálido para mí. Aunque a veces tome el camino equivocado, siempre tratas de aconsejarme para que la vida no me golpee. Guardas con cariño las fotos y recuerdos de cuando era un bebé, aunque ahora me gustaría verte realizar tus propios sueños como recompensa por haberme traído al mundo y apoyado en el mío.