Este documento es una carta de un psiquiatra dirigida a los padres en la que defiende el estilo de crianza estricto. Argumenta que ser un "padre malo" que establece límites claros y muestra amor a través de la disciplina y la supervisión es lo mejor para los hijos. Afirma que este estilo de crianza protege a los hijos de problemas como las drogas y el crimen, y los prepara para ser adultos responsables.