Manuel Scorza fue un novelista y poeta peruano nacido en 1928 en Huancavelica que se destacó por sus obras neoindigenistas que abordaban problemas sociales del Perú a través de la fusión de mitos ancestrales e historia. Murió en 1983 en un accidente aéreo.
-“Particularismo y universalidad en una de las novelas de los novísimos de lo...
Manuel Scorza novelista peruano
1. Manuel Scorza
Manuel Scorza
Nacimiento 9 de septiembre de 1928
Lima, Perú
Defunción Caida de su avión a París volviendo de Lima27
de noviembre de 1983
En el avión que le traía a París,España
Nacionalidad Perú
Ocupación Novelista
Poeta
Período 60s
Género Novela, poesía
Movimientos Neoindigenismo
Manuel Scorza Torres (Huancavelica, 9 de septiembre de 1928 - Madrid, 27 de
noviembre de 1983) fue un novelista , poeta y editor peruano de la Generación del 50,
atento a los fenómenos sociales y auscultador de problemas del momento de la nación
peruana . Uno de los más altos narradores perteneciente al Indigenismo o Neoindigenismo
peruano, junto con sus compatriotasCiro Alegría y José María Arguedas, cultivador del
realismo mágico, andino. Ganó los dos primeros premios en los Juegos Florales del IV
centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México (1952) y obtuvo Premio
Nacional de Poesía José Santos Chocano (1956).
Índice
[ocultar]
1 Biografía
2 Obras
o 2.1 Poesía
o 2.2 Novelas
3 Referencias
4 Véase también
5 Enlaces externos
2. Biografía[editar]
Luego de vivir en Acoria (Huancavelica) viaja a Lima, en donde realizó su formación
escolar en el Colegio Militar Leoncio Prado, el mismo donde estudiaron también el
novelistaMario Vargas Llosa y el periodista César Hildebrandt, entre otros.
En 1945 ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y comenzó una etapa de
febril actividad política, miltando en el Apra.1
En 1948, a los 20 años, Scorza se vio obligado a salir del país en calidad de exiliado tras
el golpe de estado del general Odría y la implantación de un gobierno autoritario. Se
estableció en París, Francia, donde aprendió francés y obtuvo un trabajo de cierto
prestigio: lector de español en la Escuela Normal Superior de Saint-Cloud.
Muchos de los versos que integrarían su primer poemario, Las imprecaciones (1955), son
fruto del desconsuelo en que se hallaba inmerso.Vuelve al Perú durante el gobierno de
Manuel Prado, que contaba con el apoyo de los apristas.
Sin embargo, fue en su obra narrativa, de la que Alejo Carpentier, el abarrocado, fue uno
de sus maestros, donde Scorza encontró el espacio ideal para tocar a profundidad los
problemas del Perú profundo: contradicción entre los campesinos y la explotación minera
por grandes compañías extranjeras.
Su primera novela, Redoble por Rancas (1970), forma parte de un ciclo denominado "La
balada", "las Cantatas" o "La guerra silenciosa", donde, desde una óptica eminentemente
poética que fusiona mitos ancestrales e historia, Scorza muestra la antigua lucha de
los campesinos para recuperar sus tierras. Las demás novelas que componen este
ciclo, Historia de Garabombo el Invisible (1972), El jinete insomne (1977), Cantar de
Agapito Robles (1977) y La tumba del relámpago (1979), continúan uniendo el realismo
social a la fantasía poética. Esta serie de novelas, traducida a más de cuarenta idiomas, se
ha constituido en una de las más difundidas y reconocidas de la literatura peruana en este
siglo.
En 1968, en plena efervescencia de las luchas campesinas en la sierra central y en virtud
a su activa participación a través de un movimiento político indigenista, tuvo que
abandonar de nuevo el país. Llevó consigo dos manuscritos: El vals de los
reptiles y Redoble por Rancas, un poemario y una novela respectivamente, ambos
de 1970.
En 1981 fue el primero de una lista de escritores de fama internacional que el diario Il
Mattino había invitado a Nápoles para que escribieran una serie de artículos sobre la
ciudad que un terremoto había vuelto a asolar tras un leve resurgimiento en los años 1980.
En 1983 y después de haber publicado en febrero de ese año su última novela, La danza
inmóvil, que significaba una ruptura radical con el ciclo de "La guerra silenciosa", el Boeing
747 Vuelo 11 de Avianca en el que iniciaba viaje rumbo a Bogotá junto a otros
intelectuales para participar en un congreso que pretendía hacer balance de la cultura
hispanoamericana, se estrelló contra una colina en su aproximación al aeropuerto
deMadrid.
Obras[editar]
Poesía[editar]
Las Imprecaciones (1955)
Los adioses (1959)
Desengaños del mago (1961)
Réquiem para un gentil hombre (1962)
Poesía amorosa (1963)
3. El vals de los reptiles (1970)
Poesía completa (2012)
La Casa Vacía
Novelas[editar]
Ciclo de novelas La Guerra Silenciosa:
Redoble por Rancas (1970)
Historia de Garabombo el Invisible (1972)
El jinete insomne (1977)
Cantar de Agapito Robles (1977)
La tumba del relámpago (1979)
La danza inmóvil (1983)
Referencias[editar]
1. Volver arriba↑ .Hernández, Consuelo. «Crónica, historiografía
e imaginación en las novelas de Manuel Scorza»,
en Cuadernos hispanoamericanos (1995)
Véase también[editar]
Literatura del Perú
Enlaces externos[editar]
Wikimedia Commons alberga contenido multimedia
sobre Manuel Scorza.
Garabombo, el invisible
Manuel Scorza en la BVMC
Manuel Scorza, Desengaños del mago (1961)
Manuel Scorza, El vals de los reptiles (1970)
Algunas poesias
Categorías:
Nacidos en 1928
Fallecidos en 1983
Limeños
Exiliados
Fallecidos por accidentes aéreos
Escritores en español
Escritores del Perú
4. Novelistas del Perú
Poetas del Perú
Sanmarquinos (siglo XX)
Ítalo-peruanos
Menú de navegación
Crear una cuenta
Acceder
Artículo
Discusión
Leer
Editar
Ver historial
Ir
Portada
Portal de la comunidad
Actualidad
Cambios recientes
Páginas nuevas
Página aleatoria
Ayuda
Donaciones
Notificar un error
Imprimir/exportar
Crear un libro
Descargar como PDF
Versión para imprimir
Herramientas
Lo que enlaza aquí
Cambios en enlazadas
Subir un archivo
Páginas especiales
Enlace permanente
Información de la página
Elemento de Wikidata
Citar esta página
Otros proyectos
Commons
En otros idiomas
Aymar aru
Deutsch
English
Esperanto
Suomi
Français
Italiano
Português
Runa Simi
Русский
Türkçe
5. Editar los enlaces
Esta página fue modificada por última vez el 28 oct 2014 a las 15:13.
El texto está disponible bajo la Licencia Creative Commons Atribución
Compartir Igual 3.0; podrían ser aplicables cláusulas adicionales. Léanse
los términos de uso para más información.
Wikipedia® es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, Inc., una
organización sin ánimo de lucro.
Contacto
Definición.de
Navegar por
Categorías
Iniciales
A
B
C
D
E
F
G
H
I
J
K
L
M
N
O
P
Q
R
S
T
U
V
W
X
Y
Z
6. definición General Definición de relato
Definición de relato
Un relato es un conocimiento que se transmite, por lo general en detalle, respecto a un
cierto hecho. El concepto, que tiene su origen en el vocablo latino relātus, también
permite nombrar a los cuentos y a las narraciones que no son demasiado extensas.
De esta forma, como género literario, un relato es una forma narrativa cuya extensión
es inferior a la novela. Por eso, el autor de un relato debe sintetizar lo más importante y
enfatizar aquellas situaciones que son esenciales para el desarrollo del mismo. Si en una
novela el escritor pueda ahondar en descripciones, en un relato se busca un mayor
impacto con menos palabras.
A lo largo de la Historia de la Literatura Universal nos encontramos con un amplio
número de autores que han desarrollado su carrera en el ámbito del relato y además con
un importante éxito. Este sería el caso, por ejemplo, del argentino Jorge Luis Borges
que legó a las generaciones siguientes de lectores obras de este tipo tales como “El
jardín de los senderos que se bifurcan”, “El espejo de tinta” o “Utopía de un hombre que
está cansado”.
Pero no es el único escritor de relatos destacable. Asimismo tampoco podemos pasar
por alto la figura del estadounidense Edgar Allan Poe. Y es que el mismo está
considerado como el padre del relato detectivesco, es decir, de aquel tipo de obra de
extensión más reducida que la novela que versa sobre interesantes casos que requieren
que tome protagonismo un investigador que aclare los mismos, ya sean desapariciones o
asesinatos, entre otras cuestiones.
Entre los trabajos que realizó aquel y que se enmarcarían dentro de dicha denominación
se encontrarían, por ejemplo, “El escarabajo de oro”, “El misterio de Marie Roget” o
“Los crímenes de la calle Morgue”. Precisamente este último relato es uno de los más
conocidos y alabados de la carrera de Poe no sólo por ser el primer relato detectivesco
de la historia sino también por la calidad del mismo.
En concreto, en aquel se nos acerca al cruel asesinato de una madre y una hija en París.
La policía será la que asuma el deber de intentar aclarar lo sucedido y dar con el
7. responsable, sin embargo, la incapacidad de la misma para lograr dicho objetivo llevará
a que sea un detective (Dupin) el que se encargue del caso.
Los relatos pueden ser ficticios (como un cuento o una epopeya) o pertenecer al mundo
de la no-ficción (como las noticias periodísticas). Por supuesto, no es lo mismo escribir
(relatar) una obra de ficción que informar acerca de un hecho verídico. De todas formas,
el estilo narrativo del relato se mantiene en ambos mundos.
Cabe destacar que el relato trasciende la literatura y la palabra escrita. Cuando una
persona le cuenta algo a otra, está relatando una situación, es decir, construyendo un
relato.
“Salí de mi casa y, cuando iba a subirme al tren, escucho un grito. Apenas me doy
vuelta para mirar qué había ocurrido, veo que un hombre viene corriendo con una
cartera y una mujer que le grita desde atrás. Entonces no lo dudé: le puse la pierna y el
ladrón terminó cayéndose. Por suerte llegó enseguida un policía y lo esposó. La mujer,
como agradecimiento, me regaló un chocolate”: este puede ser un ejemplo de un relato
oral, donde una persona le transmite una experiencia que vivió a otro individuo.
Definición siguiente
Lee todo en: Definición de relato - Qué es, Significado y Concepto
http://definicion.de/relato/#ixzz3I9viBMyC
"...Pasas de largo
como si el viento soplase sólo para allá..."
9. La prisión
La sombra
Música lenta
Nocturno salvadoreño
Serenata
Viento del olvido
Rosa única
De Desengaños del mago 1961:
Desengaños del mago:
1. Yo vivía en una torre...
2. Déborah: si alguna vez desciendes de los tejados...
3. Antaño fui un mago melancólico...
4. Y llegó el tiempo del murciélago...
5. Al salir me derribaron los coletazos del viento...
Vals gris
Vals verde
De "El vals de los reptiles" 1970:
Dalmacia
Eva
Otros poemas:
El desterrado
Rumor en la nostalgia antigua
Volver a: A media voz
Volver a: Índice L-Z
Pulsa aquí para recomendar esta página
De "Las imprecaciones" 1955
América, no puedo escribir tu nombre sin morirme...
América,
no puedo escribir tu nombre sin morirme.
Aunque aprendí de niño,
no me salen derechos los renglones;
a cada sílaba tropiezo con cadáveres,
detrás de cada letra encuentro un hombre ardiendo,
y no puedo ni cerrar la a
porque alguien grita como si se quedara dentro.
10. Vengo del Odio,
vengo del salto mortal de los balazos;
está mi corazón sudando pumas:
sólo oigo el zumbido de la pena.
Yo atravesé negras gargantas,
crucé calles de pobreza,
América, te conozco,
yo mismo tendí la cama
donde expiró mi vida vacía.
Yo tenía dieciocho años
yo vivía
en un pueblo pequeño,
oyendo el diálogo de musgo de las tardes,
pero pasó mi patria cojeando,
los ahogados empezaron a pedir más agua,
salían de mi boca escarabajos.
Sordo, oscuro, batracio, desterrado,
¡era yo quien humeaba en las cocinas!
¡Amargas tierras,
patrias de ceniza,
no me entra el corazón en traje de paloma!
¡Cuando veo la cara de este pueblo
hasta la vida me queda grande!
¡Pobre América!
En vano los poetas
deshojan ruiseñores.
No verán tu rostro mientras no se atrevan
a llamarte por tu nombre, ¡América mendiga,
América de los encarcelados,
América de los perseguidos,
América de los parientes pobres!
¡Nadie te verá si no deshacen
este nudo que tengo en la garganta!
* * * * *
Años de los castigos
¡Años de los castigos!
¡Años de las prisiones!
¡Años que se comieron las arañas!
No tuve paz,
ni dónde reclinar la cabeza.
Los trenes me llevaban,
entraban a las tumbas,
cruzaban los infiernos,
mas mi corazón salía
de los hornos tiritando.
¡Años de los perseguidos!
¡Años de los flagelados!
¡Años como ratas echadas a morir!
Como piedra atravesé la vida,
las miserias, las prisiones,
anduve por los pueblos,
llegué a la comarca
11. donde el pan sólo se viste de fantasma.
Desde casas vacías,
desde catres solteros,
desde trajes gastados y pálidos deudores,
desde domingos sin nadie con quien pasear,
vengo diciendo que los hombres sufren,
las aguas sufren, las camas sufren.
A verme vienen quejándose las tardes,
las piedras quieren que cuente las pisadas,
el túnel tiene hinchado su único ojo,
toca el gallo su corneta lastimera.
¡Oscura es la vida,
la tierra sólo sirve para enterrarnos!
* * * * *
Epístola de los poetas que vendrán
Tal vez mañana los poetas pregunten
por qué no celebramos la gracia de las muchachas;
tal vez mañana los poetas pregunten
por qué nuestros poemas
eran largas avenidas
por donde venía la ardiente cólera.
Yo respondo:
por todas partes oíamos el llanto,
por todas partes nos sitiaba un muro de olas negras.
¿Iba a ser la Poesía
una solitaria columna de rocío?
Tenía que ser un relámpago perpetuo.
Mientras alguien padezca,
la rosa no podrá ser bella;
mientras alguien mire el pan con envidia,
el trigo no podrá dormir;
mientras llueva sobre el pecho de los mendigos,
mi corazón no sonreirá.
Matad la tristeza, poetas.
Matemos a la tristeza con un palo.
No digáis el romance de los lirios.
Hay cosas más altas
que llorar amores perdidos:
el rumor de un pueblo que despierta
¡es más bello que el rocío!
El metal resplandeciente de su cólera
¡es más bello que la espuma!
Un Hombre Libre
¡es más puro que el diamante!
El poeta libertará el fuego
de su cárcel de ceniza.
El poeta encenderá la hoguera
donde se queme este mundo sombrío.
* * * * *
12. Soy el desterrado
América,
a mí también debes oírme.
Yo soy el estudiante
que tiene un solo traje y muchas penas.
Yo soy el desterrado
que no encuentra la puerta en las pensiones.
Te digo que en las calles
y en las azoteas y en las cocinas,
y al fin de cada día y en mi pecho,
algo está muriendo.
Escúchame:
Yo soy el desterrado,
yo vagué por las calles
hasta que los perros
lamieron mi amor desesperados.
¡Acuérdate de mí!
Hay días que no tengo ganas
de ponerme los ojos,
días en que hasta los pájaros
se pudren a la mitad del vuelo.
¡Amor, amor,
tú no has dormido
en cuartos inmundos;
tú no sabes lo que es vivir
con una mujer que zurce su ropa llorando!
Ay, durante siglos los poetas callaron
y en el silencio sólo se escuchaba
un susurro de abejas que sonaba,
hasta que ya no pudimos más,
y el dolor empezó a mancharlo todo:
la mañana,
el amor,
el papel donde cantábamos.
Un día el dolor
empezó a gotear desde abajo,
daban los muros gritos desgarradores,
una mano amarguísima volcó mi pecho.
Ahora vengo a ti gimiendo,
aquí está mi voz encarcelada debajo de esta frente, derrumbado.
De "Las imprecaciones" 1955
De "Los adioses " 1960
Crepúsculo para Ana
Sólo para alcanzarte escribí este libro.
Noche a noche,
13. en la helada madriguera
cavé mi pozo más profundo,
para que surgiera, más alta,
el agua enamorada de este canto.
Yo sé que un día las gentes
querrán saber por qué hay tanto rocío en las praderas,
yo sé que un día
irán ansiosas a los campos,
seguirán los hilos de los prados,
y a través de las florestas
llegarán hasta mi pecho,
y comprenderán,
-lo siento, estoy sintiéndolo-,
que es mi amor quien platea por ti el mundo en las mañanas,
y verás esta hoguera.
Desde ciudades enterradas,
desde salones sumergidos,
desde balcones lejanísimos,
verás este amor,
y escucharás mi voz
ardiendo de hermosura,
y comprenderás que sólo por ti he cantado.
Porque sólo por ti estoy cantando.
¡Sólo por ti resplandece
mi corazón extraviado!
¡Sólo para que me veas,
ilumino mi rostro oscurecido!
¡Sólo para que en algún lugar me mires
enciendo, con mis sueños, esta hoguera!
¡El Mudo,
El Amargo,
El Que Se Quedaba Silencioso,
te habla ahora a borbotones,
te grita cataratas, inmensidades!
Algún día amarás,
alguna vez
en las lianas de la ternura enredada
comprenderás que cuando el dolor nos llega
es imposible hablar;
cuando la vida pesa, las manos pesan:
es imposible escribir.
Hasta que con los años las escamas se nos caen.
Y un día, al volver el rostro,
vemos a lo lejos,
como remotos barcos encallados,
cosas que creíamos llevar dentro,
y miramos que son musgo los amores más ardientes.
¡El hombre enceguecido
no escucha las campanadas silenciosas de la hierba,
hasta que encuentra en los caminos,
como culebra, su antigua piel,
y reconoce entre las ruinas
su vieja máscara oxidada,
y descubre agujeros rotos
do eran ojos fulgurantes,
14. porque el tiempo crudelísimo
injurió el Rostro Puro,
y los años nos pusieron
anteojos de melancolía,
con los ojos que se mira la ruina,
el otoño,
la grosura de las mujeres!
Surge entonces
el Dolor inextinguible,
cual surge ahora esta voz
que llora por los días hermosos,
cuando la vida era azul.
Porque todo lo que nace ha de morir.
¡No digo más porque me entiendes!
Tú sabes que sólo quiero
que, en algún lugar, leas esta carta,
antes que envejezcan los carteros
que te buscan
a la salida de las iglesias,
entre las recién casadas,
a la hora del jazmín rendido.
¡Quiero que el rayo de mi ternura
traspase con lanza a los que no conozco,
y salte noche hirviendo
a los ojos de los que abran este libro,
y en algún lugar
un día de este mundo,
me oigas
y te vuelvas,
como quien se vuelve extrañado
al sentir detrás el resplandor de un incendio,
y comprendas que estoy ardiendo por ti,
quemándome
sólo para que veas,
desde tan lejos, esta luz!
* * * * *
El rey
No eres nada,
vives oscuro,
en una ciudad perdida.
Pero, de pronto, un día,
al despertar, eres Rey.
Arden musicales
remotos países
avasallados por tu valentía.
Poderoso monarca:
todo lo que tocas es resplandor,
y en tu honor cambian los arcos iris de plumaje.
Y cuando Ella sonríe,
brota agua
en la remota infancia
adonde se asoma,
15. tu pequeña vida ansiosa,
rapaz distante de todo.
Mas viene el Viento
y lo derriba todo:
cristal roto es tu monarquía;
vives en una ciudad malvada;
el tiempo sólo significa
que tus zapatos ya no resisten otro invierno.
Eras Rey
pero ya no te sonríe Esa Mujer.
* * * * *
Elegía de los desconocidos
Ya no nos conocemos, ya no nos entendemos,
¿qué pasa?
Nuestro amor como los árboles daba pájaros.
¿Qué está pasando?
El viento del mar desesperado
agita pañuelos de musgo en las esquinas.
Me voy.
Pañuelo de llorar: mejor me voy.
Al atardecer los pájaros también se van,
viajan a las torres buscando picos tiernos.
A los reptiles, yo.
Al fondo del agua a vivir ardiendo.
Porque para esta sed el agua está vacía,
vacía está el agua para mi corazón sediento.
* * * * *
La casa vacía
Voy a la casa donde no viviremos
a mirar los muros que no se levantarán.
Paseo las estancias
y abro las ventanas
para que entre el Tiempo de Ayer envejecido.
¡Si vieras!
Entre las buganvillas
cansadamente juegan
los hijos que jamás tendremos.
Yo los miro. Ellos me miran.
Mi corazón humea.
Éste es el sitio
donde mi corazón humea.
16. Y a esta hora,
en el balcón, callada,
yo sé que tú también te mueres
y piensas en mí hasta ensangrentarte,
Yo también pienso en ti.
Óyeme donde estés:
por esta herida no sale sólo sangre:
me salgo yo.
* * * * *
La cita
Son las siete;
la calle está oscura;
ya no vendrás.
Aunque llegaras
todas las tardes
a la orilla de esta cita,
y aguardaras, inmóvil,
todas las horas que en el mundo faltan
ya no me hallarás,
porque esperándote perdí mi juventud.
Y no como el guerrero
que las manos moja
en la espuma bermeja de la guerra.
¡No como los ardientes varones que conocí! :
¡Alexander extraviado en la espesura!
¡Gabriel amarrado a los torrentes!
¡Eugenio deshojado a la aventura!
¡Amaro, que un día solo con tu fusil partiste!
¡Os envidio, jóvenes vehementes,
a quienes no bastándoles los crepúsculos,
por mirar llamaradas
incendiaron su propia edad florida!
Yo, miserablemente
perdí mi juventud;
aguardando que cumplieras
la cita de los parques,
gasté los veloces años.
¡Oh cafés humosos donde fingí
leer los diarios de mi feroz melancolía!
Esperándote perdí la juventud
y me pesa.
Son las siete:
y estoy solo.
* * * * *
La lámpara
Como la lámpara olvidada
arde invisible en el día,
así mi corazón se ha consumido
sin que tú lo vieras.
17. Mas ya pasaron para ti las mieses,
y tardos los años,
yo sé que ahora
tus ojos buscan
las huellas bermejas de mi pasión.
Es tarde:
mi corazón calcinado
apenas soporta sus cenizas,
y aunque estás cercana,
y quiero llamarte
mudas están las hogueras
donde antaño ardieron
airadas voces tiernas.
Mi tristeza ya no puede
ni con el peso del rocío.
Es tarde:
la vida se nos gasta en actos vanos
Es tarde:
detrás de mis ojos ya no hay nadie.
* * * * *
La prisión
¡No puedes salir del jardín
donde mi amor te aprisiona!
Presa estás en mí.
Aunque rompas el vaso,
seguirá intacta
la columna perfecta del agua;
aunque no quieras siempre lucirás
esa corona invisible
que lleva toda mujer a la que un poeta amó.
Y cuando ya no creas en estas mentiras,
cuando borrado el rostro de nuestra pena,
ni tú misma encuentres tus ojos bellísimos
en la máscara que te preparan los años,
a la hora en que regatees en los mercados,
los jóvenes venados vendrán a tu Recuerdo
a beber agua.
Porque puede una mujer
rehusar el rocío encendido del más grande amor,
pero no puede salir del jardín
donde el amor la encerró.
¿Me oyes?
No puedes huir.
Aunque cruces volando los años,
no puedes huir:
yo soy las alas con que huyes de mí.
* * * * *
18. La sombra
Como el centinela
que en la agreste torre
lucha por no rendir los ojos al invencible sueño,
yo resisto al olvido.
Pero te me vuelves pequeña;
la lluvia moja
las calles de 1943;
la lluvia rompe
el cristal en que te guarda
mi juventud.
¡Miseria de los amantes
que locamente sueñan
eterna la eternidad!
El Día es de espuma,
niebla es la carne,
humo el ayer.
El país luciente
de nuestra juventud hermosa,
el tiempo asoló con sus ejércitos potentes.
Marcial acampó la herrumbre
donde ardió la rosa.
En la memoria sólo una calle queda
por donde caminas lentamente.
Ya casi no te miro,
y el moribundo sol, atardeciendo,
te torna cada día más pequeña.
Pero pasan los años,
y a medida que te vuelves más pequeña,
arrojas una sombra más larga.
* * * * *
Música lenta
Para que tú entres,
a veces de tristeza, el corazón se me abre.
Como una puerta tímida,
para que tú entres, el corazón se me abre.
Pero tú no vienes,
no vuelas más sobre los campos.
En vano mi corazón
a la ventana de su dolor se asoma.
Pasas de largo,
como si el viento
soplase sólo para allá.
Pasa la mañana y no viene la tarde.
Y el corazón se me cierra,
como una mano sin nadie, el corazón se me cierra.
19. * * * * *
Nocturno salvadoreño
La noche era bellísima.
Yo te quería.
San Salvador brillaba entre las flores.
Yo te quería.
La Felicidad nunca tendrá tus ojos azules.
Yo te quería.
Dueña de los Crepúsculos.
Yo te quería.
Pastora de la Brisa.
Yo te quería.
Ruiseñor Malvado.
Yo te quería.
Espuma del Silencio.
Yo te quería.
Agua bajo los Puentes.
Yo te quería.
Olvida los cantos que te escribí.
Yo te quería.
Aun ahora, aunque sea tarde,
y una paloma ciega
vuele para siempre entre nosotros.
Adiós a las bandadas,
adiós al tesoro enterrado en tu infancia,
adiós a las Hadas porque las Hadas no existen.
Ya dije las cosas que dije.
Por las que callo ha de crecerme musgo en la voz.
Cuando termine de contar esta agonía,
otro hombre se levantará de esta mesa.
Tal vez él no recuerde.
¡Pero yo me acuerdo tanto!
¡Si supieras cuánto te recuerdo!
* * * * *
Rosa única
La hierba crece ahora
en todos los crepúsculos donde antes sonreías.
La hierba o el olvido. Es igual.
Entre mi dolor y tu silencio,
hay una calle por donde te marchas lentamente.
Hay cosas que no digo porque ciertas palabras
son como embarcarse en interminables viajes.
Para mi amor siempre tendrás veinte años.
Mientras yo cante en tus ojos habrá agua limpia.
Ya para siempre
mi amor te circunda de cristal.
Puedes morir mil veces.
Inmutable en mi canto estás.
Puedo olvidarte.
20. Mas olvidada, resplandecerás.
¿Qué son las luciérnagas
sino remotas luces
que extintos amadores antaño encendieron?
¿Qué son sino carbones
de hogueras que perduran,
tras que sus caras y sus bocas se rompieron?
Te digo que ni el rocío
con tu rostro se atreverá
No envejecerá la muchacha
que, reclinada en mi sangre,
un día miró una rosa hasta volverla eterna.
Ahora la Rosa eterna está.
Yo la distingo única,
perfecta, en los jardines.
Por las montañas y collados
búscanla gentíos.
Sólo mis ojos que tus ojos vieron,
la pueden mirar.
* * * * * *
Serenata
Íbamos a vivir toda la vida juntos.
Íbamos a morir toda la muerte juntos.
Adiós.
No sé si sabes lo que quiere decir adiós.
Adiós quiere decir ya no mirarse nunca,
vivir entre otras gentes,
reírse de otras cosas,
morirse de otras penas.
Adiós es separarse, ¿entiendes?, separarse,
olvidando, como traje inútil, la juventud.
!Íbamos a hacer tantas cosas juntos!
Ahora tenemos otras citas.
Estrellas diferentes nos alumbran en noches diferentes.
La lluvia que te moja me deja seco a mí.
Está bien: adiós.
Contra el viento el poeta nada puede.
A la hora en que parten los adioses,
el poeta sólo puede pedirle a las golondrinas
que vuelen sin cesar sobre tu sueño.
* * * * *
Viento del olvido
Como a todas las muchachas del mundo,
también a Ella,
tejiéronla
con sus sueños,
los hombres que la amaban.
21. Y yo la amaba.
Pudo ser para otros un rostro
que el Viento del Olvido
borra a cada instante.
Pudo ser,
pero yo la amaba.
Yo veía las cosas más sencillas
volverse misteriosas
cuando Ella las tocaba.
Porque las estrellas de la noche
¡Ella con su mano las sembraba!
Los días de esmeralda,
los pájaros tranquilos,
los rocíos azules,
¡Ella los creaba!
Yo me emocionaba
con sólo verla pisar la hierba.
¡Ah si tus ojos me miraran todavía!
Esta noche no tendría tanta noche.
Esta noche la lluvia caería sin mojarme.
Porque la lluvia no empapa
a los que se pierden
en el bosque de sus sueños relucientes,
y sus días no terminan
y son sus noches transparentes.
¿Dónde estás ahora?
¿En qué ciudad,
en qué penumbra,
en cuál bosque
te desconocen las luciérnagas?
Tal vez mientras escribo,
estás en un suburbio,
sola, inerme, abandonada...
¡Abandonada, no!
En tu ausencia
mi corazón todas las tardes muere.
De "Desengaños del mago" 1961:
Desengaños del mago
22. A Jorge Zalamea
in memoriam
1. Yo vivía en una torre que custodiaban tardes
de susurrantes collares.
Yo acechaba a las caravanas que, al caer
los crepúsculos, entraban en los patios
polvorientas de azul.
Yo jamás dormí.
Tal vez dormí, tal vez soñé que un ruiseñor sediento
secaba los mares.
Tortugas sospechosas empezaron a seguirme.
Yo en las tardes miraba flotar en los estanques
ciudades de ojos magnéticos.
Cada noche la marea depositaba en los árboles
islas dormidas.
Lucy sollozaba por los elefantes enredados en mi
barba.
Lucy era una gaviota.
Yo era un cangrejo, un lirio, un árbol
relampagueante.
2. Déborah: si alguna vez desciendes de los tejados,
si alguna vez emerges de los cementerios donde
vives, y cruzas (ave o demonio) por la Plaza del Oso,
me verás bajo la lluvia esperándote. Porque amé tu
calavera de conejo, amé hasta enloquecer tu rostro
dañino.
Déborah y yo cabalgamos sobre un escarabajo
de ojos penetrantes y en días de tristeza recorrimos
espejos, uniformados de azur.
Déborah se mataba las pulgas mientras yo recitaba
mis grandes cantos.
Sólo una vez me permitió besarla. Fue en los
jardines: la primavera silbaba su tonadilla.
Ella movía la cola, azorada.
Pero tan pronto la besé, sacudió el polen de su falda,
aulló a la luna y huyó por los desfiladeros.
Yo felizmente era un topo, dichosamente excavé
un túnel.
Yo estaba solo amancebado con la luna.
Bien lo sabes, Déborah, mi araña incomparable,
¡Oh mi alondra!
¡Oh mi cítara enlutada!
23. 3. Antaño fui un mago melancólico, panteras
invulnerables me seguían arropadas en sus sedas.
Poblé los cielos de bondadosos monstruos.
Yo tenía veinte años: el año empezaba.
La abominable tripulación puso proa al paraíso.
¡Proa al paraíso, charcos de maldad!
(" ¡Nunca te traicionaré! ¡No me rendiré mientras
chapoteen las sirenas! -mentíale a mi musa".)
Remonté ríos de erizados dientes.
Era el tiempo humeante de mi generación.
Todavía escucho gritar a los unicornios pisados
por la multitud.
El gentío himpla para que abdique.
Pero yo no cambio de plumaje: me niego a iluminar
con mi canto los fétidos establos de la noche.
No más embustes:
que el Poeta se quite el antifaz y muestre su pico
afilado.
Rabiosos ejércitos nos buscan.
Mas yo vuelo hacia el futuro, yo anido en el pasado.
Os prometo: una brisa de alondras refrescará
el infierno.
4. Y llegó el tiempo del murciélago.
En los caminos colgaron a los elfos.
Pintarrajearon a las hadas antes de forzarlas.
Fracasaron mis magias.
Vagué por llanuras de trapo,
Me hinché de moscas como un verano gordo,
Estuve en Samarcanda, la de cabeza sumergida.
Sólo insectos poblaban tu urbe, desesperación.
¡Oh desolado, sólo tu pueblo ciego te miró envejece.
ante las murallas!
Atravesé salones enjoyados donde el tigre husmeaba
tigres gigantescos entre cuyas zarpas pasan ríos
despavoridos.
Huí de aquellas tribus.
24. Llegué a Nínive, la de ojos sangrantes.
La tarde era un pez de tetas fosfóricas: el río
arrastraba imperios de oro danzante:
yo mismo era una serpiente.
Tuve suerte: me amamantó una hembra cuya gordura
a los naturales aniquilaba.
Yo saludo a la que me llevaba muérdago y ratones
frescos a mi cubil, yo celebro a la que lamía mis
cabellos
Oh Nínive vestida con mi dicha.
Nínive de ojos inaccesibles.
Nínive de torres soñolientas.
Nínive donde queda mi corazón ardiendo.
Así empezaron los años de mis inolvidables
desgracias, aquel amor que fue mi ruina.
5. Al salir me derribaron los coletazos del viento
enloquecido por los piojos.
Para vivir compuse canciones: la turba me arrojaba
oro entre los barrotes.
Ya era tarde.
Enfermé.
Agonicé en los bosques. Mi trono era la luna; mi cetro,
el aullido del lobo.
Peinábame el sol, adulábanme sus hipócritas vasallos.
Recliné la frente en las catedrales.
Caían las torres envenenadas
Sangraban los obeliscos.
El mar encaneció, las islas huyeron.
* * * * *
Vals gris
Las torres más valientes
agachan la cabeza
cuando el otoño llega
con el plumaje acribillado.
En otoño los árboles
encienden sus ojos más tristes.
Otoño sin embargo era
25. cuando miré en tus ojos
comarcas donde ardía otro sol.
Agosto, el cojo malvado,
escupía las ventanas;
la niebla graznaba en los tejados.
Pero nosotros caminábamos
-oh praderas, oh puentes-por
países de diamante.
Tus veinte años saltaban como peces
y el corazón merlín se me saltaba.
En el palacio de las luciérnagas
bailamos danzas desgarradoras.
Hoy llega sin ti el otoño
y sin ti los crepúsculos desalentados
sólo saben ponerse sus viejos trajes.
Los pájaros idiotas
repiten verdosos
las canciones de ayer.
Lentas cruzan el cielo
las tardes astrosas.
Pobre el mundo:
sólo tú autorizabas lo maravilloso.
Vivir es largo.
Ave carnicera es la Melancolía.
* * * * *
Vals verde
A Rubén Bonifaz Nuño, en memoria de
los días que galopamos por los desiertos
allá lejos.
No viajaremos
a países de cabellera incandescente.
No partiremos,
no saldremos de la ciudad ululante.
Bajo los árboles vertiginosos del crepúsculo,
vestidos de viudos, hemos de vernos.
En las estepas de los gentíos
me verás, te veré, nos veremos.
Y alrededor de nosotros
los recuerdos de pico ensangrentado.
Las hélices amarillas del otoño
degollando pájaros inocentes.
26. Cierta tarde -cualquier tarde-en
una esquina nos desconoceremos.
Y por calles diferentes
a la vejez nos iremos.
De "El vals de los reptiles" 1970
Dalmacia
Como Jonás viví mi juventud en el vientre
de Dalmacia.
Brisas eran mis cabellos, tifones mis cejas.
En tu vientre más alto que Orión millones
de estorninos revoloteaban.
Yo me sumergía a buscar pececillos, recorría
ramblas, penetraba a los iglúes a dormir con
ondulantes hembras.
El viento de marzo quiebra los frascos
donde Dalmacia guarda nuestros fetos.
Villanos: éste es el tiempo en que menstruan
los años.
Éramos felices: por nuestros anillos Saturno
saltaba dichoso.
Jaulas de alisios, auroras palpitantes
Dalmacia me traía.
Pero faltaron las brisas, las pestes
despoblaron los mares.
Bajo soles negros, la lengua seca, vagamos
por océanos calvos.
Dalmacia agonizante me vomitó sobre las playas,
Yo quise besarla,
hacia países verdes en brazos conducirla.
Yo grité desde los acantilados:
¡Dalmacia, es difícil vivir!
¡Es difícil llevarse a los labios tazas
humeantes de sueños!
No me oía.
Entre los témpanos nadaba para siempre neblina.
* * * * *
Eva
Entre todas las doncellas que pastan
en los patios del Sofista ninguna más hennosa
27. que Eva,
Eva, la del cuello especialmente creado
para ramonear hierba en otros planetas.
Eva,
ahora sólo eres un agujero donde el zorro
esconde sus tesoros epilépticos.
Eva,
por tu anillo
pasaban tiritando, el falo erecto, los planetas
iracundos.
Eva y yo a picotazos disputábamos
los gusanillos de los años.
Ustedes son jóvenes,
ustedes nunca sabrán cómo era este
poblado en el tiempo en que la ciudad vivía
colgada del rabo de los purísimos mandriles.
La corniveleta muchacha llegaba.
Hervía la ciudad.
En los billares pastan las calumnias,
en los circos cacarea la arena.
Me saltan las lágrimas cuando el Dandy
me conduce a los balnearios donde Eva los
obeliscos de nuestra pasión empollaba:
Por las playas buscábamos delirios, quizás estrellas,
megaterios.
Decenios recorrimos las arenas
hasta reconocer tus ojos en una malagua.
Eva: tu belleza ofendió a las matronas.
El Inquisidor mandó desnudarte: en tus senos
los alguaciles descubrieron huellas de los mordiscos
del Giboso.
El gentío aulló: esa misma tarde te condujeron
a la hoguera.
Desde entonces ardes
y a veces en las noches me despiertan
los chillidos de tu calavera azul.
Otros poemas:
El desterrado
Cuando éramos niños,
28. y los padres
nos negaban diez centavos de fulgor,
a nosotros
nos gustaba desterrarnos a los parques,
para que viéramos que hacíamos falta,
y caminaran tras su corazón
hasta volverse mas humildes y pequeños que nosotros.
Entonces era hermoso regresar!
Pero un día
parten de verdad los barcos de juguete,
cruzamos corredores, vergüenzas, años;
y son las tres de la tarde
y el sol no calienta la miseria.
Un impresor misterioso
pone la palabra tristeza
en la primera plana de todos los periódicos.
Ay, un día caminando comprendemos
que estamos en una cárcel de muros que se alejan...
Y es imposible regresar.
Rumor en la nostalgia antigua
Cuando la luz cansada de embestir al día
vara en los muelles su cadáver dorado,
y está el silencio entre los ausentes
y las golondrinas,
poniendo huevos lentos,
¿vuelve el agua a los pétalos del rayo?
¿torna el cristal a desplumarse en la azucena?
¿escuchas al otoño, bandada por bandada, aterrizar
entre los resortes ruinosos del poniente,
me oyes llegar pisando el olor que humea
de las manzanas sumergidas, me escuchas...?
Yo recuerdo que el día en que la luciérnaga
se puso su anillo de barcos perdidos,
el tiempo bajó a mirarte hasta las cosas mudas.
¿Quién se acordó entonces del rocío sujetando
a las palomas ?
¿quién racimo de planetas enfermizos ?
¿quién soledad desfondada por los muertos?
¿ quién cuchillo afilado en la luna?
Era el mes de las olas arrodilladas esperando
tu corona.
Era la mitad desde el plumaje deshecho de la tarde,
desde las corrientes, desde el olvido.
Y ahora estoy en medio de los meses invadidos
29. entre las finales cáscaras del día!;
oigo que te pones el vestido sucio de un fantasma,
siento que un sol ciego
te llueve con plumas aguas, y ya no te conozco.
¿Quién, pues, eres tú que desaguas eternamente
al otoño con tu cubo ?
¿quién que enroscas tu barba al horizonte?
Ésta es la hora
en que la luz se arranca las pestañas
tirita el lirio en la cama polvorienta del relámpago,
viaja el toro al dorso del bramido.
Ésta es la hora
en que a tu isla de párpados recién cernidos
llega la lluvia desangrándose de ruiseñores.
¡A ver la niebla, que él está mirando!
¡A ver la hierba, que yo no tengo la culpa
que empañe el paisaje como un vaso!
¡Ah, combatiente, qué dirías si vieras
el resplandor que te encuaderna las entrañas!
¡Ya no es posible que no sepas que tus dedos
emergen de los golfos trayendo aquí
todos los días una flor de luz petrificada!
¡Ya no es posible, ni tampoco quiero,
que mi corazón se vaya
en el carruaje amarillento de las hojas!
Mas no lloradlo.
A Él lo construye perpetuamente el agua.
En el principio, cuando la lágrima vuelve
a su trono transparente, lo edifica
el viento que borra los sepulcros.
¿Qué lo han visto en los malecones
por donde llega el otoño,
de jazmín en jazmín desde el fondo de la tierra?
Levántate,
las gentes no quieren creerme
que por todas partes limitas con el alba,
que estás en la gota donde, ya en ruinas,
agitando los brazos se despide el horizonte...
* Publicado en "La Tribuna", el domingo 5 de septiembre de 1948
BIOGRAFIA DE MANUEL SCORZA
Nació en lima en 1929.
La mayor parte de su infancia la paso en Huancavelica, la tierra natal de sus
padres, donde hizo sus estudios primarios.
Los estudios secundarios los culmino en el colegio militar Leoncio prado, junto
al novelista Mario vargas llosa.
Estudio en la facultad de letras de la universidad nacional mayor de san
marcos.
Incursiono con mucho éxito en el campo de la poesía y así como también en la
narrativa o novela.
30. Participo activamente en la política. Fue militante del FOCEP que lideraba el
doctor Genaro Ledesma Izquieta.
En 1956 recibió el premio nacional de poesía.
Fue un gran editador de libros populares. Dirigió la “Colección de Autores
Peruanos”.
En 1983, al retornar al Perú con el propósito de colaborar en las campañas
políticas de la Izquierda Unida, el avión en el que venia sufrió un accidente,
falleciendo a los 54 años.
OBRAS LIETERARIAS:
Novelas:
- Redoble por Rancas.
- Historia de Garabombo, El Invisible.
- El Jinete Insomne.
- El Cantar de Agapito Robles.
- la tumba del relámpago.
Poesía:
- Las Imprecaciones.
- Los Adioses.
- Desengaños del Mago.
- Réquiem para un Gentilhombre.
Lea tambien:
Entrada más recienteEntrada antigua
Siguenos en facebok
Poemas por categoria
A la Bandera Peruana
Al Peru
A Santa Rosa de Lima
A la Mujer
Adios
Amor
Autobiograficos
Autoestima
Amor prohibido
Celos
Desamor
Dia del padre
Dolor
Despedida
Distancia
Enamorados
Espera
Muerte
Superacion
Románticos
Te Amo
Para reflexionar
31. Dia de la Madre Para ti
Poetas destacados
Abraham Valdelomar
Alfonsina Storni
Almafuerte
Amado Nervo
Antonio Cisneros
Antonio Machado
Antonio Plaza
Arturo Borja
Blanca Varela
Carlos A. Salaverry
Cesar Vallejo
Federico Barreto
Federico Garcia Lorca
Felix Lope de Vega
Fray Luis de Leon
Gabriela Mistral
Gustavo Adolfo Becquer
Jose Angel Buesa
Jose Santos Chocano
Jorge Manrique
Jose Marti
Manuel Gonzalez Prada
Manuel Maria Flores
Mariano Melgar
Mario Benedetti
Martin Adan
Martin Galas
Nicomedes Santa Cruz
Octavio Paz
Pablo Neruda
Pedro Calderon de la Barca
Rubén Darío
Sor Juana Ines de la Cruz
William Shakespeare
Poemas mas leidos
Yaravi el ultimo adiós
Versos sencillos
Versos para ti
Te amo
Te quiero como a nadie
Sufre
Sin corazon
Quiero ser en tu vida
Poema 20
Poema del adiós
Poema de la despedida
Poema de la espera
Por que te amo
Pasion
Para la esposa ajena
No te olvido
La despedida
Los motivos del lobo
Los heraldos negros
La niña de guatemala
La casada infiel
Juventud divino tesoro
El desprecio
El día que me quieras
El beso
Elegia para mi y para ti
Carta a usted
Caminante
Besos
Así, verte de lejos
Antes que tú
Amor verdadero
Amor eterno
Amar sin ser querido
Acuérdate de mí
62. ¿Y quién fue Manuel Scorza?
5 septiembre, 2013 Arte y Cultura, Educación, Efemérides, Recursos Educativos 12 Comments
El próximo lunes 9 de septiembre, Manuel Scorza estaría
celebrando su cumpleaños número 85 uno de los escritores más importantes del país. Su
nombre, asociado durante los últimos años de su vida a la acción política -fue candidato a la
vicepresidencia en 1980 por un entonces conocido movimiento de izquierda- y el ácido debate
con colegas escritores comoMario Vargas Llosa y periodistas comoCésar Hildebrandt, es
ahora identidad de diversas instituciones educativas en Lima y provincias, siendo
particularmente conocida la que se ubica en el populoso distrito de San Juan de Lurigancho.
Un trágico accidente aéreo acabó con su vida de manera anticipada, y dio inicio a su leyenda
artística, la misma que ha sido sistemáticamente acallada por los medios convencionales y
gubernamentales, a pesar de la importancia que tuviera en campos como el editorial y el de
gestión cultural, con trascendentes contribuciones al fomento de la lectura popular. Pero ¿quién
fue realmente Manuel Scorza? Lo sabremos en estas notas biográficas escritas por Jaime
Guadalupe Bobadilla, conocedor de su obra:
Manuel Scorza Torre (Lima, 9 de septiembre de 1928) es uno de los escritores más relevantes
de nuestra literatura. Su estética literaria es magistral no solo por su audacia e innovación, sino
porque también es consustancial a la permanente brega por un país superior, por un mundo
diferente. Fue genial poeta y novelista, visionario editor-promotor cultural, y, a la vez,
indoblegable luchador social humanista.
Su poesía, de la que el cambio social y el amor son pilares inconmovibles, es una de las más
elevadas de Perú y América Latina. Está formada por Canto a los mineros de
Bolivia (1952); Las imprecaciones (1956); Los adioses (1960);Desengaños del
Mago (1961); Réquiem para un gentilhombre / Elogio y despedida a Fernando Quíspez
Asín (1962); Cantar de Túpac Amaru (1969); El vals de los reptiles (1970); Lamentando que
Hans Magnus Enzensberger no esté en Collobrièrs (1973); Palabras de Nicolás
Centenario (1977); A César Calvo agradeciéndole que esté aquí (1977).
Sus novelas, antológicas todas, son Redoble por Rancas (1970);Garabombo, el
Invisible (1972); El jinete insomne (1977); Cantar de Agapito Robles (1977); La tumba del
relámpago (1979) -integrantes de la pentalogía La guerra silenciosa-; y La danza
63. inmóvil (1983). En estas obras, que han sido traducidas a más de cuarenta idiomas, Scorza ha
enaltecido la persistencia y el heroísmo popular en la lucha por la justicia social y la liberación
nacional.
Como editor-promotor realizó, en el Perú y varios países de América Latina -cuando tenía 28
años-, una de las más gravitantes e históricas cruzadas culturales y educativas: los
legendarios Festivales del Libro (1956, 1957, 1958) y Populibros Peruanos (1960, 1961,
1962, 1963), únicas en su género, grandiosas realizaciones aún no igualadas, y más si
comparamos las cantidades de habitantes y los avances tecnológicos de su época con la
actual.
Los Festivales del Libro eran colecciones con las obras más importantes de los mayores
literatos y pensadores de cada país y del extranjero, en entregas de ocho o más títulos. En el
Perú, fueron cinco Festivales del Libro (un millón trescientos mil ejemplares en total); tres en
Venezuela (ochocientos cincuenta mil); dos en Colombia (setecientos cincuenta mil); uno en
Cuba (doscientos cincuenta mil vendidos en diez días-); uno en Ecuador (ciento cincuenta mil);
y un Festival del Libro Centroamericano (doscientos mil).
En los aún más protagónicos Populibros Peruanos llegó a publicar más de sesenta libros, en
ocho series de cinco y más títulos cada una, con casos en que un libro estaba conformado por
dos tomos, además de diez títulos individuales. Aquí y en todos los países en que se editaron,
todas, absolutamente todas las colecciones de Festivales del Libro y Populibros Peruanos
fueron adquiridas masivamente, se agotaban con inusitada rapidez…
Estas proezas editoriales fueron decisivas para que el Inca Garcilaso de la Vega, Manuel
González Prada, José Carlos Mariátegui, César Vallejo yJosé María Arguedas, entre otros,
sean realmente conocidos y valorados en nuestra patria e internacionalmente. Por vez primera,
Festivales del Libro y Populibros Peruanos pusieron sus obras capitales en manos de la gente
sencilla, de los hombres y mujeres de a pie, de los trabajadores y la juventud; en suma, de todo
nuestro pueblo.
No solo ello: también consagraron a meritorios escritores e intelectuales del país: Ciro
Alegría -cuya nombradía se acrecentó-, Oswaldo Reynoso, Mario Vargas Llosa, Julio
Ramón Ribeyro, Sebastián Salazar Bondy, Juan José Vega, entre otros. Y también
popularizaron entre nosotros a autores cumbres de otros países: José Martí, Rubén Darío,
Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, Pablo Neruda, Jorge Icaza, Gabriel García Márquez, William
Shakespeare, Oscar Wilde, Fiodor Dostoyevski, Anton Chejov, Gustave Flaubert, Jean Paul
Sartre, Edgar Allan Poe, Ernest Hemingway.
La tenaz e inclaudicable forja de su obra le valió merecidos reconocimientos. Entre estos, en
1955, los tres primeros lugares de los Juegos Florales Internacionales por el Cuarto Centenario
de la Universidad Nacional de México, cuando estaba deportado en aquel país por la
dictadura odriísta. Ahí también, en junio de 1954, renunció pública e irrevocablemente al
partido aprista, mediante ¡Good bye, mister Haya!, valerosa carta abierta que constituye una
irrefutable interpelación de integral validez.
En 1956, de retorno al Perú, se le otorgó el Premio Nacional de Poesía por Las
imprecaciones. En 1971 fue finalista del Premio Internacional Planeta por la mundialmente
célebre Redoble por Rancas. En realidad, el primer lugar le fue negado deliberadamente,
como categóricamente afirman todos los que conocen esta arbitrariedad, la que, por cierto,
también es otro mérito para él y su legendaria novela.
64. La vida de Manuel Scorza terminó de manera abrupta, aquel aciago 27 de noviembre de 1983,
en el accidente del Aeropuerto de Barajas (Madrid, España), cuando retornaba desde París a
residir definitivamente con nosotros, tras una breve escala en Bogotá, donde expondría en un
encuentro de escritores latinoamericanos.
Su sepelio fue fervoroso, multitudinario. Por esta desgracia, el Perú perdió a su primer
candidato al Premio Nobel de Literatura, pues desde 1979 Manuel Scorza Torre ya estaba
entre los nominados a esa cima universal.Manuel Scorza y su multifacética obra son,
invariablemente, clásicos de la literatura nacional e internacional, que merece ser conocida y
valorada por las nuevas generaciones.
Compartir:
Facebook
inShar e
12 Responses to ¿Y quién fue Manuel Scorza?
1. Micaela Monje Padilla dice:
6 septiembre, 2013 a las 4:33
Manuel Scorza poeta y escritor, sobre todo peruano.
Responder
2. laura Cosme S dice:
8 septiembre, 2013 a las 2:00
Un brillante periodista.
Responder
3. Rómulo Carrasco dice:
8 septiembre, 2013 a las 4:05
Fue un novelista , poeta y editor peruano de la Generación del 50, atento a los fenómenos
sociales y auscultado de problemas del momento de la nación peruana.Un gran hombre y
peruano sobre todo
Responder
4. Maritza Gomez dice:
8 septiembre, 2013 a las 4:57
Manuel Scorza fue un novelista , poeta y editor peruano de la Generación del 50, atento a los
fenómenos sociales y auscultador de problemas del momento de la nación peruana .
Responder
65. 5. Victoria Mimajrez dice:
6. anuel Scorza condenó su pluma al
escoger como principio vital de la
misma la defensa de la causa
indígena en el Perú. Y digo condenó,
porque la literatura política
indigenista ha sido concebida por el
mundo cultural como una literatura
marginal. Difícil que el espíritu
burgués y cosmopolita de nuestros
escritores se fijara con respeto en
una literatura que defendía una causa
perdida y ajena.
7. Pero Scorza escribía por compromiso ético. No era el
ansia de laureles lo que lo impelía a escribir, lo
impulsaba la absoluta seguridad de que su literatura
aportaba importantemente a la causa del
campesinado indígena: sus maestros, sus hermanos.
El móvil de la literatura de Scorza fue la defensa de
la identidad y los derechos de su pueblo. Pero,
demostrar que la literatura de Scorza es una literatura
políticamente comprometida con la causa de las
comunidades indígenas del Perú no aporta nada a la
crítica que existe sobre ella, pues este compromiso
define su estética y su vida. Lo que sí es importante
es mostrar los múltiples mecanismos a través de los
cuales Scorza compromete su literatura y busca
comprometer al lector con la causa indígena. Este
trabajo se propone evidenciar uno de ellos. La
definición de éste nos permitirá precisar con más
profundidad el constructo ideológico que define la
construcción de mundo en las novelas.
8. Vamos entonces a hacer un análisis de la pentalogía
de Scorza, para mostrar cómo la estructura de héroes
y antihéroes construye la oposición al poder
terrateniente, y, lo fundamental, cómo esta estructura
común a las cinco novelas encarna una ideología y
una interpretación de la realidad peruana. Es decir, el
constructo ideológico del texto, la lectura que de la
realidad hace la pentalogía, se vehiculiza a través de
esta estructura.
9. 1. El héroe
66. 10. En cada una de las cinco novelas hay un sujeto sobre
el que recae principalmente la responsabilidad del
compromiso heroico, y que se define, a excepción de
la última novela, por su condición sobrenatural:
en Redoble por Rancas, Héctor Chacón (el
nictálope); en Garabombo el Invisible, Fermín
Espinoza (el invisible); en El Jinete Insomne,
Raymundo Herrera (el insomne); en El Cantar de
Agapito Robles, Agapito Robles (el mutable); en La
Tumba del Relámpago, Genaro Ledesma.
11. Estos héroes se configuran en función de la
oposición al poder del gamonalismo.1 Confrontación
que se da en dos dimensiones: en su accionar y en su
caracterización.
12. Sobre la primera, baste decir que toda la vida de los
héroes se configura en función de esta oposición: el
héroe casi no hace nada distinto de buscar la
destrucción del opresor para dignificar a la
comunidad. De ahí que su vida privada es casi
imperceptible, y sus conflictos sean los de la
comunidad (la primera categoría del héroe de que
hablaba Lukacs en su Teoría de la novela).
13. Es la segunda dimensión de este esquema de
oposición la que va a evidenciar con más claridad el
soporte ideológico que define la construcción del
héroe. El héroe de la primera novela, Héctor Chacón,
aparece dotado de una condición maravillosa:
la nictalopía. Condición que tiene como propósito
único facilitar la acción de Chacón contra el Juez
Montenegro (Encarnación máxima del poder
gamonalista). Su nictalopía le facilita el
desplazamiento en medio de la más espesa
oscuridad, lo que le permite organizar la lucha, huir
de los heraldos nefastos de Montenegro, etc. En esta
novela el héroe es acompañado de otros dos héroes
prominentes, que también están investidos de
poderes especiales: el Ladrón de Caballos y su
conocimiento del lenguaje caballuno; y el Abigeo, de
sueños premonitorios. Estos héroes también ponen
sus poderes al servicio de la oposición al poder, su
función en el texto es ayudar a desarrollar el
programa narrativo del héroe:
14. El doctor Montenegro vivía vigilado por los fusiles
de La Benemérita Guardia Civil y la desconfianza
de cuatrocientos compadres. ¿Podían vencerlo cinco
67. hombres? Así hablan las lenguas largas. Hablan por
hablar. Efectivamente, eran cinco varones contra
cuatrocientos armados, pero eran cinco machos
especiales.
Para principiar , Héctor Chacón, el Nictálope, veía
igual de día que de noche; sus ojos distinguían lo
mismo la oscuridad que la claridad. ¿A qué trampas
podía arrastrar a la Guardia Civil? El Ladrón de
Caballos y el Abigeo taimadamente organizaban una
reunión de equinos en Yanahuanca» (Redoble por
Rancas:214). 2
15. El héroe de la segunda novela, Fermín Espinoza
(Garabombo), también sufre de una enfermedad
maravillosa: la invisibilidad. Esta condición especial
del héroe no sólo está al servicio de la lucha (Como
la de Héctor Chacón), sino que encarna la
enfermedad de su pueblo: la cobardía.
Garabombo es invisible para todos aquellos que
están del lado de los hacendados, de los opresores,
pero es visible para los oprimidos que se rebelan.
Garabombo se hace visible a los opresores cuando
reclama, cuando el pueblo se puebla de valor, cuando
lucha:
16. ¡Lo veían! La multitud exhaló algo tramado por el
alivio, el regocijo y la angustia. ¡Lo veían!
Garabombo cumplía su promesa: era visible. ¡Nadie
los derrotaría! 'Ni herbolarios ni brujos me curarán.
¡El día que ustedes sean valientes me curaré! ¡El día
que comande la caballería comunal!' Una
certidumbre más poderosa que los roquedales los
irguió» (Garabombo el Invisible:195).
17. La invisibilidad de Garabombo es el resultado del
silencio, de la cobardía, de la inacción de la
comunidad. Y su cura ocurre cuando los comuneros
exigen sus derechos. Es decir, sólo el día en que el
pueblo indígena se levanta y lucha por sus tierras,
sólo el día que se sobrepone a su cobardía y enhiesta
corajudo la bandera de sus derechos, sólo el día que
recupera su dignidad es escuchado, se hace visible a
los ojos de los opresores. Garabombo es pues la
metáfora del problema indígena en el Perú: su
inexistencia para el gobierno y la sociedad
dominante.
18. Con Raymundo Herrera (el insomne) ocurre lo
mismo que con Garabombo, su condición
maravillosa no sólo está al servicio de la acción del
68. héroe contra los opresores sino que encarna el
problema del indio; pero con Raymundo este efecto
simbólico de la enfermedad es más denso y
fundamental. Cuando son arrebatadas las tierras de la
comunidad en el año de 1705, se detiene el tiempo
para Raymundo Herrera (tenía 63 años) y contrae la
enfermedad del insomnio, de la que sólo se cura el
día que su comunidad se decide a luchar, 257 años
después. El jinete insomne es un fantasma
extraordinario, cuya razón de ser es increpar a la
comunidad, es una sombra que deambula en su
caballo incitando a la lucha, organizando a la
comunidad, recordándoles su pasada dignidad de
pueblo soberano y su presente indignidad de pueblo
desposeído. El día que se trazan los planos de la
comunidad, se rescatan los títulos de la tierra y el
pueblo inicia su lucha contra los terratenientes,
Raymundo Herrera recupera el sueño, y muere:
19. No sólo el antiguo Chapihuaranga se volvió rojo.
Los Requis me dicen que el día del entierro de don
Raymundo Herrera, las corrientes se tiñeron en las
alturas. El suegro de los Guadalupe cuenta que por
su rumbo, cerca de la cordillera Culebra, además de
teñirse, los ríos se encabritaron. 'Magdaleno, yo no
estaba bebido. Te juro que vi al río Culebra
arrodillarse. Se prosternó e intentó regresar a su
nacimiento. ¿Ves como corre ahora para acá? Pues
durante tres días quiso correr hacia allá, hacia el
cerro Wayracóndor» (El Jinete Insomne: 243).
20. El jinete insomne nace de la usurpación y muere en
la recuperación: la vida del jinete es igual a la vida
de la comunidad desposeída, él es la memoria del
abuso. Su enfermedad es la enfermedad de la raza
incaica: su expulsión de la historia.3 El pueblo
indígena desposeído es un pueblo sin historia, «[los
indios] fueron expulsados de ella por la fuerza de las
armas».4 La muerte de Raymundo Herrera es el
reencuentro de la comunidad con la historia.
21. Al contrario de los héroes de las tres novelas
anteriores, el héroe de la cuarta novela, Agapito
Robles (el mutable) no sufre de una enfermedad
maravillosa. El poder de transmutarse es una
invención de una bruja de la comunidad:
22. Agapito palideció. Las autoridades políticas de
Yanahuanca, incapaces de capturar al personero,
habían acabado por admitir lo que divulgaba
69. Victoria de Racre: que Agapito Robles había
recibido autorización para convertirse en puma.
Un delator había revelado al juez que, acabando una
sesión, para demostrar su poderío, Agapito Robles
se había convertido en puma» (El Cantar de
Agapito Robles: 123).
23. Agapito Robles no se va a curar el día de la
reivindicación de la comunidad, el día que tomen
posesión de la tierra; su condición especial, su poder
de transmutarse en puma, es una invención, una
estrategia de lucha. Nos enfrentamos entonces a un
héroe distinto del héroe mítico de las tres novelas
anteriores. En El Cantar de Agapito Robles, el héroe
desciende del plano mítico a la leyenda. Pero
esta inventada condición especial, al igual que las
enfermedades maravillosas de los otros héroes, tiene
su razón de ser en la oposición al poder: es este
atributo de la transmutabilidad el que le permite a
Agapito escurrirse por todos los rincones y organizar
la lucha contra los terratenientes. Es decir, cambia la
caracterización del héroe pero se mantiene el mismo
funcionamiento textual. Y, Junto con este cambio en
la caracterización del héroe, aparece un cambio en la
percepción del problema del indio: Agapito Robles
no reclama las tierras, no busca que las autoridades
le restituyan sus derechos, su decisión es tomar por
la fuerza las tierras usurpadas. Agapito no encarna la
situación de la raza indígena, sino la voluntad y la
acción de la dignificación, ya no representa el
silencio sino el grito, no la cobardía sino la valentía,
no la sumisión sino la lucha. Ya no reclama como
los héroes precedentes,recupera; ya no pide justicia,
la impone:
24. Doscientos cincuenta y siete años Yanacocha había
reclamado, suplicado, gestionado, esperado,
conminado que se le hiciera justicia. Alto de
claridad, Agapito comprendió: ¡Yanacocha se había
equivocado! El título por el que se inmolaron tantas
generaciones, era sólo papel apagado.
Despidiéndose, el Título hablaba por última vez:
toda reclamación es insensata. Yanacocha sólo
recuperaría su país por la fuerza. El día atravesó su
corazón. Y Agapito decidió que Yanacocha no
imploraría nunca más» (El Cantar de Agapito
Robles:14).
70. 25. Hay pues un cambio en la condición del héroe y un
cambio en su concepción del problema de la
comunidad. Ya no se trata de que los vean sino de
que sientanel poder de la comunidad erguida.
26. El héroe de Tumba del Relámpago es un héroe
distinto de los cuatro héroes anteriores: no pertenece
a la comunidad, ni sufre ninguna enfermedad
maravillosa. Sin embargo, tiene el poder de organizar
a todas las comunidades para la protesta. Ya no se
trata de una comunidad reclamando unas cuantas
hectáreas de tierra, se trata de las comunidades
indígenas unidas para recuperar la tierra usurpada;
estas comunidades tienen cada una su propio héroe, y
todos ellos esperan las órdenes de Genaro Ledesma.
27. Ledesma es un abogado de pueblo que sigue con
fervor las ideas del socialismo americanista de
Mariátegui, lector apasionado de César Vallejo y
amigo de Manuel Scorza (el escritor peruano). Para
él es claro que el problema del indio es el problema
de la tenencia de la tierra, es el gamonalismo el que
tiene condenadas a las comunidades indígenas.
Siguiendo las ideas de Mariátegui, Ledesma
concluye que mientras se mantenga el esquema
socioeconómico del latifundio (además enfeudado a
capitales extranjeros), las comunidades indígenas
nunca obtendrán justicia. Por eso acepta dirigir a las
comunidades, pero se da cuenta de que éstas no están
preparadas para una lucha armada, de que el
problema del indio es un problema nacional e
internacional, y de que se necesita el concurso de
toda la sociedad peruana para enfrentarlo: si el
problema del indio es el latifundio, y el Perú
mantiene una economía agraria feudal manipulada
por intereses extranjeros, no es una mal equipada
comunidad indígena enfrentada a todas las fuerzas
del estado la que lo va a resolver. Al final Ledesma
entiende que el único resultado posible es el fracaso
y una masacre campesina más:
28. —De todas maneras nos van a matar. ¡Debemos
morir matando! —insistió Roque.
—No se trata ni de matar ni de morir. Se trata de
vivir para tomar el poder.
—¡Genaro...!
—¡Dije que no, carajo! Antes de enviar gente a la
muerte, con uniforme o sin uniforme, prefiero que
71. me fusilen. ¡Prefiero morir inocente y no vivir
culpable! (La Tumba del Relámpago: 257).
29. Si hacemos un análisis más profundo de cada uno de
estos cinco héroes encontraremos en sus
funcionamientos textuales la clave ideológica que
rige la construcción de mundo en la novelística de
Scorza.5 Ya hemos dicho que el héroe, tanto por su
configuración como por su recorrido narrativo, se
define en su oposición al poder terrateniente. Ahora
bien, los héroes de las primeras tres novelas sufren
enfermedades maravillosas que encarnan la cobardía,
el despojo y la vergüenza de la raza incaica; los
héroes principales de las otras dos novelas se
construyen de manera distinta: la transmutabilidad de
Agapito Robles es un invento, no tiene un carácter de
verdad, y Genaro Ledesma no está investido de
ningún poder maravilloso. Vemos entonces cómo los
tres primeros héroes se configuran en el mito, el
cuarto en la leyenda y el útimo en el plano histórico.
Otra característica común es que el héroe siempre
fracasa en su empeño y este fracaso se resuelve
siempre en una masacre de la comunidad a manos de
las fuerzas al servicio del poder terrateniente: hay
pues un mismo esquema rigiendo la construcción y
el accionar del héroe:
30.
31. Indudablemente estamos asistiendo a un abandono
paulatino del mundo mítico para entrar en el mundo
histórico. Es decir, aparte del recorrido narrativo del
héroe particular de cada una de las novelas, tenemos
otro recorrido narrativo: el del héroe como
construcción textual de toda la pentalogía, que
desciende del mundo mítico al mundo histórico. Y es
en este segundo recorrido narrativo o supra-recorrido
donde está la clave ideológica del texto.6 El
desasimiento del mundo mítico y aferramiento al
mundo histórico encarnan un cambio de perspectiva
en el entendimiento del problema del indígena: de
entender éste como un problema cultural (al estilo
del indigenismo tradicional) a entenderlo como un
problema fundamentalmente socioeconómico,
72. fundamentado en el régimen de distribución y
explotación de la tierra. Este es el llamado
neoindigenismo de Manuel Scorza (aunque él no
aceptara esta denominación).7 Pero bien, la acción
heroica, tanto del héroe mítico como del héroe
histórico, termina en el fracaso y en una masacre más
de indígenas. ¿Acaso la lucha comunera está
condenada al fracaso, no importa la perspectiva
ideológica desde la que se conciba? La acción
heroica claramente nos dice que sí. Veamos cómo
nos contesta a esta pregunta el análisis del antihéroe.
32. 2. Estructura de la
acción del antihéroe
33. Aunque en Redoble por Rancas aparece el niño
Remigio, es en Garabombo el Invisible donde se
desarrolla plenamente y adquiere más claridad su
funcionamiento textual; Remigio es pues el antihéroe
que atraviesa las dos primeras novelas. En El Jinete
Insomne aparecen dos antihéroes: Tupayachi y el
Ingeniero. En El Cantar de Agapito Robles y en La
Tumba del Relámpago aparece una antiheroína:
Maca Albornoz.
34. Remigio es un personaje ambivalente. Para sí mismo
es un intelectual, un poeta, un hombre con una
profunda sensibilidad y espíritu crítico; pero, para los
demás, es un bufón asqueroso, atrapado en una
sentina de complejos y humillaciones. Frente a esta
inconsistencia entre la imagen que él tiene de sí
mismo y la imagen que de él tienen los otros,
Remigio se sumerge en una profunda irrealidad, en
un mundo imaginado para sí mismo. En este juego
de caracteres que lo constituyen, Remigio se erige
como un sujeto que confronta al poder desde el
humor:
35. * En su demencia de personaje culto, a través de sus
cartas y discursos irónicos. En un estilo mordaz,
angustiante, penetrante, las palabras son el arma para
combatir la injusticia, para enfrentar la dura realidad
de amos y verdugos, para expresar el dolor de la
comunidad indígena:
36. En Yanahuanca falta lo que a mí me sobra: ideas,
invenciones, limpieza pública, encarcelar a las
autoridades, pedirles rendición de cuentas y destituir
a la alcaldesa, meterla presa a usted. (…) Cambiaré
73. la tierra del cementerio, importaré tierras donde no
se fusile, ni se encarcele, ni se persiga a los
jorobados, ni le griten feo a los cojos» (Garabombo
el Invisible:83).
37. * En su carácter bufonesco, llamando a sus
chandosos con los nombres de las autoridades. Pero
es en esta condición de bufón de un rey injusto y
déspota (el gamonal), que Remigio se constituye en
símbolo de la condición indígena: Remigio es la
encarnación del fragelo de la comunidad despojada
de sus tierras: el hambre:
38. Yo no me comí los bizcochos, y para que vean
vomito. ¿Ya ves? ¿Qué les dije? He vomitado. ¿Qué
he comido? De chico casi nada; de grande nada. Y
ahora, en vísperas de mi resplandeciente madurez,
cerca de mi edad de oro, de vez en cuando como
galletas y bizcochos robados. Soy pues,
inocente»(Garabombo el Invisible: 49).
39. Y se logra el efecto, el lector ríe, y cuando ríe
entiende y se conmueve, y se pone del lado de la
causa indígena. El antihéroe confronta al poder desde
el humor. Remigio denuncia de manera
incontestable, desnuda efectivamente la realidad a
través de la ironía. Pero esta confrontación
desaparece cuando, por efecto de una broma del
Juez Montenegro, Remigio es reconocido como el
intelectual que siempre ha querido ser. Y, por efecto
de este reconocimiento que le hacen los notables, se
convierte en Remigio el hermoso: pierde su joroba,
crece, sus dientes renacen, desaparece su cojera, la
tez rejuvenece; y Remigio el engendro se transforma
en Remigio el hermoso. Para transformarlo, sólo se
necesitó que los notables lo aceptaran en su
exclusivo círculo. Y con esta transformación
desaparece la denuncia; Remigio se silencia: ya no
escribe cartas, no grita la injusticia, los perros se
pierden en el anonimato, ya no tiene hambre.8 El
antihéroe es sobornado por el gamonal y traiciona a
la comunidad.
40. En la tercera novela aparecen dos antihéroes:
Tupayachi y el Ingeniero. Estos dos antihéroes
encarnan la dualidad que caracteriza a Remigio: el
Ingeniero, con su ilusión de sabio; y Tupayachi,
como bufón, encarnando al hambre. Tupayachi
desequilibra la realidad, desnuda la injusticia,
confronta la opresión, muestra la verdad desde la
74. inocencia más pura. Aunque en Tupayachi hay una
aparente conformidad con su posición social y
entiende que «no hay más remedio, los grandes sólo
alternan con los grandes», esa aceptación es
falseamiento. Tupayachi es contestatario de la
opresión. Cuando es injuriado por el señor
Retamozo, construye una trama de lo más original y
lo hace comer mierda: Tupayachi se eleva por
encima de su humillante condición y condena al
poder a comer mierda. Pero la crítica más fuerte, la
más punzante, la más efectiva, la más corrosiva, la
que logra un efecto contundente sobre el lector, es la
que encarna su relación con el hambre. Su hambre es
insaciable. Y no es una cosa externa a él, es algo
interior, íntimo, está en sus sueños y aspiraciones, lo
conforma:
41. «Yo quisiera ser camello. El Ingeniero sabe que los
camellos pueden guardar cien días el agua en la
barriga para cruzar el desierto. El sabe. ¿Qué más
quisiera yo que guardar comida por tres meses?
Desgraciadamente no soy un camello.» (El Jinete
Insomne:139)
«Yo siempre tengo hambre Ingeniero. ¿Sabe qué
soñé? Caminando por la cordillera Negra me metí
en un desfiladero y descubrí —imagínese
Ingeniero— descubrí un filón de arroz con pato: la
veta se perdía en el Brasil» (El Jinete Insomne:223).
42. Tupayachi es un personaje erigido en el hambre, él
es el hambre misma. Él, como Remigio, encarna el
hambre insaciable y eterna de la comunidad indígena
sometida por la ambición del terrateniente.
43. Por su parte, el Ingeniero se concibe a sí mismo
como el intelectual, el supremo sabio. Es un
personaje que denuncia ideológicamente, que ayuda
a la comunidad en el trazado de los planos con los
que puedan reclamar, pero sin participar en la
práctica de la lucha, en la confrontación de hecho.
Tal vez por una cobardía que le es inmanente, el
Ingeniero evade la realidad, sumiéndose en mundos
de ensoñación, en imposibles negocios, en la
irrealidad. Al igual que Remigio, el Ingeniero es
sobornado y renuncia al levantamiento de los planos.
44. El último antihéroe es uno de los personajes más
elaborados, más ricos y mágicos de la novelística de
Scorza. La historia de Maca atraviesa tres
novelas:Garabombo el Invisible, El Cantar de
75. Agapito Robles y La Tumba del Relámpago. Maca es
una mujer que se educa como varón; se conocía
como Maco Albornoz, y era miembro de una familia
de delincuentes. Sólo a la edad de 20 años, a manos
de tres bandidos que compartían la misma celda del
presidio que él, Maco se sabe mujer. Como hombre,
Maco era irresistible para las mujeres; como mujer,
Maca era imprescindible para los hombres. Y esa
condición de mujer extraordinaria la aprovecha para
subyugar a los notables. Nos dice el hacendado don
Migdonio:
45. Póngase en mi lugar. ¡Cómo sospechar que lo que
anhelaba ese serafín pavoroso era demostrar la
insignificancia de los hombres! Yo soy señores el
primer varón que la vio en esta provincia y repito
que verla es desgraciarse (El Cantar de Agapito
Robles:27).
46. Bajo el imperio de su belleza sucumben los más
notables varones de la región, éstos abandonan
hacienda, mujeres e hijos, para ir en busca de una
boda prometida que nunca se realizará. Hasta el
símbolo máximo del poder, el inconmovible doctor
Montenegro de huesos de marfil, cae temporalmente
en las redes de Maca:
47. La salud del doctor Montenegro también
empeoraba. Por primera vez en su vida conocía el
insomnio. Él, que se regía por horarios inmutables,
enredó el hilo de sus jornadas. En vano, como
siempre, se acostaba a las diez de la noche y se
levantaba a las seis. El sueño lo esquivaba: entre sus
ojos y el reposo se interponía la figura de Maca» (El
Cantar de Agapito Robles: 82).
48. Pero Maca no sólo se opone al poder de manera
directa por la vía de su belleza, también lo hace a
través de la ironía. El humor, terreno incuestionable
de la irreverencia, es mecanismo de denuncia social
y política; la solemne historia oficial, encarnada en
los próceres, se destroza bajo el peso
inconmensurable de éste.
49. Esa hembra, capaz de pararle la pinga a los héroes
que huevean en los monumentos, desembarcó
seguida por su corte de idiotas. Porque, predicando
que 'los imbéciles y los locos son los únicos
hombres dignos de confianza', Maca recogía a todos
los que encontraba en los puertos, caseríos o
caminos, y blasfematoriamente los bautizaba con los
apellidos de nuestros próceres. Así, a un enano que
76. padecía la incurable costumbre de robar caramelos,
lo motejó General Prado. Un barrilito de grasa que
arrastraba una pierna resultó el General Balta. Dos
cretinos de Chacayán ascendieron a General La Mar
y General Gamarra. Un retaco de cuello arbolado
por el bocio acabó en el Mariscal Ureta. Y no
obstantes mis súplicas, no hubo manera de
cambiarle el apellido a un estúpido que ella
juramentó como el Presidente Piérola» (El Cantar
de Agapito Robles: 40).
50. Maca se construye pues en función de la oposición al
poder humillando a los notables y a través de la
ironía. Su función textual es pues, como la de los
otros antihéroes, la oposición al poder del gamonal.
Pero, al final, Maca, purificada por el fuego
maravilloso de su amor incestuoso, se transforma en
Santa Maca y deja de ser contestataria.
51. Al igual que los héroes, los antihéroes se
desplazan,en el transcurso de las cinco novelas, del
módulo mítico a la dimensionalización histórica.
Pero con éstos la relación mito-realidad se ofrece
como una relación de ida y vuelta: de las mutaciones
maravillosas de Remigio y la mata de geranios que
revienta en su cabeza al ser atravesada por las balas
enemigas a la tragedia histórica de Tupayachi y el
Ingeniero, y de ellos a Maco-Maca que sale indemne
del fuego abrasador para convertirse en Santa Maca.
Con el antihéroe se construye pues la dialéctica de la
relación mito-realidad: imposibilidad de desasirse del
mundo mítico e imposibilidad de mantenerse en él.
52. Estos antihéroes comparten un mismo origen social:
son gente del pueblo, están sumidos en una profunda
miseria, comparten una misma obsesión vallejiana
por el hambre, permanecen sometidos a la
humillación y el abuso de los hacendados, son
sujetos sumamente complejos que, ante la
imposibilidad de enfrentar la realidad, se evaden a
sus propias realidades (irrealidades), desde donde
denuncian a los opresores. También comparten un
mismo final: la traición a la comunidad: Remigio el
horrendo es sobornado por los notables y se
convierte en Remigio el hermoso, pasando (con su
transformación) de la denuncia a la aceptación pasiva
de la injusticia y el atropello; el Ingeniero es
amenazado y sobornado por los terratenientes y
abandona, con Tupayachi, el trazado de los planos
77. que van a permitir la reclamación de las tierras;
Maca abandona la confrontación al convertirse en
Santa Maca, y los idiotas de su corte pierden sus
nombres blasfematorios, al ser abandonados por ella.
53. Ya hemos dicho que el carácter ambivalente de que
hablaba con respecto de Remigio, se desdobla en
Tupayachi y el Ingeniero, es decir, en la tercera
balada se individualiza la dualidad que constituye a
Remigio: Tupayachi asume la función textual del
Remigio bufón: confrontación al poder desde el
humor; y el Ingeniero asume la función textual del
Remigio intelectual: confrontación directa al poder
desde la irrealidad. Con Maca ocurre lo mismo: Por
la vía de la humillación hace la confrontación directa
a los notables, la misma función textual de Remigio
intelectual - Ingeniero; por la vía del humor
confronta al poder a través de su corte de idiotas, la
misma función textual Remigio bufón - Tupayachi.
En síntesis, los Antihéroes, por vía de la
confrontación directa o del humor, comparten una
misma función textual: la confrontación al poder
terrateniente, la denuncia de la opresión y la
injusticia, la reivindicación de la causa indígena. Al
final, la traición y el abandono de la confrontación,
es decir, el fracaso. Hay pues un mismo esquema de
construcción rigiendo la figura del antihéroe:
54.
55. Al igual que la estructura de la acción heroica, la
estructura de la acción del antihéroe nos dice que
toda lucha comunera está condenada al fracaso.
56. 3. Dimensión ideológica
de la estructura básica de
héroes y antihéroes
57. Para terminar, quiero señalar que esta configuración
de los héroes y los antihéroes se rige por una misma
idea estructurante. Podemos hablar de una función
textual héroe, repetida en distintos personajes para
cada novela; y una misma función textual antihéroe,
también reproducida en distintos personajes. El héroe
hace una confrontación heroica, el antihéroe hace
una confrontación irónica. Vemos pues que héroe y
antihéroe comparten una misma función textual: la
78. confrontación al poder del gamonal; y que ambas
confrontaciones terminan siempre en el fracaso. Hay
entonces un mismo esquema básico que define los
funcionamientos textuales del héroe y el antihéroe:
58.
59. El héroe y el antihéroe representan a la comunidad,
los terratenientes y las autoridades al gamonalismo.
Está claro entonces que este esquema de oposición,
que define los funcionamientos y la caracterización
de héroes y antihéroes, propone la confrontación
fundamental comunidades contra gamonalismo. El
resultado de dicha confrontación es el fracaso de la
comunidad indígena (acompañado siempre de una
masacre) y el triunfo y la restauración del poder del
gamonal. Es importante resaltar esta idea: los héroes
y los antihéroes son anulados por los gamonales, la
comunidad es masacrada por el gamonalismo, la
historia de cada una de las novelas es la historia de
un fracaso, la historia de la saga es la historia de un
fracaso; de un fracaso eterno y reiterado. Fracaso de
la comunidad frente a un esquema socioeconómico
del latifundio y no frente a sujetos particulares. El
problema del indígena nos dicen los textos, radica en
el problema de la tierra y su régimen de propiedad; el
problema del indígena es el problema de la tierra.
Todo el juego de relaciones y evaluaciones de los
héroes y los antihéroes, sus funcionamientos
textuales, se definen en este planteamiento. El ciclo
de novelas de Scorza es pues una GUERRA
SILENCIOSA al latifundio.
60. Ahora bien, este funcionamiento de la estructura de
héroes y antihéroes obedece a una percepción
particular e ideológica del problema indígena en el
Perú. Percepción que constituye una toma de
posición directa en favor de la causa indígena, y una
condena al esquema socioeconómico del latifundio.
Esta evaluación social, o constructo ideológico, que
rige la lectura del conflicto que hace la saga, no
solamente se materializa en estas estructuras,
podemos leerla a múltiples niveles: en la evaluación
implícita y explícita que hacen los narradores
79. subordinantes al citar los discursos de los narradores
subordinados; en la manera como se lee el mito y su
función en la pentalogía; en la función textual del
intertexto; en la matriz actancial básica que se repite
incansablemente en el ciclo; en la mixturación del
realismo mágico y el realismo histórico que
proponen una función poética de hondas
implicaciones semánticas e ideológicas; etc. Pero
éstos serán temas para trabajos posteriores.
61. Ahora bien, si tratamos de precisar el constructo
ideológico del texto, o, más bien, la formación
ideológica que define la lectura del conflicto del
indígena que hacen las novelas, tendremos que
recordar a José Carlos Mariátegui y sus tesis sobre
un socialismo americanista. Para Mariátegui, el
problema del indio es un problema socioeconómico
cuya resolución no sería posible sin una redefinición
del esquema de explotación y tenencia de la tierra.
Es decir, el esquema socioeconómico imperante en el
Perú imposibilitaría por principio cualquier
reconciliación; y la humanización de las relaciones
entre hacendados y comunidad no sería posible, dado
lo obsoleto y poco competitivo de un sistema que
sólo puede sobrevivir contratando mano de obra
barata, esto es, manteniendo a los indígenas en la
miseria y la ignorancia:
62. Todas las tesis sobre el problema del indígena, que
eluden a éste como problema económico social, son
otros tantos ejercicios teoréticos —y a veces sólo
verbales— condenados a un absoluto descrédito. No
las salva a algunas su buena fe. Prácticamente todas
no han servido sino para ocultar y desfigurar la
realidad del problema. La crítica socialista lo
descubre y esclarece porque busca sus causas en la
economía del país y no en su mecanismo
administrativo, jurídico o eclesiástico, ni en su
dualidad o pluralidad de razas, ni en sus condiciones
culturales o morales. La cuestión indígena arranca
de nuestra economía. Tiene sus raíces en el régimen
de propiedad de la tierra. Cualquier intento de
resolverlo con medidas de administración o policía,
con métodos de enseñanza o con obras de vialidad,
constituye un trabajo superficial o adjetivo, mientras
subsista la feudalidad de los gamonales».9
63. Claramente, el planteamiento de Mariátegui nutre y
define los fundamentos ideológicos de la Guerra
Silenciosa, que son los que determinan el
80. funcionamiento textual de héroes y antihéroes. No
importa cómo sea la lucha, el triunfo jamás ha
dependido ni dependerá de la comunidad indígena,
pues su enemigo es todo el Perú, su esquema
socioeconómico. Mientras éste no cambie, el
resultado de la lucha comunera será la muerte y el
fracaso. Este era el ahogado grito que desgarraba a
Scorza, su Guerra Silenciosa.
64.
65. Notas
66. [1] Entendemos el gamonalismo en un sentido amplio, tal como lo
propone Mariátegui: «El término 'gamonalismo' no designa sólo una
categoría social y ecónomica: la de los latifundistas o grandes
propietarios agrarios. Designa todo un fenómeno. El gamonalismo no
sólo está representado por los gamonales propiamente dichos.
Comprende una larga jerarquía de funcionarios, intermediarios, agentes
, parásitos, etc. El indio alfabeto se transforma en un explotador de su
propia raza porque se pone al servicio del gamonalismo. El factor
central de este fenómeno es la hegemonía de la gran propiedad
semifeudal en la política y el mecanismo del estado». Mariátegui, José
Carlos, Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad peruana,
Universidad del Valle, Cali, 1994, pág.23.
67. [2] Para referirme a las novelas de Scorza citaré por título y número de
página. El resto de la información bibliográfica aparece al final.
68. [3] Nos dice Luisa Pranzetti: «Así pues, para Scorza el futuro como
dimensión prolongada del presente tiene que modelarse sobre el
pasado, pero el pasado de los indios -a partir de la conquista- no existe.
Durante siglos, millones de indios masacrados no han hecho otra cosa
que perpetuar la muerte de Atahualpa.» Pranzetti, Luisa, Elegía y
Rebelión en los Cantares de Manuel Scorza,Revista de Crítica Literaria
Latinoamericana, año XIII, No. 25, 1er semestre de 1987, pág.117.
69. [4] Lassus, Jean-Marie, Una Noticia Inédita de Manuel Scorza, Primer
Elemento de Reflexión Teórica Sobre el Ciclo de La Guerra
Silenciosa, Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, año XV, No.
30, segundo semestre de 1989, pág. 122.
70. [5] Al respecto véase: Moraña, Mabel, Función Ideológica de la Fantasía
en las Novelas de Manuel Scorza, Revista de Crítica Literaria
Latinoamericana, No. 17 de 1983, Pp. 183-187.
71. [6] Sobre la relación mito-realidad en las novelas de Scorza, véase:
· Lassus, Jean-Marie, Op.Cit.
· Cornejo Polar, Antonio, Sobre el 'Neoindigenismo' y las Novelas de
Manuel Scorza, Revista Iberoamericana, vol. 50, Nos. 126-129, 1984,
Pp.549-557.
72. [7] Sobre los distintos tipos de indigenismo, y las razones del rechazo
de Scorza a esta clasificación véase: Moraña, Mabel,Op.Cit. Pp. 172 y
siguientes.
73. [8] No podemos dejar de ver en esta figura del Hermoso una metáfora
de cierto tipo de intelectual latinoamericano que volvía la espalda a la
problemática de latinoamerica. Hay pues allí una crítica fuerte de
Scorza a los intelectuales que no se comprometían con el problema del
indígena, o que si lo hacían eran absorbidos por el sistema: la fama, los
cargos diplomáticos, etc. Esta metáfora nos propone una figura del
intelectual visto por el sistema como una especie de bufón que, cuando
se hace peligroso, el sistema absorberá, a través de múltiples y
sofisticados procesos de seducción, haciéndole sentir una mentida
importancia , para, luego, cuando pase el peligro, desecharlo.
74. [9] Mariátegui, José Carlos, Op.Cit. pág. 21.
170. 443.
444. Manuel Scorza, apuntes para
una biografía
445. Juan González Soto
446.
447. Abordar la biografía de Manuel Scorza presenta un problema de
índole singular. Según afirma Hugo Neira, Scorza indio, Scorza exiliado
político son algunas de esas enmarañadas quimeras1. A esos
malentendidos, también a otros, contribuyó, y en no poca medida, el
propio poeta y novelista: Abonó el campo para que alabasen su perfil
mestizo, dejó rodar la fábula de una madre india, calló o disimuló su
aprismo juvenil... Es fácil leer en alguna entrevista falsedades como las
siguientes: «Nací, como mi madre, en los Andes centrales»2 o «fundé el
Movimiento Comunal del Perú»3. También, a veces, evidentes
contradicciones: «Nunca pensé que Redoble por Rancas se leería fuera del
Perú»4. O evidentes imposibilidades: «Un día lo escribí [Redoble por
Rancas] de la primera a la última línea»5
448. Quizá para la crítica europea de los años ochenta un escritor de
origen tercermundista y con rasgos faciales indígenas tiene todas las
posibilidades para ser una suerte de héroe cultural, y su llegada a Europa
no puede obedecer sino a un exilio forzoso, a un exilio político.
449. Parece ser que Manuel Scorza fue un gran fabulador, un hombre
desmesurado y no sólo con la palabra escrita, también en sus
conversaciones y en sus actos. Quizá convenga tener presente, como
sugiere Hugo Neira, que con la dramaturgia vive en vecindad la
picaresca6.
450. En las páginas que siguen se intentará trazar, en la medida de lo
posible, la trayectoria biográfica de un hombre en el que la desmesura, la
vitalidad y el entusiasmo conviven en alborotadas interferencias junto a
una voz poética que no abandonará en su obra narrativa.
171. 451. Manuel Scorza Torres nace el 9 de septiembre de 1928 en
Lima, «en la Maternidad, ese hospital de gente pobre en donde [...] las
madres parturientas se hacen hacinar hasta el horror»7.
452. Su padre había nacido en Matara, Cajamarca. Emigra a Trujillo y
en una hacienda cañera, Casagrande, encuentra trabajo de obrero. Su
siguiente ocupación es la de mecánico, esta vez en Lima, «en un lugar
atroz, el manicomio Larco Herrera»8.
453. Allí conoce a quien será la madre de Manuel, Edelmira. También es
de origen provinciano y pobre: Nació en Acobamba9, en el departamento
de Huancavelica. En el manicomio trabaja de ayudante de enfermera.
454. La salud de Manuel, padece asma, obliga a los padres a volver a la
sierra en busca de un clima más benéfico. Dejan la capital peruana en
193410. Se establecen en Acoria, Huancavelica, donde su padre se instala
como panadero. Son los tiempos de infancia vividos en Acoria y en
Acobamba los que darán a Manuel el conocimiento de la vida en los
pueblos indios: «Yo he pasado mi infancia en Huancavelica, en un pueblo
que se llama Acoria y en otro que se llama Acobamba»11.
455. No cabe duda de que la familia, emigrantes serranos, y el
nacimiento de Manuel Scorza, en la Maternidad, las estrecheces en el tres-piezas
dentro del mismo manicomio, el asma, la vuelta a la sierra, son
datos biográficos humildes, muy humildes12. Pero no le convierten en
rural su corta estancia en Acoria y en Acobamba, apenas cinco años. Él
mismo habría de admitirlo en conversación con Gregorio Martínez y
Roland Forgues:
Es cierto que yo tampoco hablo quechua. En mi infancia
entendía el quechua, desgraciadamente nunca llegué a
hablarlo porque aun en los estamentos más pobres del Perú
hay grandes barreras y mi familia en Acoria se había
convertido en una familia de pequeños comerciantes y eso ya
nos diferenciaba de los indios13.
456.
457. Su educación se inicia en un colegio religioso, el Salesiano de
Huancayo. Los esfuerzos y sacrificios familiares son enormes: «Mi madre
decidió hipotecar económicamente la familia para que yo estudiase»14.
458. La vuelta a Lima, al mundo de los pobres en la gran ciudad, tiene
lugar en 193915. Su padre tiene ahora un puesto en la calle de vendedor de
revistas. Los esfuerzos de la economía familiar por la educación de
Manuel son cada vez mayores: en 1943 ingresa en el Colegio Militar
Leoncio Prado. Años después, en 1950 exactamente, Mario Vargas Llosa
ingresa en este mismo centro militar y educativo:
El Leoncio Prado era una de las pocas instituciones -
acaso la única- que reproducía en pequeño la diversidad
étnica y regional peruana. Había allí muchachos de la selva y
de la sierra, de todos los departamentos, razas y estratos