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Manuel Scorza 
Manuel Scorza 
Nacimiento 9 de septiembre de 1928 
Lima, Perú 
Defunción Caida de su avión a París volviendo de Lima27 
de noviembre de 1983 
En el avión que le traía a París,España 
Nacionalidad Perú 
Ocupación Novelista 
Poeta 
Período 60s 
Género Novela, poesía 
Movimientos Neoindigenismo 
Manuel Scorza Torres (Huancavelica, 9 de septiembre de 1928 - Madrid, 27 de 
noviembre de 1983) fue un novelista , poeta y editor peruano de la Generación del 50, 
atento a los fenómenos sociales y auscultador de problemas del momento de la nación 
peruana . Uno de los más altos narradores perteneciente al Indigenismo o Neoindigenismo 
peruano, junto con sus compatriotasCiro Alegría y José María Arguedas, cultivador del 
realismo mágico, andino. Ganó los dos primeros premios en los Juegos Florales del IV 
centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México (1952) y obtuvo Premio 
Nacional de Poesía José Santos Chocano (1956). 
Índice 
[ocultar] 
 1 Biografía 
 2 Obras 
o 2.1 Poesía 
o 2.2 Novelas 
 3 Referencias 
 4 Véase también 
 5 Enlaces externos
Biografía[editar] 
Luego de vivir en Acoria (Huancavelica) viaja a Lima, en donde realizó su formación 
escolar en el Colegio Militar Leoncio Prado, el mismo donde estudiaron también el 
novelistaMario Vargas Llosa y el periodista César Hildebrandt, entre otros. 
En 1945 ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y comenzó una etapa de 
febril actividad política, miltando en el Apra.1 
En 1948, a los 20 años, Scorza se vio obligado a salir del país en calidad de exiliado tras 
el golpe de estado del general Odría y la implantación de un gobierno autoritario. Se 
estableció en París, Francia, donde aprendió francés y obtuvo un trabajo de cierto 
prestigio: lector de español en la Escuela Normal Superior de Saint-Cloud. 
Muchos de los versos que integrarían su primer poemario, Las imprecaciones (1955), son 
fruto del desconsuelo en que se hallaba inmerso.Vuelve al Perú durante el gobierno de 
Manuel Prado, que contaba con el apoyo de los apristas. 
Sin embargo, fue en su obra narrativa, de la que Alejo Carpentier, el abarrocado, fue uno 
de sus maestros, donde Scorza encontró el espacio ideal para tocar a profundidad los 
problemas del Perú profundo: contradicción entre los campesinos y la explotación minera 
por grandes compañías extranjeras. 
Su primera novela, Redoble por Rancas (1970), forma parte de un ciclo denominado "La 
balada", "las Cantatas" o "La guerra silenciosa", donde, desde una óptica eminentemente 
poética que fusiona mitos ancestrales e historia, Scorza muestra la antigua lucha de 
los campesinos para recuperar sus tierras. Las demás novelas que componen este 
ciclo, Historia de Garabombo el Invisible (1972), El jinete insomne (1977), Cantar de 
Agapito Robles (1977) y La tumba del relámpago (1979), continúan uniendo el realismo 
social a la fantasía poética. Esta serie de novelas, traducida a más de cuarenta idiomas, se 
ha constituido en una de las más difundidas y reconocidas de la literatura peruana en este 
siglo. 
En 1968, en plena efervescencia de las luchas campesinas en la sierra central y en virtud 
a su activa participación a través de un movimiento político indigenista, tuvo que 
abandonar de nuevo el país. Llevó consigo dos manuscritos: El vals de los 
reptiles y Redoble por Rancas, un poemario y una novela respectivamente, ambos 
de 1970. 
En 1981 fue el primero de una lista de escritores de fama internacional que el diario Il 
Mattino había invitado a Nápoles para que escribieran una serie de artículos sobre la 
ciudad que un terremoto había vuelto a asolar tras un leve resurgimiento en los años 1980. 
En 1983 y después de haber publicado en febrero de ese año su última novela, La danza 
inmóvil, que significaba una ruptura radical con el ciclo de "La guerra silenciosa", el Boeing 
747 Vuelo 11 de Avianca en el que iniciaba viaje rumbo a Bogotá junto a otros 
intelectuales para participar en un congreso que pretendía hacer balance de la cultura 
hispanoamericana, se estrelló contra una colina en su aproximación al aeropuerto 
deMadrid. 
Obras[editar] 
Poesía[editar] 
 Las Imprecaciones (1955) 
 Los adioses (1959) 
 Desengaños del mago (1961) 
 Réquiem para un gentil hombre (1962) 
 Poesía amorosa (1963)
 El vals de los reptiles (1970) 
 Poesía completa (2012) 
 La Casa Vacía 
Novelas[editar] 
 Ciclo de novelas La Guerra Silenciosa: 
Redoble por Rancas (1970) 
Historia de Garabombo el Invisible (1972) 
El jinete insomne (1977) 
Cantar de Agapito Robles (1977) 
La tumba del relámpago (1979) 
 La danza inmóvil (1983) 
Referencias[editar] 
1. Volver arriba↑ .Hernández, Consuelo. «Crónica, historiografía 
e imaginación en las novelas de Manuel Scorza», 
en Cuadernos hispanoamericanos (1995) 
Véase también[editar] 
 Literatura del Perú 
Enlaces externos[editar] 
 Wikimedia Commons alberga contenido multimedia 
sobre Manuel Scorza. 
 Garabombo, el invisible 
 Manuel Scorza en la BVMC 
 Manuel Scorza, Desengaños del mago (1961) 
 Manuel Scorza, El vals de los reptiles (1970) 
 Algunas poesias 
Categorías: 
 Nacidos en 1928 
 Fallecidos en 1983 
 Limeños 
 Exiliados 
 Fallecidos por accidentes aéreos 
 Escritores en español 
 Escritores del Perú
 Novelistas del Perú 
 Poetas del Perú 
 Sanmarquinos (siglo XX) 
 Ítalo-peruanos 
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 R 
 S 
 T 
 U 
 V 
 W 
 X 
 Y 
 Z
definición General Definición de relato 
Definición de relato 
Un relato es un conocimiento que se transmite, por lo general en detalle, respecto a un 
cierto hecho. El concepto, que tiene su origen en el vocablo latino relātus, también 
permite nombrar a los cuentos y a las narraciones que no son demasiado extensas. 
De esta forma, como género literario, un relato es una forma narrativa cuya extensión 
es inferior a la novela. Por eso, el autor de un relato debe sintetizar lo más importante y 
enfatizar aquellas situaciones que son esenciales para el desarrollo del mismo. Si en una 
novela el escritor pueda ahondar en descripciones, en un relato se busca un mayor 
impacto con menos palabras. 
A lo largo de la Historia de la Literatura Universal nos encontramos con un amplio 
número de autores que han desarrollado su carrera en el ámbito del relato y además con 
un importante éxito. Este sería el caso, por ejemplo, del argentino Jorge Luis Borges 
que legó a las generaciones siguientes de lectores obras de este tipo tales como “El 
jardín de los senderos que se bifurcan”, “El espejo de tinta” o “Utopía de un hombre que 
está cansado”. 
Pero no es el único escritor de relatos destacable. Asimismo tampoco podemos pasar 
por alto la figura del estadounidense Edgar Allan Poe. Y es que el mismo está 
considerado como el padre del relato detectivesco, es decir, de aquel tipo de obra de 
extensión más reducida que la novela que versa sobre interesantes casos que requieren 
que tome protagonismo un investigador que aclare los mismos, ya sean desapariciones o 
asesinatos, entre otras cuestiones. 
Entre los trabajos que realizó aquel y que se enmarcarían dentro de dicha denominación 
se encontrarían, por ejemplo, “El escarabajo de oro”, “El misterio de Marie Roget” o 
“Los crímenes de la calle Morgue”. Precisamente este último relato es uno de los más 
conocidos y alabados de la carrera de Poe no sólo por ser el primer relato detectivesco 
de la historia sino también por la calidad del mismo. 
En concreto, en aquel se nos acerca al cruel asesinato de una madre y una hija en París. 
La policía será la que asuma el deber de intentar aclarar lo sucedido y dar con el
responsable, sin embargo, la incapacidad de la misma para lograr dicho objetivo llevará 
a que sea un detective (Dupin) el que se encargue del caso. 
Los relatos pueden ser ficticios (como un cuento o una epopeya) o pertenecer al mundo 
de la no-ficción (como las noticias periodísticas). Por supuesto, no es lo mismo escribir 
(relatar) una obra de ficción que informar acerca de un hecho verídico. De todas formas, 
el estilo narrativo del relato se mantiene en ambos mundos. 
Cabe destacar que el relato trasciende la literatura y la palabra escrita. Cuando una 
persona le cuenta algo a otra, está relatando una situación, es decir, construyendo un 
relato. 
“Salí de mi casa y, cuando iba a subirme al tren, escucho un grito. Apenas me doy 
vuelta para mirar qué había ocurrido, veo que un hombre viene corriendo con una 
cartera y una mujer que le grita desde atrás. Entonces no lo dudé: le puse la pierna y el 
ladrón terminó cayéndose. Por suerte llegó enseguida un policía y lo esposó. La mujer, 
como agradecimiento, me regaló un chocolate”: este puede ser un ejemplo de un relato 
oral, donde una persona le transmite una experiencia que vivió a otro individuo. 
Definición siguiente 
Lee todo en: Definición de relato - Qué es, Significado y Concepto 
http://definicion.de/relato/#ixzz3I9viBMyC 
"...Pasas de largo 
como si el viento soplase sólo para allá..."
"Dos cabezas" 
Guillermo Wiedeman 
Reseña biográfica 
Poeta y novelista peruano nacido en Lima en 1928. 
Terminados sus primeros estudios en Acoria, ingresó en 1945 a la Universidad Nacional de San 
Marcos. 
Desde muy joven se dedicó activamente a la lucha política, razón por la cual, a los veinte años, 
viajó como 
exiliado a México. Allí publicó su primera obra importante, "Las imprecaciones". 
Diez años después, ya depuesto el General Odria, regresó a Lima donde continuó su carrera 
literaria como poeta 
y novelista, sin olvidarse de su lucha por los derechos sociales de los indigenistas. En 1970, y 
debido nuevamente 
a su actividad política, se exilió en Paris, donde trabajó como lector de español en la "Ecole 
Normale Superieure 
de Saint Cloud". Obtuvo el premio de los "Juegos Florales de la Universidad Nacional de 
México" y el "Premio 
Nacional de Poesía Peruana" en 1956. 
De su obra también deben mencionarse "Los adioses" 1959, "Desengaños del 
mago" 1961, "Poesía amorosa" 1963, 
"El vals de los reptiles" 1970, "Poesía incompleta" 1970, "La danza inmóvil" en 1983 y "Obra 
poética" en 1990. 
Falleció en un accidente aéreo en el año de 1983. © 
De "Las imprecaciones" 1955: 
América, no puedo escribir tu nombre sin morirme 
Años de los castigos 
Epístolas de los poetas que vendrán 
Soy el desterrado 
De "Los adioses" 1960: 
Crepúsculo para Ana 
El rey 
Elegía de los desconocidos 
La casa vacía 
La cita 
La lámpara
La prisión 
La sombra 
Música lenta 
Nocturno salvadoreño 
Serenata 
Viento del olvido 
Rosa única 
De Desengaños del mago 1961: 
Desengaños del mago: 
1. Yo vivía en una torre... 
2. Déborah: si alguna vez desciendes de los tejados... 
3. Antaño fui un mago melancólico... 
4. Y llegó el tiempo del murciélago... 
5. Al salir me derribaron los coletazos del viento... 
Vals gris 
Vals verde 
De "El vals de los reptiles" 1970: 
Dalmacia 
Eva 
Otros poemas: 
El desterrado 
Rumor en la nostalgia antigua 
Volver a: A media voz 
Volver a: Índice L-Z 
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De "Las imprecaciones" 1955 
América, no puedo escribir tu nombre sin morirme... 
América, 
no puedo escribir tu nombre sin morirme. 
Aunque aprendí de niño, 
no me salen derechos los renglones; 
a cada sílaba tropiezo con cadáveres, 
detrás de cada letra encuentro un hombre ardiendo, 
y no puedo ni cerrar la a 
porque alguien grita como si se quedara dentro.
Vengo del Odio, 
vengo del salto mortal de los balazos; 
está mi corazón sudando pumas: 
sólo oigo el zumbido de la pena. 
Yo atravesé negras gargantas, 
crucé calles de pobreza, 
América, te conozco, 
yo mismo tendí la cama 
donde expiró mi vida vacía. 
Yo tenía dieciocho años 
yo vivía 
en un pueblo pequeño, 
oyendo el diálogo de musgo de las tardes, 
pero pasó mi patria cojeando, 
los ahogados empezaron a pedir más agua, 
salían de mi boca escarabajos. 
Sordo, oscuro, batracio, desterrado, 
¡era yo quien humeaba en las cocinas! 
¡Amargas tierras, 
patrias de ceniza, 
no me entra el corazón en traje de paloma! 
¡Cuando veo la cara de este pueblo 
hasta la vida me queda grande! 
¡Pobre América! 
En vano los poetas 
deshojan ruiseñores. 
No verán tu rostro mientras no se atrevan 
a llamarte por tu nombre, ¡América mendiga, 
América de los encarcelados, 
América de los perseguidos, 
América de los parientes pobres! 
¡Nadie te verá si no deshacen 
este nudo que tengo en la garganta! 
* * * * * 
Años de los castigos 
¡Años de los castigos! 
¡Años de las prisiones! 
¡Años que se comieron las arañas! 
No tuve paz, 
ni dónde reclinar la cabeza. 
Los trenes me llevaban, 
entraban a las tumbas, 
cruzaban los infiernos, 
mas mi corazón salía 
de los hornos tiritando. 
¡Años de los perseguidos! 
¡Años de los flagelados! 
¡Años como ratas echadas a morir! 
Como piedra atravesé la vida, 
las miserias, las prisiones, 
anduve por los pueblos, 
llegué a la comarca
donde el pan sólo se viste de fantasma. 
Desde casas vacías, 
desde catres solteros, 
desde trajes gastados y pálidos deudores, 
desde domingos sin nadie con quien pasear, 
vengo diciendo que los hombres sufren, 
las aguas sufren, las camas sufren. 
A verme vienen quejándose las tardes, 
las piedras quieren que cuente las pisadas, 
el túnel tiene hinchado su único ojo, 
toca el gallo su corneta lastimera. 
¡Oscura es la vida, 
la tierra sólo sirve para enterrarnos! 
* * * * * 
Epístola de los poetas que vendrán 
Tal vez mañana los poetas pregunten 
por qué no celebramos la gracia de las muchachas; 
tal vez mañana los poetas pregunten 
por qué nuestros poemas 
eran largas avenidas 
por donde venía la ardiente cólera. 
Yo respondo: 
por todas partes oíamos el llanto, 
por todas partes nos sitiaba un muro de olas negras. 
¿Iba a ser la Poesía 
una solitaria columna de rocío? 
Tenía que ser un relámpago perpetuo. 
Mientras alguien padezca, 
la rosa no podrá ser bella; 
mientras alguien mire el pan con envidia, 
el trigo no podrá dormir; 
mientras llueva sobre el pecho de los mendigos, 
mi corazón no sonreirá. 
Matad la tristeza, poetas. 
Matemos a la tristeza con un palo. 
No digáis el romance de los lirios. 
Hay cosas más altas 
que llorar amores perdidos: 
el rumor de un pueblo que despierta 
¡es más bello que el rocío! 
El metal resplandeciente de su cólera 
¡es más bello que la espuma! 
Un Hombre Libre 
¡es más puro que el diamante! 
El poeta libertará el fuego 
de su cárcel de ceniza. 
El poeta encenderá la hoguera 
donde se queme este mundo sombrío. 
* * * * *
Soy el desterrado 
América, 
a mí también debes oírme. 
Yo soy el estudiante 
que tiene un solo traje y muchas penas. 
Yo soy el desterrado 
que no encuentra la puerta en las pensiones. 
Te digo que en las calles 
y en las azoteas y en las cocinas, 
y al fin de cada día y en mi pecho, 
algo está muriendo. 
Escúchame: 
Yo soy el desterrado, 
yo vagué por las calles 
hasta que los perros 
lamieron mi amor desesperados. 
¡Acuérdate de mí! 
Hay días que no tengo ganas 
de ponerme los ojos, 
días en que hasta los pájaros 
se pudren a la mitad del vuelo. 
¡Amor, amor, 
tú no has dormido 
en cuartos inmundos; 
tú no sabes lo que es vivir 
con una mujer que zurce su ropa llorando! 
Ay, durante siglos los poetas callaron 
y en el silencio sólo se escuchaba 
un susurro de abejas que sonaba, 
hasta que ya no pudimos más, 
y el dolor empezó a mancharlo todo: 
la mañana, 
el amor, 
el papel donde cantábamos. 
Un día el dolor 
empezó a gotear desde abajo, 
daban los muros gritos desgarradores, 
una mano amarguísima volcó mi pecho. 
Ahora vengo a ti gimiendo, 
aquí está mi voz encarcelada debajo de esta frente, derrumbado. 
De "Las imprecaciones" 1955 
De "Los adioses " 1960 
Crepúsculo para Ana 
Sólo para alcanzarte escribí este libro. 
Noche a noche,
en la helada madriguera 
cavé mi pozo más profundo, 
para que surgiera, más alta, 
el agua enamorada de este canto. 
Yo sé que un día las gentes 
querrán saber por qué hay tanto rocío en las praderas, 
yo sé que un día 
irán ansiosas a los campos, 
seguirán los hilos de los prados, 
y a través de las florestas 
llegarán hasta mi pecho, 
y comprenderán, 
-lo siento, estoy sintiéndolo-, 
que es mi amor quien platea por ti el mundo en las mañanas, 
y verás esta hoguera. 
Desde ciudades enterradas, 
desde salones sumergidos, 
desde balcones lejanísimos, 
verás este amor, 
y escucharás mi voz 
ardiendo de hermosura, 
y comprenderás que sólo por ti he cantado. 
Porque sólo por ti estoy cantando. 
¡Sólo por ti resplandece 
mi corazón extraviado! 
¡Sólo para que me veas, 
ilumino mi rostro oscurecido! 
¡Sólo para que en algún lugar me mires 
enciendo, con mis sueños, esta hoguera! 
¡El Mudo, 
El Amargo, 
El Que Se Quedaba Silencioso, 
te habla ahora a borbotones, 
te grita cataratas, inmensidades! 
Algún día amarás, 
alguna vez 
en las lianas de la ternura enredada 
comprenderás que cuando el dolor nos llega 
es imposible hablar; 
cuando la vida pesa, las manos pesan: 
es imposible escribir. 
Hasta que con los años las escamas se nos caen. 
Y un día, al volver el rostro, 
vemos a lo lejos, 
como remotos barcos encallados, 
cosas que creíamos llevar dentro, 
y miramos que son musgo los amores más ardientes. 
¡El hombre enceguecido 
no escucha las campanadas silenciosas de la hierba, 
hasta que encuentra en los caminos, 
como culebra, su antigua piel, 
y reconoce entre las ruinas 
su vieja máscara oxidada, 
y descubre agujeros rotos 
do eran ojos fulgurantes,
porque el tiempo crudelísimo 
injurió el Rostro Puro, 
y los años nos pusieron 
anteojos de melancolía, 
con los ojos que se mira la ruina, 
el otoño, 
la grosura de las mujeres! 
Surge entonces 
el Dolor inextinguible, 
cual surge ahora esta voz 
que llora por los días hermosos, 
cuando la vida era azul. 
Porque todo lo que nace ha de morir. 
¡No digo más porque me entiendes! 
Tú sabes que sólo quiero 
que, en algún lugar, leas esta carta, 
antes que envejezcan los carteros 
que te buscan 
a la salida de las iglesias, 
entre las recién casadas, 
a la hora del jazmín rendido. 
¡Quiero que el rayo de mi ternura 
traspase con lanza a los que no conozco, 
y salte noche hirviendo 
a los ojos de los que abran este libro, 
y en algún lugar 
un día de este mundo, 
me oigas 
y te vuelvas, 
como quien se vuelve extrañado 
al sentir detrás el resplandor de un incendio, 
y comprendas que estoy ardiendo por ti, 
quemándome 
sólo para que veas, 
desde tan lejos, esta luz! 
* * * * * 
El rey 
No eres nada, 
vives oscuro, 
en una ciudad perdida. 
Pero, de pronto, un día, 
al despertar, eres Rey. 
Arden musicales 
remotos países 
avasallados por tu valentía. 
Poderoso monarca: 
todo lo que tocas es resplandor, 
y en tu honor cambian los arcos iris de plumaje. 
Y cuando Ella sonríe, 
brota agua 
en la remota infancia 
adonde se asoma,
tu pequeña vida ansiosa, 
rapaz distante de todo. 
Mas viene el Viento 
y lo derriba todo: 
cristal roto es tu monarquía; 
vives en una ciudad malvada; 
el tiempo sólo significa 
que tus zapatos ya no resisten otro invierno. 
Eras Rey 
pero ya no te sonríe Esa Mujer. 
* * * * * 
Elegía de los desconocidos 
Ya no nos conocemos, ya no nos entendemos, 
¿qué pasa? 
Nuestro amor como los árboles daba pájaros. 
¿Qué está pasando? 
El viento del mar desesperado 
agita pañuelos de musgo en las esquinas. 
Me voy. 
Pañuelo de llorar: mejor me voy. 
Al atardecer los pájaros también se van, 
viajan a las torres buscando picos tiernos. 
A los reptiles, yo. 
Al fondo del agua a vivir ardiendo. 
Porque para esta sed el agua está vacía, 
vacía está el agua para mi corazón sediento. 
* * * * * 
La casa vacía 
Voy a la casa donde no viviremos 
a mirar los muros que no se levantarán. 
Paseo las estancias 
y abro las ventanas 
para que entre el Tiempo de Ayer envejecido. 
¡Si vieras! 
Entre las buganvillas 
cansadamente juegan 
los hijos que jamás tendremos. 
Yo los miro. Ellos me miran. 
Mi corazón humea. 
Éste es el sitio 
donde mi corazón humea.
Y a esta hora, 
en el balcón, callada, 
yo sé que tú también te mueres 
y piensas en mí hasta ensangrentarte, 
Yo también pienso en ti. 
Óyeme donde estés: 
por esta herida no sale sólo sangre: 
me salgo yo. 
* * * * * 
La cita 
Son las siete; 
la calle está oscura; 
ya no vendrás. 
Aunque llegaras 
todas las tardes 
a la orilla de esta cita, 
y aguardaras, inmóvil, 
todas las horas que en el mundo faltan 
ya no me hallarás, 
porque esperándote perdí mi juventud. 
Y no como el guerrero 
que las manos moja 
en la espuma bermeja de la guerra. 
¡No como los ardientes varones que conocí! : 
¡Alexander extraviado en la espesura! 
¡Gabriel amarrado a los torrentes! 
¡Eugenio deshojado a la aventura! 
¡Amaro, que un día solo con tu fusil partiste! 
¡Os envidio, jóvenes vehementes, 
a quienes no bastándoles los crepúsculos, 
por mirar llamaradas 
incendiaron su propia edad florida! 
Yo, miserablemente 
perdí mi juventud; 
aguardando que cumplieras 
la cita de los parques, 
gasté los veloces años. 
¡Oh cafés humosos donde fingí 
leer los diarios de mi feroz melancolía! 
Esperándote perdí la juventud 
y me pesa. 
Son las siete: 
y estoy solo. 
* * * * * 
La lámpara 
Como la lámpara olvidada 
arde invisible en el día, 
así mi corazón se ha consumido 
sin que tú lo vieras.
Mas ya pasaron para ti las mieses, 
y tardos los años, 
yo sé que ahora 
tus ojos buscan 
las huellas bermejas de mi pasión. 
Es tarde: 
mi corazón calcinado 
apenas soporta sus cenizas, 
y aunque estás cercana, 
y quiero llamarte 
mudas están las hogueras 
donde antaño ardieron 
airadas voces tiernas. 
Mi tristeza ya no puede 
ni con el peso del rocío. 
Es tarde: 
la vida se nos gasta en actos vanos 
Es tarde: 
detrás de mis ojos ya no hay nadie. 
* * * * * 
La prisión 
¡No puedes salir del jardín 
donde mi amor te aprisiona! 
Presa estás en mí. 
Aunque rompas el vaso, 
seguirá intacta 
la columna perfecta del agua; 
aunque no quieras siempre lucirás 
esa corona invisible 
que lleva toda mujer a la que un poeta amó. 
Y cuando ya no creas en estas mentiras, 
cuando borrado el rostro de nuestra pena, 
ni tú misma encuentres tus ojos bellísimos 
en la máscara que te preparan los años, 
a la hora en que regatees en los mercados, 
los jóvenes venados vendrán a tu Recuerdo 
a beber agua. 
Porque puede una mujer 
rehusar el rocío encendido del más grande amor, 
pero no puede salir del jardín 
donde el amor la encerró. 
¿Me oyes? 
No puedes huir. 
Aunque cruces volando los años, 
no puedes huir: 
yo soy las alas con que huyes de mí. 
* * * * *
La sombra 
Como el centinela 
que en la agreste torre 
lucha por no rendir los ojos al invencible sueño, 
yo resisto al olvido. 
Pero te me vuelves pequeña; 
la lluvia moja 
las calles de 1943; 
la lluvia rompe 
el cristal en que te guarda 
mi juventud. 
¡Miseria de los amantes 
que locamente sueñan 
eterna la eternidad! 
El Día es de espuma, 
niebla es la carne, 
humo el ayer. 
El país luciente 
de nuestra juventud hermosa, 
el tiempo asoló con sus ejércitos potentes. 
Marcial acampó la herrumbre 
donde ardió la rosa. 
En la memoria sólo una calle queda 
por donde caminas lentamente. 
Ya casi no te miro, 
y el moribundo sol, atardeciendo, 
te torna cada día más pequeña. 
Pero pasan los años, 
y a medida que te vuelves más pequeña, 
arrojas una sombra más larga. 
* * * * * 
Música lenta 
Para que tú entres, 
a veces de tristeza, el corazón se me abre. 
Como una puerta tímida, 
para que tú entres, el corazón se me abre. 
Pero tú no vienes, 
no vuelas más sobre los campos. 
En vano mi corazón 
a la ventana de su dolor se asoma. 
Pasas de largo, 
como si el viento 
soplase sólo para allá. 
Pasa la mañana y no viene la tarde. 
Y el corazón se me cierra, 
como una mano sin nadie, el corazón se me cierra.
* * * * * 
Nocturno salvadoreño 
La noche era bellísima. 
Yo te quería. 
San Salvador brillaba entre las flores. 
Yo te quería. 
La Felicidad nunca tendrá tus ojos azules. 
Yo te quería. 
Dueña de los Crepúsculos. 
Yo te quería. 
Pastora de la Brisa. 
Yo te quería. 
Ruiseñor Malvado. 
Yo te quería. 
Espuma del Silencio. 
Yo te quería. 
Agua bajo los Puentes. 
Yo te quería. 
Olvida los cantos que te escribí. 
Yo te quería. 
Aun ahora, aunque sea tarde, 
y una paloma ciega 
vuele para siempre entre nosotros. 
Adiós a las bandadas, 
adiós al tesoro enterrado en tu infancia, 
adiós a las Hadas porque las Hadas no existen. 
Ya dije las cosas que dije. 
Por las que callo ha de crecerme musgo en la voz. 
Cuando termine de contar esta agonía, 
otro hombre se levantará de esta mesa. 
Tal vez él no recuerde. 
¡Pero yo me acuerdo tanto! 
¡Si supieras cuánto te recuerdo! 
* * * * * 
Rosa única 
La hierba crece ahora 
en todos los crepúsculos donde antes sonreías. 
La hierba o el olvido. Es igual. 
Entre mi dolor y tu silencio, 
hay una calle por donde te marchas lentamente. 
Hay cosas que no digo porque ciertas palabras 
son como embarcarse en interminables viajes. 
Para mi amor siempre tendrás veinte años. 
Mientras yo cante en tus ojos habrá agua limpia. 
Ya para siempre 
mi amor te circunda de cristal. 
Puedes morir mil veces. 
Inmutable en mi canto estás. 
Puedo olvidarte.
Mas olvidada, resplandecerás. 
¿Qué son las luciérnagas 
sino remotas luces 
que extintos amadores antaño encendieron? 
¿Qué son sino carbones 
de hogueras que perduran, 
tras que sus caras y sus bocas se rompieron? 
Te digo que ni el rocío 
con tu rostro se atreverá 
No envejecerá la muchacha 
que, reclinada en mi sangre, 
un día miró una rosa hasta volverla eterna. 
Ahora la Rosa eterna está. 
Yo la distingo única, 
perfecta, en los jardines. 
Por las montañas y collados 
búscanla gentíos. 
Sólo mis ojos que tus ojos vieron, 
la pueden mirar. 
* * * * * * 
Serenata 
Íbamos a vivir toda la vida juntos. 
Íbamos a morir toda la muerte juntos. 
Adiós. 
No sé si sabes lo que quiere decir adiós. 
Adiós quiere decir ya no mirarse nunca, 
vivir entre otras gentes, 
reírse de otras cosas, 
morirse de otras penas. 
Adiós es separarse, ¿entiendes?, separarse, 
olvidando, como traje inútil, la juventud. 
!Íbamos a hacer tantas cosas juntos! 
Ahora tenemos otras citas. 
Estrellas diferentes nos alumbran en noches diferentes. 
La lluvia que te moja me deja seco a mí. 
Está bien: adiós. 
Contra el viento el poeta nada puede. 
A la hora en que parten los adioses, 
el poeta sólo puede pedirle a las golondrinas 
que vuelen sin cesar sobre tu sueño. 
* * * * * 
Viento del olvido 
Como a todas las muchachas del mundo, 
también a Ella, 
tejiéronla 
con sus sueños, 
los hombres que la amaban.
Y yo la amaba. 
Pudo ser para otros un rostro 
que el Viento del Olvido 
borra a cada instante. 
Pudo ser, 
pero yo la amaba. 
Yo veía las cosas más sencillas 
volverse misteriosas 
cuando Ella las tocaba. 
Porque las estrellas de la noche 
¡Ella con su mano las sembraba! 
Los días de esmeralda, 
los pájaros tranquilos, 
los rocíos azules, 
¡Ella los creaba! 
Yo me emocionaba 
con sólo verla pisar la hierba. 
¡Ah si tus ojos me miraran todavía! 
Esta noche no tendría tanta noche. 
Esta noche la lluvia caería sin mojarme. 
Porque la lluvia no empapa 
a los que se pierden 
en el bosque de sus sueños relucientes, 
y sus días no terminan 
y son sus noches transparentes. 
¿Dónde estás ahora? 
¿En qué ciudad, 
en qué penumbra, 
en cuál bosque 
te desconocen las luciérnagas? 
Tal vez mientras escribo, 
estás en un suburbio, 
sola, inerme, abandonada... 
¡Abandonada, no! 
En tu ausencia 
mi corazón todas las tardes muere. 
De "Desengaños del mago" 1961: 
Desengaños del mago
A Jorge Zalamea 
in memoriam 
1. Yo vivía en una torre que custodiaban tardes 
de susurrantes collares. 
Yo acechaba a las caravanas que, al caer 
los crepúsculos, entraban en los patios 
polvorientas de azul. 
Yo jamás dormí. 
Tal vez dormí, tal vez soñé que un ruiseñor sediento 
secaba los mares. 
Tortugas sospechosas empezaron a seguirme. 
Yo en las tardes miraba flotar en los estanques 
ciudades de ojos magnéticos. 
Cada noche la marea depositaba en los árboles 
islas dormidas. 
Lucy sollozaba por los elefantes enredados en mi 
barba. 
Lucy era una gaviota. 
Yo era un cangrejo, un lirio, un árbol 
relampagueante. 
2. Déborah: si alguna vez desciendes de los tejados, 
si alguna vez emerges de los cementerios donde 
vives, y cruzas (ave o demonio) por la Plaza del Oso, 
me verás bajo la lluvia esperándote. Porque amé tu 
calavera de conejo, amé hasta enloquecer tu rostro 
dañino. 
Déborah y yo cabalgamos sobre un escarabajo 
de ojos penetrantes y en días de tristeza recorrimos 
espejos, uniformados de azur. 
Déborah se mataba las pulgas mientras yo recitaba 
mis grandes cantos. 
Sólo una vez me permitió besarla. Fue en los 
jardines: la primavera silbaba su tonadilla. 
Ella movía la cola, azorada. 
Pero tan pronto la besé, sacudió el polen de su falda, 
aulló a la luna y huyó por los desfiladeros. 
Yo felizmente era un topo, dichosamente excavé 
un túnel. 
Yo estaba solo amancebado con la luna. 
Bien lo sabes, Déborah, mi araña incomparable, 
¡Oh mi alondra! 
¡Oh mi cítara enlutada!
3. Antaño fui un mago melancólico, panteras 
invulnerables me seguían arropadas en sus sedas. 
Poblé los cielos de bondadosos monstruos. 
Yo tenía veinte años: el año empezaba. 
La abominable tripulación puso proa al paraíso. 
¡Proa al paraíso, charcos de maldad! 
(" ¡Nunca te traicionaré! ¡No me rendiré mientras 
chapoteen las sirenas! -mentíale a mi musa".) 
Remonté ríos de erizados dientes. 
Era el tiempo humeante de mi generación. 
Todavía escucho gritar a los unicornios pisados 
por la multitud. 
El gentío himpla para que abdique. 
Pero yo no cambio de plumaje: me niego a iluminar 
con mi canto los fétidos establos de la noche. 
No más embustes: 
que el Poeta se quite el antifaz y muestre su pico 
afilado. 
Rabiosos ejércitos nos buscan. 
Mas yo vuelo hacia el futuro, yo anido en el pasado. 
Os prometo: una brisa de alondras refrescará 
el infierno. 
4. Y llegó el tiempo del murciélago. 
En los caminos colgaron a los elfos. 
Pintarrajearon a las hadas antes de forzarlas. 
Fracasaron mis magias. 
Vagué por llanuras de trapo, 
Me hinché de moscas como un verano gordo, 
Estuve en Samarcanda, la de cabeza sumergida. 
Sólo insectos poblaban tu urbe, desesperación. 
¡Oh desolado, sólo tu pueblo ciego te miró envejece. 
ante las murallas! 
Atravesé salones enjoyados donde el tigre husmeaba 
tigres gigantescos entre cuyas zarpas pasan ríos 
despavoridos. 
Huí de aquellas tribus.
Llegué a Nínive, la de ojos sangrantes. 
La tarde era un pez de tetas fosfóricas: el río 
arrastraba imperios de oro danzante: 
yo mismo era una serpiente. 
Tuve suerte: me amamantó una hembra cuya gordura 
a los naturales aniquilaba. 
Yo saludo a la que me llevaba muérdago y ratones 
frescos a mi cubil, yo celebro a la que lamía mis 
cabellos 
Oh Nínive vestida con mi dicha. 
Nínive de ojos inaccesibles. 
Nínive de torres soñolientas. 
Nínive donde queda mi corazón ardiendo. 
Así empezaron los años de mis inolvidables 
desgracias, aquel amor que fue mi ruina. 
5. Al salir me derribaron los coletazos del viento 
enloquecido por los piojos. 
Para vivir compuse canciones: la turba me arrojaba 
oro entre los barrotes. 
Ya era tarde. 
Enfermé. 
Agonicé en los bosques. Mi trono era la luna; mi cetro, 
el aullido del lobo. 
Peinábame el sol, adulábanme sus hipócritas vasallos. 
Recliné la frente en las catedrales. 
Caían las torres envenenadas 
Sangraban los obeliscos. 
El mar encaneció, las islas huyeron. 
* * * * * 
Vals gris 
Las torres más valientes 
agachan la cabeza 
cuando el otoño llega 
con el plumaje acribillado. 
En otoño los árboles 
encienden sus ojos más tristes. 
Otoño sin embargo era
cuando miré en tus ojos 
comarcas donde ardía otro sol. 
Agosto, el cojo malvado, 
escupía las ventanas; 
la niebla graznaba en los tejados. 
Pero nosotros caminábamos 
-oh praderas, oh puentes-por 
países de diamante. 
Tus veinte años saltaban como peces 
y el corazón merlín se me saltaba. 
En el palacio de las luciérnagas 
bailamos danzas desgarradoras. 
Hoy llega sin ti el otoño 
y sin ti los crepúsculos desalentados 
sólo saben ponerse sus viejos trajes. 
Los pájaros idiotas 
repiten verdosos 
las canciones de ayer. 
Lentas cruzan el cielo 
las tardes astrosas. 
Pobre el mundo: 
sólo tú autorizabas lo maravilloso. 
Vivir es largo. 
Ave carnicera es la Melancolía. 
* * * * * 
Vals verde 
A Rubén Bonifaz Nuño, en memoria de 
los días que galopamos por los desiertos 
allá lejos. 
No viajaremos 
a países de cabellera incandescente. 
No partiremos, 
no saldremos de la ciudad ululante. 
Bajo los árboles vertiginosos del crepúsculo, 
vestidos de viudos, hemos de vernos. 
En las estepas de los gentíos 
me verás, te veré, nos veremos. 
Y alrededor de nosotros 
los recuerdos de pico ensangrentado. 
Las hélices amarillas del otoño 
degollando pájaros inocentes.
Cierta tarde -cualquier tarde-en 
una esquina nos desconoceremos. 
Y por calles diferentes 
a la vejez nos iremos. 
De "El vals de los reptiles" 1970 
Dalmacia 
Como Jonás viví mi juventud en el vientre 
de Dalmacia. 
Brisas eran mis cabellos, tifones mis cejas. 
En tu vientre más alto que Orión millones 
de estorninos revoloteaban. 
Yo me sumergía a buscar pececillos, recorría 
ramblas, penetraba a los iglúes a dormir con 
ondulantes hembras. 
El viento de marzo quiebra los frascos 
donde Dalmacia guarda nuestros fetos. 
Villanos: éste es el tiempo en que menstruan 
los años. 
Éramos felices: por nuestros anillos Saturno 
saltaba dichoso. 
Jaulas de alisios, auroras palpitantes 
Dalmacia me traía. 
Pero faltaron las brisas, las pestes 
despoblaron los mares. 
Bajo soles negros, la lengua seca, vagamos 
por océanos calvos. 
Dalmacia agonizante me vomitó sobre las playas, 
Yo quise besarla, 
hacia países verdes en brazos conducirla. 
Yo grité desde los acantilados: 
¡Dalmacia, es difícil vivir! 
¡Es difícil llevarse a los labios tazas 
humeantes de sueños! 
No me oía. 
Entre los témpanos nadaba para siempre neblina. 
* * * * * 
Eva 
Entre todas las doncellas que pastan 
en los patios del Sofista ninguna más hennosa
que Eva, 
Eva, la del cuello especialmente creado 
para ramonear hierba en otros planetas. 
Eva, 
ahora sólo eres un agujero donde el zorro 
esconde sus tesoros epilépticos. 
Eva, 
por tu anillo 
pasaban tiritando, el falo erecto, los planetas 
iracundos. 
Eva y yo a picotazos disputábamos 
los gusanillos de los años. 
Ustedes son jóvenes, 
ustedes nunca sabrán cómo era este 
poblado en el tiempo en que la ciudad vivía 
colgada del rabo de los purísimos mandriles. 
La corniveleta muchacha llegaba. 
Hervía la ciudad. 
En los billares pastan las calumnias, 
en los circos cacarea la arena. 
Me saltan las lágrimas cuando el Dandy 
me conduce a los balnearios donde Eva los 
obeliscos de nuestra pasión empollaba: 
Por las playas buscábamos delirios, quizás estrellas, 
megaterios. 
Decenios recorrimos las arenas 
hasta reconocer tus ojos en una malagua. 
Eva: tu belleza ofendió a las matronas. 
El Inquisidor mandó desnudarte: en tus senos 
los alguaciles descubrieron huellas de los mordiscos 
del Giboso. 
El gentío aulló: esa misma tarde te condujeron 
a la hoguera. 
Desde entonces ardes 
y a veces en las noches me despiertan 
los chillidos de tu calavera azul. 
Otros poemas: 
El desterrado 
Cuando éramos niños,
y los padres 
nos negaban diez centavos de fulgor, 
a nosotros 
nos gustaba desterrarnos a los parques, 
para que viéramos que hacíamos falta, 
y caminaran tras su corazón 
hasta volverse mas humildes y pequeños que nosotros. 
Entonces era hermoso regresar! 
Pero un día 
parten de verdad los barcos de juguete, 
cruzamos corredores, vergüenzas, años; 
y son las tres de la tarde 
y el sol no calienta la miseria. 
Un impresor misterioso 
pone la palabra tristeza 
en la primera plana de todos los periódicos. 
Ay, un día caminando comprendemos 
que estamos en una cárcel de muros que se alejan... 
Y es imposible regresar. 
Rumor en la nostalgia antigua 
Cuando la luz cansada de embestir al día 
vara en los muelles su cadáver dorado, 
y está el silencio entre los ausentes 
y las golondrinas, 
poniendo huevos lentos, 
¿vuelve el agua a los pétalos del rayo? 
¿torna el cristal a desplumarse en la azucena? 
¿escuchas al otoño, bandada por bandada, aterrizar 
entre los resortes ruinosos del poniente, 
me oyes llegar pisando el olor que humea 
de las manzanas sumergidas, me escuchas...? 
Yo recuerdo que el día en que la luciérnaga 
se puso su anillo de barcos perdidos, 
el tiempo bajó a mirarte hasta las cosas mudas. 
¿Quién se acordó entonces del rocío sujetando 
a las palomas ? 
¿quién racimo de planetas enfermizos ? 
¿quién soledad desfondada por los muertos? 
¿ quién cuchillo afilado en la luna? 
Era el mes de las olas arrodilladas esperando 
tu corona. 
Era la mitad desde el plumaje deshecho de la tarde, 
desde las corrientes, desde el olvido. 
Y ahora estoy en medio de los meses invadidos
entre las finales cáscaras del día!; 
oigo que te pones el vestido sucio de un fantasma, 
siento que un sol ciego 
te llueve con plumas aguas, y ya no te conozco. 
¿Quién, pues, eres tú que desaguas eternamente 
al otoño con tu cubo ? 
¿quién que enroscas tu barba al horizonte? 
Ésta es la hora 
en que la luz se arranca las pestañas 
tirita el lirio en la cama polvorienta del relámpago, 
viaja el toro al dorso del bramido. 
Ésta es la hora 
en que a tu isla de párpados recién cernidos 
llega la lluvia desangrándose de ruiseñores. 
¡A ver la niebla, que él está mirando! 
¡A ver la hierba, que yo no tengo la culpa 
que empañe el paisaje como un vaso! 
¡Ah, combatiente, qué dirías si vieras 
el resplandor que te encuaderna las entrañas! 
¡Ya no es posible que no sepas que tus dedos 
emergen de los golfos trayendo aquí 
todos los días una flor de luz petrificada! 
¡Ya no es posible, ni tampoco quiero, 
que mi corazón se vaya 
en el carruaje amarillento de las hojas! 
Mas no lloradlo. 
A Él lo construye perpetuamente el agua. 
En el principio, cuando la lágrima vuelve 
a su trono transparente, lo edifica 
el viento que borra los sepulcros. 
¿Qué lo han visto en los malecones 
por donde llega el otoño, 
de jazmín en jazmín desde el fondo de la tierra? 
Levántate, 
las gentes no quieren creerme 
que por todas partes limitas con el alba, 
que estás en la gota donde, ya en ruinas, 
agitando los brazos se despide el horizonte... 
* Publicado en "La Tribuna", el domingo 5 de septiembre de 1948 
BIOGRAFIA DE MANUEL SCORZA 
Nació en lima en 1929. 
La mayor parte de su infancia la paso en Huancavelica, la tierra natal de sus 
padres, donde hizo sus estudios primarios. 
Los estudios secundarios los culmino en el colegio militar Leoncio prado, junto 
al novelista Mario vargas llosa. 
Estudio en la facultad de letras de la universidad nacional mayor de san 
marcos. 
Incursiono con mucho éxito en el campo de la poesía y así como también en la 
narrativa o novela.
Participo activamente en la política. Fue militante del FOCEP que lideraba el 
doctor Genaro Ledesma Izquieta. 
En 1956 recibió el premio nacional de poesía. 
Fue un gran editador de libros populares. Dirigió la “Colección de Autores 
Peruanos”. 
En 1983, al retornar al Perú con el propósito de colaborar en las campañas 
políticas de la Izquierda Unida, el avión en el que venia sufrió un accidente, 
falleciendo a los 54 años. 
OBRAS LIETERARIAS: 
Novelas: 
- Redoble por Rancas. 
- Historia de Garabombo, El Invisible. 
- El Jinete Insomne. 
- El Cantar de Agapito Robles. 
- la tumba del relámpago. 
Poesía: 
- Las Imprecaciones. 
- Los Adioses. 
- Desengaños del Mago. 
- Réquiem para un Gentilhombre. 
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Carta a usted 
Caminante 
Besos 
Así, verte de lejos 
Antes que tú 
Amor verdadero 
Amor eterno 
Amar sin ser querido 
Acuérdate de mí
A cocachos aprendí
¿Y quién fue Manuel Scorza? 
5 septiembre, 2013 Arte y Cultura, Educación, Efemérides, Recursos Educativos 12 Comments 
El próximo lunes 9 de septiembre, Manuel Scorza estaría 
celebrando su cumpleaños número 85 uno de los escritores más importantes del país. Su 
nombre, asociado durante los últimos años de su vida a la acción política -fue candidato a la 
vicepresidencia en 1980 por un entonces conocido movimiento de izquierda- y el ácido debate 
con colegas escritores comoMario Vargas Llosa y periodistas comoCésar Hildebrandt, es 
ahora identidad de diversas instituciones educativas en Lima y provincias, siendo 
particularmente conocida la que se ubica en el populoso distrito de San Juan de Lurigancho. 
Un trágico accidente aéreo acabó con su vida de manera anticipada, y dio inicio a su leyenda 
artística, la misma que ha sido sistemáticamente acallada por los medios convencionales y 
gubernamentales, a pesar de la importancia que tuviera en campos como el editorial y el de 
gestión cultural, con trascendentes contribuciones al fomento de la lectura popular. Pero ¿quién 
fue realmente Manuel Scorza? Lo sabremos en estas notas biográficas escritas por Jaime 
Guadalupe Bobadilla, conocedor de su obra: 
Manuel Scorza Torre (Lima, 9 de septiembre de 1928) es uno de los escritores más relevantes 
de nuestra literatura. Su estética literaria es magistral no solo por su audacia e innovación, sino 
porque también es consustancial a la permanente brega por un país superior, por un mundo 
diferente. Fue genial poeta y novelista, visionario editor-promotor cultural, y, a la vez, 
indoblegable luchador social humanista. 
Su poesía, de la que el cambio social y el amor son pilares inconmovibles, es una de las más 
elevadas de Perú y América Latina. Está formada por Canto a los mineros de 
Bolivia (1952); Las imprecaciones (1956); Los adioses (1960);Desengaños del 
Mago (1961); Réquiem para un gentilhombre / Elogio y despedida a Fernando Quíspez 
Asín (1962); Cantar de Túpac Amaru (1969); El vals de los reptiles (1970); Lamentando que 
Hans Magnus Enzensberger no esté en Collobrièrs (1973); Palabras de Nicolás 
Centenario (1977); A César Calvo agradeciéndole que esté aquí (1977). 
Sus novelas, antológicas todas, son Redoble por Rancas (1970);Garabombo, el 
Invisible (1972); El jinete insomne (1977); Cantar de Agapito Robles (1977); La tumba del 
relámpago (1979) -integrantes de la pentalogía La guerra silenciosa-; y La danza
inmóvil (1983). En estas obras, que han sido traducidas a más de cuarenta idiomas, Scorza ha 
enaltecido la persistencia y el heroísmo popular en la lucha por la justicia social y la liberación 
nacional. 
Como editor-promotor realizó, en el Perú y varios países de América Latina -cuando tenía 28 
años-, una de las más gravitantes e históricas cruzadas culturales y educativas: los 
legendarios Festivales del Libro (1956, 1957, 1958) y Populibros Peruanos (1960, 1961, 
1962, 1963), únicas en su género, grandiosas realizaciones aún no igualadas, y más si 
comparamos las cantidades de habitantes y los avances tecnológicos de su época con la 
actual. 
Los Festivales del Libro eran colecciones con las obras más importantes de los mayores 
literatos y pensadores de cada país y del extranjero, en entregas de ocho o más títulos. En el 
Perú, fueron cinco Festivales del Libro (un millón trescientos mil ejemplares en total); tres en 
Venezuela (ochocientos cincuenta mil); dos en Colombia (setecientos cincuenta mil); uno en 
Cuba (doscientos cincuenta mil vendidos en diez días-); uno en Ecuador (ciento cincuenta mil); 
y un Festival del Libro Centroamericano (doscientos mil). 
En los aún más protagónicos Populibros Peruanos llegó a publicar más de sesenta libros, en 
ocho series de cinco y más títulos cada una, con casos en que un libro estaba conformado por 
dos tomos, además de diez títulos individuales. Aquí y en todos los países en que se editaron, 
todas, absolutamente todas las colecciones de Festivales del Libro y Populibros Peruanos 
fueron adquiridas masivamente, se agotaban con inusitada rapidez… 
Estas proezas editoriales fueron decisivas para que el Inca Garcilaso de la Vega, Manuel 
González Prada, José Carlos Mariátegui, César Vallejo yJosé María Arguedas, entre otros, 
sean realmente conocidos y valorados en nuestra patria e internacionalmente. Por vez primera, 
Festivales del Libro y Populibros Peruanos pusieron sus obras capitales en manos de la gente 
sencilla, de los hombres y mujeres de a pie, de los trabajadores y la juventud; en suma, de todo 
nuestro pueblo. 
No solo ello: también consagraron a meritorios escritores e intelectuales del país: Ciro 
Alegría -cuya nombradía se acrecentó-, Oswaldo Reynoso, Mario Vargas Llosa, Julio 
Ramón Ribeyro, Sebastián Salazar Bondy, Juan José Vega, entre otros. Y también 
popularizaron entre nosotros a autores cumbres de otros países: José Martí, Rubén Darío, 
Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, Pablo Neruda, Jorge Icaza, Gabriel García Márquez, William 
Shakespeare, Oscar Wilde, Fiodor Dostoyevski, Anton Chejov, Gustave Flaubert, Jean Paul 
Sartre, Edgar Allan Poe, Ernest Hemingway. 
La tenaz e inclaudicable forja de su obra le valió merecidos reconocimientos. Entre estos, en 
1955, los tres primeros lugares de los Juegos Florales Internacionales por el Cuarto Centenario 
de la Universidad Nacional de México, cuando estaba deportado en aquel país por la 
dictadura odriísta. Ahí también, en junio de 1954, renunció pública e irrevocablemente al 
partido aprista, mediante ¡Good bye, mister Haya!, valerosa carta abierta que constituye una 
irrefutable interpelación de integral validez. 
En 1956, de retorno al Perú, se le otorgó el Premio Nacional de Poesía por Las 
imprecaciones. En 1971 fue finalista del Premio Internacional Planeta por la mundialmente 
célebre Redoble por Rancas. En realidad, el primer lugar le fue negado deliberadamente, 
como categóricamente afirman todos los que conocen esta arbitrariedad, la que, por cierto, 
también es otro mérito para él y su legendaria novela.
La vida de Manuel Scorza terminó de manera abrupta, aquel aciago 27 de noviembre de 1983, 
en el accidente del Aeropuerto de Barajas (Madrid, España), cuando retornaba desde París a 
residir definitivamente con nosotros, tras una breve escala en Bogotá, donde expondría en un 
encuentro de escritores latinoamericanos. 
Su sepelio fue fervoroso, multitudinario. Por esta desgracia, el Perú perdió a su primer 
candidato al Premio Nobel de Literatura, pues desde 1979 Manuel Scorza Torre ya estaba 
entre los nominados a esa cima universal.Manuel Scorza y su multifacética obra son, 
invariablemente, clásicos de la literatura nacional e internacional, que merece ser conocida y 
valorada por las nuevas generaciones. 
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12 Responses to ¿Y quién fue Manuel Scorza? 
1. Micaela Monje Padilla dice: 
6 septiembre, 2013 a las 4:33 
Manuel Scorza poeta y escritor, sobre todo peruano. 
Responder 
2. laura Cosme S dice: 
8 septiembre, 2013 a las 2:00 
Un brillante periodista. 
Responder 
3. Rómulo Carrasco dice: 
8 septiembre, 2013 a las 4:05 
Fue un novelista , poeta y editor peruano de la Generación del 50, atento a los fenómenos 
sociales y auscultado de problemas del momento de la nación peruana.Un gran hombre y 
peruano sobre todo 
Responder 
4. Maritza Gomez dice: 
8 septiembre, 2013 a las 4:57 
Manuel Scorza fue un novelista , poeta y editor peruano de la Generación del 50, atento a los 
fenómenos sociales y auscultador de problemas del momento de la nación peruana . 
Responder
5. Victoria Mimajrez dice: 
6. anuel Scorza condenó su pluma al 
escoger como principio vital de la 
misma la defensa de la causa 
indígena en el Perú. Y digo condenó, 
porque la literatura política 
indigenista ha sido concebida por el 
mundo cultural como una literatura 
marginal. Difícil que el espíritu 
burgués y cosmopolita de nuestros 
escritores se fijara con respeto en 
una literatura que defendía una causa 
perdida y ajena. 
7. Pero Scorza escribía por compromiso ético. No era el 
ansia de laureles lo que lo impelía a escribir, lo 
impulsaba la absoluta seguridad de que su literatura 
aportaba importantemente a la causa del 
campesinado indígena: sus maestros, sus hermanos. 
El móvil de la literatura de Scorza fue la defensa de 
la identidad y los derechos de su pueblo. Pero, 
demostrar que la literatura de Scorza es una literatura 
políticamente comprometida con la causa de las 
comunidades indígenas del Perú no aporta nada a la 
crítica que existe sobre ella, pues este compromiso 
define su estética y su vida. Lo que sí es importante 
es mostrar los múltiples mecanismos a través de los 
cuales Scorza compromete su literatura y busca 
comprometer al lector con la causa indígena. Este 
trabajo se propone evidenciar uno de ellos. La 
definición de éste nos permitirá precisar con más 
profundidad el constructo ideológico que define la 
construcción de mundo en las novelas. 
8. Vamos entonces a hacer un análisis de la pentalogía 
de Scorza, para mostrar cómo la estructura de héroes 
y antihéroes construye la oposición al poder 
terrateniente, y, lo fundamental, cómo esta estructura 
común a las cinco novelas encarna una ideología y 
una interpretación de la realidad peruana. Es decir, el 
constructo ideológico del texto, la lectura que de la 
realidad hace la pentalogía, se vehiculiza a través de 
esta estructura. 
9. 1. El héroe
10. En cada una de las cinco novelas hay un sujeto sobre 
el que recae principalmente la responsabilidad del 
compromiso heroico, y que se define, a excepción de 
la última novela, por su condición sobrenatural: 
en Redoble por Rancas, Héctor Chacón (el 
nictálope); en Garabombo el Invisible, Fermín 
Espinoza (el invisible); en El Jinete Insomne, 
Raymundo Herrera (el insomne); en El Cantar de 
Agapito Robles, Agapito Robles (el mutable); en La 
Tumba del Relámpago, Genaro Ledesma. 
11. Estos héroes se configuran en función de la 
oposición al poder del gamonalismo.1 Confrontación 
que se da en dos dimensiones: en su accionar y en su 
caracterización. 
12. Sobre la primera, baste decir que toda la vida de los 
héroes se configura en función de esta oposición: el 
héroe casi no hace nada distinto de buscar la 
destrucción del opresor para dignificar a la 
comunidad. De ahí que su vida privada es casi 
imperceptible, y sus conflictos sean los de la 
comunidad (la primera categoría del héroe de que 
hablaba Lukacs en su Teoría de la novela). 
13. Es la segunda dimensión de este esquema de 
oposición la que va a evidenciar con más claridad el 
soporte ideológico que define la construcción del 
héroe. El héroe de la primera novela, Héctor Chacón, 
aparece dotado de una condición maravillosa: 
la nictalopía. Condición que tiene como propósito 
único facilitar la acción de Chacón contra el Juez 
Montenegro (Encarnación máxima del poder 
gamonalista). Su nictalopía le facilita el 
desplazamiento en medio de la más espesa 
oscuridad, lo que le permite organizar la lucha, huir 
de los heraldos nefastos de Montenegro, etc. En esta 
novela el héroe es acompañado de otros dos héroes 
prominentes, que también están investidos de 
poderes especiales: el Ladrón de Caballos y su 
conocimiento del lenguaje caballuno; y el Abigeo, de 
sueños premonitorios. Estos héroes también ponen 
sus poderes al servicio de la oposición al poder, su 
función en el texto es ayudar a desarrollar el 
programa narrativo del héroe: 
14. El doctor Montenegro vivía vigilado por los fusiles 
de La Benemérita Guardia Civil y la desconfianza 
de cuatrocientos compadres. ¿Podían vencerlo cinco
hombres? Así hablan las lenguas largas. Hablan por 
hablar. Efectivamente, eran cinco varones contra 
cuatrocientos armados, pero eran cinco machos 
especiales. 
Para principiar , Héctor Chacón, el Nictálope, veía 
igual de día que de noche; sus ojos distinguían lo 
mismo la oscuridad que la claridad. ¿A qué trampas 
podía arrastrar a la Guardia Civil? El Ladrón de 
Caballos y el Abigeo taimadamente organizaban una 
reunión de equinos en Yanahuanca» (Redoble por 
Rancas:214). 2 
15. El héroe de la segunda novela, Fermín Espinoza 
(Garabombo), también sufre de una enfermedad 
maravillosa: la invisibilidad. Esta condición especial 
del héroe no sólo está al servicio de la lucha (Como 
la de Héctor Chacón), sino que encarna la 
enfermedad de su pueblo: la cobardía. 
Garabombo es invisible para todos aquellos que 
están del lado de los hacendados, de los opresores, 
pero es visible para los oprimidos que se rebelan. 
Garabombo se hace visible a los opresores cuando 
reclama, cuando el pueblo se puebla de valor, cuando 
lucha: 
16. ¡Lo veían! La multitud exhaló algo tramado por el 
alivio, el regocijo y la angustia. ¡Lo veían! 
Garabombo cumplía su promesa: era visible. ¡Nadie 
los derrotaría! 'Ni herbolarios ni brujos me curarán. 
¡El día que ustedes sean valientes me curaré! ¡El día 
que comande la caballería comunal!' Una 
certidumbre más poderosa que los roquedales los 
irguió» (Garabombo el Invisible:195). 
17. La invisibilidad de Garabombo es el resultado del 
silencio, de la cobardía, de la inacción de la 
comunidad. Y su cura ocurre cuando los comuneros 
exigen sus derechos. Es decir, sólo el día en que el 
pueblo indígena se levanta y lucha por sus tierras, 
sólo el día que se sobrepone a su cobardía y enhiesta 
corajudo la bandera de sus derechos, sólo el día que 
recupera su dignidad es escuchado, se hace visible a 
los ojos de los opresores. Garabombo es pues la 
metáfora del problema indígena en el Perú: su 
inexistencia para el gobierno y la sociedad 
dominante. 
18. Con Raymundo Herrera (el insomne) ocurre lo 
mismo que con Garabombo, su condición 
maravillosa no sólo está al servicio de la acción del
héroe contra los opresores sino que encarna el 
problema del indio; pero con Raymundo este efecto 
simbólico de la enfermedad es más denso y 
fundamental. Cuando son arrebatadas las tierras de la 
comunidad en el año de 1705, se detiene el tiempo 
para Raymundo Herrera (tenía 63 años) y contrae la 
enfermedad del insomnio, de la que sólo se cura el 
día que su comunidad se decide a luchar, 257 años 
después. El jinete insomne es un fantasma 
extraordinario, cuya razón de ser es increpar a la 
comunidad, es una sombra que deambula en su 
caballo incitando a la lucha, organizando a la 
comunidad, recordándoles su pasada dignidad de 
pueblo soberano y su presente indignidad de pueblo 
desposeído. El día que se trazan los planos de la 
comunidad, se rescatan los títulos de la tierra y el 
pueblo inicia su lucha contra los terratenientes, 
Raymundo Herrera recupera el sueño, y muere: 
19. No sólo el antiguo Chapihuaranga se volvió rojo. 
Los Requis me dicen que el día del entierro de don 
Raymundo Herrera, las corrientes se tiñeron en las 
alturas. El suegro de los Guadalupe cuenta que por 
su rumbo, cerca de la cordillera Culebra, además de 
teñirse, los ríos se encabritaron. 'Magdaleno, yo no 
estaba bebido. Te juro que vi al río Culebra 
arrodillarse. Se prosternó e intentó regresar a su 
nacimiento. ¿Ves como corre ahora para acá? Pues 
durante tres días quiso correr hacia allá, hacia el 
cerro Wayracóndor» (El Jinete Insomne: 243). 
20. El jinete insomne nace de la usurpación y muere en 
la recuperación: la vida del jinete es igual a la vida 
de la comunidad desposeída, él es la memoria del 
abuso. Su enfermedad es la enfermedad de la raza 
incaica: su expulsión de la historia.3 El pueblo 
indígena desposeído es un pueblo sin historia, «[los 
indios] fueron expulsados de ella por la fuerza de las 
armas».4 La muerte de Raymundo Herrera es el 
reencuentro de la comunidad con la historia. 
21. Al contrario de los héroes de las tres novelas 
anteriores, el héroe de la cuarta novela, Agapito 
Robles (el mutable) no sufre de una enfermedad 
maravillosa. El poder de transmutarse es una 
invención de una bruja de la comunidad: 
22. Agapito palideció. Las autoridades políticas de 
Yanahuanca, incapaces de capturar al personero, 
habían acabado por admitir lo que divulgaba
Victoria de Racre: que Agapito Robles había 
recibido autorización para convertirse en puma. 
Un delator había revelado al juez que, acabando una 
sesión, para demostrar su poderío, Agapito Robles 
se había convertido en puma» (El Cantar de 
Agapito Robles: 123). 
23. Agapito Robles no se va a curar el día de la 
reivindicación de la comunidad, el día que tomen 
posesión de la tierra; su condición especial, su poder 
de transmutarse en puma, es una invención, una 
estrategia de lucha. Nos enfrentamos entonces a un 
héroe distinto del héroe mítico de las tres novelas 
anteriores. En El Cantar de Agapito Robles, el héroe 
desciende del plano mítico a la leyenda. Pero 
esta inventada condición especial, al igual que las 
enfermedades maravillosas de los otros héroes, tiene 
su razón de ser en la oposición al poder: es este 
atributo de la transmutabilidad el que le permite a 
Agapito escurrirse por todos los rincones y organizar 
la lucha contra los terratenientes. Es decir, cambia la 
caracterización del héroe pero se mantiene el mismo 
funcionamiento textual. Y, Junto con este cambio en 
la caracterización del héroe, aparece un cambio en la 
percepción del problema del indio: Agapito Robles 
no reclama las tierras, no busca que las autoridades 
le restituyan sus derechos, su decisión es tomar por 
la fuerza las tierras usurpadas. Agapito no encarna la 
situación de la raza indígena, sino la voluntad y la 
acción de la dignificación, ya no representa el 
silencio sino el grito, no la cobardía sino la valentía, 
no la sumisión sino la lucha. Ya no reclama como 
los héroes precedentes,recupera; ya no pide justicia, 
la impone: 
24. Doscientos cincuenta y siete años Yanacocha había 
reclamado, suplicado, gestionado, esperado, 
conminado que se le hiciera justicia. Alto de 
claridad, Agapito comprendió: ¡Yanacocha se había 
equivocado! El título por el que se inmolaron tantas 
generaciones, era sólo papel apagado. 
Despidiéndose, el Título hablaba por última vez: 
toda reclamación es insensata. Yanacocha sólo 
recuperaría su país por la fuerza. El día atravesó su 
corazón. Y Agapito decidió que Yanacocha no 
imploraría nunca más» (El Cantar de Agapito 
Robles:14).
25. Hay pues un cambio en la condición del héroe y un 
cambio en su concepción del problema de la 
comunidad. Ya no se trata de que los vean sino de 
que sientanel poder de la comunidad erguida. 
26. El héroe de Tumba del Relámpago es un héroe 
distinto de los cuatro héroes anteriores: no pertenece 
a la comunidad, ni sufre ninguna enfermedad 
maravillosa. Sin embargo, tiene el poder de organizar 
a todas las comunidades para la protesta. Ya no se 
trata de una comunidad reclamando unas cuantas 
hectáreas de tierra, se trata de las comunidades 
indígenas unidas para recuperar la tierra usurpada; 
estas comunidades tienen cada una su propio héroe, y 
todos ellos esperan las órdenes de Genaro Ledesma. 
27. Ledesma es un abogado de pueblo que sigue con 
fervor las ideas del socialismo americanista de 
Mariátegui, lector apasionado de César Vallejo y 
amigo de Manuel Scorza (el escritor peruano). Para 
él es claro que el problema del indio es el problema 
de la tenencia de la tierra, es el gamonalismo el que 
tiene condenadas a las comunidades indígenas. 
Siguiendo las ideas de Mariátegui, Ledesma 
concluye que mientras se mantenga el esquema 
socioeconómico del latifundio (además enfeudado a 
capitales extranjeros), las comunidades indígenas 
nunca obtendrán justicia. Por eso acepta dirigir a las 
comunidades, pero se da cuenta de que éstas no están 
preparadas para una lucha armada, de que el 
problema del indio es un problema nacional e 
internacional, y de que se necesita el concurso de 
toda la sociedad peruana para enfrentarlo: si el 
problema del indio es el latifundio, y el Perú 
mantiene una economía agraria feudal manipulada 
por intereses extranjeros, no es una mal equipada 
comunidad indígena enfrentada a todas las fuerzas 
del estado la que lo va a resolver. Al final Ledesma 
entiende que el único resultado posible es el fracaso 
y una masacre campesina más: 
28. —De todas maneras nos van a matar. ¡Debemos 
morir matando! —insistió Roque. 
—No se trata ni de matar ni de morir. Se trata de 
vivir para tomar el poder. 
—¡Genaro...! 
—¡Dije que no, carajo! Antes de enviar gente a la 
muerte, con uniforme o sin uniforme, prefiero que
me fusilen. ¡Prefiero morir inocente y no vivir 
culpable! (La Tumba del Relámpago: 257). 
29. Si hacemos un análisis más profundo de cada uno de 
estos cinco héroes encontraremos en sus 
funcionamientos textuales la clave ideológica que 
rige la construcción de mundo en la novelística de 
Scorza.5 Ya hemos dicho que el héroe, tanto por su 
configuración como por su recorrido narrativo, se 
define en su oposición al poder terrateniente. Ahora 
bien, los héroes de las primeras tres novelas sufren 
enfermedades maravillosas que encarnan la cobardía, 
el despojo y la vergüenza de la raza incaica; los 
héroes principales de las otras dos novelas se 
construyen de manera distinta: la transmutabilidad de 
Agapito Robles es un invento, no tiene un carácter de 
verdad, y Genaro Ledesma no está investido de 
ningún poder maravilloso. Vemos entonces cómo los 
tres primeros héroes se configuran en el mito, el 
cuarto en la leyenda y el útimo en el plano histórico. 
Otra característica común es que el héroe siempre 
fracasa en su empeño y este fracaso se resuelve 
siempre en una masacre de la comunidad a manos de 
las fuerzas al servicio del poder terrateniente: hay 
pues un mismo esquema rigiendo la construcción y 
el accionar del héroe: 
30. 
31. Indudablemente estamos asistiendo a un abandono 
paulatino del mundo mítico para entrar en el mundo 
histórico. Es decir, aparte del recorrido narrativo del 
héroe particular de cada una de las novelas, tenemos 
otro recorrido narrativo: el del héroe como 
construcción textual de toda la pentalogía, que 
desciende del mundo mítico al mundo histórico. Y es 
en este segundo recorrido narrativo o supra-recorrido 
donde está la clave ideológica del texto.6 El 
desasimiento del mundo mítico y aferramiento al 
mundo histórico encarnan un cambio de perspectiva 
en el entendimiento del problema del indígena: de 
entender éste como un problema cultural (al estilo 
del indigenismo tradicional) a entenderlo como un 
problema fundamentalmente socioeconómico,
fundamentado en el régimen de distribución y 
explotación de la tierra. Este es el llamado 
neoindigenismo de Manuel Scorza (aunque él no 
aceptara esta denominación).7 Pero bien, la acción 
heroica, tanto del héroe mítico como del héroe 
histórico, termina en el fracaso y en una masacre más 
de indígenas. ¿Acaso la lucha comunera está 
condenada al fracaso, no importa la perspectiva 
ideológica desde la que se conciba? La acción 
heroica claramente nos dice que sí. Veamos cómo 
nos contesta a esta pregunta el análisis del antihéroe. 
32. 2. Estructura de la 
acción del antihéroe 
33. Aunque en Redoble por Rancas aparece el niño 
Remigio, es en Garabombo el Invisible donde se 
desarrolla plenamente y adquiere más claridad su 
funcionamiento textual; Remigio es pues el antihéroe 
que atraviesa las dos primeras novelas. En El Jinete 
Insomne aparecen dos antihéroes: Tupayachi y el 
Ingeniero. En El Cantar de Agapito Robles y en La 
Tumba del Relámpago aparece una antiheroína: 
Maca Albornoz. 
34. Remigio es un personaje ambivalente. Para sí mismo 
es un intelectual, un poeta, un hombre con una 
profunda sensibilidad y espíritu crítico; pero, para los 
demás, es un bufón asqueroso, atrapado en una 
sentina de complejos y humillaciones. Frente a esta 
inconsistencia entre la imagen que él tiene de sí 
mismo y la imagen que de él tienen los otros, 
Remigio se sumerge en una profunda irrealidad, en 
un mundo imaginado para sí mismo. En este juego 
de caracteres que lo constituyen, Remigio se erige 
como un sujeto que confronta al poder desde el 
humor: 
35. * En su demencia de personaje culto, a través de sus 
cartas y discursos irónicos. En un estilo mordaz, 
angustiante, penetrante, las palabras son el arma para 
combatir la injusticia, para enfrentar la dura realidad 
de amos y verdugos, para expresar el dolor de la 
comunidad indígena: 
36. En Yanahuanca falta lo que a mí me sobra: ideas, 
invenciones, limpieza pública, encarcelar a las 
autoridades, pedirles rendición de cuentas y destituir 
a la alcaldesa, meterla presa a usted. (…) Cambiaré
la tierra del cementerio, importaré tierras donde no 
se fusile, ni se encarcele, ni se persiga a los 
jorobados, ni le griten feo a los cojos» (Garabombo 
el Invisible:83). 
37. * En su carácter bufonesco, llamando a sus 
chandosos con los nombres de las autoridades. Pero 
es en esta condición de bufón de un rey injusto y 
déspota (el gamonal), que Remigio se constituye en 
símbolo de la condición indígena: Remigio es la 
encarnación del fragelo de la comunidad despojada 
de sus tierras: el hambre: 
38. Yo no me comí los bizcochos, y para que vean 
vomito. ¿Ya ves? ¿Qué les dije? He vomitado. ¿Qué 
he comido? De chico casi nada; de grande nada. Y 
ahora, en vísperas de mi resplandeciente madurez, 
cerca de mi edad de oro, de vez en cuando como 
galletas y bizcochos robados. Soy pues, 
inocente»(Garabombo el Invisible: 49). 
39. Y se logra el efecto, el lector ríe, y cuando ríe 
entiende y se conmueve, y se pone del lado de la 
causa indígena. El antihéroe confronta al poder desde 
el humor. Remigio denuncia de manera 
incontestable, desnuda efectivamente la realidad a 
través de la ironía. Pero esta confrontación 
desaparece cuando, por efecto de una broma del 
Juez Montenegro, Remigio es reconocido como el 
intelectual que siempre ha querido ser. Y, por efecto 
de este reconocimiento que le hacen los notables, se 
convierte en Remigio el hermoso: pierde su joroba, 
crece, sus dientes renacen, desaparece su cojera, la 
tez rejuvenece; y Remigio el engendro se transforma 
en Remigio el hermoso. Para transformarlo, sólo se 
necesitó que los notables lo aceptaran en su 
exclusivo círculo. Y con esta transformación 
desaparece la denuncia; Remigio se silencia: ya no 
escribe cartas, no grita la injusticia, los perros se 
pierden en el anonimato, ya no tiene hambre.8 El 
antihéroe es sobornado por el gamonal y traiciona a 
la comunidad. 
40. En la tercera novela aparecen dos antihéroes: 
Tupayachi y el Ingeniero. Estos dos antihéroes 
encarnan la dualidad que caracteriza a Remigio: el 
Ingeniero, con su ilusión de sabio; y Tupayachi, 
como bufón, encarnando al hambre. Tupayachi 
desequilibra la realidad, desnuda la injusticia, 
confronta la opresión, muestra la verdad desde la
inocencia más pura. Aunque en Tupayachi hay una 
aparente conformidad con su posición social y 
entiende que «no hay más remedio, los grandes sólo 
alternan con los grandes», esa aceptación es 
falseamiento. Tupayachi es contestatario de la 
opresión. Cuando es injuriado por el señor 
Retamozo, construye una trama de lo más original y 
lo hace comer mierda: Tupayachi se eleva por 
encima de su humillante condición y condena al 
poder a comer mierda. Pero la crítica más fuerte, la 
más punzante, la más efectiva, la más corrosiva, la 
que logra un efecto contundente sobre el lector, es la 
que encarna su relación con el hambre. Su hambre es 
insaciable. Y no es una cosa externa a él, es algo 
interior, íntimo, está en sus sueños y aspiraciones, lo 
conforma: 
41. «Yo quisiera ser camello. El Ingeniero sabe que los 
camellos pueden guardar cien días el agua en la 
barriga para cruzar el desierto. El sabe. ¿Qué más 
quisiera yo que guardar comida por tres meses? 
Desgraciadamente no soy un camello.» (El Jinete 
Insomne:139) 
«Yo siempre tengo hambre Ingeniero. ¿Sabe qué 
soñé? Caminando por la cordillera Negra me metí 
en un desfiladero y descubrí —imagínese 
Ingeniero— descubrí un filón de arroz con pato: la 
veta se perdía en el Brasil» (El Jinete Insomne:223). 
42. Tupayachi es un personaje erigido en el hambre, él 
es el hambre misma. Él, como Remigio, encarna el 
hambre insaciable y eterna de la comunidad indígena 
sometida por la ambición del terrateniente. 
43. Por su parte, el Ingeniero se concibe a sí mismo 
como el intelectual, el supremo sabio. Es un 
personaje que denuncia ideológicamente, que ayuda 
a la comunidad en el trazado de los planos con los 
que puedan reclamar, pero sin participar en la 
práctica de la lucha, en la confrontación de hecho. 
Tal vez por una cobardía que le es inmanente, el 
Ingeniero evade la realidad, sumiéndose en mundos 
de ensoñación, en imposibles negocios, en la 
irrealidad. Al igual que Remigio, el Ingeniero es 
sobornado y renuncia al levantamiento de los planos. 
44. El último antihéroe es uno de los personajes más 
elaborados, más ricos y mágicos de la novelística de 
Scorza. La historia de Maca atraviesa tres 
novelas:Garabombo el Invisible, El Cantar de
Agapito Robles y La Tumba del Relámpago. Maca es 
una mujer que se educa como varón; se conocía 
como Maco Albornoz, y era miembro de una familia 
de delincuentes. Sólo a la edad de 20 años, a manos 
de tres bandidos que compartían la misma celda del 
presidio que él, Maco se sabe mujer. Como hombre, 
Maco era irresistible para las mujeres; como mujer, 
Maca era imprescindible para los hombres. Y esa 
condición de mujer extraordinaria la aprovecha para 
subyugar a los notables. Nos dice el hacendado don 
Migdonio: 
45. Póngase en mi lugar. ¡Cómo sospechar que lo que 
anhelaba ese serafín pavoroso era demostrar la 
insignificancia de los hombres! Yo soy señores el 
primer varón que la vio en esta provincia y repito 
que verla es desgraciarse (El Cantar de Agapito 
Robles:27). 
46. Bajo el imperio de su belleza sucumben los más 
notables varones de la región, éstos abandonan 
hacienda, mujeres e hijos, para ir en busca de una 
boda prometida que nunca se realizará. Hasta el 
símbolo máximo del poder, el inconmovible doctor 
Montenegro de huesos de marfil, cae temporalmente 
en las redes de Maca: 
47. La salud del doctor Montenegro también 
empeoraba. Por primera vez en su vida conocía el 
insomnio. Él, que se regía por horarios inmutables, 
enredó el hilo de sus jornadas. En vano, como 
siempre, se acostaba a las diez de la noche y se 
levantaba a las seis. El sueño lo esquivaba: entre sus 
ojos y el reposo se interponía la figura de Maca» (El 
Cantar de Agapito Robles: 82). 
48. Pero Maca no sólo se opone al poder de manera 
directa por la vía de su belleza, también lo hace a 
través de la ironía. El humor, terreno incuestionable 
de la irreverencia, es mecanismo de denuncia social 
y política; la solemne historia oficial, encarnada en 
los próceres, se destroza bajo el peso 
inconmensurable de éste. 
49. Esa hembra, capaz de pararle la pinga a los héroes 
que huevean en los monumentos, desembarcó 
seguida por su corte de idiotas. Porque, predicando 
que 'los imbéciles y los locos son los únicos 
hombres dignos de confianza', Maca recogía a todos 
los que encontraba en los puertos, caseríos o 
caminos, y blasfematoriamente los bautizaba con los 
apellidos de nuestros próceres. Así, a un enano que
padecía la incurable costumbre de robar caramelos, 
lo motejó General Prado. Un barrilito de grasa que 
arrastraba una pierna resultó el General Balta. Dos 
cretinos de Chacayán ascendieron a General La Mar 
y General Gamarra. Un retaco de cuello arbolado 
por el bocio acabó en el Mariscal Ureta. Y no 
obstantes mis súplicas, no hubo manera de 
cambiarle el apellido a un estúpido que ella 
juramentó como el Presidente Piérola» (El Cantar 
de Agapito Robles: 40). 
50. Maca se construye pues en función de la oposición al 
poder humillando a los notables y a través de la 
ironía. Su función textual es pues, como la de los 
otros antihéroes, la oposición al poder del gamonal. 
Pero, al final, Maca, purificada por el fuego 
maravilloso de su amor incestuoso, se transforma en 
Santa Maca y deja de ser contestataria. 
51. Al igual que los héroes, los antihéroes se 
desplazan,en el transcurso de las cinco novelas, del 
módulo mítico a la dimensionalización histórica. 
Pero con éstos la relación mito-realidad se ofrece 
como una relación de ida y vuelta: de las mutaciones 
maravillosas de Remigio y la mata de geranios que 
revienta en su cabeza al ser atravesada por las balas 
enemigas a la tragedia histórica de Tupayachi y el 
Ingeniero, y de ellos a Maco-Maca que sale indemne 
del fuego abrasador para convertirse en Santa Maca. 
Con el antihéroe se construye pues la dialéctica de la 
relación mito-realidad: imposibilidad de desasirse del 
mundo mítico e imposibilidad de mantenerse en él. 
52. Estos antihéroes comparten un mismo origen social: 
son gente del pueblo, están sumidos en una profunda 
miseria, comparten una misma obsesión vallejiana 
por el hambre, permanecen sometidos a la 
humillación y el abuso de los hacendados, son 
sujetos sumamente complejos que, ante la 
imposibilidad de enfrentar la realidad, se evaden a 
sus propias realidades (irrealidades), desde donde 
denuncian a los opresores. También comparten un 
mismo final: la traición a la comunidad: Remigio el 
horrendo es sobornado por los notables y se 
convierte en Remigio el hermoso, pasando (con su 
transformación) de la denuncia a la aceptación pasiva 
de la injusticia y el atropello; el Ingeniero es 
amenazado y sobornado por los terratenientes y 
abandona, con Tupayachi, el trazado de los planos
que van a permitir la reclamación de las tierras; 
Maca abandona la confrontación al convertirse en 
Santa Maca, y los idiotas de su corte pierden sus 
nombres blasfematorios, al ser abandonados por ella. 
53. Ya hemos dicho que el carácter ambivalente de que 
hablaba con respecto de Remigio, se desdobla en 
Tupayachi y el Ingeniero, es decir, en la tercera 
balada se individualiza la dualidad que constituye a 
Remigio: Tupayachi asume la función textual del 
Remigio bufón: confrontación al poder desde el 
humor; y el Ingeniero asume la función textual del 
Remigio intelectual: confrontación directa al poder 
desde la irrealidad. Con Maca ocurre lo mismo: Por 
la vía de la humillación hace la confrontación directa 
a los notables, la misma función textual de Remigio 
intelectual - Ingeniero; por la vía del humor 
confronta al poder a través de su corte de idiotas, la 
misma función textual Remigio bufón - Tupayachi. 
En síntesis, los Antihéroes, por vía de la 
confrontación directa o del humor, comparten una 
misma función textual: la confrontación al poder 
terrateniente, la denuncia de la opresión y la 
injusticia, la reivindicación de la causa indígena. Al 
final, la traición y el abandono de la confrontación, 
es decir, el fracaso. Hay pues un mismo esquema de 
construcción rigiendo la figura del antihéroe: 
54. 
55. Al igual que la estructura de la acción heroica, la 
estructura de la acción del antihéroe nos dice que 
toda lucha comunera está condenada al fracaso. 
56. 3. Dimensión ideológica 
de la estructura básica de 
héroes y antihéroes 
57. Para terminar, quiero señalar que esta configuración 
de los héroes y los antihéroes se rige por una misma 
idea estructurante. Podemos hablar de una función 
textual héroe, repetida en distintos personajes para 
cada novela; y una misma función textual antihéroe, 
también reproducida en distintos personajes. El héroe 
hace una confrontación heroica, el antihéroe hace 
una confrontación irónica. Vemos pues que héroe y 
antihéroe comparten una misma función textual: la
confrontación al poder del gamonal; y que ambas 
confrontaciones terminan siempre en el fracaso. Hay 
entonces un mismo esquema básico que define los 
funcionamientos textuales del héroe y el antihéroe: 
58. 
59. El héroe y el antihéroe representan a la comunidad, 
los terratenientes y las autoridades al gamonalismo. 
Está claro entonces que este esquema de oposición, 
que define los funcionamientos y la caracterización 
de héroes y antihéroes, propone la confrontación 
fundamental comunidades contra gamonalismo. El 
resultado de dicha confrontación es el fracaso de la 
comunidad indígena (acompañado siempre de una 
masacre) y el triunfo y la restauración del poder del 
gamonal. Es importante resaltar esta idea: los héroes 
y los antihéroes son anulados por los gamonales, la 
comunidad es masacrada por el gamonalismo, la 
historia de cada una de las novelas es la historia de 
un fracaso, la historia de la saga es la historia de un 
fracaso; de un fracaso eterno y reiterado. Fracaso de 
la comunidad frente a un esquema socioeconómico 
del latifundio y no frente a sujetos particulares. El 
problema del indígena nos dicen los textos, radica en 
el problema de la tierra y su régimen de propiedad; el 
problema del indígena es el problema de la tierra. 
Todo el juego de relaciones y evaluaciones de los 
héroes y los antihéroes, sus funcionamientos 
textuales, se definen en este planteamiento. El ciclo 
de novelas de Scorza es pues una GUERRA 
SILENCIOSA al latifundio. 
60. Ahora bien, este funcionamiento de la estructura de 
héroes y antihéroes obedece a una percepción 
particular e ideológica del problema indígena en el 
Perú. Percepción que constituye una toma de 
posición directa en favor de la causa indígena, y una 
condena al esquema socioeconómico del latifundio. 
Esta evaluación social, o constructo ideológico, que 
rige la lectura del conflicto que hace la saga, no 
solamente se materializa en estas estructuras, 
podemos leerla a múltiples niveles: en la evaluación 
implícita y explícita que hacen los narradores
subordinantes al citar los discursos de los narradores 
subordinados; en la manera como se lee el mito y su 
función en la pentalogía; en la función textual del 
intertexto; en la matriz actancial básica que se repite 
incansablemente en el ciclo; en la mixturación del 
realismo mágico y el realismo histórico que 
proponen una función poética de hondas 
implicaciones semánticas e ideológicas; etc. Pero 
éstos serán temas para trabajos posteriores. 
61. Ahora bien, si tratamos de precisar el constructo 
ideológico del texto, o, más bien, la formación 
ideológica que define la lectura del conflicto del 
indígena que hacen las novelas, tendremos que 
recordar a José Carlos Mariátegui y sus tesis sobre 
un socialismo americanista. Para Mariátegui, el 
problema del indio es un problema socioeconómico 
cuya resolución no sería posible sin una redefinición 
del esquema de explotación y tenencia de la tierra. 
Es decir, el esquema socioeconómico imperante en el 
Perú imposibilitaría por principio cualquier 
reconciliación; y la humanización de las relaciones 
entre hacendados y comunidad no sería posible, dado 
lo obsoleto y poco competitivo de un sistema que 
sólo puede sobrevivir contratando mano de obra 
barata, esto es, manteniendo a los indígenas en la 
miseria y la ignorancia: 
62. Todas las tesis sobre el problema del indígena, que 
eluden a éste como problema económico social, son 
otros tantos ejercicios teoréticos —y a veces sólo 
verbales— condenados a un absoluto descrédito. No 
las salva a algunas su buena fe. Prácticamente todas 
no han servido sino para ocultar y desfigurar la 
realidad del problema. La crítica socialista lo 
descubre y esclarece porque busca sus causas en la 
economía del país y no en su mecanismo 
administrativo, jurídico o eclesiástico, ni en su 
dualidad o pluralidad de razas, ni en sus condiciones 
culturales o morales. La cuestión indígena arranca 
de nuestra economía. Tiene sus raíces en el régimen 
de propiedad de la tierra. Cualquier intento de 
resolverlo con medidas de administración o policía, 
con métodos de enseñanza o con obras de vialidad, 
constituye un trabajo superficial o adjetivo, mientras 
subsista la feudalidad de los gamonales».9 
63. Claramente, el planteamiento de Mariátegui nutre y 
define los fundamentos ideológicos de la Guerra 
Silenciosa, que son los que determinan el
funcionamiento textual de héroes y antihéroes. No 
importa cómo sea la lucha, el triunfo jamás ha 
dependido ni dependerá de la comunidad indígena, 
pues su enemigo es todo el Perú, su esquema 
socioeconómico. Mientras éste no cambie, el 
resultado de la lucha comunera será la muerte y el 
fracaso. Este era el ahogado grito que desgarraba a 
Scorza, su Guerra Silenciosa. 
64. 
65. Notas 
66. [1] Entendemos el gamonalismo en un sentido amplio, tal como lo 
propone Mariátegui: «El término 'gamonalismo' no designa sólo una 
categoría social y ecónomica: la de los latifundistas o grandes 
propietarios agrarios. Designa todo un fenómeno. El gamonalismo no 
sólo está representado por los gamonales propiamente dichos. 
Comprende una larga jerarquía de funcionarios, intermediarios, agentes 
, parásitos, etc. El indio alfabeto se transforma en un explotador de su 
propia raza porque se pone al servicio del gamonalismo. El factor 
central de este fenómeno es la hegemonía de la gran propiedad 
semifeudal en la política y el mecanismo del estado». Mariátegui, José 
Carlos, Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad peruana, 
Universidad del Valle, Cali, 1994, pág.23. 
67. [2] Para referirme a las novelas de Scorza citaré por título y número de 
página. El resto de la información bibliográfica aparece al final. 
68. [3] Nos dice Luisa Pranzetti: «Así pues, para Scorza el futuro como 
dimensión prolongada del presente tiene que modelarse sobre el 
pasado, pero el pasado de los indios -a partir de la conquista- no existe. 
Durante siglos, millones de indios masacrados no han hecho otra cosa 
que perpetuar la muerte de Atahualpa.» Pranzetti, Luisa, Elegía y 
Rebelión en los Cantares de Manuel Scorza,Revista de Crítica Literaria 
Latinoamericana, año XIII, No. 25, 1er semestre de 1987, pág.117. 
69. [4] Lassus, Jean-Marie, Una Noticia Inédita de Manuel Scorza, Primer 
Elemento de Reflexión Teórica Sobre el Ciclo de La Guerra 
Silenciosa, Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, año XV, No. 
30, segundo semestre de 1989, pág. 122. 
70. [5] Al respecto véase: Moraña, Mabel, Función Ideológica de la Fantasía 
en las Novelas de Manuel Scorza, Revista de Crítica Literaria 
Latinoamericana, No. 17 de 1983, Pp. 183-187. 
71. [6] Sobre la relación mito-realidad en las novelas de Scorza, véase: 
· Lassus, Jean-Marie, Op.Cit. 
· Cornejo Polar, Antonio, Sobre el 'Neoindigenismo' y las Novelas de 
Manuel Scorza, Revista Iberoamericana, vol. 50, Nos. 126-129, 1984, 
Pp.549-557. 
72. [7] Sobre los distintos tipos de indigenismo, y las razones del rechazo 
de Scorza a esta clasificación véase: Moraña, Mabel,Op.Cit. Pp. 172 y 
siguientes. 
73. [8] No podemos dejar de ver en esta figura del Hermoso una metáfora 
de cierto tipo de intelectual latinoamericano que volvía la espalda a la 
problemática de latinoamerica. Hay pues allí una crítica fuerte de 
Scorza a los intelectuales que no se comprometían con el problema del 
indígena, o que si lo hacían eran absorbidos por el sistema: la fama, los 
cargos diplomáticos, etc. Esta metáfora nos propone una figura del 
intelectual visto por el sistema como una especie de bufón que, cuando 
se hace peligroso, el sistema absorberá, a través de múltiples y 
sofisticados procesos de seducción, haciéndole sentir una mentida 
importancia , para, luego, cuando pase el peligro, desecharlo. 
74. [9] Mariátegui, José Carlos, Op.Cit. pág. 21.
75. 
76. BIBLIOGRAFÍA 
77. Mariátegui, José Carlos, Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad 
Peruana, Universidad del Valle, Cali, 1994. 
78. Scorza, Manuel, Redoble por Rancas, Plaza y Janés, S.A. Editores, 
España, 1984. 
79. ____________ Historia de Garabombo el Invisible, Plaza y Janés S.A. 
Editores, España, 1984. 
80. ____________ El Jinete Insomne, Plaza y Janés, S.A. Editores, 
España, 1984. 
81. ____________ El Cantar de Agapito Robles, Monte Avila Editores, 
Caracas, 1976. 
82. ____________ La Tumba del Relámpago, Siglo XXI Editores, S.A., 
México, 1979. 
83. 
84. © 2001, Oscar Wilson Osorio, OOsorio@gc.cuny.edu 
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85. Más ensayos en Ciberayllu. 
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444. Manuel Scorza, apuntes para 
una biografía 
445. Juan González Soto 
446. 
447. Abordar la biografía de Manuel Scorza presenta un problema de 
índole singular. Según afirma Hugo Neira, Scorza indio, Scorza exiliado 
político son algunas de esas enmarañadas quimeras1. A esos 
malentendidos, también a otros, contribuyó, y en no poca medida, el 
propio poeta y novelista: Abonó el campo para que alabasen su perfil 
mestizo, dejó rodar la fábula de una madre india, calló o disimuló su 
aprismo juvenil... Es fácil leer en alguna entrevista falsedades como las 
siguientes: «Nací, como mi madre, en los Andes centrales»2 o «fundé el 
Movimiento Comunal del Perú»3. También, a veces, evidentes 
contradicciones: «Nunca pensé que Redoble por Rancas se leería fuera del 
Perú»4. O evidentes imposibilidades: «Un día lo escribí [Redoble por 
Rancas] de la primera a la última línea»5 
448. Quizá para la crítica europea de los años ochenta un escritor de 
origen tercermundista y con rasgos faciales indígenas tiene todas las 
posibilidades para ser una suerte de héroe cultural, y su llegada a Europa 
no puede obedecer sino a un exilio forzoso, a un exilio político. 
449. Parece ser que Manuel Scorza fue un gran fabulador, un hombre 
desmesurado y no sólo con la palabra escrita, también en sus 
conversaciones y en sus actos. Quizá convenga tener presente, como 
sugiere Hugo Neira, que con la dramaturgia vive en vecindad la 
picaresca6. 
450. En las páginas que siguen se intentará trazar, en la medida de lo 
posible, la trayectoria biográfica de un hombre en el que la desmesura, la 
vitalidad y el entusiasmo conviven en alborotadas interferencias junto a 
una voz poética que no abandonará en su obra narrativa.
451. Manuel Scorza Torres nace el 9 de septiembre de 1928 en 
Lima, «en la Maternidad, ese hospital de gente pobre en donde [...] las 
madres parturientas se hacen hacinar hasta el horror»7. 
452. Su padre había nacido en Matara, Cajamarca. Emigra a Trujillo y 
en una hacienda cañera, Casagrande, encuentra trabajo de obrero. Su 
siguiente ocupación es la de mecánico, esta vez en Lima, «en un lugar 
atroz, el manicomio Larco Herrera»8. 
453. Allí conoce a quien será la madre de Manuel, Edelmira. También es 
de origen provinciano y pobre: Nació en Acobamba9, en el departamento 
de Huancavelica. En el manicomio trabaja de ayudante de enfermera. 
454. La salud de Manuel, padece asma, obliga a los padres a volver a la 
sierra en busca de un clima más benéfico. Dejan la capital peruana en 
193410. Se establecen en Acoria, Huancavelica, donde su padre se instala 
como panadero. Son los tiempos de infancia vividos en Acoria y en 
Acobamba los que darán a Manuel el conocimiento de la vida en los 
pueblos indios: «Yo he pasado mi infancia en Huancavelica, en un pueblo 
que se llama Acoria y en otro que se llama Acobamba»11. 
455. No cabe duda de que la familia, emigrantes serranos, y el 
nacimiento de Manuel Scorza, en la Maternidad, las estrecheces en el tres-piezas 
dentro del mismo manicomio, el asma, la vuelta a la sierra, son 
datos biográficos humildes, muy humildes12. Pero no le convierten en 
rural su corta estancia en Acoria y en Acobamba, apenas cinco años. Él 
mismo habría de admitirlo en conversación con Gregorio Martínez y 
Roland Forgues: 
Es cierto que yo tampoco hablo quechua. En mi infancia 
entendía el quechua, desgraciadamente nunca llegué a 
hablarlo porque aun en los estamentos más pobres del Perú 
hay grandes barreras y mi familia en Acoria se había 
convertido en una familia de pequeños comerciantes y eso ya 
nos diferenciaba de los indios13. 
456. 
457. Su educación se inicia en un colegio religioso, el Salesiano de 
Huancayo. Los esfuerzos y sacrificios familiares son enormes: «Mi madre 
decidió hipotecar económicamente la familia para que yo estudiase»14. 
458. La vuelta a Lima, al mundo de los pobres en la gran ciudad, tiene 
lugar en 193915. Su padre tiene ahora un puesto en la calle de vendedor de 
revistas. Los esfuerzos de la economía familiar por la educación de 
Manuel son cada vez mayores: en 1943 ingresa en el Colegio Militar 
Leoncio Prado. Años después, en 1950 exactamente, Mario Vargas Llosa 
ingresa en este mismo centro militar y educativo: 
El Leoncio Prado era una de las pocas instituciones - 
acaso la única- que reproducía en pequeño la diversidad 
étnica y regional peruana. Había allí muchachos de la selva y 
de la sierra, de todos los departamentos, razas y estratos
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Manuel Scorza novelista peruano

  • 1. Manuel Scorza Manuel Scorza Nacimiento 9 de septiembre de 1928 Lima, Perú Defunción Caida de su avión a París volviendo de Lima27 de noviembre de 1983 En el avión que le traía a París,España Nacionalidad Perú Ocupación Novelista Poeta Período 60s Género Novela, poesía Movimientos Neoindigenismo Manuel Scorza Torres (Huancavelica, 9 de septiembre de 1928 - Madrid, 27 de noviembre de 1983) fue un novelista , poeta y editor peruano de la Generación del 50, atento a los fenómenos sociales y auscultador de problemas del momento de la nación peruana . Uno de los más altos narradores perteneciente al Indigenismo o Neoindigenismo peruano, junto con sus compatriotasCiro Alegría y José María Arguedas, cultivador del realismo mágico, andino. Ganó los dos primeros premios en los Juegos Florales del IV centenario de la Universidad Nacional Autónoma de México (1952) y obtuvo Premio Nacional de Poesía José Santos Chocano (1956). Índice [ocultar]  1 Biografía  2 Obras o 2.1 Poesía o 2.2 Novelas  3 Referencias  4 Véase también  5 Enlaces externos
  • 2. Biografía[editar] Luego de vivir en Acoria (Huancavelica) viaja a Lima, en donde realizó su formación escolar en el Colegio Militar Leoncio Prado, el mismo donde estudiaron también el novelistaMario Vargas Llosa y el periodista César Hildebrandt, entre otros. En 1945 ingresó a la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y comenzó una etapa de febril actividad política, miltando en el Apra.1 En 1948, a los 20 años, Scorza se vio obligado a salir del país en calidad de exiliado tras el golpe de estado del general Odría y la implantación de un gobierno autoritario. Se estableció en París, Francia, donde aprendió francés y obtuvo un trabajo de cierto prestigio: lector de español en la Escuela Normal Superior de Saint-Cloud. Muchos de los versos que integrarían su primer poemario, Las imprecaciones (1955), son fruto del desconsuelo en que se hallaba inmerso.Vuelve al Perú durante el gobierno de Manuel Prado, que contaba con el apoyo de los apristas. Sin embargo, fue en su obra narrativa, de la que Alejo Carpentier, el abarrocado, fue uno de sus maestros, donde Scorza encontró el espacio ideal para tocar a profundidad los problemas del Perú profundo: contradicción entre los campesinos y la explotación minera por grandes compañías extranjeras. Su primera novela, Redoble por Rancas (1970), forma parte de un ciclo denominado "La balada", "las Cantatas" o "La guerra silenciosa", donde, desde una óptica eminentemente poética que fusiona mitos ancestrales e historia, Scorza muestra la antigua lucha de los campesinos para recuperar sus tierras. Las demás novelas que componen este ciclo, Historia de Garabombo el Invisible (1972), El jinete insomne (1977), Cantar de Agapito Robles (1977) y La tumba del relámpago (1979), continúan uniendo el realismo social a la fantasía poética. Esta serie de novelas, traducida a más de cuarenta idiomas, se ha constituido en una de las más difundidas y reconocidas de la literatura peruana en este siglo. En 1968, en plena efervescencia de las luchas campesinas en la sierra central y en virtud a su activa participación a través de un movimiento político indigenista, tuvo que abandonar de nuevo el país. Llevó consigo dos manuscritos: El vals de los reptiles y Redoble por Rancas, un poemario y una novela respectivamente, ambos de 1970. En 1981 fue el primero de una lista de escritores de fama internacional que el diario Il Mattino había invitado a Nápoles para que escribieran una serie de artículos sobre la ciudad que un terremoto había vuelto a asolar tras un leve resurgimiento en los años 1980. En 1983 y después de haber publicado en febrero de ese año su última novela, La danza inmóvil, que significaba una ruptura radical con el ciclo de "La guerra silenciosa", el Boeing 747 Vuelo 11 de Avianca en el que iniciaba viaje rumbo a Bogotá junto a otros intelectuales para participar en un congreso que pretendía hacer balance de la cultura hispanoamericana, se estrelló contra una colina en su aproximación al aeropuerto deMadrid. Obras[editar] Poesía[editar]  Las Imprecaciones (1955)  Los adioses (1959)  Desengaños del mago (1961)  Réquiem para un gentil hombre (1962)  Poesía amorosa (1963)
  • 3.  El vals de los reptiles (1970)  Poesía completa (2012)  La Casa Vacía Novelas[editar]  Ciclo de novelas La Guerra Silenciosa: Redoble por Rancas (1970) Historia de Garabombo el Invisible (1972) El jinete insomne (1977) Cantar de Agapito Robles (1977) La tumba del relámpago (1979)  La danza inmóvil (1983) Referencias[editar] 1. Volver arriba↑ .Hernández, Consuelo. «Crónica, historiografía e imaginación en las novelas de Manuel Scorza», en Cuadernos hispanoamericanos (1995) Véase también[editar]  Literatura del Perú Enlaces externos[editar]  Wikimedia Commons alberga contenido multimedia sobre Manuel Scorza.  Garabombo, el invisible  Manuel Scorza en la BVMC  Manuel Scorza, Desengaños del mago (1961)  Manuel Scorza, El vals de los reptiles (1970)  Algunas poesias Categorías:  Nacidos en 1928  Fallecidos en 1983  Limeños  Exiliados  Fallecidos por accidentes aéreos  Escritores en español  Escritores del Perú
  • 4.  Novelistas del Perú  Poetas del Perú  Sanmarquinos (siglo XX)  Ítalo-peruanos Menú de navegación  Crear una cuenta  Acceder  Artículo  Discusión  Leer  Editar  Ver historial Ir  Portada  Portal de la comunidad  Actualidad  Cambios recientes  Páginas nuevas  Página aleatoria  Ayuda  Donaciones  Notificar un error Imprimir/exportar  Crear un libro  Descargar como PDF  Versión para imprimir Herramientas  Lo que enlaza aquí  Cambios en enlazadas  Subir un archivo  Páginas especiales  Enlace permanente  Información de la página  Elemento de Wikidata  Citar esta página Otros proyectos  Commons En otros idiomas  Aymar aru  Deutsch  English  Esperanto  Suomi  Français  Italiano  Português  Runa Simi  Русский  Türkçe
  • 5. Editar los enlaces  Esta página fue modificada por última vez el 28 oct 2014 a las 15:13.  El texto está disponible bajo la Licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0; podrían ser aplicables cláusulas adicionales. Léanse los términos de uso para más información. Wikipedia® es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, Inc., una organización sin ánimo de lucro.  Contacto Definición.de Navegar por  Categorías Iniciales  A  B  C  D  E  F  G  H  I  J  K  L  M  N  O  P  Q  R  S  T  U  V  W  X  Y  Z
  • 6. definición General Definición de relato Definición de relato Un relato es un conocimiento que se transmite, por lo general en detalle, respecto a un cierto hecho. El concepto, que tiene su origen en el vocablo latino relātus, también permite nombrar a los cuentos y a las narraciones que no son demasiado extensas. De esta forma, como género literario, un relato es una forma narrativa cuya extensión es inferior a la novela. Por eso, el autor de un relato debe sintetizar lo más importante y enfatizar aquellas situaciones que son esenciales para el desarrollo del mismo. Si en una novela el escritor pueda ahondar en descripciones, en un relato se busca un mayor impacto con menos palabras. A lo largo de la Historia de la Literatura Universal nos encontramos con un amplio número de autores que han desarrollado su carrera en el ámbito del relato y además con un importante éxito. Este sería el caso, por ejemplo, del argentino Jorge Luis Borges que legó a las generaciones siguientes de lectores obras de este tipo tales como “El jardín de los senderos que se bifurcan”, “El espejo de tinta” o “Utopía de un hombre que está cansado”. Pero no es el único escritor de relatos destacable. Asimismo tampoco podemos pasar por alto la figura del estadounidense Edgar Allan Poe. Y es que el mismo está considerado como el padre del relato detectivesco, es decir, de aquel tipo de obra de extensión más reducida que la novela que versa sobre interesantes casos que requieren que tome protagonismo un investigador que aclare los mismos, ya sean desapariciones o asesinatos, entre otras cuestiones. Entre los trabajos que realizó aquel y que se enmarcarían dentro de dicha denominación se encontrarían, por ejemplo, “El escarabajo de oro”, “El misterio de Marie Roget” o “Los crímenes de la calle Morgue”. Precisamente este último relato es uno de los más conocidos y alabados de la carrera de Poe no sólo por ser el primer relato detectivesco de la historia sino también por la calidad del mismo. En concreto, en aquel se nos acerca al cruel asesinato de una madre y una hija en París. La policía será la que asuma el deber de intentar aclarar lo sucedido y dar con el
  • 7. responsable, sin embargo, la incapacidad de la misma para lograr dicho objetivo llevará a que sea un detective (Dupin) el que se encargue del caso. Los relatos pueden ser ficticios (como un cuento o una epopeya) o pertenecer al mundo de la no-ficción (como las noticias periodísticas). Por supuesto, no es lo mismo escribir (relatar) una obra de ficción que informar acerca de un hecho verídico. De todas formas, el estilo narrativo del relato se mantiene en ambos mundos. Cabe destacar que el relato trasciende la literatura y la palabra escrita. Cuando una persona le cuenta algo a otra, está relatando una situación, es decir, construyendo un relato. “Salí de mi casa y, cuando iba a subirme al tren, escucho un grito. Apenas me doy vuelta para mirar qué había ocurrido, veo que un hombre viene corriendo con una cartera y una mujer que le grita desde atrás. Entonces no lo dudé: le puse la pierna y el ladrón terminó cayéndose. Por suerte llegó enseguida un policía y lo esposó. La mujer, como agradecimiento, me regaló un chocolate”: este puede ser un ejemplo de un relato oral, donde una persona le transmite una experiencia que vivió a otro individuo. Definición siguiente Lee todo en: Definición de relato - Qué es, Significado y Concepto http://definicion.de/relato/#ixzz3I9viBMyC "...Pasas de largo como si el viento soplase sólo para allá..."
  • 8. "Dos cabezas" Guillermo Wiedeman Reseña biográfica Poeta y novelista peruano nacido en Lima en 1928. Terminados sus primeros estudios en Acoria, ingresó en 1945 a la Universidad Nacional de San Marcos. Desde muy joven se dedicó activamente a la lucha política, razón por la cual, a los veinte años, viajó como exiliado a México. Allí publicó su primera obra importante, "Las imprecaciones". Diez años después, ya depuesto el General Odria, regresó a Lima donde continuó su carrera literaria como poeta y novelista, sin olvidarse de su lucha por los derechos sociales de los indigenistas. En 1970, y debido nuevamente a su actividad política, se exilió en Paris, donde trabajó como lector de español en la "Ecole Normale Superieure de Saint Cloud". Obtuvo el premio de los "Juegos Florales de la Universidad Nacional de México" y el "Premio Nacional de Poesía Peruana" en 1956. De su obra también deben mencionarse "Los adioses" 1959, "Desengaños del mago" 1961, "Poesía amorosa" 1963, "El vals de los reptiles" 1970, "Poesía incompleta" 1970, "La danza inmóvil" en 1983 y "Obra poética" en 1990. Falleció en un accidente aéreo en el año de 1983. © De "Las imprecaciones" 1955: América, no puedo escribir tu nombre sin morirme Años de los castigos Epístolas de los poetas que vendrán Soy el desterrado De "Los adioses" 1960: Crepúsculo para Ana El rey Elegía de los desconocidos La casa vacía La cita La lámpara
  • 9. La prisión La sombra Música lenta Nocturno salvadoreño Serenata Viento del olvido Rosa única De Desengaños del mago 1961: Desengaños del mago: 1. Yo vivía en una torre... 2. Déborah: si alguna vez desciendes de los tejados... 3. Antaño fui un mago melancólico... 4. Y llegó el tiempo del murciélago... 5. Al salir me derribaron los coletazos del viento... Vals gris Vals verde De "El vals de los reptiles" 1970: Dalmacia Eva Otros poemas: El desterrado Rumor en la nostalgia antigua Volver a: A media voz Volver a: Índice L-Z Pulsa aquí para recomendar esta página De "Las imprecaciones" 1955 América, no puedo escribir tu nombre sin morirme... América, no puedo escribir tu nombre sin morirme. Aunque aprendí de niño, no me salen derechos los renglones; a cada sílaba tropiezo con cadáveres, detrás de cada letra encuentro un hombre ardiendo, y no puedo ni cerrar la a porque alguien grita como si se quedara dentro.
  • 10. Vengo del Odio, vengo del salto mortal de los balazos; está mi corazón sudando pumas: sólo oigo el zumbido de la pena. Yo atravesé negras gargantas, crucé calles de pobreza, América, te conozco, yo mismo tendí la cama donde expiró mi vida vacía. Yo tenía dieciocho años yo vivía en un pueblo pequeño, oyendo el diálogo de musgo de las tardes, pero pasó mi patria cojeando, los ahogados empezaron a pedir más agua, salían de mi boca escarabajos. Sordo, oscuro, batracio, desterrado, ¡era yo quien humeaba en las cocinas! ¡Amargas tierras, patrias de ceniza, no me entra el corazón en traje de paloma! ¡Cuando veo la cara de este pueblo hasta la vida me queda grande! ¡Pobre América! En vano los poetas deshojan ruiseñores. No verán tu rostro mientras no se atrevan a llamarte por tu nombre, ¡América mendiga, América de los encarcelados, América de los perseguidos, América de los parientes pobres! ¡Nadie te verá si no deshacen este nudo que tengo en la garganta! * * * * * Años de los castigos ¡Años de los castigos! ¡Años de las prisiones! ¡Años que se comieron las arañas! No tuve paz, ni dónde reclinar la cabeza. Los trenes me llevaban, entraban a las tumbas, cruzaban los infiernos, mas mi corazón salía de los hornos tiritando. ¡Años de los perseguidos! ¡Años de los flagelados! ¡Años como ratas echadas a morir! Como piedra atravesé la vida, las miserias, las prisiones, anduve por los pueblos, llegué a la comarca
  • 11. donde el pan sólo se viste de fantasma. Desde casas vacías, desde catres solteros, desde trajes gastados y pálidos deudores, desde domingos sin nadie con quien pasear, vengo diciendo que los hombres sufren, las aguas sufren, las camas sufren. A verme vienen quejándose las tardes, las piedras quieren que cuente las pisadas, el túnel tiene hinchado su único ojo, toca el gallo su corneta lastimera. ¡Oscura es la vida, la tierra sólo sirve para enterrarnos! * * * * * Epístola de los poetas que vendrán Tal vez mañana los poetas pregunten por qué no celebramos la gracia de las muchachas; tal vez mañana los poetas pregunten por qué nuestros poemas eran largas avenidas por donde venía la ardiente cólera. Yo respondo: por todas partes oíamos el llanto, por todas partes nos sitiaba un muro de olas negras. ¿Iba a ser la Poesía una solitaria columna de rocío? Tenía que ser un relámpago perpetuo. Mientras alguien padezca, la rosa no podrá ser bella; mientras alguien mire el pan con envidia, el trigo no podrá dormir; mientras llueva sobre el pecho de los mendigos, mi corazón no sonreirá. Matad la tristeza, poetas. Matemos a la tristeza con un palo. No digáis el romance de los lirios. Hay cosas más altas que llorar amores perdidos: el rumor de un pueblo que despierta ¡es más bello que el rocío! El metal resplandeciente de su cólera ¡es más bello que la espuma! Un Hombre Libre ¡es más puro que el diamante! El poeta libertará el fuego de su cárcel de ceniza. El poeta encenderá la hoguera donde se queme este mundo sombrío. * * * * *
  • 12. Soy el desterrado América, a mí también debes oírme. Yo soy el estudiante que tiene un solo traje y muchas penas. Yo soy el desterrado que no encuentra la puerta en las pensiones. Te digo que en las calles y en las azoteas y en las cocinas, y al fin de cada día y en mi pecho, algo está muriendo. Escúchame: Yo soy el desterrado, yo vagué por las calles hasta que los perros lamieron mi amor desesperados. ¡Acuérdate de mí! Hay días que no tengo ganas de ponerme los ojos, días en que hasta los pájaros se pudren a la mitad del vuelo. ¡Amor, amor, tú no has dormido en cuartos inmundos; tú no sabes lo que es vivir con una mujer que zurce su ropa llorando! Ay, durante siglos los poetas callaron y en el silencio sólo se escuchaba un susurro de abejas que sonaba, hasta que ya no pudimos más, y el dolor empezó a mancharlo todo: la mañana, el amor, el papel donde cantábamos. Un día el dolor empezó a gotear desde abajo, daban los muros gritos desgarradores, una mano amarguísima volcó mi pecho. Ahora vengo a ti gimiendo, aquí está mi voz encarcelada debajo de esta frente, derrumbado. De "Las imprecaciones" 1955 De "Los adioses " 1960 Crepúsculo para Ana Sólo para alcanzarte escribí este libro. Noche a noche,
  • 13. en la helada madriguera cavé mi pozo más profundo, para que surgiera, más alta, el agua enamorada de este canto. Yo sé que un día las gentes querrán saber por qué hay tanto rocío en las praderas, yo sé que un día irán ansiosas a los campos, seguirán los hilos de los prados, y a través de las florestas llegarán hasta mi pecho, y comprenderán, -lo siento, estoy sintiéndolo-, que es mi amor quien platea por ti el mundo en las mañanas, y verás esta hoguera. Desde ciudades enterradas, desde salones sumergidos, desde balcones lejanísimos, verás este amor, y escucharás mi voz ardiendo de hermosura, y comprenderás que sólo por ti he cantado. Porque sólo por ti estoy cantando. ¡Sólo por ti resplandece mi corazón extraviado! ¡Sólo para que me veas, ilumino mi rostro oscurecido! ¡Sólo para que en algún lugar me mires enciendo, con mis sueños, esta hoguera! ¡El Mudo, El Amargo, El Que Se Quedaba Silencioso, te habla ahora a borbotones, te grita cataratas, inmensidades! Algún día amarás, alguna vez en las lianas de la ternura enredada comprenderás que cuando el dolor nos llega es imposible hablar; cuando la vida pesa, las manos pesan: es imposible escribir. Hasta que con los años las escamas se nos caen. Y un día, al volver el rostro, vemos a lo lejos, como remotos barcos encallados, cosas que creíamos llevar dentro, y miramos que son musgo los amores más ardientes. ¡El hombre enceguecido no escucha las campanadas silenciosas de la hierba, hasta que encuentra en los caminos, como culebra, su antigua piel, y reconoce entre las ruinas su vieja máscara oxidada, y descubre agujeros rotos do eran ojos fulgurantes,
  • 14. porque el tiempo crudelísimo injurió el Rostro Puro, y los años nos pusieron anteojos de melancolía, con los ojos que se mira la ruina, el otoño, la grosura de las mujeres! Surge entonces el Dolor inextinguible, cual surge ahora esta voz que llora por los días hermosos, cuando la vida era azul. Porque todo lo que nace ha de morir. ¡No digo más porque me entiendes! Tú sabes que sólo quiero que, en algún lugar, leas esta carta, antes que envejezcan los carteros que te buscan a la salida de las iglesias, entre las recién casadas, a la hora del jazmín rendido. ¡Quiero que el rayo de mi ternura traspase con lanza a los que no conozco, y salte noche hirviendo a los ojos de los que abran este libro, y en algún lugar un día de este mundo, me oigas y te vuelvas, como quien se vuelve extrañado al sentir detrás el resplandor de un incendio, y comprendas que estoy ardiendo por ti, quemándome sólo para que veas, desde tan lejos, esta luz! * * * * * El rey No eres nada, vives oscuro, en una ciudad perdida. Pero, de pronto, un día, al despertar, eres Rey. Arden musicales remotos países avasallados por tu valentía. Poderoso monarca: todo lo que tocas es resplandor, y en tu honor cambian los arcos iris de plumaje. Y cuando Ella sonríe, brota agua en la remota infancia adonde se asoma,
  • 15. tu pequeña vida ansiosa, rapaz distante de todo. Mas viene el Viento y lo derriba todo: cristal roto es tu monarquía; vives en una ciudad malvada; el tiempo sólo significa que tus zapatos ya no resisten otro invierno. Eras Rey pero ya no te sonríe Esa Mujer. * * * * * Elegía de los desconocidos Ya no nos conocemos, ya no nos entendemos, ¿qué pasa? Nuestro amor como los árboles daba pájaros. ¿Qué está pasando? El viento del mar desesperado agita pañuelos de musgo en las esquinas. Me voy. Pañuelo de llorar: mejor me voy. Al atardecer los pájaros también se van, viajan a las torres buscando picos tiernos. A los reptiles, yo. Al fondo del agua a vivir ardiendo. Porque para esta sed el agua está vacía, vacía está el agua para mi corazón sediento. * * * * * La casa vacía Voy a la casa donde no viviremos a mirar los muros que no se levantarán. Paseo las estancias y abro las ventanas para que entre el Tiempo de Ayer envejecido. ¡Si vieras! Entre las buganvillas cansadamente juegan los hijos que jamás tendremos. Yo los miro. Ellos me miran. Mi corazón humea. Éste es el sitio donde mi corazón humea.
  • 16. Y a esta hora, en el balcón, callada, yo sé que tú también te mueres y piensas en mí hasta ensangrentarte, Yo también pienso en ti. Óyeme donde estés: por esta herida no sale sólo sangre: me salgo yo. * * * * * La cita Son las siete; la calle está oscura; ya no vendrás. Aunque llegaras todas las tardes a la orilla de esta cita, y aguardaras, inmóvil, todas las horas que en el mundo faltan ya no me hallarás, porque esperándote perdí mi juventud. Y no como el guerrero que las manos moja en la espuma bermeja de la guerra. ¡No como los ardientes varones que conocí! : ¡Alexander extraviado en la espesura! ¡Gabriel amarrado a los torrentes! ¡Eugenio deshojado a la aventura! ¡Amaro, que un día solo con tu fusil partiste! ¡Os envidio, jóvenes vehementes, a quienes no bastándoles los crepúsculos, por mirar llamaradas incendiaron su propia edad florida! Yo, miserablemente perdí mi juventud; aguardando que cumplieras la cita de los parques, gasté los veloces años. ¡Oh cafés humosos donde fingí leer los diarios de mi feroz melancolía! Esperándote perdí la juventud y me pesa. Son las siete: y estoy solo. * * * * * La lámpara Como la lámpara olvidada arde invisible en el día, así mi corazón se ha consumido sin que tú lo vieras.
  • 17. Mas ya pasaron para ti las mieses, y tardos los años, yo sé que ahora tus ojos buscan las huellas bermejas de mi pasión. Es tarde: mi corazón calcinado apenas soporta sus cenizas, y aunque estás cercana, y quiero llamarte mudas están las hogueras donde antaño ardieron airadas voces tiernas. Mi tristeza ya no puede ni con el peso del rocío. Es tarde: la vida se nos gasta en actos vanos Es tarde: detrás de mis ojos ya no hay nadie. * * * * * La prisión ¡No puedes salir del jardín donde mi amor te aprisiona! Presa estás en mí. Aunque rompas el vaso, seguirá intacta la columna perfecta del agua; aunque no quieras siempre lucirás esa corona invisible que lleva toda mujer a la que un poeta amó. Y cuando ya no creas en estas mentiras, cuando borrado el rostro de nuestra pena, ni tú misma encuentres tus ojos bellísimos en la máscara que te preparan los años, a la hora en que regatees en los mercados, los jóvenes venados vendrán a tu Recuerdo a beber agua. Porque puede una mujer rehusar el rocío encendido del más grande amor, pero no puede salir del jardín donde el amor la encerró. ¿Me oyes? No puedes huir. Aunque cruces volando los años, no puedes huir: yo soy las alas con que huyes de mí. * * * * *
  • 18. La sombra Como el centinela que en la agreste torre lucha por no rendir los ojos al invencible sueño, yo resisto al olvido. Pero te me vuelves pequeña; la lluvia moja las calles de 1943; la lluvia rompe el cristal en que te guarda mi juventud. ¡Miseria de los amantes que locamente sueñan eterna la eternidad! El Día es de espuma, niebla es la carne, humo el ayer. El país luciente de nuestra juventud hermosa, el tiempo asoló con sus ejércitos potentes. Marcial acampó la herrumbre donde ardió la rosa. En la memoria sólo una calle queda por donde caminas lentamente. Ya casi no te miro, y el moribundo sol, atardeciendo, te torna cada día más pequeña. Pero pasan los años, y a medida que te vuelves más pequeña, arrojas una sombra más larga. * * * * * Música lenta Para que tú entres, a veces de tristeza, el corazón se me abre. Como una puerta tímida, para que tú entres, el corazón se me abre. Pero tú no vienes, no vuelas más sobre los campos. En vano mi corazón a la ventana de su dolor se asoma. Pasas de largo, como si el viento soplase sólo para allá. Pasa la mañana y no viene la tarde. Y el corazón se me cierra, como una mano sin nadie, el corazón se me cierra.
  • 19. * * * * * Nocturno salvadoreño La noche era bellísima. Yo te quería. San Salvador brillaba entre las flores. Yo te quería. La Felicidad nunca tendrá tus ojos azules. Yo te quería. Dueña de los Crepúsculos. Yo te quería. Pastora de la Brisa. Yo te quería. Ruiseñor Malvado. Yo te quería. Espuma del Silencio. Yo te quería. Agua bajo los Puentes. Yo te quería. Olvida los cantos que te escribí. Yo te quería. Aun ahora, aunque sea tarde, y una paloma ciega vuele para siempre entre nosotros. Adiós a las bandadas, adiós al tesoro enterrado en tu infancia, adiós a las Hadas porque las Hadas no existen. Ya dije las cosas que dije. Por las que callo ha de crecerme musgo en la voz. Cuando termine de contar esta agonía, otro hombre se levantará de esta mesa. Tal vez él no recuerde. ¡Pero yo me acuerdo tanto! ¡Si supieras cuánto te recuerdo! * * * * * Rosa única La hierba crece ahora en todos los crepúsculos donde antes sonreías. La hierba o el olvido. Es igual. Entre mi dolor y tu silencio, hay una calle por donde te marchas lentamente. Hay cosas que no digo porque ciertas palabras son como embarcarse en interminables viajes. Para mi amor siempre tendrás veinte años. Mientras yo cante en tus ojos habrá agua limpia. Ya para siempre mi amor te circunda de cristal. Puedes morir mil veces. Inmutable en mi canto estás. Puedo olvidarte.
  • 20. Mas olvidada, resplandecerás. ¿Qué son las luciérnagas sino remotas luces que extintos amadores antaño encendieron? ¿Qué son sino carbones de hogueras que perduran, tras que sus caras y sus bocas se rompieron? Te digo que ni el rocío con tu rostro se atreverá No envejecerá la muchacha que, reclinada en mi sangre, un día miró una rosa hasta volverla eterna. Ahora la Rosa eterna está. Yo la distingo única, perfecta, en los jardines. Por las montañas y collados búscanla gentíos. Sólo mis ojos que tus ojos vieron, la pueden mirar. * * * * * * Serenata Íbamos a vivir toda la vida juntos. Íbamos a morir toda la muerte juntos. Adiós. No sé si sabes lo que quiere decir adiós. Adiós quiere decir ya no mirarse nunca, vivir entre otras gentes, reírse de otras cosas, morirse de otras penas. Adiós es separarse, ¿entiendes?, separarse, olvidando, como traje inútil, la juventud. !Íbamos a hacer tantas cosas juntos! Ahora tenemos otras citas. Estrellas diferentes nos alumbran en noches diferentes. La lluvia que te moja me deja seco a mí. Está bien: adiós. Contra el viento el poeta nada puede. A la hora en que parten los adioses, el poeta sólo puede pedirle a las golondrinas que vuelen sin cesar sobre tu sueño. * * * * * Viento del olvido Como a todas las muchachas del mundo, también a Ella, tejiéronla con sus sueños, los hombres que la amaban.
  • 21. Y yo la amaba. Pudo ser para otros un rostro que el Viento del Olvido borra a cada instante. Pudo ser, pero yo la amaba. Yo veía las cosas más sencillas volverse misteriosas cuando Ella las tocaba. Porque las estrellas de la noche ¡Ella con su mano las sembraba! Los días de esmeralda, los pájaros tranquilos, los rocíos azules, ¡Ella los creaba! Yo me emocionaba con sólo verla pisar la hierba. ¡Ah si tus ojos me miraran todavía! Esta noche no tendría tanta noche. Esta noche la lluvia caería sin mojarme. Porque la lluvia no empapa a los que se pierden en el bosque de sus sueños relucientes, y sus días no terminan y son sus noches transparentes. ¿Dónde estás ahora? ¿En qué ciudad, en qué penumbra, en cuál bosque te desconocen las luciérnagas? Tal vez mientras escribo, estás en un suburbio, sola, inerme, abandonada... ¡Abandonada, no! En tu ausencia mi corazón todas las tardes muere. De "Desengaños del mago" 1961: Desengaños del mago
  • 22. A Jorge Zalamea in memoriam 1. Yo vivía en una torre que custodiaban tardes de susurrantes collares. Yo acechaba a las caravanas que, al caer los crepúsculos, entraban en los patios polvorientas de azul. Yo jamás dormí. Tal vez dormí, tal vez soñé que un ruiseñor sediento secaba los mares. Tortugas sospechosas empezaron a seguirme. Yo en las tardes miraba flotar en los estanques ciudades de ojos magnéticos. Cada noche la marea depositaba en los árboles islas dormidas. Lucy sollozaba por los elefantes enredados en mi barba. Lucy era una gaviota. Yo era un cangrejo, un lirio, un árbol relampagueante. 2. Déborah: si alguna vez desciendes de los tejados, si alguna vez emerges de los cementerios donde vives, y cruzas (ave o demonio) por la Plaza del Oso, me verás bajo la lluvia esperándote. Porque amé tu calavera de conejo, amé hasta enloquecer tu rostro dañino. Déborah y yo cabalgamos sobre un escarabajo de ojos penetrantes y en días de tristeza recorrimos espejos, uniformados de azur. Déborah se mataba las pulgas mientras yo recitaba mis grandes cantos. Sólo una vez me permitió besarla. Fue en los jardines: la primavera silbaba su tonadilla. Ella movía la cola, azorada. Pero tan pronto la besé, sacudió el polen de su falda, aulló a la luna y huyó por los desfiladeros. Yo felizmente era un topo, dichosamente excavé un túnel. Yo estaba solo amancebado con la luna. Bien lo sabes, Déborah, mi araña incomparable, ¡Oh mi alondra! ¡Oh mi cítara enlutada!
  • 23. 3. Antaño fui un mago melancólico, panteras invulnerables me seguían arropadas en sus sedas. Poblé los cielos de bondadosos monstruos. Yo tenía veinte años: el año empezaba. La abominable tripulación puso proa al paraíso. ¡Proa al paraíso, charcos de maldad! (" ¡Nunca te traicionaré! ¡No me rendiré mientras chapoteen las sirenas! -mentíale a mi musa".) Remonté ríos de erizados dientes. Era el tiempo humeante de mi generación. Todavía escucho gritar a los unicornios pisados por la multitud. El gentío himpla para que abdique. Pero yo no cambio de plumaje: me niego a iluminar con mi canto los fétidos establos de la noche. No más embustes: que el Poeta se quite el antifaz y muestre su pico afilado. Rabiosos ejércitos nos buscan. Mas yo vuelo hacia el futuro, yo anido en el pasado. Os prometo: una brisa de alondras refrescará el infierno. 4. Y llegó el tiempo del murciélago. En los caminos colgaron a los elfos. Pintarrajearon a las hadas antes de forzarlas. Fracasaron mis magias. Vagué por llanuras de trapo, Me hinché de moscas como un verano gordo, Estuve en Samarcanda, la de cabeza sumergida. Sólo insectos poblaban tu urbe, desesperación. ¡Oh desolado, sólo tu pueblo ciego te miró envejece. ante las murallas! Atravesé salones enjoyados donde el tigre husmeaba tigres gigantescos entre cuyas zarpas pasan ríos despavoridos. Huí de aquellas tribus.
  • 24. Llegué a Nínive, la de ojos sangrantes. La tarde era un pez de tetas fosfóricas: el río arrastraba imperios de oro danzante: yo mismo era una serpiente. Tuve suerte: me amamantó una hembra cuya gordura a los naturales aniquilaba. Yo saludo a la que me llevaba muérdago y ratones frescos a mi cubil, yo celebro a la que lamía mis cabellos Oh Nínive vestida con mi dicha. Nínive de ojos inaccesibles. Nínive de torres soñolientas. Nínive donde queda mi corazón ardiendo. Así empezaron los años de mis inolvidables desgracias, aquel amor que fue mi ruina. 5. Al salir me derribaron los coletazos del viento enloquecido por los piojos. Para vivir compuse canciones: la turba me arrojaba oro entre los barrotes. Ya era tarde. Enfermé. Agonicé en los bosques. Mi trono era la luna; mi cetro, el aullido del lobo. Peinábame el sol, adulábanme sus hipócritas vasallos. Recliné la frente en las catedrales. Caían las torres envenenadas Sangraban los obeliscos. El mar encaneció, las islas huyeron. * * * * * Vals gris Las torres más valientes agachan la cabeza cuando el otoño llega con el plumaje acribillado. En otoño los árboles encienden sus ojos más tristes. Otoño sin embargo era
  • 25. cuando miré en tus ojos comarcas donde ardía otro sol. Agosto, el cojo malvado, escupía las ventanas; la niebla graznaba en los tejados. Pero nosotros caminábamos -oh praderas, oh puentes-por países de diamante. Tus veinte años saltaban como peces y el corazón merlín se me saltaba. En el palacio de las luciérnagas bailamos danzas desgarradoras. Hoy llega sin ti el otoño y sin ti los crepúsculos desalentados sólo saben ponerse sus viejos trajes. Los pájaros idiotas repiten verdosos las canciones de ayer. Lentas cruzan el cielo las tardes astrosas. Pobre el mundo: sólo tú autorizabas lo maravilloso. Vivir es largo. Ave carnicera es la Melancolía. * * * * * Vals verde A Rubén Bonifaz Nuño, en memoria de los días que galopamos por los desiertos allá lejos. No viajaremos a países de cabellera incandescente. No partiremos, no saldremos de la ciudad ululante. Bajo los árboles vertiginosos del crepúsculo, vestidos de viudos, hemos de vernos. En las estepas de los gentíos me verás, te veré, nos veremos. Y alrededor de nosotros los recuerdos de pico ensangrentado. Las hélices amarillas del otoño degollando pájaros inocentes.
  • 26. Cierta tarde -cualquier tarde-en una esquina nos desconoceremos. Y por calles diferentes a la vejez nos iremos. De "El vals de los reptiles" 1970 Dalmacia Como Jonás viví mi juventud en el vientre de Dalmacia. Brisas eran mis cabellos, tifones mis cejas. En tu vientre más alto que Orión millones de estorninos revoloteaban. Yo me sumergía a buscar pececillos, recorría ramblas, penetraba a los iglúes a dormir con ondulantes hembras. El viento de marzo quiebra los frascos donde Dalmacia guarda nuestros fetos. Villanos: éste es el tiempo en que menstruan los años. Éramos felices: por nuestros anillos Saturno saltaba dichoso. Jaulas de alisios, auroras palpitantes Dalmacia me traía. Pero faltaron las brisas, las pestes despoblaron los mares. Bajo soles negros, la lengua seca, vagamos por océanos calvos. Dalmacia agonizante me vomitó sobre las playas, Yo quise besarla, hacia países verdes en brazos conducirla. Yo grité desde los acantilados: ¡Dalmacia, es difícil vivir! ¡Es difícil llevarse a los labios tazas humeantes de sueños! No me oía. Entre los témpanos nadaba para siempre neblina. * * * * * Eva Entre todas las doncellas que pastan en los patios del Sofista ninguna más hennosa
  • 27. que Eva, Eva, la del cuello especialmente creado para ramonear hierba en otros planetas. Eva, ahora sólo eres un agujero donde el zorro esconde sus tesoros epilépticos. Eva, por tu anillo pasaban tiritando, el falo erecto, los planetas iracundos. Eva y yo a picotazos disputábamos los gusanillos de los años. Ustedes son jóvenes, ustedes nunca sabrán cómo era este poblado en el tiempo en que la ciudad vivía colgada del rabo de los purísimos mandriles. La corniveleta muchacha llegaba. Hervía la ciudad. En los billares pastan las calumnias, en los circos cacarea la arena. Me saltan las lágrimas cuando el Dandy me conduce a los balnearios donde Eva los obeliscos de nuestra pasión empollaba: Por las playas buscábamos delirios, quizás estrellas, megaterios. Decenios recorrimos las arenas hasta reconocer tus ojos en una malagua. Eva: tu belleza ofendió a las matronas. El Inquisidor mandó desnudarte: en tus senos los alguaciles descubrieron huellas de los mordiscos del Giboso. El gentío aulló: esa misma tarde te condujeron a la hoguera. Desde entonces ardes y a veces en las noches me despiertan los chillidos de tu calavera azul. Otros poemas: El desterrado Cuando éramos niños,
  • 28. y los padres nos negaban diez centavos de fulgor, a nosotros nos gustaba desterrarnos a los parques, para que viéramos que hacíamos falta, y caminaran tras su corazón hasta volverse mas humildes y pequeños que nosotros. Entonces era hermoso regresar! Pero un día parten de verdad los barcos de juguete, cruzamos corredores, vergüenzas, años; y son las tres de la tarde y el sol no calienta la miseria. Un impresor misterioso pone la palabra tristeza en la primera plana de todos los periódicos. Ay, un día caminando comprendemos que estamos en una cárcel de muros que se alejan... Y es imposible regresar. Rumor en la nostalgia antigua Cuando la luz cansada de embestir al día vara en los muelles su cadáver dorado, y está el silencio entre los ausentes y las golondrinas, poniendo huevos lentos, ¿vuelve el agua a los pétalos del rayo? ¿torna el cristal a desplumarse en la azucena? ¿escuchas al otoño, bandada por bandada, aterrizar entre los resortes ruinosos del poniente, me oyes llegar pisando el olor que humea de las manzanas sumergidas, me escuchas...? Yo recuerdo que el día en que la luciérnaga se puso su anillo de barcos perdidos, el tiempo bajó a mirarte hasta las cosas mudas. ¿Quién se acordó entonces del rocío sujetando a las palomas ? ¿quién racimo de planetas enfermizos ? ¿quién soledad desfondada por los muertos? ¿ quién cuchillo afilado en la luna? Era el mes de las olas arrodilladas esperando tu corona. Era la mitad desde el plumaje deshecho de la tarde, desde las corrientes, desde el olvido. Y ahora estoy en medio de los meses invadidos
  • 29. entre las finales cáscaras del día!; oigo que te pones el vestido sucio de un fantasma, siento que un sol ciego te llueve con plumas aguas, y ya no te conozco. ¿Quién, pues, eres tú que desaguas eternamente al otoño con tu cubo ? ¿quién que enroscas tu barba al horizonte? Ésta es la hora en que la luz se arranca las pestañas tirita el lirio en la cama polvorienta del relámpago, viaja el toro al dorso del bramido. Ésta es la hora en que a tu isla de párpados recién cernidos llega la lluvia desangrándose de ruiseñores. ¡A ver la niebla, que él está mirando! ¡A ver la hierba, que yo no tengo la culpa que empañe el paisaje como un vaso! ¡Ah, combatiente, qué dirías si vieras el resplandor que te encuaderna las entrañas! ¡Ya no es posible que no sepas que tus dedos emergen de los golfos trayendo aquí todos los días una flor de luz petrificada! ¡Ya no es posible, ni tampoco quiero, que mi corazón se vaya en el carruaje amarillento de las hojas! Mas no lloradlo. A Él lo construye perpetuamente el agua. En el principio, cuando la lágrima vuelve a su trono transparente, lo edifica el viento que borra los sepulcros. ¿Qué lo han visto en los malecones por donde llega el otoño, de jazmín en jazmín desde el fondo de la tierra? Levántate, las gentes no quieren creerme que por todas partes limitas con el alba, que estás en la gota donde, ya en ruinas, agitando los brazos se despide el horizonte... * Publicado en "La Tribuna", el domingo 5 de septiembre de 1948 BIOGRAFIA DE MANUEL SCORZA Nació en lima en 1929. La mayor parte de su infancia la paso en Huancavelica, la tierra natal de sus padres, donde hizo sus estudios primarios. Los estudios secundarios los culmino en el colegio militar Leoncio prado, junto al novelista Mario vargas llosa. Estudio en la facultad de letras de la universidad nacional mayor de san marcos. Incursiono con mucho éxito en el campo de la poesía y así como también en la narrativa o novela.
  • 30. Participo activamente en la política. Fue militante del FOCEP que lideraba el doctor Genaro Ledesma Izquieta. En 1956 recibió el premio nacional de poesía. Fue un gran editador de libros populares. Dirigió la “Colección de Autores Peruanos”. En 1983, al retornar al Perú con el propósito de colaborar en las campañas políticas de la Izquierda Unida, el avión en el que venia sufrió un accidente, falleciendo a los 54 años. OBRAS LIETERARIAS: Novelas: - Redoble por Rancas. - Historia de Garabombo, El Invisible. - El Jinete Insomne. - El Cantar de Agapito Robles. - la tumba del relámpago. Poesía: - Las Imprecaciones. - Los Adioses. - Desengaños del Mago. - Réquiem para un Gentilhombre. Lea tambien: Entrada más recienteEntrada antigua Siguenos en facebok Poemas por categoria A la Bandera Peruana Al Peru A Santa Rosa de Lima A la Mujer Adios Amor Autobiograficos Autoestima Amor prohibido Celos Desamor Dia del padre Dolor Despedida Distancia Enamorados Espera Muerte Superacion Románticos Te Amo Para reflexionar
  • 31. Dia de la Madre Para ti Poetas destacados Abraham Valdelomar Alfonsina Storni Almafuerte Amado Nervo Antonio Cisneros Antonio Machado Antonio Plaza Arturo Borja Blanca Varela Carlos A. Salaverry Cesar Vallejo Federico Barreto Federico Garcia Lorca Felix Lope de Vega Fray Luis de Leon Gabriela Mistral Gustavo Adolfo Becquer Jose Angel Buesa Jose Santos Chocano Jorge Manrique Jose Marti Manuel Gonzalez Prada Manuel Maria Flores Mariano Melgar Mario Benedetti Martin Adan Martin Galas Nicomedes Santa Cruz Octavio Paz Pablo Neruda Pedro Calderon de la Barca Rubén Darío Sor Juana Ines de la Cruz William Shakespeare Poemas mas leidos Yaravi el ultimo adiós Versos sencillos Versos para ti Te amo Te quiero como a nadie Sufre Sin corazon Quiero ser en tu vida Poema 20 Poema del adiós Poema de la despedida Poema de la espera Por que te amo Pasion Para la esposa ajena No te olvido La despedida Los motivos del lobo Los heraldos negros La niña de guatemala La casada infiel Juventud divino tesoro El desprecio El día que me quieras El beso Elegia para mi y para ti Carta a usted Caminante Besos Así, verte de lejos Antes que tú Amor verdadero Amor eterno Amar sin ser querido Acuérdate de mí
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  • 62. ¿Y quién fue Manuel Scorza? 5 septiembre, 2013 Arte y Cultura, Educación, Efemérides, Recursos Educativos 12 Comments El próximo lunes 9 de septiembre, Manuel Scorza estaría celebrando su cumpleaños número 85 uno de los escritores más importantes del país. Su nombre, asociado durante los últimos años de su vida a la acción política -fue candidato a la vicepresidencia en 1980 por un entonces conocido movimiento de izquierda- y el ácido debate con colegas escritores comoMario Vargas Llosa y periodistas comoCésar Hildebrandt, es ahora identidad de diversas instituciones educativas en Lima y provincias, siendo particularmente conocida la que se ubica en el populoso distrito de San Juan de Lurigancho. Un trágico accidente aéreo acabó con su vida de manera anticipada, y dio inicio a su leyenda artística, la misma que ha sido sistemáticamente acallada por los medios convencionales y gubernamentales, a pesar de la importancia que tuviera en campos como el editorial y el de gestión cultural, con trascendentes contribuciones al fomento de la lectura popular. Pero ¿quién fue realmente Manuel Scorza? Lo sabremos en estas notas biográficas escritas por Jaime Guadalupe Bobadilla, conocedor de su obra: Manuel Scorza Torre (Lima, 9 de septiembre de 1928) es uno de los escritores más relevantes de nuestra literatura. Su estética literaria es magistral no solo por su audacia e innovación, sino porque también es consustancial a la permanente brega por un país superior, por un mundo diferente. Fue genial poeta y novelista, visionario editor-promotor cultural, y, a la vez, indoblegable luchador social humanista. Su poesía, de la que el cambio social y el amor son pilares inconmovibles, es una de las más elevadas de Perú y América Latina. Está formada por Canto a los mineros de Bolivia (1952); Las imprecaciones (1956); Los adioses (1960);Desengaños del Mago (1961); Réquiem para un gentilhombre / Elogio y despedida a Fernando Quíspez Asín (1962); Cantar de Túpac Amaru (1969); El vals de los reptiles (1970); Lamentando que Hans Magnus Enzensberger no esté en Collobrièrs (1973); Palabras de Nicolás Centenario (1977); A César Calvo agradeciéndole que esté aquí (1977). Sus novelas, antológicas todas, son Redoble por Rancas (1970);Garabombo, el Invisible (1972); El jinete insomne (1977); Cantar de Agapito Robles (1977); La tumba del relámpago (1979) -integrantes de la pentalogía La guerra silenciosa-; y La danza
  • 63. inmóvil (1983). En estas obras, que han sido traducidas a más de cuarenta idiomas, Scorza ha enaltecido la persistencia y el heroísmo popular en la lucha por la justicia social y la liberación nacional. Como editor-promotor realizó, en el Perú y varios países de América Latina -cuando tenía 28 años-, una de las más gravitantes e históricas cruzadas culturales y educativas: los legendarios Festivales del Libro (1956, 1957, 1958) y Populibros Peruanos (1960, 1961, 1962, 1963), únicas en su género, grandiosas realizaciones aún no igualadas, y más si comparamos las cantidades de habitantes y los avances tecnológicos de su época con la actual. Los Festivales del Libro eran colecciones con las obras más importantes de los mayores literatos y pensadores de cada país y del extranjero, en entregas de ocho o más títulos. En el Perú, fueron cinco Festivales del Libro (un millón trescientos mil ejemplares en total); tres en Venezuela (ochocientos cincuenta mil); dos en Colombia (setecientos cincuenta mil); uno en Cuba (doscientos cincuenta mil vendidos en diez días-); uno en Ecuador (ciento cincuenta mil); y un Festival del Libro Centroamericano (doscientos mil). En los aún más protagónicos Populibros Peruanos llegó a publicar más de sesenta libros, en ocho series de cinco y más títulos cada una, con casos en que un libro estaba conformado por dos tomos, además de diez títulos individuales. Aquí y en todos los países en que se editaron, todas, absolutamente todas las colecciones de Festivales del Libro y Populibros Peruanos fueron adquiridas masivamente, se agotaban con inusitada rapidez… Estas proezas editoriales fueron decisivas para que el Inca Garcilaso de la Vega, Manuel González Prada, José Carlos Mariátegui, César Vallejo yJosé María Arguedas, entre otros, sean realmente conocidos y valorados en nuestra patria e internacionalmente. Por vez primera, Festivales del Libro y Populibros Peruanos pusieron sus obras capitales en manos de la gente sencilla, de los hombres y mujeres de a pie, de los trabajadores y la juventud; en suma, de todo nuestro pueblo. No solo ello: también consagraron a meritorios escritores e intelectuales del país: Ciro Alegría -cuya nombradía se acrecentó-, Oswaldo Reynoso, Mario Vargas Llosa, Julio Ramón Ribeyro, Sebastián Salazar Bondy, Juan José Vega, entre otros. Y también popularizaron entre nosotros a autores cumbres de otros países: José Martí, Rubén Darío, Alejo Carpentier, Nicolás Guillén, Pablo Neruda, Jorge Icaza, Gabriel García Márquez, William Shakespeare, Oscar Wilde, Fiodor Dostoyevski, Anton Chejov, Gustave Flaubert, Jean Paul Sartre, Edgar Allan Poe, Ernest Hemingway. La tenaz e inclaudicable forja de su obra le valió merecidos reconocimientos. Entre estos, en 1955, los tres primeros lugares de los Juegos Florales Internacionales por el Cuarto Centenario de la Universidad Nacional de México, cuando estaba deportado en aquel país por la dictadura odriísta. Ahí también, en junio de 1954, renunció pública e irrevocablemente al partido aprista, mediante ¡Good bye, mister Haya!, valerosa carta abierta que constituye una irrefutable interpelación de integral validez. En 1956, de retorno al Perú, se le otorgó el Premio Nacional de Poesía por Las imprecaciones. En 1971 fue finalista del Premio Internacional Planeta por la mundialmente célebre Redoble por Rancas. En realidad, el primer lugar le fue negado deliberadamente, como categóricamente afirman todos los que conocen esta arbitrariedad, la que, por cierto, también es otro mérito para él y su legendaria novela.
  • 64. La vida de Manuel Scorza terminó de manera abrupta, aquel aciago 27 de noviembre de 1983, en el accidente del Aeropuerto de Barajas (Madrid, España), cuando retornaba desde París a residir definitivamente con nosotros, tras una breve escala en Bogotá, donde expondría en un encuentro de escritores latinoamericanos. Su sepelio fue fervoroso, multitudinario. Por esta desgracia, el Perú perdió a su primer candidato al Premio Nobel de Literatura, pues desde 1979 Manuel Scorza Torre ya estaba entre los nominados a esa cima universal.Manuel Scorza y su multifacética obra son, invariablemente, clásicos de la literatura nacional e internacional, que merece ser conocida y valorada por las nuevas generaciones.  Compartir:  Facebook   inShar e  12 Responses to ¿Y quién fue Manuel Scorza? 1. Micaela Monje Padilla dice: 6 septiembre, 2013 a las 4:33 Manuel Scorza poeta y escritor, sobre todo peruano. Responder 2. laura Cosme S dice: 8 septiembre, 2013 a las 2:00 Un brillante periodista. Responder 3. Rómulo Carrasco dice: 8 septiembre, 2013 a las 4:05 Fue un novelista , poeta y editor peruano de la Generación del 50, atento a los fenómenos sociales y auscultado de problemas del momento de la nación peruana.Un gran hombre y peruano sobre todo Responder 4. Maritza Gomez dice: 8 septiembre, 2013 a las 4:57 Manuel Scorza fue un novelista , poeta y editor peruano de la Generación del 50, atento a los fenómenos sociales y auscultador de problemas del momento de la nación peruana . Responder
  • 65. 5. Victoria Mimajrez dice: 6. anuel Scorza condenó su pluma al escoger como principio vital de la misma la defensa de la causa indígena en el Perú. Y digo condenó, porque la literatura política indigenista ha sido concebida por el mundo cultural como una literatura marginal. Difícil que el espíritu burgués y cosmopolita de nuestros escritores se fijara con respeto en una literatura que defendía una causa perdida y ajena. 7. Pero Scorza escribía por compromiso ético. No era el ansia de laureles lo que lo impelía a escribir, lo impulsaba la absoluta seguridad de que su literatura aportaba importantemente a la causa del campesinado indígena: sus maestros, sus hermanos. El móvil de la literatura de Scorza fue la defensa de la identidad y los derechos de su pueblo. Pero, demostrar que la literatura de Scorza es una literatura políticamente comprometida con la causa de las comunidades indígenas del Perú no aporta nada a la crítica que existe sobre ella, pues este compromiso define su estética y su vida. Lo que sí es importante es mostrar los múltiples mecanismos a través de los cuales Scorza compromete su literatura y busca comprometer al lector con la causa indígena. Este trabajo se propone evidenciar uno de ellos. La definición de éste nos permitirá precisar con más profundidad el constructo ideológico que define la construcción de mundo en las novelas. 8. Vamos entonces a hacer un análisis de la pentalogía de Scorza, para mostrar cómo la estructura de héroes y antihéroes construye la oposición al poder terrateniente, y, lo fundamental, cómo esta estructura común a las cinco novelas encarna una ideología y una interpretación de la realidad peruana. Es decir, el constructo ideológico del texto, la lectura que de la realidad hace la pentalogía, se vehiculiza a través de esta estructura. 9. 1. El héroe
  • 66. 10. En cada una de las cinco novelas hay un sujeto sobre el que recae principalmente la responsabilidad del compromiso heroico, y que se define, a excepción de la última novela, por su condición sobrenatural: en Redoble por Rancas, Héctor Chacón (el nictálope); en Garabombo el Invisible, Fermín Espinoza (el invisible); en El Jinete Insomne, Raymundo Herrera (el insomne); en El Cantar de Agapito Robles, Agapito Robles (el mutable); en La Tumba del Relámpago, Genaro Ledesma. 11. Estos héroes se configuran en función de la oposición al poder del gamonalismo.1 Confrontación que se da en dos dimensiones: en su accionar y en su caracterización. 12. Sobre la primera, baste decir que toda la vida de los héroes se configura en función de esta oposición: el héroe casi no hace nada distinto de buscar la destrucción del opresor para dignificar a la comunidad. De ahí que su vida privada es casi imperceptible, y sus conflictos sean los de la comunidad (la primera categoría del héroe de que hablaba Lukacs en su Teoría de la novela). 13. Es la segunda dimensión de este esquema de oposición la que va a evidenciar con más claridad el soporte ideológico que define la construcción del héroe. El héroe de la primera novela, Héctor Chacón, aparece dotado de una condición maravillosa: la nictalopía. Condición que tiene como propósito único facilitar la acción de Chacón contra el Juez Montenegro (Encarnación máxima del poder gamonalista). Su nictalopía le facilita el desplazamiento en medio de la más espesa oscuridad, lo que le permite organizar la lucha, huir de los heraldos nefastos de Montenegro, etc. En esta novela el héroe es acompañado de otros dos héroes prominentes, que también están investidos de poderes especiales: el Ladrón de Caballos y su conocimiento del lenguaje caballuno; y el Abigeo, de sueños premonitorios. Estos héroes también ponen sus poderes al servicio de la oposición al poder, su función en el texto es ayudar a desarrollar el programa narrativo del héroe: 14. El doctor Montenegro vivía vigilado por los fusiles de La Benemérita Guardia Civil y la desconfianza de cuatrocientos compadres. ¿Podían vencerlo cinco
  • 67. hombres? Así hablan las lenguas largas. Hablan por hablar. Efectivamente, eran cinco varones contra cuatrocientos armados, pero eran cinco machos especiales. Para principiar , Héctor Chacón, el Nictálope, veía igual de día que de noche; sus ojos distinguían lo mismo la oscuridad que la claridad. ¿A qué trampas podía arrastrar a la Guardia Civil? El Ladrón de Caballos y el Abigeo taimadamente organizaban una reunión de equinos en Yanahuanca» (Redoble por Rancas:214). 2 15. El héroe de la segunda novela, Fermín Espinoza (Garabombo), también sufre de una enfermedad maravillosa: la invisibilidad. Esta condición especial del héroe no sólo está al servicio de la lucha (Como la de Héctor Chacón), sino que encarna la enfermedad de su pueblo: la cobardía. Garabombo es invisible para todos aquellos que están del lado de los hacendados, de los opresores, pero es visible para los oprimidos que se rebelan. Garabombo se hace visible a los opresores cuando reclama, cuando el pueblo se puebla de valor, cuando lucha: 16. ¡Lo veían! La multitud exhaló algo tramado por el alivio, el regocijo y la angustia. ¡Lo veían! Garabombo cumplía su promesa: era visible. ¡Nadie los derrotaría! 'Ni herbolarios ni brujos me curarán. ¡El día que ustedes sean valientes me curaré! ¡El día que comande la caballería comunal!' Una certidumbre más poderosa que los roquedales los irguió» (Garabombo el Invisible:195). 17. La invisibilidad de Garabombo es el resultado del silencio, de la cobardía, de la inacción de la comunidad. Y su cura ocurre cuando los comuneros exigen sus derechos. Es decir, sólo el día en que el pueblo indígena se levanta y lucha por sus tierras, sólo el día que se sobrepone a su cobardía y enhiesta corajudo la bandera de sus derechos, sólo el día que recupera su dignidad es escuchado, se hace visible a los ojos de los opresores. Garabombo es pues la metáfora del problema indígena en el Perú: su inexistencia para el gobierno y la sociedad dominante. 18. Con Raymundo Herrera (el insomne) ocurre lo mismo que con Garabombo, su condición maravillosa no sólo está al servicio de la acción del
  • 68. héroe contra los opresores sino que encarna el problema del indio; pero con Raymundo este efecto simbólico de la enfermedad es más denso y fundamental. Cuando son arrebatadas las tierras de la comunidad en el año de 1705, se detiene el tiempo para Raymundo Herrera (tenía 63 años) y contrae la enfermedad del insomnio, de la que sólo se cura el día que su comunidad se decide a luchar, 257 años después. El jinete insomne es un fantasma extraordinario, cuya razón de ser es increpar a la comunidad, es una sombra que deambula en su caballo incitando a la lucha, organizando a la comunidad, recordándoles su pasada dignidad de pueblo soberano y su presente indignidad de pueblo desposeído. El día que se trazan los planos de la comunidad, se rescatan los títulos de la tierra y el pueblo inicia su lucha contra los terratenientes, Raymundo Herrera recupera el sueño, y muere: 19. No sólo el antiguo Chapihuaranga se volvió rojo. Los Requis me dicen que el día del entierro de don Raymundo Herrera, las corrientes se tiñeron en las alturas. El suegro de los Guadalupe cuenta que por su rumbo, cerca de la cordillera Culebra, además de teñirse, los ríos se encabritaron. 'Magdaleno, yo no estaba bebido. Te juro que vi al río Culebra arrodillarse. Se prosternó e intentó regresar a su nacimiento. ¿Ves como corre ahora para acá? Pues durante tres días quiso correr hacia allá, hacia el cerro Wayracóndor» (El Jinete Insomne: 243). 20. El jinete insomne nace de la usurpación y muere en la recuperación: la vida del jinete es igual a la vida de la comunidad desposeída, él es la memoria del abuso. Su enfermedad es la enfermedad de la raza incaica: su expulsión de la historia.3 El pueblo indígena desposeído es un pueblo sin historia, «[los indios] fueron expulsados de ella por la fuerza de las armas».4 La muerte de Raymundo Herrera es el reencuentro de la comunidad con la historia. 21. Al contrario de los héroes de las tres novelas anteriores, el héroe de la cuarta novela, Agapito Robles (el mutable) no sufre de una enfermedad maravillosa. El poder de transmutarse es una invención de una bruja de la comunidad: 22. Agapito palideció. Las autoridades políticas de Yanahuanca, incapaces de capturar al personero, habían acabado por admitir lo que divulgaba
  • 69. Victoria de Racre: que Agapito Robles había recibido autorización para convertirse en puma. Un delator había revelado al juez que, acabando una sesión, para demostrar su poderío, Agapito Robles se había convertido en puma» (El Cantar de Agapito Robles: 123). 23. Agapito Robles no se va a curar el día de la reivindicación de la comunidad, el día que tomen posesión de la tierra; su condición especial, su poder de transmutarse en puma, es una invención, una estrategia de lucha. Nos enfrentamos entonces a un héroe distinto del héroe mítico de las tres novelas anteriores. En El Cantar de Agapito Robles, el héroe desciende del plano mítico a la leyenda. Pero esta inventada condición especial, al igual que las enfermedades maravillosas de los otros héroes, tiene su razón de ser en la oposición al poder: es este atributo de la transmutabilidad el que le permite a Agapito escurrirse por todos los rincones y organizar la lucha contra los terratenientes. Es decir, cambia la caracterización del héroe pero se mantiene el mismo funcionamiento textual. Y, Junto con este cambio en la caracterización del héroe, aparece un cambio en la percepción del problema del indio: Agapito Robles no reclama las tierras, no busca que las autoridades le restituyan sus derechos, su decisión es tomar por la fuerza las tierras usurpadas. Agapito no encarna la situación de la raza indígena, sino la voluntad y la acción de la dignificación, ya no representa el silencio sino el grito, no la cobardía sino la valentía, no la sumisión sino la lucha. Ya no reclama como los héroes precedentes,recupera; ya no pide justicia, la impone: 24. Doscientos cincuenta y siete años Yanacocha había reclamado, suplicado, gestionado, esperado, conminado que se le hiciera justicia. Alto de claridad, Agapito comprendió: ¡Yanacocha se había equivocado! El título por el que se inmolaron tantas generaciones, era sólo papel apagado. Despidiéndose, el Título hablaba por última vez: toda reclamación es insensata. Yanacocha sólo recuperaría su país por la fuerza. El día atravesó su corazón. Y Agapito decidió que Yanacocha no imploraría nunca más» (El Cantar de Agapito Robles:14).
  • 70. 25. Hay pues un cambio en la condición del héroe y un cambio en su concepción del problema de la comunidad. Ya no se trata de que los vean sino de que sientanel poder de la comunidad erguida. 26. El héroe de Tumba del Relámpago es un héroe distinto de los cuatro héroes anteriores: no pertenece a la comunidad, ni sufre ninguna enfermedad maravillosa. Sin embargo, tiene el poder de organizar a todas las comunidades para la protesta. Ya no se trata de una comunidad reclamando unas cuantas hectáreas de tierra, se trata de las comunidades indígenas unidas para recuperar la tierra usurpada; estas comunidades tienen cada una su propio héroe, y todos ellos esperan las órdenes de Genaro Ledesma. 27. Ledesma es un abogado de pueblo que sigue con fervor las ideas del socialismo americanista de Mariátegui, lector apasionado de César Vallejo y amigo de Manuel Scorza (el escritor peruano). Para él es claro que el problema del indio es el problema de la tenencia de la tierra, es el gamonalismo el que tiene condenadas a las comunidades indígenas. Siguiendo las ideas de Mariátegui, Ledesma concluye que mientras se mantenga el esquema socioeconómico del latifundio (además enfeudado a capitales extranjeros), las comunidades indígenas nunca obtendrán justicia. Por eso acepta dirigir a las comunidades, pero se da cuenta de que éstas no están preparadas para una lucha armada, de que el problema del indio es un problema nacional e internacional, y de que se necesita el concurso de toda la sociedad peruana para enfrentarlo: si el problema del indio es el latifundio, y el Perú mantiene una economía agraria feudal manipulada por intereses extranjeros, no es una mal equipada comunidad indígena enfrentada a todas las fuerzas del estado la que lo va a resolver. Al final Ledesma entiende que el único resultado posible es el fracaso y una masacre campesina más: 28. —De todas maneras nos van a matar. ¡Debemos morir matando! —insistió Roque. —No se trata ni de matar ni de morir. Se trata de vivir para tomar el poder. —¡Genaro...! —¡Dije que no, carajo! Antes de enviar gente a la muerte, con uniforme o sin uniforme, prefiero que
  • 71. me fusilen. ¡Prefiero morir inocente y no vivir culpable! (La Tumba del Relámpago: 257). 29. Si hacemos un análisis más profundo de cada uno de estos cinco héroes encontraremos en sus funcionamientos textuales la clave ideológica que rige la construcción de mundo en la novelística de Scorza.5 Ya hemos dicho que el héroe, tanto por su configuración como por su recorrido narrativo, se define en su oposición al poder terrateniente. Ahora bien, los héroes de las primeras tres novelas sufren enfermedades maravillosas que encarnan la cobardía, el despojo y la vergüenza de la raza incaica; los héroes principales de las otras dos novelas se construyen de manera distinta: la transmutabilidad de Agapito Robles es un invento, no tiene un carácter de verdad, y Genaro Ledesma no está investido de ningún poder maravilloso. Vemos entonces cómo los tres primeros héroes se configuran en el mito, el cuarto en la leyenda y el útimo en el plano histórico. Otra característica común es que el héroe siempre fracasa en su empeño y este fracaso se resuelve siempre en una masacre de la comunidad a manos de las fuerzas al servicio del poder terrateniente: hay pues un mismo esquema rigiendo la construcción y el accionar del héroe: 30. 31. Indudablemente estamos asistiendo a un abandono paulatino del mundo mítico para entrar en el mundo histórico. Es decir, aparte del recorrido narrativo del héroe particular de cada una de las novelas, tenemos otro recorrido narrativo: el del héroe como construcción textual de toda la pentalogía, que desciende del mundo mítico al mundo histórico. Y es en este segundo recorrido narrativo o supra-recorrido donde está la clave ideológica del texto.6 El desasimiento del mundo mítico y aferramiento al mundo histórico encarnan un cambio de perspectiva en el entendimiento del problema del indígena: de entender éste como un problema cultural (al estilo del indigenismo tradicional) a entenderlo como un problema fundamentalmente socioeconómico,
  • 72. fundamentado en el régimen de distribución y explotación de la tierra. Este es el llamado neoindigenismo de Manuel Scorza (aunque él no aceptara esta denominación).7 Pero bien, la acción heroica, tanto del héroe mítico como del héroe histórico, termina en el fracaso y en una masacre más de indígenas. ¿Acaso la lucha comunera está condenada al fracaso, no importa la perspectiva ideológica desde la que se conciba? La acción heroica claramente nos dice que sí. Veamos cómo nos contesta a esta pregunta el análisis del antihéroe. 32. 2. Estructura de la acción del antihéroe 33. Aunque en Redoble por Rancas aparece el niño Remigio, es en Garabombo el Invisible donde se desarrolla plenamente y adquiere más claridad su funcionamiento textual; Remigio es pues el antihéroe que atraviesa las dos primeras novelas. En El Jinete Insomne aparecen dos antihéroes: Tupayachi y el Ingeniero. En El Cantar de Agapito Robles y en La Tumba del Relámpago aparece una antiheroína: Maca Albornoz. 34. Remigio es un personaje ambivalente. Para sí mismo es un intelectual, un poeta, un hombre con una profunda sensibilidad y espíritu crítico; pero, para los demás, es un bufón asqueroso, atrapado en una sentina de complejos y humillaciones. Frente a esta inconsistencia entre la imagen que él tiene de sí mismo y la imagen que de él tienen los otros, Remigio se sumerge en una profunda irrealidad, en un mundo imaginado para sí mismo. En este juego de caracteres que lo constituyen, Remigio se erige como un sujeto que confronta al poder desde el humor: 35. * En su demencia de personaje culto, a través de sus cartas y discursos irónicos. En un estilo mordaz, angustiante, penetrante, las palabras son el arma para combatir la injusticia, para enfrentar la dura realidad de amos y verdugos, para expresar el dolor de la comunidad indígena: 36. En Yanahuanca falta lo que a mí me sobra: ideas, invenciones, limpieza pública, encarcelar a las autoridades, pedirles rendición de cuentas y destituir a la alcaldesa, meterla presa a usted. (…) Cambiaré
  • 73. la tierra del cementerio, importaré tierras donde no se fusile, ni se encarcele, ni se persiga a los jorobados, ni le griten feo a los cojos» (Garabombo el Invisible:83). 37. * En su carácter bufonesco, llamando a sus chandosos con los nombres de las autoridades. Pero es en esta condición de bufón de un rey injusto y déspota (el gamonal), que Remigio se constituye en símbolo de la condición indígena: Remigio es la encarnación del fragelo de la comunidad despojada de sus tierras: el hambre: 38. Yo no me comí los bizcochos, y para que vean vomito. ¿Ya ves? ¿Qué les dije? He vomitado. ¿Qué he comido? De chico casi nada; de grande nada. Y ahora, en vísperas de mi resplandeciente madurez, cerca de mi edad de oro, de vez en cuando como galletas y bizcochos robados. Soy pues, inocente»(Garabombo el Invisible: 49). 39. Y se logra el efecto, el lector ríe, y cuando ríe entiende y se conmueve, y se pone del lado de la causa indígena. El antihéroe confronta al poder desde el humor. Remigio denuncia de manera incontestable, desnuda efectivamente la realidad a través de la ironía. Pero esta confrontación desaparece cuando, por efecto de una broma del Juez Montenegro, Remigio es reconocido como el intelectual que siempre ha querido ser. Y, por efecto de este reconocimiento que le hacen los notables, se convierte en Remigio el hermoso: pierde su joroba, crece, sus dientes renacen, desaparece su cojera, la tez rejuvenece; y Remigio el engendro se transforma en Remigio el hermoso. Para transformarlo, sólo se necesitó que los notables lo aceptaran en su exclusivo círculo. Y con esta transformación desaparece la denuncia; Remigio se silencia: ya no escribe cartas, no grita la injusticia, los perros se pierden en el anonimato, ya no tiene hambre.8 El antihéroe es sobornado por el gamonal y traiciona a la comunidad. 40. En la tercera novela aparecen dos antihéroes: Tupayachi y el Ingeniero. Estos dos antihéroes encarnan la dualidad que caracteriza a Remigio: el Ingeniero, con su ilusión de sabio; y Tupayachi, como bufón, encarnando al hambre. Tupayachi desequilibra la realidad, desnuda la injusticia, confronta la opresión, muestra la verdad desde la
  • 74. inocencia más pura. Aunque en Tupayachi hay una aparente conformidad con su posición social y entiende que «no hay más remedio, los grandes sólo alternan con los grandes», esa aceptación es falseamiento. Tupayachi es contestatario de la opresión. Cuando es injuriado por el señor Retamozo, construye una trama de lo más original y lo hace comer mierda: Tupayachi se eleva por encima de su humillante condición y condena al poder a comer mierda. Pero la crítica más fuerte, la más punzante, la más efectiva, la más corrosiva, la que logra un efecto contundente sobre el lector, es la que encarna su relación con el hambre. Su hambre es insaciable. Y no es una cosa externa a él, es algo interior, íntimo, está en sus sueños y aspiraciones, lo conforma: 41. «Yo quisiera ser camello. El Ingeniero sabe que los camellos pueden guardar cien días el agua en la barriga para cruzar el desierto. El sabe. ¿Qué más quisiera yo que guardar comida por tres meses? Desgraciadamente no soy un camello.» (El Jinete Insomne:139) «Yo siempre tengo hambre Ingeniero. ¿Sabe qué soñé? Caminando por la cordillera Negra me metí en un desfiladero y descubrí —imagínese Ingeniero— descubrí un filón de arroz con pato: la veta se perdía en el Brasil» (El Jinete Insomne:223). 42. Tupayachi es un personaje erigido en el hambre, él es el hambre misma. Él, como Remigio, encarna el hambre insaciable y eterna de la comunidad indígena sometida por la ambición del terrateniente. 43. Por su parte, el Ingeniero se concibe a sí mismo como el intelectual, el supremo sabio. Es un personaje que denuncia ideológicamente, que ayuda a la comunidad en el trazado de los planos con los que puedan reclamar, pero sin participar en la práctica de la lucha, en la confrontación de hecho. Tal vez por una cobardía que le es inmanente, el Ingeniero evade la realidad, sumiéndose en mundos de ensoñación, en imposibles negocios, en la irrealidad. Al igual que Remigio, el Ingeniero es sobornado y renuncia al levantamiento de los planos. 44. El último antihéroe es uno de los personajes más elaborados, más ricos y mágicos de la novelística de Scorza. La historia de Maca atraviesa tres novelas:Garabombo el Invisible, El Cantar de
  • 75. Agapito Robles y La Tumba del Relámpago. Maca es una mujer que se educa como varón; se conocía como Maco Albornoz, y era miembro de una familia de delincuentes. Sólo a la edad de 20 años, a manos de tres bandidos que compartían la misma celda del presidio que él, Maco se sabe mujer. Como hombre, Maco era irresistible para las mujeres; como mujer, Maca era imprescindible para los hombres. Y esa condición de mujer extraordinaria la aprovecha para subyugar a los notables. Nos dice el hacendado don Migdonio: 45. Póngase en mi lugar. ¡Cómo sospechar que lo que anhelaba ese serafín pavoroso era demostrar la insignificancia de los hombres! Yo soy señores el primer varón que la vio en esta provincia y repito que verla es desgraciarse (El Cantar de Agapito Robles:27). 46. Bajo el imperio de su belleza sucumben los más notables varones de la región, éstos abandonan hacienda, mujeres e hijos, para ir en busca de una boda prometida que nunca se realizará. Hasta el símbolo máximo del poder, el inconmovible doctor Montenegro de huesos de marfil, cae temporalmente en las redes de Maca: 47. La salud del doctor Montenegro también empeoraba. Por primera vez en su vida conocía el insomnio. Él, que se regía por horarios inmutables, enredó el hilo de sus jornadas. En vano, como siempre, se acostaba a las diez de la noche y se levantaba a las seis. El sueño lo esquivaba: entre sus ojos y el reposo se interponía la figura de Maca» (El Cantar de Agapito Robles: 82). 48. Pero Maca no sólo se opone al poder de manera directa por la vía de su belleza, también lo hace a través de la ironía. El humor, terreno incuestionable de la irreverencia, es mecanismo de denuncia social y política; la solemne historia oficial, encarnada en los próceres, se destroza bajo el peso inconmensurable de éste. 49. Esa hembra, capaz de pararle la pinga a los héroes que huevean en los monumentos, desembarcó seguida por su corte de idiotas. Porque, predicando que 'los imbéciles y los locos son los únicos hombres dignos de confianza', Maca recogía a todos los que encontraba en los puertos, caseríos o caminos, y blasfematoriamente los bautizaba con los apellidos de nuestros próceres. Así, a un enano que
  • 76. padecía la incurable costumbre de robar caramelos, lo motejó General Prado. Un barrilito de grasa que arrastraba una pierna resultó el General Balta. Dos cretinos de Chacayán ascendieron a General La Mar y General Gamarra. Un retaco de cuello arbolado por el bocio acabó en el Mariscal Ureta. Y no obstantes mis súplicas, no hubo manera de cambiarle el apellido a un estúpido que ella juramentó como el Presidente Piérola» (El Cantar de Agapito Robles: 40). 50. Maca se construye pues en función de la oposición al poder humillando a los notables y a través de la ironía. Su función textual es pues, como la de los otros antihéroes, la oposición al poder del gamonal. Pero, al final, Maca, purificada por el fuego maravilloso de su amor incestuoso, se transforma en Santa Maca y deja de ser contestataria. 51. Al igual que los héroes, los antihéroes se desplazan,en el transcurso de las cinco novelas, del módulo mítico a la dimensionalización histórica. Pero con éstos la relación mito-realidad se ofrece como una relación de ida y vuelta: de las mutaciones maravillosas de Remigio y la mata de geranios que revienta en su cabeza al ser atravesada por las balas enemigas a la tragedia histórica de Tupayachi y el Ingeniero, y de ellos a Maco-Maca que sale indemne del fuego abrasador para convertirse en Santa Maca. Con el antihéroe se construye pues la dialéctica de la relación mito-realidad: imposibilidad de desasirse del mundo mítico e imposibilidad de mantenerse en él. 52. Estos antihéroes comparten un mismo origen social: son gente del pueblo, están sumidos en una profunda miseria, comparten una misma obsesión vallejiana por el hambre, permanecen sometidos a la humillación y el abuso de los hacendados, son sujetos sumamente complejos que, ante la imposibilidad de enfrentar la realidad, se evaden a sus propias realidades (irrealidades), desde donde denuncian a los opresores. También comparten un mismo final: la traición a la comunidad: Remigio el horrendo es sobornado por los notables y se convierte en Remigio el hermoso, pasando (con su transformación) de la denuncia a la aceptación pasiva de la injusticia y el atropello; el Ingeniero es amenazado y sobornado por los terratenientes y abandona, con Tupayachi, el trazado de los planos
  • 77. que van a permitir la reclamación de las tierras; Maca abandona la confrontación al convertirse en Santa Maca, y los idiotas de su corte pierden sus nombres blasfematorios, al ser abandonados por ella. 53. Ya hemos dicho que el carácter ambivalente de que hablaba con respecto de Remigio, se desdobla en Tupayachi y el Ingeniero, es decir, en la tercera balada se individualiza la dualidad que constituye a Remigio: Tupayachi asume la función textual del Remigio bufón: confrontación al poder desde el humor; y el Ingeniero asume la función textual del Remigio intelectual: confrontación directa al poder desde la irrealidad. Con Maca ocurre lo mismo: Por la vía de la humillación hace la confrontación directa a los notables, la misma función textual de Remigio intelectual - Ingeniero; por la vía del humor confronta al poder a través de su corte de idiotas, la misma función textual Remigio bufón - Tupayachi. En síntesis, los Antihéroes, por vía de la confrontación directa o del humor, comparten una misma función textual: la confrontación al poder terrateniente, la denuncia de la opresión y la injusticia, la reivindicación de la causa indígena. Al final, la traición y el abandono de la confrontación, es decir, el fracaso. Hay pues un mismo esquema de construcción rigiendo la figura del antihéroe: 54. 55. Al igual que la estructura de la acción heroica, la estructura de la acción del antihéroe nos dice que toda lucha comunera está condenada al fracaso. 56. 3. Dimensión ideológica de la estructura básica de héroes y antihéroes 57. Para terminar, quiero señalar que esta configuración de los héroes y los antihéroes se rige por una misma idea estructurante. Podemos hablar de una función textual héroe, repetida en distintos personajes para cada novela; y una misma función textual antihéroe, también reproducida en distintos personajes. El héroe hace una confrontación heroica, el antihéroe hace una confrontación irónica. Vemos pues que héroe y antihéroe comparten una misma función textual: la
  • 78. confrontación al poder del gamonal; y que ambas confrontaciones terminan siempre en el fracaso. Hay entonces un mismo esquema básico que define los funcionamientos textuales del héroe y el antihéroe: 58. 59. El héroe y el antihéroe representan a la comunidad, los terratenientes y las autoridades al gamonalismo. Está claro entonces que este esquema de oposición, que define los funcionamientos y la caracterización de héroes y antihéroes, propone la confrontación fundamental comunidades contra gamonalismo. El resultado de dicha confrontación es el fracaso de la comunidad indígena (acompañado siempre de una masacre) y el triunfo y la restauración del poder del gamonal. Es importante resaltar esta idea: los héroes y los antihéroes son anulados por los gamonales, la comunidad es masacrada por el gamonalismo, la historia de cada una de las novelas es la historia de un fracaso, la historia de la saga es la historia de un fracaso; de un fracaso eterno y reiterado. Fracaso de la comunidad frente a un esquema socioeconómico del latifundio y no frente a sujetos particulares. El problema del indígena nos dicen los textos, radica en el problema de la tierra y su régimen de propiedad; el problema del indígena es el problema de la tierra. Todo el juego de relaciones y evaluaciones de los héroes y los antihéroes, sus funcionamientos textuales, se definen en este planteamiento. El ciclo de novelas de Scorza es pues una GUERRA SILENCIOSA al latifundio. 60. Ahora bien, este funcionamiento de la estructura de héroes y antihéroes obedece a una percepción particular e ideológica del problema indígena en el Perú. Percepción que constituye una toma de posición directa en favor de la causa indígena, y una condena al esquema socioeconómico del latifundio. Esta evaluación social, o constructo ideológico, que rige la lectura del conflicto que hace la saga, no solamente se materializa en estas estructuras, podemos leerla a múltiples niveles: en la evaluación implícita y explícita que hacen los narradores
  • 79. subordinantes al citar los discursos de los narradores subordinados; en la manera como se lee el mito y su función en la pentalogía; en la función textual del intertexto; en la matriz actancial básica que se repite incansablemente en el ciclo; en la mixturación del realismo mágico y el realismo histórico que proponen una función poética de hondas implicaciones semánticas e ideológicas; etc. Pero éstos serán temas para trabajos posteriores. 61. Ahora bien, si tratamos de precisar el constructo ideológico del texto, o, más bien, la formación ideológica que define la lectura del conflicto del indígena que hacen las novelas, tendremos que recordar a José Carlos Mariátegui y sus tesis sobre un socialismo americanista. Para Mariátegui, el problema del indio es un problema socioeconómico cuya resolución no sería posible sin una redefinición del esquema de explotación y tenencia de la tierra. Es decir, el esquema socioeconómico imperante en el Perú imposibilitaría por principio cualquier reconciliación; y la humanización de las relaciones entre hacendados y comunidad no sería posible, dado lo obsoleto y poco competitivo de un sistema que sólo puede sobrevivir contratando mano de obra barata, esto es, manteniendo a los indígenas en la miseria y la ignorancia: 62. Todas las tesis sobre el problema del indígena, que eluden a éste como problema económico social, son otros tantos ejercicios teoréticos —y a veces sólo verbales— condenados a un absoluto descrédito. No las salva a algunas su buena fe. Prácticamente todas no han servido sino para ocultar y desfigurar la realidad del problema. La crítica socialista lo descubre y esclarece porque busca sus causas en la economía del país y no en su mecanismo administrativo, jurídico o eclesiástico, ni en su dualidad o pluralidad de razas, ni en sus condiciones culturales o morales. La cuestión indígena arranca de nuestra economía. Tiene sus raíces en el régimen de propiedad de la tierra. Cualquier intento de resolverlo con medidas de administración o policía, con métodos de enseñanza o con obras de vialidad, constituye un trabajo superficial o adjetivo, mientras subsista la feudalidad de los gamonales».9 63. Claramente, el planteamiento de Mariátegui nutre y define los fundamentos ideológicos de la Guerra Silenciosa, que son los que determinan el
  • 80. funcionamiento textual de héroes y antihéroes. No importa cómo sea la lucha, el triunfo jamás ha dependido ni dependerá de la comunidad indígena, pues su enemigo es todo el Perú, su esquema socioeconómico. Mientras éste no cambie, el resultado de la lucha comunera será la muerte y el fracaso. Este era el ahogado grito que desgarraba a Scorza, su Guerra Silenciosa. 64. 65. Notas 66. [1] Entendemos el gamonalismo en un sentido amplio, tal como lo propone Mariátegui: «El término 'gamonalismo' no designa sólo una categoría social y ecónomica: la de los latifundistas o grandes propietarios agrarios. Designa todo un fenómeno. El gamonalismo no sólo está representado por los gamonales propiamente dichos. Comprende una larga jerarquía de funcionarios, intermediarios, agentes , parásitos, etc. El indio alfabeto se transforma en un explotador de su propia raza porque se pone al servicio del gamonalismo. El factor central de este fenómeno es la hegemonía de la gran propiedad semifeudal en la política y el mecanismo del estado». Mariátegui, José Carlos, Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad peruana, Universidad del Valle, Cali, 1994, pág.23. 67. [2] Para referirme a las novelas de Scorza citaré por título y número de página. El resto de la información bibliográfica aparece al final. 68. [3] Nos dice Luisa Pranzetti: «Así pues, para Scorza el futuro como dimensión prolongada del presente tiene que modelarse sobre el pasado, pero el pasado de los indios -a partir de la conquista- no existe. Durante siglos, millones de indios masacrados no han hecho otra cosa que perpetuar la muerte de Atahualpa.» Pranzetti, Luisa, Elegía y Rebelión en los Cantares de Manuel Scorza,Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, año XIII, No. 25, 1er semestre de 1987, pág.117. 69. [4] Lassus, Jean-Marie, Una Noticia Inédita de Manuel Scorza, Primer Elemento de Reflexión Teórica Sobre el Ciclo de La Guerra Silenciosa, Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, año XV, No. 30, segundo semestre de 1989, pág. 122. 70. [5] Al respecto véase: Moraña, Mabel, Función Ideológica de la Fantasía en las Novelas de Manuel Scorza, Revista de Crítica Literaria Latinoamericana, No. 17 de 1983, Pp. 183-187. 71. [6] Sobre la relación mito-realidad en las novelas de Scorza, véase: · Lassus, Jean-Marie, Op.Cit. · Cornejo Polar, Antonio, Sobre el 'Neoindigenismo' y las Novelas de Manuel Scorza, Revista Iberoamericana, vol. 50, Nos. 126-129, 1984, Pp.549-557. 72. [7] Sobre los distintos tipos de indigenismo, y las razones del rechazo de Scorza a esta clasificación véase: Moraña, Mabel,Op.Cit. Pp. 172 y siguientes. 73. [8] No podemos dejar de ver en esta figura del Hermoso una metáfora de cierto tipo de intelectual latinoamericano que volvía la espalda a la problemática de latinoamerica. Hay pues allí una crítica fuerte de Scorza a los intelectuales que no se comprometían con el problema del indígena, o que si lo hacían eran absorbidos por el sistema: la fama, los cargos diplomáticos, etc. Esta metáfora nos propone una figura del intelectual visto por el sistema como una especie de bufón que, cuando se hace peligroso, el sistema absorberá, a través de múltiples y sofisticados procesos de seducción, haciéndole sentir una mentida importancia , para, luego, cuando pase el peligro, desecharlo. 74. [9] Mariátegui, José Carlos, Op.Cit. pág. 21.
  • 81. 75. 76. BIBLIOGRAFÍA 77. Mariátegui, José Carlos, Siete Ensayos de Interpretación de la Realidad Peruana, Universidad del Valle, Cali, 1994. 78. Scorza, Manuel, Redoble por Rancas, Plaza y Janés, S.A. Editores, España, 1984. 79. ____________ Historia de Garabombo el Invisible, Plaza y Janés S.A. Editores, España, 1984. 80. ____________ El Jinete Insomne, Plaza y Janés, S.A. Editores, España, 1984. 81. ____________ El Cantar de Agapito Robles, Monte Avila Editores, Caracas, 1976. 82. ____________ La Tumba del Relámpago, Siglo XXI Editores, S.A., México, 1979. 83. 84. © 2001, Oscar Wilson Osorio, OOsorio@gc.cuny.edu Comente en la plaza de Ciberayllu. Ciberayllu 85. Más ensayos en Ciberayllu. 86. 87. 88.
  • 82. 89. 90. 91. 92.
  • 83. 93. 94. 95. 96.
  • 84. 97. 98. 99. 100.
  • 100. 159. 160. 161. 162.
  • 101. 163. 164. 165. 166.
  • 102. 167. 168. 169. 170.
  • 103. 171. 172. 173. 174.
  • 104. 175. 176. 177. 178.
  • 105. 179. 180. 181. 182.
  • 106. 183. 184. 185. 186.
  • 107. 187. 188. 189. 190.
  • 108. 191. 192. 193. 194.
  • 109. 195. 196. 197. 198.
  • 110. 199. 200. 201. 202.
  • 111. 203. 204. 205. 206.
  • 112. 207. 208. 209. 210.
  • 113. 211. 212. 213. 214.
  • 114. 215. 216. 217. 218.
  • 115. 219. 220. 221. 222.
  • 116. 223. 224. 225. 226.
  • 117. 227. 228. 229. 230.
  • 118. 231. 232. 233. 234.
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  • 143. 332. 333. 334. 335.
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  • 145. 340. 341. 342. 343.
  • 146. 344. 345. 346. 347.
  • 147. 348. 349. 350. 351.
  • 148. 352. 353. 354. 355.
  • 149. 356. 357. 358. 359.
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  • 151. 364. 365. 366. 367. 368.
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  • 154. 377. 378. 379. 380. 381.
  • 155. 382. 383. 384. 385.
  • 156. 386. 387. 388. 389.
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  • 158. 394. 395. 396. 397.
  • 159. 398. 399. 400. 401.
  • 160. 402. 403. 404. 405.
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  • 162. 410. 411. 412. 413.
  • 163. 414. 415. 416. 417.
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  • 167. 430. 431. 432. 433.
  • 168. 434. 435. 436. 437.
  • 169. 438. 439. 440. 441. 442.
  • 170. 443. 444. Manuel Scorza, apuntes para una biografía 445. Juan González Soto 446. 447. Abordar la biografía de Manuel Scorza presenta un problema de índole singular. Según afirma Hugo Neira, Scorza indio, Scorza exiliado político son algunas de esas enmarañadas quimeras1. A esos malentendidos, también a otros, contribuyó, y en no poca medida, el propio poeta y novelista: Abonó el campo para que alabasen su perfil mestizo, dejó rodar la fábula de una madre india, calló o disimuló su aprismo juvenil... Es fácil leer en alguna entrevista falsedades como las siguientes: «Nací, como mi madre, en los Andes centrales»2 o «fundé el Movimiento Comunal del Perú»3. También, a veces, evidentes contradicciones: «Nunca pensé que Redoble por Rancas se leería fuera del Perú»4. O evidentes imposibilidades: «Un día lo escribí [Redoble por Rancas] de la primera a la última línea»5 448. Quizá para la crítica europea de los años ochenta un escritor de origen tercermundista y con rasgos faciales indígenas tiene todas las posibilidades para ser una suerte de héroe cultural, y su llegada a Europa no puede obedecer sino a un exilio forzoso, a un exilio político. 449. Parece ser que Manuel Scorza fue un gran fabulador, un hombre desmesurado y no sólo con la palabra escrita, también en sus conversaciones y en sus actos. Quizá convenga tener presente, como sugiere Hugo Neira, que con la dramaturgia vive en vecindad la picaresca6. 450. En las páginas que siguen se intentará trazar, en la medida de lo posible, la trayectoria biográfica de un hombre en el que la desmesura, la vitalidad y el entusiasmo conviven en alborotadas interferencias junto a una voz poética que no abandonará en su obra narrativa.
  • 171. 451. Manuel Scorza Torres nace el 9 de septiembre de 1928 en Lima, «en la Maternidad, ese hospital de gente pobre en donde [...] las madres parturientas se hacen hacinar hasta el horror»7. 452. Su padre había nacido en Matara, Cajamarca. Emigra a Trujillo y en una hacienda cañera, Casagrande, encuentra trabajo de obrero. Su siguiente ocupación es la de mecánico, esta vez en Lima, «en un lugar atroz, el manicomio Larco Herrera»8. 453. Allí conoce a quien será la madre de Manuel, Edelmira. También es de origen provinciano y pobre: Nació en Acobamba9, en el departamento de Huancavelica. En el manicomio trabaja de ayudante de enfermera. 454. La salud de Manuel, padece asma, obliga a los padres a volver a la sierra en busca de un clima más benéfico. Dejan la capital peruana en 193410. Se establecen en Acoria, Huancavelica, donde su padre se instala como panadero. Son los tiempos de infancia vividos en Acoria y en Acobamba los que darán a Manuel el conocimiento de la vida en los pueblos indios: «Yo he pasado mi infancia en Huancavelica, en un pueblo que se llama Acoria y en otro que se llama Acobamba»11. 455. No cabe duda de que la familia, emigrantes serranos, y el nacimiento de Manuel Scorza, en la Maternidad, las estrecheces en el tres-piezas dentro del mismo manicomio, el asma, la vuelta a la sierra, son datos biográficos humildes, muy humildes12. Pero no le convierten en rural su corta estancia en Acoria y en Acobamba, apenas cinco años. Él mismo habría de admitirlo en conversación con Gregorio Martínez y Roland Forgues: Es cierto que yo tampoco hablo quechua. En mi infancia entendía el quechua, desgraciadamente nunca llegué a hablarlo porque aun en los estamentos más pobres del Perú hay grandes barreras y mi familia en Acoria se había convertido en una familia de pequeños comerciantes y eso ya nos diferenciaba de los indios13. 456. 457. Su educación se inicia en un colegio religioso, el Salesiano de Huancayo. Los esfuerzos y sacrificios familiares son enormes: «Mi madre decidió hipotecar económicamente la familia para que yo estudiase»14. 458. La vuelta a Lima, al mundo de los pobres en la gran ciudad, tiene lugar en 193915. Su padre tiene ahora un puesto en la calle de vendedor de revistas. Los esfuerzos de la economía familiar por la educación de Manuel son cada vez mayores: en 1943 ingresa en el Colegio Militar Leoncio Prado. Años después, en 1950 exactamente, Mario Vargas Llosa ingresa en este mismo centro militar y educativo: El Leoncio Prado era una de las pocas instituciones - acaso la única- que reproducía en pequeño la diversidad étnica y regional peruana. Había allí muchachos de la selva y de la sierra, de todos los departamentos, razas y estratos