2. El materialismo histórico es la corriente de pensamiento que considera que la
naturaleza de las sociedades está determinada por su base material económica, por su
división de clases sociales con intereses antagónicos y reconoce a la lucha de clases
como motor de la historia. El materialismo histórico se desprende de la obra
filosófica, económica y sociológica de Carlos Marx, y su amigo el discípulo Federico
Engels.
3. Carlos Marx nació en Tréveris, Prusia, el 5 de mayo de 1818, en el seno de una familia judía con una larga
tradición rabínica. Sin embargo, el padre de Marx era abogado y trabajaba en la administración pública, de
modo que se vio obligado a convertirse al protestantismo. Marx, a temprana edad, se declaró ateo. Marx inició
estudios en leyes, pero después cambio a la carrera de Filosofía, disciplina por la que se doctoró en 1841.
El contexto también tuvo una fuerte repercusión en el pensamiento marxista, cuyo desarrollo fue posible
porque el capitalismo y el movimiento obrero habían alcanzado un alto nivel de desarrollo. Marx se involucró
en el movimiento obrero. Expulsado de Alemania por su actividad política llegó a Bélgica en 1847, donde
ingreso en la Liga de los Comunistas. Ahí coincidió con Federico Engels, revolucionario alemán dos años menor
que él, con el que trabó amistad y emprendió una larga y fructífera colaboración intelectual y política. En 1843
se casó con Jenny von Westphalen, cuyo padre inició a Marx en el interés por las doctrinas racionalistas de la
Revolución francesa y por los primeros pensadores socialistas. Convertido en un demócrata radical, Marx
trabajó algún tiempo como profesor y periodista; pero sus ideas políticas le obligaron a dejar Alemania e
instalarse en París (1843).
4. Marx partió de la crítica a los socialistas anteriores, a los que calificó de «utópicos», si bien tomó
de ellos muchos elementos de su pensamiento (de autores como Saint-Simon, Owen o Fourier);
tales pensadores se habían limitado a imaginar cómo podría ser la sociedad perfecta del futuro y a
esperar que su implantación resultara del convencimiento general y del ejemplo de unas pocas
comunidades modélicas.
Por el contrario, Marx y Engels pretendían hacer un «socialismo científico», basado en la crítica
sistemática del orden establecido y el descubrimiento de las leyes objetivas que conducirían a su
superación; la fuerza de la Revolución (y no el convencimiento pacífico ni las reformas graduales)
serían la forma de acabar con la civilización burguesa.
En 1848, a petición de una Liga revolucionaria clandestina formada por emigrantes alemanes,
Marx y Engels plasmaron tales ideas en el Manifiesto Comunista, un panfleto de retórica
incendiaria situado en el contexto de las revoluciones europeas de 1848.
Posteriormente, durante su estancia en Inglaterra, Marx profundizó en el estudio de la economía
política clásica y, apoyándose fundamentalmente en el modelo de David Ricardo, construyó su
propia doctrina económica, que plasmó en El Capital; de esa obra monumental sólo llegó a
publicar el primer volumen (1867), mientras que los dos restantes los editaría después de su
muerte su amigo Engels, poniendo en orden los manuscritos preparados por Marx.
Partiendo de la doctrina clásica, según la cual sólo el trabajo humano produce valor, Marx
denunció la explotación patente en la extracción de la plusvalía, es decir, la parte del trabajo no
pagada al obrero y apropiada por el capitalista, de donde surge la acumulación del capital. Criticó
hasta el extremo la esencia injusta, ilegítima y violenta del sistema económico capitalista, en el que
veía la base de la dominación de clase que ejercía la burguesía.
5. Sin embargo, su análisis aseguraba que el capitalismo tenía carácter histórico, como cualquier
otro sistema, y no respondía a un orden natural inmutable como habían pretendido los clásicos:
igual que había surgido de un proceso histórico por el que sustituyó al feudalismo, el capitalismo
estaba abocado a hundirse por sus propias contradicciones internas, dejando paso al socialismo.
La tendencia inevitable al descenso de las tasas de ganancia se iría reflejando en crisis periódicas
de intensidad creciente hasta llegar al virtual derrumbamiento de la sociedad burguesa; para
entonces, la lógica del sistema habría polarizado a la sociedad en dos clases contrapuestas por
intereses irreconciliables, de tal modo que las masas proletarizadas, conscientes de su
explotación, acabarían protagonizando la Revolución que daría paso al socialismo.
En otras obras suyas, Marx completó esta base económica de su razonamiento con otras
reflexiones de carácter histórico y político: precisó la lógica de lucha de clases que, en su opinión,
subyace en toda la historia de la humanidad y que hace que ésta avance a saltos dialécticos,
resultado del choque revolucionario entre explotadores y explotados, como trasunto de la
contradicción inevitable entre el desarrollo de las fuerzas productivas y el encorsetamiento al que
las someten las relaciones sociales de producción.
También indicó Marx el sentido de la Revolución socialista que esperaba, como emancipación
definitiva y global del hombre (al abolir la propiedad privada de los medios de producción, que
era la causa de la alienación de los trabajadores), completando la emancipación meramente
jurídica y política realizada por la Revolución burguesa (que identificaba con el modelo francés);
sobre esa base, apuntaba hacia un futuro socialista entendido como realización plena de las ideas
de libertad, igualdad y fraternidad, como fruto de una auténtica democracia; la «dictadura del
proletariado» tendría un carácter meramente instrumental y transitorio, pues el objetivo no era el
reforzamiento del poder estatal con la nacionalización de los medios de producción, sino el paso -
tan pronto como fuera posible- a la fase comunista en la que, desaparecidas las contradicciones
de clase, ya no sería necesario el poder coercitivo del Estado
6. Aportes teóricos
El marxismo es un pensamiento amplio e inclusivo que no se agota en las
ciencias sociales, apunta a una explicación completa de la vida humana y aún
de la naturaleza. Esta corriente de pensamiento se conoce como
materialismo dialéctico. El aspecto materialista hace referencia a la
afirmación de que todo es materia, negando la existencia de cualquier
espiritualidad o metafísica. Marx retomó el materialismo de Ludwig
Feurbach, un pensador alemán de la época, cuyas aportaciones analizó en su
texto tesis sobre Feurbach. El aspecto dialectico se refiere a la naturaleza
cambiante de las cosas a partir del desarrollo de sus propias contradicciones
internas (tesis-antítesis-síntesis) y es recuperado del pensamiento hegeliano,
el cual Marx revisa críticamente en su libro La ideología alemana.
7. El cambio dialéctico: todo cambia, nada
queda como está, nada permanece como es.
Estudiar las cosas desde el punto de vista
dialéctico significa considerar en continuo
movimiento, transformación y evolución.
Todo tiene un pasado y un porvenir,
experimenta un proceso , una continuidad de
fases que surgen una de otras.
La acción reciproca: los procesos se
encadenan, los hechos particulares se
relacionan con el conjunto. En cuanto
un proceso llega a su fin, se convierte
en el comienzo de un nuevo proceso.
La contradicción: el desarrollo natural de las
cosas, su evolución, es la lucha continua de
fuerzas opuestas. Las cosas cambian porque
están en contradicción con ellas misma,
incluyen la unidad de los contrarios. En su
misma naturaleza contienen inevitablemente,
el germen de su destrucción. Las cosas cambian
para convertirse en su contrario
Transformación de la calidad en cantidad o
ley del progreso por saltos: las cosas no
evolucionan en una línea continua, sino a saltos.
Los pequeños cambios cuantitativos (de
cantidad) se acumulan hasta que. Llegado cierto
punto , se transforman en un cambio cualitativo
(de calidad). Los procesos evolucionan en espiral
ascendente en un movimiento progresivo.
Primera
ley
Segunda
ley
Tercera
ley
Cuarta
ley
Las cuatro leyes
de la dialéctica
8. Ejemplo de las leyes dialécticas
Desarrollo
de una
planta
Comienza con
un semilla
Contiene en su interior el
germen de su propia
destrucción, el germen de
la vida de una nueva planta
Al nacer, necesariamente
destruye la semilla
El crecimiento de la planta
se relaciona con otros
procesos (la química del
suelo, el clima, etc.)
Que lo
condicionan
La planta produce
nuevas semillas, que
dará vida a nuevas
plantas
De una planta surgen
muchas
Afirmación
o tesis
Unidad de
los
contrarios
Negación o
antesíntesis
Negación de
la negación
o síntesis
Ley de la
acción
reciproca
Transformación
de la calidad en
cantidad o ley
del progreso
por saltos