La reforma procesal penal en Argentina ha avanzado teóricamente pero no se ha implementado de manera efectiva como una política de Estado. A pesar de los cambios normativos introducidos desde la década de 1990, el sistema judicial sigue siendo ineficaz e insatisfactorio para la sociedad. Se necesita un compromiso sostenido a nivel federal y provincial para lograr una transformación integral que establezca un sistema acusatorio sustentable y con credibilidad.