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Misiones jesuíticas de chiquitos
1. Las Misiones Jesuíticas de Chiquitos
Las Misiones Jesuíticas de Chiquitos, localizadas al noreste de Bolivia en la zona
oriental del Departamento de Santa Cruz, región de gran riqueza cultural e histórica,
está compuesta por siete pueblos.
1.- San Javier 5.- San Miguel de Velasco
2.- Concepción 6.- San Rafael de Velasco
3.- San Ignacio de Velasco 7.- San José de Chiquitos
4.- Santa Ana de Velasco
Las misiones jesuíticas de Bolivia, también llamadas reducciones, fueron pueblos
misionales fundados por la Compañía de Jesús con la finalidad de evangelizar la
región, se constituyen en el principal asentamiento de los Jesuitas en el nuevo
mundo, quienes permanecieron en tierras Chiquitanas menos de un siglo, creando
admirables sociedades en productividad, orden y arquitectura.
Las Misiones Jesuíticas de Chiquitos han perdurado al tiempo por más de tres
siglos, poseen complejos y templos edificadas entre 1691 y 1760, el padre suizo
Martin Schmid fue el arquitecto y músico creador de las iglesias misionales, con un
estilo barroco mestizo, con cánones arquitectónicos y distribución espacial, en un
estilo de organización, de esquemas funcionales repetidos con ciertas variaciones
en todas las reducciones misionales, en base a una estructura modular y una amplia
plaza de entorno, en la cual se concentraban la iglesia, el cementerio, las escuelas,
los talleres y las viviendas.
Las iglesias, compuesta de tres naves con techo forjado de madera de gran
resistencia, sostenido por columnas de madera labrada, y horcones en las naves
laterales, con un sistema estructural casi independiente de los muros, destaca
también el uso de este material natural del lugar, la madera, en los púlpitos y
cajonerías, y los altares bañados en oro. El tallado de las imágenes fue una labor
mestiza que continuó hasta la actualidad en talleres de formación. Los templos de
estas reducciones (restaurados en parte) son verdaderas joyas arquitectónicas, y no
están abandonados, sino que cumplen su función religiosa en los pueblos. Otros
elementos, como el yeso, se usaron en los decorados de revoques planos,
ondulados y falsos para asemejar la construcción barroca mediante volutas, cenefas
y caracolas.
En los pueblos jesuitas, vetados a los españoles, los indios no sólo aprendían a
cultivar la tierra y a realizar todos los trabajos artesanales, sino que eran introducidos
en el mundo de la pintura y la escultura, la música y el baile para alabar al Señor. La
riqueza de la música barroca, compuesta y ejecutada en las misiones, cuyas
partituras constituyen una colección única en América y actualmente se conservan
en el Archivo de Chiquitos de Concepción, son ejecutadas con frecuencia bienal en
los Festivales Internacionales de Música Renacentista y Barroca Americana
"Misiones de Chiquitos".
Constituyen un ejemplo singular en la historia de la evangelización por su
organización comunitaria, y por su arquitectura colonial, que no ha sido destruida
con el correr de los años, a diferencia del resto de las reducciones sudamericanas,
además del alto nivel artístico y el profundo significado cultural de las obras de los
diferentes complejos misionales, que motivaron a la UNESCO a declarar en 1.991
Patrimonio de la Humanidad a los pueblos de San Javier, Concepción, San Miguel,
San Rafael, Santa Ana y San José de Chiquitos.
2. Misión Jesuítica de San Xavier:
Su iglesia de estilo barroco fue
construida entre 1749 y 1752, y
restaurada entre 1987 y 1993,
pertenece a la primera misión jesuítica
de Chiquitos fundada en 1691,
edificación de destacada belleza
artística de su arquitectura, con
tallados ornamentales de columnas y
dibujos en madera con tonos amarillo,
café y negro.
En 1730, se fundó la primera escuela de música de la región para los miembros
de la comunidad, es sede de una escuela de música y de un taller para la
fabricación de instrumentos musicales, como arpas, violines y otros. Hoy en día
es un pueblo agrícola y ganadero. Su aspecto rústico de calles de tierra y
tradicionales casonas, con paredes de adobe decoradas con motivos
misionales y sombreadas galerías con horcones de madera, crea un entorno
ideal que resalta la majestuosidad del conjunto misional.
Misión Jesuítica de Concepción:
Esta misión fue fundada en 1706, su
iglesia jesuítica de estilo barroco,
construida entre los años 1752 y
1753, restaurada entre los años 1978
y 1982, cuenta con una nave de tres
cuerpos, filas de columnas talladas en
madera, altares y pinturas realizadas
por los lugareños, destaca del templo,
son su fachada principal y la torre de
madera.
Concepción se caracteriza por la sencillez y tranquilidad de sus calles
flanqueadas por casas de adobe con galerías, donde el pasado jesuítico se
revive con mayor frecuencia durante las celebraciones de Semana Santa. Se
destaca el cultivo de una gran variedad de orquídeas.
Misión Jesuítica de San Ignacio:
Fue fundada en 1748, junto con
Concepción y San José de
Chiquitos, es considerada una de
las tres principales Misiones
Jesuíticas. La iglesia original,
destruida en 1974, fue reemplazada
por una nueva que mantiene el altar
y algunas otras partes de la
construcción primera, como el
púlpito y los confesionarios.
Es el pueblo más grande en todo el circuito misional, con una población de
cerca de los 35,000 habitantes. Se caracteriza por la revalorización del pasado
misional plasmada en la creación de talleres artesanales de cerámicas,
muebles, hamacas, bordados y accesorios en cuero.
3. Misión Jesuítica de San Miguel:
fundada en 1721, su iglesia es
considerada la más exacta
históricamente de todas la iglesias
jesuitas restauradas en el conjunto de
las misiones jesuíticas, que presenta
como elementos destacados su altar
de hojas doradas, su cielo raso y sus
grabados.
Pequeña población, con menos de 5000 habitantes, lugar tranquilo donde el
tiempo parece haberse detenido, donde se destaca un taller artesanal de
objetos típicos misionales.
Misión Jesuítica de Santa Ana:
fundada en 1755, por el misionero
jesuita P. Julián Nogler, es el
asentamiento que posee su iglesia, la
de menor magnitud del conjunto
misional de la Chiquitanía, pero
completamente original y todavía
intacta, construida luego de la
expulsión de los Jesuitas en 1767.
Santa Ana es un pequeño y tranquilo poblado con aproximadamente 300
habitantes, que aún conservan de manera más auténtica, los elementos de
tradición locales.
Misión Jesuítica de San Rafael: es
la segunda misión más antigua,
establecida en 1696, posee una
iglesia construida entre 1747 y 1749,
de fachada barroca con múltiples
detalles y que cuenta en su altar con
hojas de oro", pórticos y columnas
trabajadas en madera.
La misión fue trasladada una vez en 1701 y posteriormente en 1750, también
población pequeña que comparte muchas de las características del resto de las
misiones: un eterno encanto, de vida tranquila y fidelidad a sus tradiciones
inspiradas en los Jesuitas.
Misión Jesuítica de San José de
Chiquitos; la tercera más antigua,
fundada en 1698, se diferencia del
conjunto misional debido a su
construcción en piedra y cal, está
entre los únicos templos de piedra de
toda la zona, constituyendo un gran
ejemplo de la arquitectura hispánica,
construida por los nativos, con la
supervisión de los Jesuitas.
Es la misión mayor que está ubicada en el sur de la Serranía de Chiquitos, es
una de las misiones que mantuvo la ubicación de su primera fundación.