Este documento ofrece un decálogo para mujeres que sufren violencia de género. Afirma que la violencia contra la mujer es una violación de los derechos humanos universal. El decálogo aconseja a las mujeres maltratadas que no están solas, que la violencia no es su culpa, y que no deben permanecer en silencio o ignorar el problema. También advierte que los maltratadores rara vez cambian y que la dignidad de la mujer está por encima de cualquier otra consideración.