La oración es la expresión más íntima de la relación entre el ser humano y Dios, invitando a la introspección y la escucha para comprender mejor lo que sucede. Cada religión tiene su propia forma de orar y dedica un día a la semana especialmente a la oración y la relación con lo divino. Los cristianos mantienen un diálogo personal con Dios en la oración, compartiendo alegrías y tristezas y dando gracias, guiados por las enseñanzas de Jesús.