En agosto de 2019, 2,5 millones de hectáreas de la Amazonia, equivalente a 21 veces el área de Bogotá, fueron arrasadas por incendios forestales. El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales de Brasil estima que esto representa cuatro veces más destrucción que en agosto de 2018. Greenpeace culpa a terratenientes que inician incendios para expandir la agricultura y ganadería.