Las compañías de internet apresuraron a instalar parches después de que se alertara de un grave error de software en el método de encriptación OpenSSL. El error, llamado "Heartbleed", fue descubierto por Google y Codenomicon y permitía a los hackers acceder a información privada alojada en servidores que usaban OpenSSL. Se recomendó a los usuarios mantenerse desconectados de internet durante unos días para evitar posibles accesos no autorizados hasta que se solucionara el problema.