Este documento presenta una novena de oración al Padre Pío de nueve días. Cada día incluye una oración introductoria, un pasaje sobre la vida y ejemplo del Padre Pío, intenciones de oración y una oración final pidiendo su intercesión. El documento ofrece información sobre la vida, el sufrimiento, la fe y el ministerio del Padre Pío para inspirar a los lectores a emular sus virtudes.
Pensamientos y consejos de San Pío de Pietrelcina. Al final de la presentación, un audio con su voz dando la bendición. (No hice éste power point, simplemente comparto lo que recibí)
Pensamientos y consejos de San Pío de Pietrelcina. Al final de la presentación, un audio con su voz dando la bendición. (No hice éste power point, simplemente comparto lo que recibí)
Con este aporte queremos acompañarnos como Iglesia, pidiéndole al Padre, con Jesús, movidos por el Espíritu, que envíe trabajadores y trabajadores a su Campo!!
Con este aporte queremos acompañarnos como Iglesia, pidiéndole al Padre, con Jesús, movidos por el Espíritu, que envíe trabajadores y trabajadores a su Campo!!
It is a powerpoint presentation of Novena to Our Mother of Perpetual Help used in Sto. Nino Diocesan School, Genral Tinio, Nueva Ecija, prepared by Mr. Percival M. Gervacio
Esta guía es una ayuda para hacer por tu cuenta el retiro mensual, allí dónde te encuentres, especialmente en caso de dificultad de asistir en el oratorio o iglesia donde habitualmente nos reunimos para orar.
Fuente: Emeric Amyot d'Inville, C.M. "Anunciar la Buena Nueva de la Salvación siguiendo las huellas de San Vicente", Vincentiana: Vol. 41: No. 4, Artículo 7.
A. ¿Qué es la soledad?
• En el Antiguo Testamento la palabra hebrea que más se utiliza para “solitario” es shamem, que significa “desolado”.
• En el Nuevo Testamento la palabra griega eremos significa “lugares desiertos”.
• La soledad es el estado emocional de tristeza causado por sentirse solo, aislado o alejado de los demás.
• Una persona puede sentir la falta de cercanía con otros aún cuando estén en su presencia.
• David exclamó al Señor en tiempo de soledad:
“Mírame, y ten misericordia de mí, porque estoy solo y afligido”.
(Salmos 25:16)
B. ¿Qué significa estar solo?
• En el Antiguo Testamento, la palabra hebrea que se traduce solo es badad, que significa “estar con uno mismo”.
• En el Nuevo Testamento, la palabra griega monos denota “sin compañía, solo, solitario”.
• Estar solo es la condición de estar sin compañía, separado de otros.
• Con frecuencia, Jesús buscó estar a solas. Se apartaba de los demás para poder tener comunión con el Padre.
“Despedida la multitud, subió al monte a orar aparte; y cuando llegó la noche, estaba allí solo”.
(Mateo 14:23)
C. ¿Cuál es la diferencia entre estar a solas y sentir soledad?
• La soledad se refiere al estado emocional (por sentirse rechazado y desolado).
• Estar a solas se refiere al estado físico (el estado de estar separado de los demás).
• La soledad generalmente es una experiencia negativa (que va acompañada de un sentimiento de desesperanza).
• Estar a solas puede ser una experiencia positiva (convirtiéndola en un momento de creatividad y comunión con el Señor).
D. Ejemplos bíblicos de soledad
DAVID EXPERIMENTÓ SOLEDAD POR EL RECHAZO.
“Mira a mi diestra y observa, pues no hay quien me quiera conocer;
No tengo refugio, ni hay quien cuide de mi vida”.
(Salmos 142:4)
JOB EXPERIMENTÓ SOLEDAD POR SUS AMIGOS DESLEALES.
“El atribulado es consolado por su compañero; aun aquel que abandona el temor del Omnipotente. Pero mis hermanos me traicionaron como un torrente; pasan como corrientes impetuosas”.
(Job 6:14–15)
ELÍAS EXPERIMENTÓ SOLEDAD PORQUE TEMIÓ LA IRA DE DIOS.
“Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado. Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres”.
(1 Reyes 19:3–4)
E. Ejemplos bíblicos de estar solo
PABLO ESTUVO SOLO CUANDO SUS AMIGOS LO ABANDONARON.
“En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta. Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león”.
(2 Timoteo 4:16–17)
JOB ESTUVO SOLO CUANDO
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Con 5 tiradas para comenzar predicciones.
Aprende y utiliza este mazo para divertirte.
Diseña una experiencia de aprendizaje sobre lectura y escritura como
herramientas de aprendizaje transversal integrando recursos digitales.
La experiencia se debe planear en el formato 1 y luego, se socializa en
una presentación Power Point y se sube a un Slide Share, Issu u otro
recurso que genere un enlace para su visualización.
1. Novena al Padre Pío
Oración introductoria para cada día
Has venido a visitarme como Padre y como amigo. Jesús no me dejes solo.
Señor, ¡quédate conmigo!
Soy un peregrino, sin rumbo en un mundo envuelto en tinieblas. Dame tu luz
y tu gracia. Señor, ¡quédate conmigo!
Señor, en este momento precioso, me abrazo a ti. Que esta unión dure para
siempre. Señor, ¡quédate conmigo!
Acompáñame a lo largo de mi vida; necesito tu presencia. Sin ti no soy nada
y caigo. Señor, ¡quédate conmigo!
Llega la noche y voy corriendo, como un río, hacia el mar profundo de la
muerte. Señor, ¡quédate conmigo!
Sé mi fuerza en el sufrimiento y en el gozo, mientras vivo y en la hora en que
moriré en tus brazos. Señor, ¡quédate conmigo!
Día Primero
Oh glorioso y santo Padre Pío, estamos a tus pies, vuelve a nosotros tu
mirada. Somos tus devotos; hemos admirado tu vida, seguido tus pasos y
experimentado el poder de tu intercesión. Durante tu vida en esta tierra, una
multitud de gente llegaba cada día a San Giovanni Rotondo para verte,
contemplar tu fe, recibir el perdón a través de tu palabra, escuchar tus
enseñanzas y pedir tu intercesión. Con ese mismo amor, y conscientes del
maravilloso poder que tiene ante Dios tu oración, venimos hoy a tus pies.
Ruega por nosotros. Nos encomendamos a ti con la certeza de que nos
obtendrás de Dios las gracias que necesitamos. Las pedimos también
nosotros al Dador de todo bien, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
2. Intenciones:
- Para que conceda al mundo y a la Iglesia padres responsables y fieles a la
misión que se les ha confiado, Roguemos al Señor.
- Para que en las familias se cultive el cuidado de la salud, tanto corporal
como espiritual, de cada uno de sus miembros, Roguemos al Señor.
Día segundo
Oh glorioso Padre Pío, desde niño te ofreciste a Dios como instrumento de
reparación. Tu familia era pobre y en ella comenzaste a crecer en edad, en
sabiduría y en bondad. Tu padre, soñando un futuro mejor, viajó a Argentina
y tú, que dijiste un día: “Mi padre se marchó lejos de su mujer y de sus hijos
para conseguir para todos algo que comer”, reconociste la valentía de este
gesto. Tu madre, ayudada por sus hijos, se dedicaba por entero al trabajo de
los campos para que nada os faltara. Tenemos el testimonio que tú mismo
nos has dejado y que nos sirve de enseñanza:
“Desde la más tierna infancia trabajamos con empeño... El pan sabía
atrabajo... Amábamos a nuestros padres... Junto a ella luchábamos la gran
batalla de la vida...”.
Haz que el Señor nos conceda también a nosotros hijos así: entregados al
trabajo, afectuosos, integrados en la familia. Lo pedimos también nosotros al
Dador de todo bien, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Intenciones:
- Para que las familias sean para los niños escuela e iglesia, Roguemos al
Señor.
- Para que los niños crezcan agradeciendo el amor y la entrega de sus
padres, Roguemos al Señor.
- Para que en las familias brille el amor mutuo y se ore a Dios, sabiendo que
la familia que reza unida permanece unida. Roguemos al Señor.
Día tercero
Oh santo padre Pío, tú creciste en una familia profundamente religiosa. Fue
tu padre el que un día te llamó junto a sí y te hizo esta importante pregunta:
“Hijo mío, ¿no te gustaría ser religioso o sacerdote?”.
Leyendo las entrevistas que se hacen a niños y jóvenes sobre su futuro,
vemos que no toman en consideración la posibilidad de una vida
consagrada.
Si les preguntamos qué quieren ser de mayores, responden que quieren ser
militares, médicos, sastres o ingenieros, y la vida religiosa no está entre sus
proyectos. ¿Por qué? Sin embargo, el honor más grande que puede recibir
una familia es el de tener un hijo a quien Dios ha elegido para consagrarlo
para sí como religioso o como sacerdote.
3. Pedimos tu protección para que en la Iglesia surjan abundantes vocaciones
y haya siempre muchos santos y religiosos. Lo pedimos también nosotros al
Dador de todo bien, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Intenciones:
- Para que todos los servicios que prestamos manifiesten nuestra fe en el
Evangelio, Roguemos al Señor.
- Para que sepamos estar cerca de nuestros hermanos pobres y necesitados,
Roguemos al Señor.
- Para que vivamos en actitud de servicio y evangelicemos con el ejemplo y
con la palabra, Roguemos al Señor.
Día Cuarto
Oh Santo Padre Pío, en el convento iniciaste una vida nueva, consciente de
todas sus consecuencias. Lo dijiste tú mismo: “Tenía sólo 16 años pero
sabía bien lo que tenía que dejar de lado si quería ser un buen religioso...
Tenía que dedicarme a conocer mejor las exigencias del estado de vida que
voluntariamente había elegido y dejarme compenetrar por la filosofía y la
teología. Me esperaba una vida de comunidad, que me pedía un fuerte
enriquecimiento espiritual...”. Nadie te había engañado. Tu madre, al dejarte
marchar al convento, te había dicho: “Has querido que te acompañe hasta la
puerta de tu nueva casa. Ahora, con tus hermanos, vuelve a tu trabajo de
siempre. Recuérdame en tus oraciones y no olvides nunca que eres, ante
todo, hijo de Dios y de san Francisco. Haz cuando te pidan, porque no tiene
sentido alejarse de tus seres queridos si no te da alegría de haber
encontrado el verdadero camino de la vida...”. Y así comenzó tu vida como
religioso.
Intercede ante el Señor para que la Iglesia tenga almas generosas, capaces
de dejarlo todo para seguir a Cristo. Lo pedimos también nosotros al Dador
de todo bien, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Intenciones:
- Para que todos los sacerdotes se sepan y sean testigos de la fe en medio
de los hombres, Roguemos al Señor.
- Para que todos los sacerdotes se mantengan en comunión con el Papa y
con los Obispos, Roguemos al Señor.
- Para que en todo momento ofrezcamos nuestro testimonio de vida fraterna
y profética, Roguemos al Señor.
4. Día Quinto
Oh santo padre Pío, tu vida fue sencilla y nada fácil. Fuiste probado con
sufrimientos y tentaciones, y el dolor hizo de tu corazón un sarmiento
podado. Evitaste siempre que tu sufrimiento apareciese al exterior y
preferiste sufrir y permanecer en silencio. No te importaba verte herido
porque sabías que era Dios el que te hería. Sabías bien que aceptar el
sufrimiento no significaba ni complacerte en él ni amarlo en sí mismo, sino,
más bien, aceptarlo para que él te hiciera humilde, del mismo modo que la
tierra deja que el agua del cielo penetre hasta dentro. Así actuaste tú, Padre
Pío, y fuiste capaz de ocultar tus sufrimientos con las rosas de la aceptación
serena.
Enséñanos la actitud auténtica del cristiano ante el dolor, y ayúdanos a
dejarle que realice su acción purificadora y misionera. Lo pedimos también
nosotros al Dador de todo bien, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Intenciones:
- Para que sepamos dar al sufrimiento el sentido cristiano que tiene,
Roguemos al Señor.
- Para que sepamos aceptar con espíritu de fe nuestras enfermedades y las
de nuestros hermanos, Roguemos al Señor.
- Para que sepamos ver el sufrimiento como medio de purificación y de
apostolado, Roguemos al Señor.
Día Sexto
Oh santo Padre Pío, desde niño te ofreciste como víctima por los demás.
Dios aceptó tu deseo y allí, en San Giovanni Rotondo, te transformó en “otro
Cristo” sufriente. Tú nos has hablado de tus luchas interiores:
“¿Quién llegará a comprender el martirio que sufría en mi interior? El solo
recuerdo de aquellas luchas íntimas me congela la sangre en las venas.
Escuchaba la voz que me llamaba a obedecerte, Dios mío, pero tus enemigos
me tiranizaban, me dislocaban los huesos y me retorcían las entrañas...”. Un
día aparecieron en tu cuerpo las llagas. Habías deseado ser víctima por
todos, por aquellos que se encomendaban a ti y por los que no lo hacían, por
los justos y por los pecadores. Al licenciarte del servicio militar, que te
permitió conocer tanto mal, te ofreciste por la Iglesia y pediste a Dios que
descargara sobre ti su justicia y una misión propiciatoria: quisiste cargar
sobre ti el castigo de todos los pecados de los demás.
Alcánzanos de Dios la gracia de aceptar los sufrimientos y hacer de ellos
una ofrenda de amor. La pedimos también nosotros al Dador de todo bien,
por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Intenciones:
- Para que el sufrimiento nos lleve a la unión con Cristo, Roguemos al Señor.
5. - Para que nos conceda comprender la fuerza trasformadora del dolor
aceptado, Roguemos al Señor.
- Para que nos enseñe a aceptar y a ofrecer los sufrimientos, Roguemos al
Señor.
Día Séptimo
Oh Santo Padre Pío, hombre de fe y de oración las multitudes de ayer y de
hoy van a ti; ¿por qué? Ellas ven en ti un hombre de Dios, un hombre de fe,
un hombre hecho oración, un hombre de sufrimiento, un crucificado sin
cruz...; y permanecen mudos al contemplar tu trascurrir de horas y horas en
el coro, ante la cruz y a los pies de Nuestra Señora de las Gracias. Un día te
preguntaron qué eras tú para todos aquellos que venían a ti, y tú dijiste de ti
mismo: “Entre vosotros soy un ser humano, en el altar una víctima, en el
confesonario un juez”. Tu misa era algo maravillosos. La gente se agolpaba
en torno al altar y, viéndote trasfigurado por el amor y por el dolor, creía y
oraba. En la intensidad del fervor, todo proclamaba que vivías la pasión de
Cristo y que te inmolabas con Él. El Papa Pablo VI lo reconoció con estas
palabras: “¡Mirad qué fama y qué clientela mundial ha reunido en torno a sí!
¿Por qué? Porque celebraba la Misa humildemente, confesaba de la mañana
a la noche y era un hombre de oración”.
Queridísimo Padre Pío, intercede por nosotros ante el Señor para que
vivamos nuestra fe como la viviste tú, hagamos de la Misa la fuente y la meta
de nuestro fervor, y nuestra vida transcurra en una constante y viva
comunión con Él. Se lo pedimos también nosotros, por Jesucristo nuestro
Señor.
Amén.
Intenciones:
- Para que la Misa y la Eucaristía sean fuente y meta de nuestra fe,
Roguemos al Señor.
- Para que, siguiendo el ejemplo del Padre Pío, vivamos en comunión
permanente con Dios, Roguemos al Señor.
- Para que aceptemos con valentía las adversidades que ponen a prueba
nuestra fe, Roguemos al Señor.
Día Octavo
Oh santo Padre Pío, el dolor es para el cristiano una prueba, una exigencia
de la fe y un mal. Dios te eligió como víctima y tú hiciste de tu vida una
inmolación y una ofrenda de amor. Tú te ofreciste a Dios para que otros
tuviesen la Vida. Cuando pensamos en los otros es cuando comenzamos a
ser cristianos. Tu amor te llevaba a hacer presente a Dios entre los hombres,
y proclamaste de este modo tu entrega a Él: “Tenemos que amar a los
6. demás porque son imagen visible de Dios, y amarlos como Dios los ama... Si
Dios nos ha llenado de dones y nos ha dado la voluntad, no podemos
encerrar todo esto en un baúl y no dejar que dé el fruto que debe producir”.
Tu amor a Dios y al hombre te llevó a sufrir con los que sufren. Era imposible
eliminar el sufrimiento, pero tú viste que podías aliviarlo y te sentiste urgido
a hacerlo. Fue así como nacieron las grandes iniciativas para aliviar el
sufrimiento.
Queremos aprender de ésta tu gran sensibilidad. Que nunca pasemos
indiferentes ante el hermano que sufre. Lo pedimos también nosotros al
Dador de todo bien, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Intenciones:
- Para que los ancianos y los enfermos reciban de nosotros el afecto que
merecen, Roguemos al Señor.
- Para que manifestemos con obra de caridad hacia el prójimo el amor que
tenemos a Dios, Roguemos al Señor.
- Para que sepamos avivar la esperanza en los enfermos y busquemos el
bien de los que sufren, Roguemos al Señor.
Día Noveno
Oh Santo Padre Pío, crucificado sin cruz; tu existencia estuvo marcada por
lo sobrenatural y por lo humanamente inexplicable. Toda tu vida fue una
entrega total a Dios y a los hermanos y, como Cristo, pasaste haciendo el
bien. Las multitudes corrían a ti, a tus Misas, a tu confesonario, a tus
bendiciones, a tus prácticas de devoción de la tarde... y regresaban
confortadas y contentas. Hoy continúas siendo nuestro protector ante Dios;
y, cada año, millones de personas visitan tu tumba para pedir gracias y para
agradecer los milagros que saben han recibido por tu intercesión.
Querido Padre Pío, con gran confianza hemos vuelto a ti para pedir tu
intercesión y encontrar apoyo. Ruega por nosotros; alcánzanos de Dios todo
lo que necesitamos. Lo pedimos también nosotros al Dador de todo bien, por
Jesucristo nuestro Señor.
Amén.
Intenciones:
- Para que seamos siempre testigos de la fe en medio del mundo, Roguemos
al Señor.
- Para que pasemos nuestra vida amando a Dios y a la Iglesia, Roguemos al
Señor.
- Para que en nuestra sociedad, orgullosa y lanzada a poseer más, seamos
testigos de otros valores, como lo fue el Padre Pío, Roguemos al Señor.