El hombre en su estado de caída y miseria, se torno tramposo y crea estrategias con tal de esquivar sus responsabilidades civiles y en relación con su Dios. Los principios que surgen del sabio ecónomo divino sorprenden a aquellos ciudadanos descontentos con el sistema opresivo de su momento. Sólo Cristo, es generador de armonía humana.