El documento describe cómo Dios debería ser el centro del mundo pero que el poder y la avaricia han esclavizado al mundo al dinero. Afirma que Latinoamérica es rica en espíritu a pesar de ser pobre materialmente y que Dios eligió nacer entre personas humildes como los latinoamericanos. Exhorta a los latinoamericanos a transmitir su fe con hechos y experiencias para demostrar el amor infinito de Dios y su mayor acto de amor al enviar a su hijo a morir por los pecados humanos.