Pablo Gargallo fue un escultor español del siglo XX que estudió en Barcelona y París y desarrolló un estilo único basado en objetos tridimensionales creados a partir de placas planas de metal, aunque también hizo esculturas más tradicionales en bronce y mármol. Su obra maestra fue la pieza "El Profeta" de 1933, que culminó su concepto cubista de escultura hueca mientras mantenía una energía expresionista y se conectaba con la tradición bíblica.