4. Esta obra se compone de una plancha
metálica, de las que se calientan en
estufas de carbón, y una hilera de
clavos insertados de manera vertical
en la parte frontal de la pieza.
Este objeto (la plancha) cuyo uso es de origen normalmente doméstico,
adquiere aquí una nueva dimensión. Man Ray crea un objeto cuyo
funcionamiento resulta imposible, aquí radica la ironía y la paradoja
típicas del dadaísmo como lo es también típico de dada la
improductividad de un objeto que, despojado de su función utilitaria, se
vuelve de este modo agresivo o indestructible, el objeto de uso doméstico
pasa a tener una nueva existencia.
Otra característica importante en esta obra de Man Ray es que, frente a la
visión del objeto, el espectador no puede estar pasivo. El quiebre que
realiza al presentar un objeto de uso “común” alterado de alguna manera,
genera diferentes respuestas en quien observa, desafiando de este modo
la percepción habitual.
6. En esta obra Arp refleja la lógica de la racionalidad científica a través de la
cuadrícula, pero el uso del azar representa su total rechazo.
Los dadaístas exaltaron el azar lingüístico (como en los poemas de Tristan Tzara)
y visual porque veían en él la mejor defensa contra unas convenciones y una
racionalidad que detestaban, el azar determinaba la forma de estas obras.
A través del uso del azar como elemento detonador los dadaístas provocaban el
escándalo en la mirada de los espectadores del momento, acostumbrados al arte
expresivo de la época conformado en gran medida por el expresionismo del
momento.
En esta obra Hans Arp, adoptando el collage cubista a
los fines dadaístas, rasgó cuadrados desiguales,
irregulares en cuánto a tamaño, a partir de hojas de
papel comercial de diferentes colores, los dejó caer y
después los pegó en el lugar que habían caído. Fue
Arp el primero en transponer a un cuadro,
conscientemente, la disposición casual de unos
papeles desgarrados caídos en el suelo.
7. Marcel Duchamp
Aunque suele encuadrarse a Duchamp dentro del dadaísmo, lo trasciende. Sus
obras más características son paradójicas y no se parecen a nada de lo que
realizaron otros artistas coetáneos.
9. La obra “La Fuente” está realizada con un urinario de baño público que se presentaba
intacto, pero al girarlo cuarenta y cinco grados, y al darle un título, adquiría valores
completamente inesperados. En esta obra Duchamp descontextualiza al objeto
dotándolo de una nueva significación. Al arrancar un objeto de uso cotidiano de su
ambiente y colocarlo en uno de inutilidad (improductividad), lo priva de su valor
funcional. Re-contextualiza de este modo el objeto que quitó del contexto habitual. Es el
espectador quien le imprime toda la variedad de significaciones posibles, como por
ejemplo viendo una limpia belleza y comparándolo con algunas esculturas de Brancusi o
con curiosas alusiones figurativas como un Buda o una Virgen.
Esta obra representa el máximo ejemplo de lo que Duchamp deseaba: desacralizar el
arte.
La famosa fuente (Fountaine), es, seguramente el más
emblemático y controvertido de los ready-mades de
Marcel Duchamp por el escándalo que originó al ser
presentado en el Salón de los Independientes de Nueva
York y representa uno de los gestos más radicales de la
historia del arte universal.
11. Esta obra también es un ready-made, es decir un objeto
ajeno al arte que se transforma en obra de arte al elegirlo el
artista y re-significarlo. Duchamp utiliza aquí nuevamente un
objeto producido en serie, como una tarjeta postal barata
con una reproducción de la obra de Da Vinci “Mona Lisa”,
a la que Duchamp dibujó un bigote y una pequeña barba
con lápiz y a la que tituló “L.O.O.Q.Q.”, letras que
pronunciadas en francés sonarían “Elle a chaud au cul”,
“Ella tiene el culo caliente”, o “Ella está excitada
sexualmente”.
Por supuesto que para su momento esta obra causó
conmoción tanto por la deformación de la obra original
como por su titulo que acentúa el acto provocador de
Duchamp.
Nuevamente se ve reflejada en el arte de esta época la
característica ironía o paradoja: la ambigüedad de la pintura,
su carácter andrógino (rasgo recurrente en Duchamp), y el
lado masculino de la Mona Lisa.