1. CELEBRACION Y NO DESPEDIDA DE IV DE TEOLOGÍA. 2011
Esta celebración no es una despedida, aunque lo parezca. Es curiosa la
contradicción que en esta cena se percibe. Contradicción porque las
despedidas suelen ser tristes, pero hoy estamos celebrando el culmen de una
etapa inicial de nuestros hermanos de cuarto de Teología, en su proceso de
formación, en efecto las celebraciones suelen ser motivo de alegría.
El mundo tiene estos engaños. Una cosa puede ser otra y al revés. Un
abrecartas puede ser un puñal. Un beso puede ser una puñalada de amor, un
amor de mentira. El mundo en el que nos movemos a diario oscila entre la
realidad y la fantasía, la realidad que supone el día a día, con sus clases y sus
exámenes, y la fantasía que supone soñar con el futuro que les espera cuando
abandonen esta casa de formación. Y muchas veces es difícil decantarse por la
realidad cuando la fantasía es mucho más llevadera.
Esto no es una despedida. Debe ser un hasta la vista, un hasta luego que se
tradujese en una cita que nos obligase a volvernos a ver dentro de unos años.
De ese modo, con una perspectiva distinta, es la que les ofrece el ser ministros
de Cristo al que dentro de muy poco se enfrentarán, y que la sociedad exigente
no le digerirá rápido según su discurrir sino desde el ser testigo; por ello se
podría entrar a valorar con justicia lo que para muchos suponen años de
preparación.
Han sido quizás, siete, ocho, nueve o hasta más años en los que se ha
aprendido muchísimos conceptos y teorías, pero que sobre todo, han
contribuido a conformar en ustedes un espíritu crítico que les acompañará
todas sus acciones futuras, distinguiéndose por encima de aquellos que su
fuga se ha difuminado por el Seminario Misionero del Espíritu Santo. Sólo así
demostrarán que ustedes han pasado por el seminario y que el seminario no ha
pasado por ustedes.
Dentro de muy poco se distanciarán de aquellos quienes han estado con
ustedes en este proceso, pero con la seguridad que el contacto estará presente
como huella indeleble en el alma. Esa es la ley de la vida: resulta imposible
congeniar con todo el mundo y también es imposible seguir en contacto cuando
la distancia y las obligaciones pastorales o personales desunen a las personas
para siempre, es menester recordar aquellos momentos agradables que se han
tenido en una etapa de la vida que jamás volverá
Pero esto no será un adiós triste, al menos no debería serlo, porque hoy
también se está enhorabuena. De enhorabuena porque hoy celebramos la
alegría de saber que vosotros, hermanos de cuarto de Teología están
enhorabuena, porque hoy se hará realidad lo que algún día esperaban
conseguir desde el momento que decidieron ingresar al Seminario.

2. A lo largo de estos años, algunos se han quedado en el camino. También es
verdad que otros se han ido agregando al número. Ya en serio, hoy más que
nunca se debe remembrar aquellos que han estado a lo largo del camino y han
asumido como si fuera suyo el objetivo final. A todos ellos, a los que están y a
los que ya se han ido, a los que terminan este proceso y a los que les han
ayudado en este camino no olviden recordarlos y tenerlos en sus oraciones.
Sin ellos, a quienes os recuerdan y vosotros muchas veces no os acordáis,
con quienes celebraron sus pequeños triunfos, le sirvieron de refugio cuando
tropezaron; estos fueron quienes le ayudaron a configurarse con Cristo Sumo
Pastor.
Es para vosotros, casi una necesidad ponerle rostro a aquel de quien tanto se
ha aprendido y a quien tanto se ha leído y se seguirá leyendo con sumo placer,
porque no hay que olvidar que el aprendizaje no ha acabado aquí. Pensarlo
sería una paranoia, porque nunca hay que dejar de aprender. Y no se puede
dejar de lado que a veces a quien menos se piensa y se cree es a quien se
refleja la sabiduría de las mayores lecciones de nuestra vida. Así que no han
terminado ni se despedirán de este lugar solo reiniciarán el mundo cada día
aprendiendo algo nuevo.
De igual manera pastores de cuarto de teología, no dejen de agradecer a los
padres formadores y docentes quienes conscientes de la difícil tarea que
supone acompañar a una persona son quienes buscaron el bien para cada uno
en el sendero de un mismo camino. De ellos ha dependido vuestra formación.
De lo que os hayan enseñado o transmitido dependerá seguramente vuestro
futuro y el buen nombre del Seminario a donde se dirijan. Por ello, no los
olvidéis y ténganlos presentes en sus oraciones y además sean agradecidos
con ellos que aunque hayan disgustos y problemas lo importante fue que le
ayudaron a estar donde están.
Hermanos de cuarto de teología es un honor verlos en ese lugar, todos
nosotros, al igual que ustedes algún día lo desearon, pero recuerden que el
lugar no es un privilegio sin una expiación de la ciudad terrena transmitida a
una ciudad celeste del que serán recompensados. Adelante en el Ministerio
que Dios les confía y son ustedes el paradigma en ver que si es posible llegar,
todo amasado con un pequeño esfuerzo.
Cristian Camilo Cárdenas Aguirre
Seminario MIES
III Filosofía