Este documento resume el versículo 2 Corintios 4:7, que dice que aunque somos como vasijas de barro, tenemos el tesoro de la fe dentro de nosotros. Explica que, creados de la tierra como el barro, somos recipientes frágiles que contienen la fe, la cual nos justifica. Al tener fe, recibimos el poder de Dios y no nuestra propia fuerza. Concluye que la fe es la certeza de lo que no se ve pero se espera, y es necesaria para agradar a Dios.