El documento habla sobre cómo Pablo recuerda que los creyentes han sido "comprados por precio", refiriéndose al sacrificio de Cristo al morir por nuestros pecados. Vivir para glorificar a Dios con nuestros cuerpos es la forma de devolver el gran sacrificio que Él hizo por nosotros. Al igual que los dueños de equipos de béisbol invierten en jugadores para ganar campeonatos, Dios invirtió en nosotros al comprarnos, por lo que debemos vivir para reflejar Su gloria.