Cenicienta vivía con su madrastra y hermanastas después de la muerte de su padre, siendo esclavizada en su propia casa. Cuando fue invitada a un baile real, su madrastra no la dejó ir, pero su hada madrina la ayudó a ir con un vestido mágico. En el baile, el príncipe se enamoró de ella aunque se fue a medianoche dejando solo una zapatilla de cristal. El príncipe buscó a la dueña de la zapatilla y se casó con Cenicienta.