Configurar una LAN permite compartir recursos como archivos e impresoras entre equipos conectados, y jugar juegos en red de forma más económica que conectarlos individualmente. Se necesitan tarjetas de red compatibles, cables RJ45 o BNC, y un concentrador o cable cruzado para conectar dos equipos. En Windows, se instalan protocolos como TCP/IP y compartir archivos para habilitar el acceso de red.