El patinaje sobre hielo surgió como una forma de transporte en los lagos y ríos congelados, evolucionando en el siglo XVII a una actividad de la aristocracia holandesa que buscaba elegancia y perfección en los movimientos. En el siglo XIX, el patinaje alcanzó su máxima expresión en los Estados Unidos hasta ese momento. Los patines para patinaje artístico normalmente son blancos con tacón de madera y se practica sobre superficies de hielo natural o artificial en pistas cubiertas.