1. Comparte tus dones
Si tienes un regalo, no lo ocultes.
Si tienes una canción, cántala.
Si tienes un talento, ejercítalo.
Si tienes amor bríndalo.
Si tienes tristeza, sopórtala.
Si tienes felicidad, compártala.
Si tienes religión, vive y obra según ella.
Si tienes una oración, dila a los cielos.
Si tienes una palabra dulce, no la retengas.
Porque:
Todos tenemos regalos que podemos dar.
Todos tenemos canciones que cantar.
Todos tenemos palabras melodiosas que podemos decir.
Todos tenemos plegarias que podemos orar.
Todos tenemos amor y alegría que podemos dar.
Todos tenemos una vida feliz por vivir.
Repartamos por el mundo lo que Dios nos dio para
compartirlo generosamente.
(anónimo)
Pregúntate diariamente:
¿Qué puedo compartir hoy?
La generosidad nos pone en armonía con nuestra
semejanza divina.
Existe una inmensa alegría en poder alegrar a otros a
pesar de nuestras dificultades.
La aflicción compartida disminuye la tristeza, pero
cuando la alegría es compartida, se duplica.
Si deseas sentirte feliz y realizado basta compartir tus
bendiciones especialmente esas que no se pueden
comprar con el dinero.