Píramo y Tisbe eran los jóvenes más hermosos de Babilonia que vivían en casas contiguas y se enamoraron a pesar de la oposición de sus padres. Una noche, Tisbe llegó la primera a un manantial para reunirse con Píramo, pero una leona la asustó y dejó su manto manchado de sangre. Cuando Píramo llegó, encontró el manto ensangrentado y pensó que Tisbe había muerto, por lo que se suicidó. Tisbe luego llegó y también se