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                                               La Paz - Bolivia
ÍNDICE



MODELOS DE DESARROLLO PRODUCTIVO...........................................................................................................................1

    A. EL MODELO LIBERAL (1901-1951)............................................................................................................................2

    B. EL MODELO NACIONAL ESTATISTA (1952-1984)........................................................................................................2

    C. MODELO PRIVATISTA NEOLIBERAL (1985-2005).........................................................................................................5

DIAGNÓSTICO DEL CONTEXTO............................................................................................................................................10

MARCO CONCEPTUAL Y OPERATIVO.....................................................................................................................................45

    A. LOS PILARES DEL NUEVO MODELO ECONÓMICO NACIONAL PRODUCTIVO............................................................47

    B. POLÍTICAS PRODUCTIVAS DEL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO.............................................................................50

    C. MANDATO.....................................................................................................................................................................55

    D. VISIÓN Y METAS DEL PLAN SECTORIAL DE DESARROLLO PRODUCTIVO CON EMPLEO DIGNO................................56

    E. ESTRATEGIAS.................................................................................................................................................................57

    F. MARCO DE INTERVENCIÓN OPERATIVA......................................................................................................................57

PROGRAMAS, COMPONENTES Y LÍNEAS DE ACCIÓN...........................................................................................................60

    1. ESTRATEGIA IMPULSO DE LOS DERECHOS SOCIOLABORALES...................................................................................61

           1.1 MARCO NORMATIVO Y DE INCENTIVOS PARA LA PRODUCCIÓN Y EL TRABAJO DIGNO...............................61

    2. ESTRATEGIA TRÁNSITO DEL TRABAJO INFORMAL AL PROTEGIDO.............................................................................65

           2.1 REVALORIZACIÓN Y RECONOCIMIENTO DE UNIDADES PRODUCTIVAS..........................................................65

    3. ESTRATEGIA DESARROLLO DE LA ESTRUCTURA INSTITUCIONAL PARA EL FORTALECIMIENTO DE LAS UNIDADES
    PRODUCTIVAS...................................................................................................................................................................68

           3.1 DESARROLLO DE SERVICIOS PÚBLICOS DE APOYO AL SECTOR EMPRESARIAL...............................................68

    4. ESTRATEGIA RECUPERACIÓN DEL ROL DEL ESTADO EN LA INDUSTRIALIZACIÓN DE RUBROS ESTRATÉGICOS........73

           4.1 DESARROLLO DE EMPRESAS PÚBLICAS ESTRATÉGICAS...............................................................................73

     5. ESTRATEGIA FOMENTO DEL DESARROLLO PRODUCTIVO INTEGRAL DE LAS UNIDADES PRODUCTIVAS.................75

           5.1 DESARROLLO Y CONSOLIDACIÓN DE CAPACIDADES PRODUCTIVAS CON EMPLEO DIGNO...........................75

           5.2 TURISMO SOSTENIBLE DE BASE COMUNITARIA..............................................................................................87
PLAN DE ACCIÓN INMEDIATA PARA LA PRODUCCIÓN Y EL EMPLEO DIGNO....................................................................92

MARCO INSTITUCIONAL PARA LA ESTRATEGIA DE IMPLEMENTACIÓN.............................................................................95

   A. GRUPO ESTRATÉGICO DE EMPRESAS PÚBLICAS.......................................................................................................96

   B. AGENCIAS DE DESARROLLO Y SERVICIOS..................................................................................................................97

   C. INSTITUCIONALIDAD ESTRATÉGICA...........................................................................................................................100

   D. RELACIONES CON LOS NIVELES SUBNACIONALES....................................................................................................101

   E. SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN DEL PLAN..................................................................................................................102
Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno
                    Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social




PRESENTACIÓN


El Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural y el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social,
presentan el “Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno” del Gobierno del Estado Plurinacional
de Bolivia, para los sectores de la agroindustria y alimentos, artesanía, manufactura, industria y turismo. Este plan
tiene como propósito sustituir de forma radical el modelo de desarrollo económico implementado en el país, desde
la constitución de la República, que básicamente estuvo basado en principios liberales y neoliberales orientados
al fortalecimiento de la economía privada. Este cambio de timón, como consecuencia, supone un quiebre drástico
con el modelo privatista neoliberal y tiene como Norte, el objetivo de desarrollar una economía plural: pública,
mixta y privada-comunitaria, pero con fuerte presencia estatal orientada a promover el desarrollo económico de
todas las unidades productivas del país con más y mejores empleos.

El Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno, contiene los principales lineamientos de tres importantes
sectores generadores de ingresos y empleo del Plan Nacional de Desarrollo: transformación industrial, manufactura,
artesanal, el turismo y la dignificación del empleo, que buscan la transformación y el cambio integrado y diversificado
de la matriz productiva con el objetivo de cambiar el actual patrón primario exportador excluyente y crear una
nueva matriz basada en la industrialización de los recursos naturales con valor agregado, permitiendo la generación
de excedentes, ingresos y empleo digno para la mayoría de la población boliviana, e inaugurando un nuevo patrón
de acumulación de riqueza y su justa distribución.

Para tal efecto el Plan contempla la ejecución de cinco estrategias y seis programas. La primera estrategia tiene
que ver con el cambio del marco normativo para el desarrollo de unidades productivas, reconocimiento de los
derechos laborales y revalorizar el rol del trabajo en el sector. La segunda, impulsa el tránsito progresivo del trabajo
informal al trabajo protegido. La tercera, avanza en la consolidación de la institucionalidad a través del afianzamiento
de los servicios públicos de apoyo al sector empresarial para beneficio de todas las unidades productivas del país.
La cuarta, está vinculada a la recuperación del rol del Estado en la economía, a través de la gestión y administración
de empresas públicas estratégicas. La quinta, supone otorgar al Estado un rol promotor y protagónico en el
desarrollo, a través de la constitución y consolidación de agencias públicas de fomento al desarrollo productivo
integral, mercado interno, exportaciones y turismo, y el fortalecimiento de las propias capacidades de los actores
privados y comunitarios.

Este Plan de desarrollo sectorial presenta los patrones de desarrollo social y económico, implementados con
anterioridad en el país, para posteriormente introducir el marco conceptual y operativo sobre el que se fundamenta.
El marco conceptual está basado en los pilares del nuevo Modelo Nacional Productivo, en las orientaciones de la
Constitución Política del Estado, las políticas del Plan Nacional de Desarrollo principalmente con base al pilar
Bolivia Productiva. El marco operativo de intervención se desarrolla sobre la base de una economía plural, la
implementación de complejos productivos territoriales y la intervención con el conjunto de las unidades productivas
del país. Finalmente, se introducen los programas, componentes y líneas de acción que permiten poner en práctica
este Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno.




                 Lic. Patricia Ballivián Estenssoro                                        Calixto Chipana Callisaya
                Ministra de Desarrollo Productivo                                        Ministro de Trabajo, Empleo y
                        y Economía Plural                                                       Previsión Social
Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno
                    Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social




MODELOS DE DESARROLLO PRODUCTIVO EN BOLIVIA

En Bolivia, desde su constitución como República, se implementaron diferentes modelos de desarrollo económico
y social, de inspiración liberal y neoliberal, los cuales han definido varios ciclos históricos que se caracterizan por
los diferentes roles asumidos por el Estado y el sector privado. Así, durante el siglo XX, el país ha transitado por
tres modelos de desarrollo económico y social: un modelo liberal (1901-1951), un modelo nacional estatista
(1952-1984) y un modelo nacional privatista neoliberal (1985-2005), mientras que un nuevo modelo nacional
productivo está en proceso de construcción (Figura 1).


                     Figura 1. Ciclos de la Economía Boliviana




                     Fuente: Garcia Linera, Alvaro 2008
                             Del Liberalismo al Modelo Nacional Productivo




El liberalismo, de principios de siglo, no fue más que una continuación, pero con nuevos actores, de las políticas
económicas desarrolladas en Bolivia, desde su fundación en 1825.

Los patrones de producción de la República se cimentaron en la explotación de la fuerza de trabajo indígena y
en la base disponible de recursos naturales. Sin aparentes opciones, Bolivia se integró de manera subordinada y
dependiente al mercado-mundo vendiendo materias primas en las que el expolio consolidó una estructura social
e institucional vinculada a la producción primaria y destinada a la exportación.

Este período comenzó a declinar con la Guerra del Chaco, para dar lugar a la Revolución del año 1952, que
configuró nuevas relaciones de poder en el país con la propuesta de desarrollo del estatismo nacionalista.


A partir del año1985, en Bolivia se instauró un modelo de desarrollo económico de inspiración neo-liberal que
privatizó la totalidad de las empresas estatales, otorgó el liderazgo de la economía a la inversión extranjera y
concentró la riqueza en pocas manos. Sin embargo, este modelo ingresó en crisis desde el año 2000, con las
sublevaciones del movimiento indígena y popular. En 2005, con la elección del Presidente Evo Morales Ayma,
empieza también la construcción de un nuevo modelo económico denominado a partir del 2006 como “Modelo
Económico Nacional Productivo”.




                                                                                                                               1
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          A. EL MODELO LIBERAL (1901-1951)

Durante el modelo liberal, el poder político y económico se concentró en una élite conocida como la rosca minera,
apoyada por el predominio de un régimen de haciendas en el área rural que acaparó la propiedad de la tierra y
sometió a la población rural originaria a un sistema de colonato. Este modelo fomentó el desarrollo del circuito
de la explotación minera, en contraposición a otras, con un fuerte estancamiento y pobreza rural. Además de la
dificultad del Estado para controlar los territorios de las tierras bajas donde se desarrollaron economías desconectadas
de la minera, como la gomera en la amazonia del Norte, volcada a los mercados externos, o economías agrícolas
sumergidas en regiones de bajo dinamismo.

En este período se profundizaron las diferencias económicas entre los distintos territorios del país, por el centralismo
que ejerció la economía minera del occidente boliviano, la subordinación de una parte de la agricultura a la
economía minera, y el aislamiento de una gran parte de la economía agraria, y sociedad rural, sobre todo en las
tierras bajas.

Este esquema consolidó una economía minera exportadora de materias primas, pero altamente dependiente de
las importaciones de alimentos y productos agroindustriales y manufacturados del exterior. Esto, porque no se
desarrolló en el país una estructura productiva para la producción de bienes destinados a satisfacer demandas
básicas de consumo. La economía nacional en este período estaba completamente liberalizada y el Estado se
convirtió simplemente en un recaudador de impuestos.

El modelo liberal de desarrollo condujo a un proceso de exclusión de la economía rural, de sometimiento de una
gran parte de la población originaria e indígena a la economía hacendaria y al régimen barraquero del norte
amazónico, por lo menos hasta mediados del siglo XX. El predominio de este modelo de hacienda, llevó a la
población rural a vivir en la más absoluta carencia de servicios básicos y de derechos laborales. Además, las
comunidades de originarios e indígenas no sometidas a la hacienda, carecieron de atención estatal para atender
sus necesidades de producción, reproducción y consumo.


          B. EL MODELO NACIONAL ESTATISTA (1952-1984)

La revolución boliviana de 1952 implementó la que se denominaría “Marcha al Oriente”, una política de desarrollo
destinada a integrar el territorio nacional. Cincuenta años más tarde, esas políticas demostraron ser exitosas en
términos de crecimiento pero no de distribución. El Oriente del país dio un salto importante hasta convertirse
en el motor económico del país.

El nacionalismo revolucionario promovió un modelo de desarrollo basado en el capitalismo de Estado, a través
de una fuerte intervención estatal en la promoción a las inversiones y el crecimiento económico, principalmente
en la minería e hidrocarburos, pero escasamente en la industria. Las principales políticas fueron la nacionalización
de la minería, la reforma agraria y la política de sustitución de importaciones. Esta última, principalmente referida
a las importaciones de alimentos de consumo básico, fue favorecida por inversiones para desarrollar una
agroindustria básica, sobre todo en ingenios azucareros y arroceros.


Las metas proyectadas fueron alcanzadas rápidamente debido al limitado tamaño del mercado interno, que se
explica por una reducida población y una baja urbanización, además de la escasa integración de la población
rural . Por esto tuvieron que buscarse mercados de exportación, sobre todo para el azúcar, aunque con dificultades
por las restricciones imperantes al comercio de ese entonces .


 Wennergren, E. y M. Whitaker.1975. The Status of Bolivian Agriculture. New York: Praeger Publishers.
 Escóbar, J. 1981. .Empresas agrícolas, empleo y migración en Santa Cruz. Serie Resultados No. 5.

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Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno
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La producción agrícola capitalista, sobre todo en Santa Cruz, fue promovida a través de diversos incentivos estatales
traducidos principalmente en la apertura de caminos, la entrega gratuita de tierras fiscales, crédito subsidiado y
precios mínimos. Además, el Estado tuvo un rol importante en la protección de esta producción a través de
aranceles altos a la importación y en la búsqueda de mercados para la todavía escasa producción excedentaria .

De todos modos, la principal fuente de acumulación continuó siendo la minería, reproduciendo un patrón primario
exportador. Justamente, en este período, la minería nacionalizada constituyó la principal fuente de recursos para
alentar la sustitución de importaciones y la diversificación económica.

No obstante, las demandas de inversión sobrepasaron la capacidad financiera estatal, y el déficit público fue
sistemáticamente cubierto con medidas de expansión monetaria, aunque las limitaciones de ahorro interno
impulsaron a buscar financiamiento externo, que principalmente fue destinado a la construcción de caminos
como soporte para el desarrollo de los sectores minero, petrolero y de la agricultura .

El modelo nacional estatista hizo considerables esfuerzos por crear instrumentos para atender las necesidades
de desarrollo del país, a través de la creación de la Corporación Boliviana de Fomento (CBF), y de tres bancos
estatales especializados: el Banco Agrícola de Bolivia, el Banco Minero y el Banco Industrial.

Asimismo, el Estado controló las actividades estratégicas a través de empresas públicas como Yacimientos
Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), y un conjunto de empresas
de servicios como ENFE, en el transporte ferroviario, LAB, en el transporte aéreo, y ENTEL, en las telecomunicaciones.



                Cuadro 1. Características principales del Modelo Nacional Estatista (1952-1984)




                Fuente: Elaboración propia




 Ibarnegaray, R. 1992. El espíritu del capitalismo y la agricultura cruceña. La Paz: CERID.
 Lazarte, J. y N. Pacheco. 1992. Bolivia: Economía y sociedad 1952-1985. La Paz: CEDLA

                                                                                                                                        3
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En la década de los años 70 se presentó una coyuntura bastante favorable para el préstamo de recursos externos,
los cuales se convertirían en una fuente importante de ingresos para que el Estado pueda financiar el desarrollo,
aunque una buena parte de estos recursos fue dilapidada en inversiones inapropiadas.

La inversión pública se dirigió básicamente a promover un mayor desarrollo de la infraestructura económica y
social, estimulando con capital a los sectores productivos más intensivos, como la minería e hidrocarburos.

La minería se constituyó en uno de los sectores más importantes del país. La COMIBOL llegó a tener hasta 30.000
trabajadores, de los cuales 25.000 eran empleados regulares y 5.000 locatarios y eventuales.

Gradualmente, el sector de hidrocarburos adquirió mayor importancia en su contribución al PIB, exportaciones,
e inversiones. El aporte fiscal de este sector al Estado alcanzó los $US 310 millones. La industria de hidrocarburos
estuvo conformada por una estructura vertical, en la cual la empresa estatal operaba con una clara posición de
monopolio. Se logró exportar un total de $US 1.100 millones. Por su parte, las exportaciones mineras alcanzaron
un promedio de $US 141 millones .

En esta época se mantuvieron, con relativas variaciones, las políticas de incentivo a la agricultura, aunque a través
de una ampliación de la distribución de tierras fiscales en las tierras bajas, muchas veces motivadas por favoritismo
político . Las políticas de desarrollo industrial, pese al limitado desarrollo del sector manufacturero, se caracterizaron
por un alto grado de protección mediante aranceles elevados y restricciones cuantitativas; participación de grandes
empresas públicas que operaban en mercados cautivos, industrias adaptadas al mercado interno, financiadas en
su mayoría por bancos de desarrollo y subsidios generalizados.

No obstante, y en contraste con la creación de condiciones para el desarrollo sectorial, el manejo rentista de los
recursos por parte de los grupos industriales, no propició enlaces productivos ni promovió el desarrollo del
mercado interno, generando una situación de alta fragilidad en los procesos de reproducción y acumulación
sectorial .

Entre los aspectos positivos de este modelo se tienen las políticas de fomento agresivo a la producción de alimentos
para el mercado interno (aunque limitado a una reducida canasta) y luego para la exportación, así como el
desarrollo de servicios públicos financieros y no financieros para el desarrollo del sector agrícola y agroindustrial.

Entre los aspectos negativos, los mayores incentivos estuvieron destinados al sector empresarial agrícola, y no
así a las comunidades originarias y productores campesinos. El Estado no implementó mecanismos para revertir
ese proceso. Además se estimularon las desigualdades territoriales puesto que la mayor parte de los alicientes
se dirigieron a impulsar la agricultura cruceña.




 García Linera, Álvaro. Del Liberalismo al Modelo Nacional Productivo: Los Ciclos de la Economía Boliviana. Revista de Análisis No. 3.
 Reflexiones sobre la coyuntura. Presidencia del Congreso Nacional. La Paz-Bolivia, 2008.

 Dandler, J. 1984. El desarrollo de la agricultura, políticas estatales y el proceso de acumulación en Bolivia. En Estudios Rurales
 Latinoamericanos, Vol. 7(2):81-149.

 Escobar, S. y L. Montero. 2003. La Industria en su Laberinto: Reestructuración Productiva y Competitividad en Bolivia. La Paz: CEDLA.

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                             Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social




Por último, este modelo ingresa en crisis por el incremento del déficit presupuestario que fue cubierto por el
endeudamiento externo y la emisión monetaria interna . Su fracaso se tradujo en una profunda crisis económica,
con el progresivo deterioro de las variables macroeconómicas que ocasionó además una gran inestabilidad política.

Así, en la década de los años 80 (siglo XX) Bolivia sufrió el más grave proceso hiperinflacionario de América Latina.
Un proceso radicado en el sostenido y creciente déficit fiscal, el descontrol de la política de gastos e ingresos, el
fuerte endeudamiento exterior, tipo de cambio sobrevaluado, y un crecimiento negativo tanto del PIB como de
las inversiones. Además de la insuficiencia de los sueldos, el desabastecimiento de productos básicos de primera
necesidad, la distorsión en el sistema de precios y la desigual distribución de ingresos económicos, entre otros.

La crisis demostró el agotamiento progresivo de este modelo de desarrollo. Entre los factores que provocaron
esta crisis, se pueden destacar: a) politización, corrupción e ineficiencia en la administración de las empresas
públicas; b) incremento del déficit fiscal; c) disminución secular de los excedentes generados por el sector minero;
d) oferta exportable escasamente diversificada; e) la declinación de los precios internacionales para las principales
exportaciones bolivianas; f) aumento de la deuda externa y g) una caída brusca de los ingresos públicos. Esto dio
lugar a la implementación de un nuevo modelo económico privatista neoliberal.

            C. MODELO PRIVATISTA NEOLIBERAL (1985-2005)

El modelo privatista neoliberal se inicia en 1985, con la implementación de las políticas de estabilización económica
y de ajuste estructural. Este período, que dura hasta finales de 2005, se distingue por dos tipos de políticas
conocidas como: reformas de primera generación y reformas de segunda generación.

Las reformas de primera generación se concentraron en medidas económicas tendientes a lograr avances en el
proceso privatista neoliberal. Principalmente, a través de la apertura comercial y la liberalización de los mercados
de bienes, capital y mano de obra con el D.S. 21060, como punto de partida. Además, este modelo otorgó un
papel predominante a la inversión privada como motor del desarrollo económico, y favoreció las exportaciones.

Por su parte, las reformas de segunda generación estuvieron dirigidas a reducir los efectos sociales y ambientales
de las anteriores medidas económicas implementadas, así como incorporar un enfoque liberal en la administración
y manejo de los recursos naturales estratégicos para el país. También se inició el desmantelamiento de las
conquistas económicas y sociales de la Revolución Nacional de 1952.

El nuevo modelo económico postulaba lograr transformaciones productivas a través del mercado, reorientando
el rol del Estado hacia la liberalización del comercio, los precios y los capitales, y hacia una economía exportadora.
En este esquema , el Estado fue achicado y sustituido por el mercado, como asignador de recursos para la
producción de bienes y servicios y también para la distribución de la riqueza.

En este período se inició un proceso profundo de reducción de las competencias del Estado en la vida social y
económica de Bolivia, participando sólo como regulador del desarrollo empresarial; se desestructuraron las
capacidades del Estado para intervenir como actor productivo en el desarrollo del país. Particularmente se
redujeron las subvenciones, se suprimió el control de precios, se congelaron los salarios, se redujeron los aranceles
a las importaciones (con la liberalización de las importaciones de alimentos). En una segunda fase, se privatizaron
las empresas públicas, al mismo tiempo que se reducía sustancialmente el número de funcionarios públicos.




 Grebe, H. 1983. El excedente sin acumulación. La génesis de la crisis económica actual. En R. Zavaleta (ed.). Bolivia Hoy.
 México: Siglo XXI.
 Escobar, Silvia y Montero, Lourdes. La Industria en su Laberinto. Reestructuración Productiva y Competitividad en Bolivia.

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El cambio del modelo nacional estatista a otro de inspiración neo-liberal, también reforzó el modelo exportador
de materias primas, con un bajo nivel de procesamiento, aunque con un papel creciente de las exportaciones de
gas natural, y de algunas no tradicionales (principalmente de soya). Dada la escasa y débil estructura industrial,
la economía dependía sólo de la exportación de materias primas. De la variación en los precios de exportación
dependía la balanza de pagos y giraba toda la estructura económica.

En este esquema, los inversionistas privados adquieren un papel cada vez más importante, estimulando el proceso
de acumulación de excedentes, siendo que la mayoría de las empresas estatales son privatizadas, y cuyas ganancias
no se quedan en el país. De hecho, la exportación de materias primas, con procesos productivos intensivos en
capital, como el caso de los hidrocarburos, fueron transferidos a empresas transnacionales.

De este modo, el modelo neoliberal construyó un nuevo bloque de poder económico basado en los nuevos
propietarios de las empresas petroleras, de la agroindustria, minería y banca privada. Esta situación otorgó un
rol protagónico al capital transnacional, particularmente.

                     Cuadro 2. Características principales del Modelo Privatista Neoliberal (1985-2005)




                     Fuente: Elaboración propia



En los 20 años del período privatista neoliberal, tres grandes sectores dominaron la economía Bolivia: el sector
petrolero, constituido casi en su totalidad por empresas extranjeras que abarcaban todo el proceso productivo,
desde la producción hasta la comercialización; el sector agroindustrial, liderado por los productores de soya,
medianos y grandes (nacionales y extranjeros, sobre todo brasileros y menonitas); y el sector minero, con fuerte
presencia de la empresa COMSUR, y la banca privada que desplazó a la banca estatal. Lamentablemente, la
industria manufacturera y la agricultura campesina no se beneficiaron con políticas sectoriales para impulsar su
desarrollo, pese a su importancia en la generación de producto y empleo. Estos sectores fueron relegados por
las acciones estatales en función de los intereses de los inversores en los sectores de procesamiento de recursos
naturales.




 Escobar, S. y L. Montero. 2003. La Industria en su Laberinto: Reestructuración Productiva y Competitividad en Bolivia. La Paz: CEDLA.

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                            Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social



                               Cuadro 3. Estructura del poder económico en Bolivia (1985-2005)




                               Fuente: García Linera, A. 2008. Del Liberalismo al Modelo Nacional Productivo. La Paz-Bolivia. Cámara de Diputados.




Fue en la década de los 90, durante el período neoliberal, que el aparato productivo se diversificó de manera más
amplia vinculado con el nuevo modelo de inserción externa que estimuló el crecimiento exportador de una
diversidad de productos no tradicionales, aunque las exportaciones continuaron concentradas en unas pocas
materias primas, principalmente de minerales e hidrocarburos.

La minería tuvo una fuerte caída desde el año 1985 hasta el 2004, como consecuencia de la disminución de los
precios internacionales, durante la década de 1990, lo que incidió en la disminución de su contribución relativa
al PIB. También crecieron, en importancia, otros sectores como los hidrocarburos. No obstante, desde el año 2002
las cotizaciones internacionales de los minerales que Bolivia produce se han incrementado notablemente,
impulsando un mayor desarrollo en el sector. Esto hace factibles algunas operaciones de pequeña escala que no
eran rentables con los anteriores precios. Desde 1990 a la fecha, las exportaciones mineras han representado,
en promedio, el 35% de las exportaciones totales, y además han generado más de 50.000 empleos directos.

Por su parte, el sector de telecomunicaciones ha tenido un crecimiento sostenido en los últimos 16 años,
contribuyendo con 2.58% al PIB, en 2004. A esto se debe añadir el avance tecnológico en el sector, que ha
permitido incrementar y diversificar los servicios a menores precios, y lograr mayor cobertura, como el caso de
la telefonía móvil.

La industria manufacturera, en este período, mantuvo su importancia en el PIB del país, contribuyendo con un
17%, además empleó al 18% de la población ocupada urbana y generó el 31% del valor total de las exportaciones.

Sin embargo, en comparación con otros países de la región, Bolivia tiene la tasa más baja de participación de la
industria respecto al PIB. La crisis de principios de los años 80 tuvo un efecto importante en este sector, pero a
partir de 1987 se restauraron los niveles de crecimiento del producto industrial. En los años 90 se estabilizó a una
tasa de alrededor del 4%. No obstante, factores estructurales asociados a la escasa transformación de la base
técnica-productiva, a la débil inserción en los mercados, y a la baja competitividad, afectaron la expansión de la
industria.




  UDAPE. 2005. Diagnósticos sectoriales. Sector Minero, 1990-2004. La Paz: Unidad de Análisis de Política Económica.
  UDAPE. 2004. El sector manufacturero en Bolivia, 1990-2004. La Paz: Unidad de Análisis de Política Económica
  Idem.
  Escobar, S. y Montero, L. 2003. La Industria en su Laberinto: Reestructuración Productiva y Competitividad en Bolivia. La Paz: CEDLA.

                                                                                                                                                     7
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En relación a la producción agrícola, los incentivos otorgados para la exportación llevaron a un importante
crecimiento de la agricultura capitalista exportadora, de mediana y gran escala, intensiva en el uso de capitales.
Su precaria competitividad dependía de la ampliación de la frontera agrícola y de los mercados asociados a los
acuerdos de integración, como el de la Comunidad Andina de Naciones (CAN). Los altos costos ambientales debido
a la depredación de los bosques fueron, y son, la característica de la agroindustria boliviana. A partir de los años
70 adquiere un mayor dinamismo la actividad pecuaria. Por su parte, la agricultura campesina enfrentó un virtual
abandono por el Estado, esto llevó al estancamiento de las superficies cultivadas de la agricultura campesina,
principalmente en las tierras altas (altiplano y valles), y una rápida expansión de la superficie cultivada por la
agricultura empresarial. En 2004, la superficie cultivada por la agricultura campesina-indígena representó un 58%
del total (1.3 millones de hectáreas), siendo que esta proporción fue del 87% en 1980. Por su parte, la producción
campesina representó un 40% del valor de la producción agropecuaria entre 2000-2002, contribución equivalente
al 74%, en promedio, del período 1979-1981.

Los resultados del crecimiento económico fueron exiguos, asimismo los niveles de concentración del ingreso se
magnificaron: en primer lugar, la diferencia de ingresos entre los graduados universitarios y el resto de los
trabajadores se incrementó en 24%; y en segundo lugar, el índice de Gini aumentó en 109 puntos porcentuales.

El neoliberalismo tuvo importantes consecuencias sobre el empleo en Bolivia, ya que, justamente, liberó el
mercado de trabajo y los derechos laborales, e introdujo procesos masivos de relocalización de los trabajadores,
desplazando el empleo al rol de variable de ajuste. El momento en que el Estado abandonó su rol de dirección
de la economía, y lo cedió al capital transnacional, fue también el momento en el que renunció a su capacidad
de dirimir la pugna distributiva en el mercado de trabajo.

Así, se redujo drásticamente el ya escaso segmento de trabajadores asalariados con un mínimo de protección a
sus derechos, la informalidad laboral se multiplicó y las condiciones de trabajo –salarios, jornadas y beneficios
sociales– se deterioraron significativamente. Este fenómeno dio lugar a la inestabilidad laboral de los sectores
ya escasamente protegidos.

En este período las políticas públicas de empleo se centraron en la generación de los empleos de emergencia,
de corta duración, con bajos salarios y ausencia de sistemas de seguridad social.

Entre 1998 y 2001 se desarrollaron reformas orientadas a la gobernabilidad, se planteó una estrategia de lucha
contra la pobreza y la institucionalización en entidades piloto como la Aduana Nacional, Servicio de Impuestos
Nacionales, Servicio Nacional de Caminos y algunos Ministerios, mediante la ejecución de la Ley 2027 del Estatuto
del Funcionario Público, focalizando acciones en la incorporación de la carrera administrativa.




  Pacheco P. 2006a. Acceso y uso de la tierra y bosques en Bolivia: sus implicaciones para el desarrollo y la conservación, UDAPE, La Paz, Bolivia.
  Borrador no publicado.

  Zeballos H. 2003. Reforma agraria y desarrollo agropecuario (1953-2003). In Diagnóstico de la reforma agraria boliviana: 50 años después
  de la promulgación de la ley, ed. D Paz, H Zeballos. La Paz: Instituto Nacional de Reforma Agraria, INRA.

  Pérez, Willson y Stallings, Bárbara. 2000. Growth, Employment and Equity. The Impact of Economic Reforms in Latin America and the
  Caribbean. Washington, ECLAC. Brooking Institution Press.

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Como resultado de estas reformas de primera y segunda generación, los indicadores de estabilidad macroeconómica
mejoraron medianamente; pero la situación más angustiante fue la insatisfacción de necesidades de crecimiento
económico y la reducción de la pobreza. Por el contrario, el desempleo abierto se profundizó y se abrieron brechas
agudas de desigualdad, además del incremento de empleos precarios.

Las poblaciones más castigadas con estas medidas fueron las poblaciones rurales, los jóvenes y las mujeres. Esta
situación incrementó la migración tanto hacia el interior del país como a los países extranjeros en busca de
mayores posibilidades de empleo.

Esta drástica reconfiguración del trabajo en Bolivia tiene implicaciones de consideración en el ámbito social (o
de la reproducción), tanto en el aumento de la desigualdad, el rompimiento de la promesa de ciudadanización
a través del trabajo. Y, desde un punto de vista más amplio, significó desmoronar la idea de una carrera laboral
como sustento de un buen horizonte individual y familiar para cientos de miles de jóvenes que buscan mercados
laborales. Asimismo, la desvalorización de la estabilidad del trabajo asalariado repercute contra la continuación
de los procesos de asimilación de tecnologías, con costos de productividad que no siempre son adecuadamente
observados, pero que tienen un impacto considerable sobre la capacidad de desempeño del aparato productivo
del país.




                                                                                                                              9
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II

DIAGNÓSTICO DEL CONTEXTO

Comportamiento de la economía boliviana en los últimos años.

Durante el período neoliberal, el PIB per cápita alcanzó su máximo nivel en el año 1998, cuando registró un valor
de US$ 1,053. Sin embargo, en los siguientes años se produjo una caída hasta US$ 998, durante la gestión 2005.

Con esas cifras, se evidenció que Bolivia no solamente tenía uno de los niveles de ingreso per cápita más bajos
de Latinoamérica, sino que también registraba una de las menores tasas de crecimiento de ingreso per cápita
(menor al 1.5%) del continente. Asimismo, se constató la elevada inequidad en Bolivia, con un Coeficiente de
Gini mayor al 0.61.

El crecimiento anual promedio de la economía boliviana, en los últimos 15 años (modelo privatista neoliberal)
fue de 2.6 %, con una alta inestabilidad interanual. Los índices más bajos se presentaron a principios del 2000,
debido a la devaluación de la moneda de los países vecinos, y los más altos, durante el año 2005 por el crecimiento
económico de los principales países del mundo y el incremento de los precios de las materias primas, tendencia
invariable en los años siguientes.

Hasta el año 2005, Bolivia presentó un déficit fiscal considerable como consecuencia de la gestión pública poco
eficiente. De este modo, en 1989 se tuvo un déficit del 4.4%, el año 2001 fue del 6.2%, y el año 2002 del 8.8%.
Con el nuevo modelo económico se logró, por primera vez en la historia de Bolivia, un superávit fiscal y se
consiguió mejorar los ingresos percápita. El ingreso per cápita de los bolivianos llegó a US$ 1.050 y actualmente
es de US$ 1.300. Con relación al año 2005 hay un incremento percápita del 24%.

Por otra parte, la deuda externa del país en el período 1985-2005 fue de 4.292 millones de dólares (67% del PIB).
Mientras que en la actual gestión de gobierno, entre los años 2006-2007, la deuda externa se redujo a la mitad
con 2.149 millones de dólares (16% del PIB).




     Estrategias Departamentales de Competitividad y Visión País. Proyecto visión País. INCAE. 2006.
     Estrategias Departamentales de Competitividad y Visión País. Proyecto visión País. INCAE. 2006.
     García Linera, Álvaro. Del Liberalismo al Modelo Nacional Productivo. Los Ciclos de la Economía Boliviana. Revista de Análisis, Reflexiones
     sobre la Coyuntura. Presidencia del Congreso Nacional. Junio de 2008.
     Ibíd.

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                           Gráfica 1. Evolución de las exportaciones por gestión:




                           Fuente: Viceministerio de Comercio y Exportaciones, 2007. En base a datos de Aduana Nacional.



Durante el transcurso del periodo 1990-2005, las exportaciones bolivianas registraron un promedio anual de US$
1,300 millones. Sin embargo se debe destacar que, en los últimos dos años (2006-2007), el valor de las exportaciones
bolivianas sobrepasó la barrera de los US$ 4,000 millones, como consecuencia del crecimiento económico de las
economías más importantes del mundo y el incremento de los precios de los principales productos de exportación
bolivianos.

Las exportaciones tradicionales están constituidas por los minerales e hidrocarburos. Ambos sectores durante
el período (1990-2005) representaron la mitad de las exportaciones totales de Bolivia, y generaron un promedio
de US$ 653 millones, demostrando que la oferta exportable boliviana es muy limitada y se concentra en la
explotación de los recursos naturales. Por otro lado, el 74% de las exportaciones bolivianas se destinan a seis
países: Brasil, Estados Unidos, Venezuela, Perú, Argentina, Colombia. Los tres primeros (Brasil, Estados Unidos y
Venezuela) agregan el 57% de las exportaciones totales bolivianas.

Para el año 2007, una gran parte de los productos creció en los niveles de exportación, particularmente con
relación al 2006. El incremento se refiere a los productos alimenticios, materias primas, minerales, combustibles,
productos químicos y otras semi-manufacturas. Por el contrario, hubo decremento en los rubros de metales no
ferrosos, textiles, bienes de consumo y otras manufacturas.




  Estrategias Departamentales de Competitividad y Visión País. Proyecto visión País. INCAE. 2006.
  Ídem.

                                                                                                                                       11
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  Gráfica 2. Exportaciones según productos (exportaciones según CUCI en millones de dólares)




  Fuente: Viceministerio de Comercio y Exportaciones. 2007. En base a datos de Aduana Nacional.


Bolivia es uno de los países más inequitativos del mundo.

Bolivia enfrenta grandes niveles de persistente pobreza y desigualdad. En el 2007, el 60.10% de la población vivía
en condiciones de pobreza, y el37.70% en pobreza extrema. Asimismo, la desigualdad de ingreso sitúa a Bolivia
como uno de los países de mayor desigualdad de ingreso en la región, junto a Brasil y Chile.

La alta desigualdad de ingreso refleja disparidades significativas en los activos (por ej. en educación y tenencia
de tierras), el tamaño del hogar y las diferencias de ingreso por género, origen étnico, ubicación geográfica y tipo
de empleo.

Las medidas de la pobreza de ingreso están determinadas por el empleo, la educación, el acceso a los activos y
servicios básicos, la etnia y la ubicación geográfica. Los bolivianos más vulnerables a caer en la pobreza son los
jóvenes, desempleados o subempleados, y los indígenas y residentes rurales que carecen de educación y servicios
básicos.

La gran pobreza y desigualdad de Bolivia trasciende los límites rurales-urbanos y regionales. Si bien una parte
abrumadora de la población rural vive en condiciones de pobreza, también se la detecta y bastante en las ciudades.
La pobreza se concentra en los valles y las mesetas centrales, particularmente en Potosí y Chuquisaca, seguida
de Beni, La Paz y Oruro. Si bien las tasas de pobreza de Santa Cruz y Cochabamba son menores, debido al tamaño
de sus poblaciones, también tienen un elevado número de indigentes. Aproximadamente el 40% de la población
del departamento de Santa Cruz es pobre, aunque la tasa de pobreza sólo alcanza al 20% en la ciudad.




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Una evaluación de los municipios de Bolivia demuestra que
hay altos grados de inequidad en la población boliviana en
diferentes variables. Por ejemplo, las poblaciones de los
territorios correspondientes a los niveles más bajos de
Necesidades básicas insatisfechas (NBI) y de pobreza, no tienen
 acceso suficiente a la tierra, a los recursos financieros y no
financieros y al capital. Asimismo, estos territorios presentan
un Índice de Desarrollo Humano (IDH) muy bajo, al igual que
su productividad.

Adicionalmente, en estos territorios, la presencia del Estado
es débil y los niveles de inversión pública son escasos. Sin
embargo, estos municipios concentran población indígena y
son principalmente rurales.

Los análisis efectuados sobre los municipios del país, demuestran
que hay muchas diferencias entre ellos. A continuación se
presentan dos diferentes acercamientos a esta problemática,
con los mismos resultados: Bolivia presenta una alta inequidad
en el desarrollo territorial.

Por una parte, el Ministerio de Planificación del Desarrollo (MPD), la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y
Económicas (UDAPE) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el año 2008, presentaron el “Diagnóstico,
Modelo y Atlas Municipal de Seguridad Alimentaria en Bolivia” que permite comparar, por municipios, la
Vulnerabilidad a la Inseguridad Alimentaria (VAM) , entre los años 2003, 2006 y 2007. En este análisis, los
municipios son clasificados en cinco categorías (VAM 1, VAM 2, VAM3, VAM4 y VAM 5), de las cuales los que
tienen VAM 1 son los menos vulnerables a la inseguridad alimentaria, y los que tienen VAM 5 son los más
vulnerables.

De este resultado se concluye que el 38% de los municipios del país tiene mayor grado de vulnerabilidad (VAM
4 y 5). Por otra parte, la mayoría de los municipios (40%) está con índice de Vulnerabilidad 3. En el otro extremo,
solamente el 2% de los municipios del país presenta un menor grado de VAM.




  La vulnerabilidad de la población a la inseguridad alimentaria, está dada por la diferencia entre el riesgo a presentar inseguridad
  alimentaria (carencia de servicios e infraestructura, presencia de desastres naturales y deterioro ambiental y productivo) y la
  capacidad de respuesta de la población para enfrentar este riesgo. Definición extractada del Diagnóstico, Modelo y Atlas Municipal
  de Seguridad Alimentaria en Bolivia del Ministerio de Planificación del Desarrollo (MPD), la Unidad de Análisis de Políticas Sociales
  y Económicas (UDAPE) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), año 2008.

                                                                                                                                          13
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                                      Cuadro 4. Número de Municipios por Categorías (al 2007)




                                      Fuente: Diagnóstico, Modelo y Atlas Municipal de Seguridad
                                      Alimentaria en Bolivia. MPD, UDAPE y PMA, 2008


Por otra parte, el Ministerio de Planificación del Desarrollo diferenció los municipios en base al criterio de
segmentación por NBI.

         Cuadro 5. Segmentación del territorio nacional según Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI)




         Fuente: PROFIN


En base a dicha diferencia se identificaron cinco tipos de territorios:

El territorio 5 (NBI hasta 0,75) presenta los mayores grados de IDH, equivalentes a los más altos del mundo, y se
establece que, en tanto crece el nivel de insatisfacción de las necesidades básicas, el IDH tiende a bajar hasta
llegar al territorio 1 que representa la casi absoluta insatisfacción de las necesidades básicas. Además, el IDH
alcanza valores equivalentes a los más bajos del mundo. En general, el desarrollo en Bolivia presenta un desempeño
muy pobre, debido principalmente a la inequidad, que constituye el rasgo que, con mayor profundidad, caracteriza
a la economía boliviana.




 El modelo analítico comprueba que la población presenta un comportamiento de acuerdo al grado y calidad del desarrollo.
 Esto la impulsa a quedarse o abandonar un determinado territorio, para trasladarse a territorios que considere tienen mejores
 oportunidades.

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Otros indicadores como el acceso a la tierra, el Valor Bruto de la Producción (VBP) y el acceso al crédito, nuevamente
muestran la restricción del acceso a oportunidades en los territorios más vulnerables. Los servicios financieros
cubren a municipios que representan el 69% de la población, pero sólo el 20% de los municipios está ubicado en
zonas con presencia de excedentes y de cobertura financiera. Esto significa que la pobreza en Bolivia también se
debe al racionamiento del crédito en el ámbito regional y municipal.

Análisis de las características poblacionales de Bolivia

La diferenciación territorial en Bolivia también se explica desde las características urbanas y rurales. El país ha
experimentado una drástica reducción de la población rural respecto de la población total; de un 74%, el año
1950, a un 38% el año 2001, debido a las mayores tasas de crecimiento poblacional urbano, superiores al 3%, y
a tasas relativamente bajas en el área rural, apenas superiores al 1%, entre los años 1990 y 2000.

         Cuadro 6. Evolución (en Miles) de la población urbana y rural:




Una buena parte de las migraciones de la población rural se dirige hacia las tierras bajas, y en mayor medida hacia
las ciudades, manteniendo, sin embargo, un importante grupo de población flotante que no tiene otra opción
que conservar sus relaciones con el campo. Otros optan por buscar tierras en zonas de colonización, para conseguir
mejor calidad de vida en comparación con sus lugares de origen.

En 1950, el 26.2 % de la población boliviana era considerada como población urbana mientras que una gran
mayoría (73.8%) vivía en el área rural. En el Censo Nacional de Población y Vivienda de 1992, la población urbana
registró mayor superioridad, con un 57.5%, respecto a un 42.5% de la población rural. Finalmente, las brechas
entre la población de la ciudad y del campo se ampliaron a partir del año 2000.




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Los resultados del Censo del 2001, reflejaron un total de 62.4% para la población urbana y solamente un 37.6%
para la población rural.

En este sentido, hubieron profundos cambios en la estructura de la sociedad urbana debido a los altos procesos
migratorios, que no se tradujeron en desarrollo de oportunidades de empleo para la población migrante, y por
lo mismo, en la composición de los ingresos urbanos. Asimismo, en Bolivia solamente algunos departamentos
del eje central, fundamentalmente Cochabamba y Santa Cruz, lograron consolidar importantes centros intermedios
para el desarrollo de los servicios, agroindustria y manufactura. Los otros departamentos mantienen el contraste
entre una sociedad rural con pocos servicios, y el sector urbano que dispone de servicios pero no beneficia mucho
a los sectores más vulnerables.

Los centros urbanos secundarios tuvieron un notable crecimiento poblacional, particularmente en los valles y
llanos. En estas regiones están ubicadas 16 ciudades intermedias que albergan al 30% de los habitantes de Bolivia.
En solo 15 años, estas urbes han triplicado su número de habitantes. Se debe resaltar el valor de Quillacollo y
Sacaba, ciudades próximas a la ciudad de Cochabamba, que han crecido a un ritmo superior al 8% en los últimos
años. Otras ciudades con gran dinamismo son: Yacuiba, Tarija, Riberalta y Guayaramerín.

                      Gráfico 3. Relación urbano–rural




La brecha entre lo urbano y rural, para el año 1950, era bastante amplia a favor del sector rural que concentraba
el 73,80% de la población total. Medio siglo después, se ha invertido la relación.

En términos absolutos, las zonas urbanas han incrementado su importancia demográfica varias veces y las zonas
rurales apenas la duplicaron. Esta tendencia de crecimiento urbano continuará en los próximos años y se puede
proyectar que con las actuales tasas de crecimiento, la población boliviana el año 2010 será de 10,8 millones de
habitantes, de los cuales 7 millones habitarán en las zonas urbanas, y alrededor de un tercera parte (33%), en
las áreas rurales.




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En el mismo gráfico podemos observar que en la década de los años 80, siglo XX, la población boliviana estaba
distribuida equitativamente tanto en el área urbana como rural. En ese período, es justamente cuando se dio la
peor crisis económica que se conoce en Bolivia. A partir de ese momento se invirtió la relación entre el sector
urbano y rural.

Bolivia está en un grado medio de población urbana. El año 2001, la población urbana alcanzaba el 62%: Los
departamentos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, llegaban, juntos, al 85% del total de habitantes del país.
Según el INE, los habitantes empadronados en el último censo son 8.274.325 habitantes. La tasa estimada de
crecimiento de la población, en el año 2002, fue del 1,69%; la de natalidad de 26,41% por cada mil habitantes;
y la tasa de mortandad, del 8,05% también por cada mil habitantes. La mortalidad infantil estimada es de 57,52
por cada mil nacidos vivos, y la expectativa de vida es de 62 y 67 años para hombres y mujeres, respectivamente.

Situación del mercado de trabajo en Bolivia

Trabajo digno, una aproximación al concepto

Desde el punto de vista del significado, el calificativo “digno” puede ser usado como sinónimo de decoroso,
decente, satisfactorio, y justo. Su antónimo es: lo injusto, precario, exiguo. Esta adjetivación habla, en todo caso,
de su calidad y cantidad.

El trabajo decente, según palabras de Amartya Sen (1999), “es un derecho que va más allá de la legislación laboral
vigente: “…que tiene el sentido de reconocer derechos básicos y que permite una comprensión mucho más
alentadora de las necesidades de las distintas instituciones y las distintas políticas en pro de los derechos y de
los intereses de los trabajadores”.

El concepto de trabajo digno halla su origen en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de 1995. En ese evento
se destacó el consenso acerca de la obligación que tienen las naciones de promover el pleno empleo, como
prioridad básica de las políticas económico-sociales. Y de preparar a todos los varones y mujeres para conseguir
medios de vida seguros y sostenibles mediante el trabajo y el empleo productivo elegido libremente. Posteriormente,
en 1999, respondiendo al llamado de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo se postula la promoción del Trabajo
Decente como objetivo prioritario y se insta a reducir el déficit de Trabajo Decente como desafío global.

En la actualidad hay consenso internacional sobre la necesidad de empleo pleno y productivo y trabajo decente
para todos, lo cual constituye la principal vía para superar la pobreza. Por este motivo, existe anuencia sobre la
necesidad de lograr un empleo pleno y productivo y un trabajo decente para todos, incluyendo a los jóvenes y
las mujeres; un objetivo esencial de las políticas nacionales e internacionales relevantes, así como de las estrategias
nacionales de desarrollo.




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En este sentido, hoy, el trabajo digno es una urgente necesidad: mucha gente busca trabajo pero no puede
conseguirlo; hay un número mayor de personas desalentadas que perdieron la posibilidad de participar en el
mercado laboral; y quizás lo más relevante, gran cantidad de gente que trabaja horas extras y en malas condiciones,
en empleos de baja productividad que no les permite superar la pobreza. En otras palabras, el potencial de estos
individuos es ignorado o subutilizado, pues, si tuvieran la oportunidad de un trabajo decente y productivo podrían
contribuir notablemente al desarrollo económico nacional.

Por ello la noción de trabajo digno implica los siguientes requisitos: trabajo suficiente para todos, remuneración
justa y ejercida en condiciones de libertad, de seguridad ocupacional y de dignidad humana.

Asimismo, el concepto de trabajo digno propugna lo siguiente:

      · Es una meta, pues recoge una aspiración universal y al mismo tiempo constituye un objetivo de desarrollo.
      · Es un concepto multidimensional, integrador, dinámico y al mismo tiempo relativo. Por lo tanto, los modos
        de abordaje y de operacionalización pueden ser múltiples.
      · Es un marco integrado para la elaboración de políticas, y una plataforma para impulsar el diálogo.

En Bolivia es evidente que hay déficit de trabajo digno, que expresa las desigualdades con relación a las
oportunidades de trabajo, de protección social, de seguridad de ingresos; en síntesis, de derechos básicos y
fundamentales de justicia social. Por eso, el trabajo digno es un objetivo de desarrollo y una meta móvil, ya que
su logro no tiene techo.

Participación en la fuerza de trabajo

En los últimos seis años, la tasa de población boliviana aumentó en 2.2 %, y la población ocupada creció al 3.8%
de promedio anual, es decir, un punto más que la población total. En consecuencia, la oferta potencial o población
en edad de trabajar se incrementó, de 6,1 millones de personas a 7,6 millones de personas, entre los años 2000
y 2007, que representa el 74.0% y 76.81%, respectivamente, de la población total.


Por su parte, la población económicamente activa (PEA) se acrecentó en 1,1 millones de personas, pasando de
3,8 millones a 4,9 millones, en el mismo período, lo cual representa el 46.2% y el 49.8% de la población total en
el 2000 y el 2007, respectivamente.




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                      Cuadro 7. Condición de actividad:




                      Fuente. Instituto Nacional de Estadísticas.


El año 2007, aproximadamente 4,6 millones de personas estaban ocupadas en el conjunto de los sectores
productivos de la economía; 2,6 millones en el sector urbano, y 2 millones en el sector rural. Respecto a la
distribución por sexo, se tiene 2,5 millones de varones y 2,1 millones, mujeres.

A nivel mundial, Bolivia tiene una de las más altas cifras respecto a la relación empleo-población con edad de
trabajar, el año 2007 Bolivia alcanzó la cifra de 70,4%. En Latinoamérica y Caribe este indicador no superaba el
60% y la media mundial era de 62%. Esto significa que, en Bolivia, el porcentaje de la población económicamente
inactiva con relación a la población en edad de trabajar, es baja respecto a los países de nuestro entorno.

Sin embargo, hay diferencias por edad y sexo, por ejemplo la tasa global de participación de los jóvenes (15-24
años) es menor en un 53,8%, con relación a la tasa de adultos (25-54 años) que presenta el 88%. También hay
mayor participación de varones (74,19%) que de mujeres (56.16%). Esto señala que hay fuentes desperdiciadas
de potencial productivo en la economía. Asimismo, el hecho de que la tasa global de participación de las mujeres
sea menor, para todas las franjas de edad, muestra que la inactividad femenina es una de las fuentes principales
de subutilización laboral.

Las proyecciones 2010, elaboradas por el INE, calculan que la población total se incrementará, a 10.4 millones
de personas, y en el año 2020, a 12,3 millones. En base a estos datos se deduce que la población en edad de
trabajar, aumentará a 8,0 millones en el 2010 y a 9,5 millones, en el 2020. Asimismo, el año 2010, serán 5,1
millones las personas en busca de empleo, o trabajan. Y en el 2020, serán 6,1 millones, las personas que constituyen
la población económicamente activa (PEA).

En el 2007, la tasa de desempleo abierto representó el 5.18% de la población económicamente activa, habiendo
alcanzado sus mayores niveles en los años 2002 y el 2005 (5.48% y 5.45% respectivamente). Estas cifras están
por debajo del promedio mundial y latinoamericano (9.2% y 7.07%, respectivamente).




 Estimaciones de la OIT para el 2007 (población mayor o igual a 15 años), Indicadores Clave del Mercado de Trabajo 2008.

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En el área urbana, el desempleo representa un 7.65% de la población económicamente activa, en tanto que en
el área rural constituye el 1.6%. Por otra parte, el desempleo es mayor en mujeres que en varones (5.95% contra
4.53%) El desempleo de varones jóvenes (15-24 años) es 2.2 veces superior respecto a la población adulta, y 2.3
veces para mujeres jóvenes. Este indicador confirma las dificultades que tienen los jóvenes para conseguir trabajo.

En Bolivia, el desempleo abierto refleja fundamentalmente un desempleo estructural, que puede explicarse como
una falla en el mercado de trabajo en la creación de oportunidades sostenibles de generación de ingresos. La
ausencia de redes formales de protección social, y de seguro al desempleo, hace que la alternativa al desempleo
abierto sea el subempleo, es decir, empleo precario en actividades de baja productividad.

De acuerdo a un estudio preliminar de la Unidad de Análisis de Políticas Económicas (UDAPE), la tasa de subempleo,
entendida como empleo inadecuado o improductivo caracterizado por jornadas cortas y/o la percepción de
sueldos bajos, representaba 21.5% de la población económicamente activa, en el 2007. Esta tasa está compuesta
por el subempleo visible, y el subempleo invisible, que representaron el 5.9% y 15.6%, en el 2007. La tasa de
subempleo total en el año 2.000 en mujeres (33.3%) era un tercio superior a la de los varones (22.5%), situación
que empeoró el 2007 (31,0%) doblando la cifra de los varones (14,2). Estos porcentajes demuestran que mientras
la tasa de desempleo en mujeres se mantiene constante, la tasa de los varones, contrariamente, tiene una
reducción importante.

Si se analizan las condiciones laborales en Bolivia, se observa que el empleo está influenciado por la creciente
migración del campo a la ciudad, y el incremento de la informalidad, que debilita aún más las condiciones laborales.

En Bolivia un trabajador promedio trabaja 44,36 horas por semana y recibe un salario de Bs 1057.26. El trabajo
en Bolivia está ligado a muchas horas, sólo un 12% trabaja a tiempo parcial (menos de 20 horas), la mayoría tiene
la necesidad de trabajar 40 horas o más (65.7 % de los trabajadores están en esta categoría). Sin embargo, esta
cifra es relativa comparada con otros países. Este porcentaje está por debajo del promedio latinoamericano que
alcanza el 71.5% y que refleja las elevadas cifras de subempleo que persisten en el país.

El 2007, la mayor parte de la fuerza de trabajo (36.9%) estaba empleada en trabajos con salario; asimismo, el
32.4% eran trabajadores por cuenta propia, 0,2%, cooperativistas, y un gran porcentaje (25.9%) de trabajadores
familiares auxiliares. Relativamente, más mujeres son trabajadores familiares auxiliares mientras que relativamente
más hombres son asalariados y trabajadores por cuenta propia.




  OIT Indicadores claves del mercado de trabajo 5ta. edición 2008.
  Denominado también subempleo por horas; se refiere a los ocupados que trabajan menos de 40 horas y deseaban trabajar horas adicionales, pero
  no pudieron por problemas de mercado (no consigue otro trabajo, falta de clientes, financiamiento y falta de insumos, materia prima o maquinaria).
  Denominado también subempleo por ingreso, se refiere a los “empleados invisibles”, que percibían un ingreso menor al costo de una canasta básica
  alimentaria, dividida entre el número de perceptores del hogar.
  MECOVI, 2007.

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El gran porcentaje de trabajadores de cuenta propia y trabajadores familiares auxiliares muestra, por un lado,
importante economía informal, y por otra, indicios de déficit de trabajo digno, con las implicaciones negativas
como la falta de protección social, seguro de salud y pensiones, inseguridad laboral, largas o insuficientes horas.
Por eso la economía informal está ligada a la pobreza.

La fragilidad del empleo en Bolivia se refleja en las condiciones laborales

La mayoría de los ocupados (77.2%) no tiene acceso a un seguro de salud (público o privado), 87.7% no contribuye
a un fondo de pensiones, por tanto no tendrá renta de jubilación. Por otra parte, la mayoría de los trabajadores
no se respalda con un contrato firmado (78.5%).

El 58.8% de los trabajadores se puede calificar como pobres. De éstos, los trabajadores por cuenta propia y los
trabajadores familiares están en mayor proporción pobreza, representando el 65% y 84%, respectivamente.
Muchas de las personas en situación de pobreza trabajan mucho, y durante largas jornadas, pero de forma
improductiva. Asimismo, la pobreza se concentra en los trabajadores de micro y pequeñas empresas (64%). Si
consideramos la situación combinada de trabajadores por cuenta propia y trabajadores familiares sin remuneración,
asociada a la condición de pobreza, éste grupo social representa el 43.63% considerado como el más vulnerable.

Asimismo, las remuneraciones laborales se caracterizan por la inequidad

Las mujeres perciben sólo el 52% del ingreso laboral masculino, los indígenas perciben el 45% del salario de los
no indígenas, los trabajadores de las microempresas perciben sólo el 15% de los que ganan quienes trabajan en
las grandes empresas. Los trabajadores rurales perciben un tercio de la remuneración de los trabajadores urbanos,
y los trabajadores sin estudios perciben sólo un poco más de la décima parte de lo que ganan quienes tienen
educación superior.

La mayoría de la fuerza de trabajo boliviana, en el año 2007, estaba empleada en servicios (43.2%), seguida por
el sector de agricultura (39.1%). Las mujeres tienen mayor probabilidad que los varones de trabajar en servicios
(52,4%) mientras que el sector de agricultura (42.3%) e industria (24.5%) emplea a más del 64% de la fuerza
laboral masculina. El sector de producción de servicios puede ofrecer numerosas oportunidades de empleo, pero
no todos sus puestos de trabajo son necesariamente dignos o productivos. El empleo en servicios incluye desde
trabajos bien pagados, y con buenas condiciones para personas con altas calificaciones, hasta actividades
comerciales de subsistencia en las calles.

Los trabajadores urbanos trabajan 47,64 horas por semana y reciben un salario promedio de Bs. 1470,49, el 38.3%
gana menos que la canasta mínima vital. Por otra parte, el 69.3% de los ocupados no tiene acceso a un seguro
de salud (público o privado), 79.8% no contribuye a un fondo de pensiones. El 57.4% de los ocupados tiene trabajo
informal, 31,8% trabaja por cuenta propia, 55.5% representa a los trabajadores asalariados, 21.8% trabaja en el
sector comercio y 15.8% en la manufactura.




  MECOVI, 2007.
  MECOVI, 2007.

                                                                                                                              21
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              Gráfico 4. Perfil de un(a) trabajador(a) en el mercado de trabajo urbano, año 2007.




              Fuente: Elaboración en base a MECOVI 2007


En promedio, la productividad de la mano de obra sectorial en Bolivia está entre las más bajas de Latinoamérica. La
mano de obra más productiva la tiene el sector de extracción de minas e hidrocarburos, seguido del sector de
electricidad, gas y agua y finalmente el de intermediación financiera. La industria manufacturera tiene muy baja
productividad, preocupante, considerando su importancia en el crecimiento. Así, en Bolivia, los sectores con más
bajos niveles de productividad son precisamente aquellos que más concentran el empleo.

                          Cuadro 8. Productividad por actividad económica
                          (En miles de bolivianos, año 1990)




 OIT, 2007.

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En general, la productividad está relacionada con el tamaño de una empresa, es decir, las grandes empresas son generalmente
más productivas que las pequeñas, aunque éstas últimas generan mayores empleos. La productividad laboral de las empresas
grandes es 25 veces respecto de las microempresas.

La baja productividad se explica en parte por los escasos niveles de capacitación, poco acceso a información y tecnología, e
inadecuados sistemas de administración y contabilidad, todo ello reduce la escala de producción. Un reciente estudio identifica
dos factores que no incentivan el crecimiento de las empresas en Bolivia : (1) el mal clima empresarial que dificulta la
inversión y la creación de empleo, (2) las restricciones a la acumulación de capital humano.


Por otra parte, la baja productividad de los sectores y de las empresas ha impedido un crecimiento sostenido de empleos,
de salarios y, en general, del nivel de vida de la población boliviana. Esto refleja que el nivel de vida, del promedio de los
bolivianos, es casi igual al que se tenía en 1950. Un crecimiento económico con empleos de calidad y sostenibles, traducido
también en mejores salarios, y en general, en el nivel de vida, no será posible si no se asegura, al mismo tiempo, el incremento
de la productividad, incluyendo la mano de obra.

El crecimiento económico, salvo en el sector de servicios, no se traduce en un crecimiento sustancial de los empleos. La
elasticidad del empleo respecto al PIB total, es cercana al 1%, lo cual significa que el incremento de un punto porcentual,
en la producción económica, está asociado con el crecimiento de un empleo similar (0,99; 1,09; 0,95 que corresponde a los
períodos 1993-1997,1997-2001 y 2001-2005, respectivamente).

Si se analizan las cifras de empleo sectorial, en el período 2001 al 2005, el incremento de 1 punto porcentual en el valor
agregado de la agricultura resultó en ganancia de 0,9 en el empleo del sector; un punto porcentual en crecimiento de valor
agregado industrial significó el 0,8 en nivel de empleo de la industria; y 1 punto porcentual en el valor agregado de los
servicios, contribuyó a un crecimiento de 2,1 en empleo de servicios.

Informalidad

Con relación a los trabajadores informales, se puede destacar que el 71% de las personas ocupadas trabaja en este sector.
En Bolivia, el típico trabajador informal trabaja sólo dos horas menos que el promedio de los ocupados, pero recibe menos
de dos tercios de ese salario. El sector informal ha sido el refugio de los desempleados, sin embargo, sólo aumenta la pobreza
por la creciente competencia y la disminución de los pocos ingresos distribuidos entre muchas personas.

El trabajo en el sector informal se concentra, fundamentalmente, en el comercio (17.1%) mientras que la industria absorbe
al 10% de los trabajadores. Otro aspecto importante es lo vulnerable que es el empleo en este sector, pues el 99% de los
trabajadores informales no aporta para acceder a una renta de jubilación, y el 87,5% de los informales no se beneficia con
algún seguro de salud.




  Arias, 2006.
  Banco Mundial, 2006:204.
  MECOVI 2007.

                                                                                                                                        23
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                            Gráfico 5. Perfil del 71% de la población ocupada en el sector informal, año 2007.




                             Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta de Hogares INE 2007


El sector informal en Bolivia es uno de los más grandes de América Latina. Un estudio del CEDLA señala que cerca
del 80% de los empleados urbanos y rurales está en el sector informal. El promedio en América Latina está por
debajo del 60%. Esta situación se explica por muchos factores que incluyen las barreras regulatorias. Por ejemplo,
para constituir una empresa los requisitos son elevados, por encima del 140% del promedio anual de ingresos.
El sector informal se caracteriza por su poca productividad, con consecuencias negativas para el crecimiento total
nacional. Las microempresas informales generan el 83% del empleo total, pero sólo el 25% del PIB.

El sector informal se caracteriza por un conjunto de elementos:
a) Atrae a toda clase de trabajadores
b) Los ingresos laborales son altamente heterogéneos
c) Mientras que 3/4 de la población sin educación, es informal, sólo un tercio de la población con educación
superior pertenece al sector informal
d) Las mujeres e indígenas están fuertemente representadas en este sector
e) Los jóvenes suelen entrar al mercado laboral a través del sector informal
f) La informalidad alcanza a la mitad del total de personas que trabaja en la manufactura y la construcción, y casi
a la mayoría del comercio y del transporte.

Entre los principales motivos para que la gente se dedique al sector informal se tienen: no pudo encontrar un
trabajo asalariado (25%) y sí tuvo la oportunidad de establecer un negocio independiente (25%). Si consideramos
los otros motivos como “tradiciones familiares”, la “flexibilidad del horario” y los beneficios de no tener jefe (que
juntos suman 42%), como atributos positivos, se puede concluir que hasta un 67% de los trabajadores informales
considera bueno tener un emprendimiento de este tipo, en lugar de trabajar como asalariado.




  Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE), 2003. “Estrategia Boliviana de Reducción de la Pobreza: Informe de Avance y Perspectivas”.
  Banco Mundial. Hacia empresas más formales y productivas. Políticas contra la informalidad. 2007.

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Pese a todas las razones positivas, asociadas a tener un empleo por cuenta propia, no cabe duda que gran parte
de estos emprendimientos en el sector informal es altamente vulnerable.

El siguiente gráfico resume las características más importantes de una empresa informal promedio. En general,
estas características reflejan que un significativo número de empresas informales en Bolivia están “en espera”
de mejores oportunidades laborales.

                             Gráfico 6. La vulnerabilidad de las empresas informales:




                            Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta de Hogares, INE 2006


ANÁLISIS DE SECTORES QUE GENERAN EMPLEO EN BOLIVIA.

La situación de la industria manufacturera en Bolivia

La industria manufacturera, 18% de la población ocupada urbana, es la actividad económica con mayor participación
en el Producto Interno Bruto (PIB) del país. En la década de los 90 participó, en promedio, con el 17% del PIB.
Sin embargo, en comparación con otros países sudamericanos, Bolivia presenta la tasa más baja de participación
de la industria respecto al PIB.

Entre el año 2000 y el 2005, el valor agregado bruto de la manufactura creció anualmente al 3.5% Esta tasa es
superior a la tasa de crecimiento mundial (2.6%) y a la de Latinoamérica y Caribe (1.9%). En términos per cápita,
el valor agregado bruto creció a una tasa anual del 1.2%, pasando de US$ 133.7 a US$142 (en valor del año 2000),
sin embargo estos montos son los más bajos de Sudamérica.

El nivel de desarrollo tecnológico de la producción manufacturera en Bolivia es bajo, casi el 80% de su valor
agregado se basa en el uso intensivo de recursos naturales y poca tecnología. Los niveles técnicos están inclusive
por debajo del promedio de los países en desarrollo; en cinco años, el nivel apenas se incrementó en un 2%
debido a la mayor participación, en valor agregado, de la refinación de petróleo y la manufactura de productos
minerales no metálicos.




  UDAPE. Sector Industrial Manufacturero 1990 2004. Entre 1990 y 2007 la participación en el PIB no cambio significativamente, este último año alcanzó
  al 17,28% del PIB.

                                                                                                                                                         25
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                        Cuadro 9. Comparación del nivel tecnológico de Bolivia con otros países.




Dentro la industria manufacturera, la mayor participación, en términos de valor agregado, la tiene el rubro de
alimentos, seguido de productos refinados de petróleo y tabaco. Las mayores tasas de crecimiento fueron en los
rubros de bebidas y tabaco, y productos no metálicos, disminuyendo la participación de los textiles, prendas de
vestir y productos del cuero, así como de otras industrias.

Dentro de los rubros que produce Bolivia, sólo la manufactura de productos no ferrosos tiene alto crecimiento
a nivel mundial (tasa mayor a 10%), los restantes sectores participan en sectores con tasas de crecimiento
moderadas o bajas.

Por otra parte, la población ocupada del sector representa el 10,8% del total de la población trabajadora. Entre
el 2000 y 2008, el empleo en la industria manufacturera se incrementó ligeramente (4.4% anual) respecto a la
tasa total de empleo (3.5%). Esto permitió que la participación del empleo en manufacturas se incremente también
en 0.7%, sin embargo, pese a este crecimiento, la participación del empleo manufacturero, en el total del empleo,
se mantiene por debajo del promedio latinoamericano.

                    Cuadro 10. Industria Manufacturera: participación en el Producto Interno Bruto a precios
                    constantes (En porcentajes)




                    Fuente: Elaboración propia en base al datos INE

De acuerdo a la Encuesta de la Industria Manufacturera, efectuada por el INE para el año 2001, las industrias con
mayor participación en el empleo de la industria son las de alimentos, textiles y otras, con 24%, 18%, y 17 %,
respectivamente. Por sub-rubro, las industrias que más participan en la generación del empleo son seis: confecciones
(8%), bebidas no alcohólicas (6,8%), productos cárnicos (5%), textiles (4.7%), aceites y grasas de origen vegetal
(4.5%) y plásticos (4%).

Entre los años 1995 y 2001, la estructura del empleo no presenta grandes modificaciones, la variación por rubros
no supera el 3%. Los rubros que incrementaron su participación en el empleo son: alimentos, bebidas y tabaco,
textiles y petróleo. Entretanto disminuyó la participación de las manufacturas de productos no metálicos, madera
y otras. Donde más se registró empleo fue en la manufactura de productos de madera y productos no metálicos,
en tanto que se incrementaron los empleos en refinación de petróleo y producción de alimentos. Dentro de los
textiles, salvo el rubro de confecciones, el empleo disminuyó en hilado, tejido y acabado de telas, tejido de punto,
curtido y cuero procesado.

  UDAPE. Sector Industrial Manufacturero 1990 2004.

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En consecuencia, el empleo aumentó principalmente en las industrias poco intensivas de tecnología (alimentos,
tabaco y bebidas), en tanto que disminuyó en las industrias más sofisticadas tecnológicamente, salvo en refinación
de productos derivados del petróleo.

Alrededor de 1500 establecimientos legales conforman el sector manufacturero, la mayoría (cerca del 80%), se
ubica en el eje (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz). Más del 60% de los establecimientos emplea entre 5 a 14
empleados y se dedica a la fabricación de muebles (8%), impresión (7%), productos de panadería (6%), fabricación
de productos de plástico (5%), y fabricación de prendas de vestir (4%).

Evolución del sector

El sector industrial manufacturero, en la década de los 90 creció a una tasa promedio anual de 3.8%, en contraste
con la tasa de los 80, que fue negativa (-2.1%). Entre los factores que han influido en este comportamiento, se
pueden citar las variaciones en términos de intercambio, firma de acuerdos comerciales y otros en el marco de
los Sistemas Generalizados de Preferencia, e impacto de shocks externos (variaciones en las tasas de interés a
nivel mundial, devaluaciones, etc.).

                 Cuadro 11. Industria manufacturera: Crecimiento en el Producto Interno Bruto a precios
                 constantes (En porcentajes)




                 Fuente: INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA


Exportaciones

Las exportaciones de manufacturas representan el 23,6% del total de las exportaciones. Este porcentaje tiene
tendencia a disminuir debido a la creciente importancia de las exportaciones de gas. En el 2008 el valor de las
exportaciones de la manufactura alcanzó a 1.616,74 millones de dólares estadounidenses, importe superior en
23,38% al registrado en el 2007, cuando llegó a 1310,36 millones de dólares. Los principales productos de
exportación de la Industria Manufacturera, fueron: Soya y Productos de Soya, Productos Alimenticios y Estaño
Metálico; estos tres productos explicaron 53,76% de las exportaciones de esta actividad.

             Cuadro 12. Comportamiento y participación de las exportaciones de la industria manufacturera 2007-2008




              Fuente: INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA
                      (p): Preliminar




  UDAPE. Sector Industrial Manufacturero,1990, 2004.
  INE. Actualidad Estadística, diciembre 2008.

                                                                                                                                      27
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Entre 2000 y 2007, las exportaciones de la manufactura se incrementaron debido a la variación positiva en las
exportaciones de productos alimenticios de un 48,72%; Estaño metálico 33.67%, y soya y productos de soya en
19.34%. En cambio, los productos que incidieron negativamente fueron: Joyería 5.57% y maderas y manufacturas
de madera 2,46%.

Las exportaciones bolivianas se caracterizan por su bajo nivel de complejidad tecnológica. Sin embargo, en los
últimos años se observa que la sofisticación tecnológica de las exportaciones ha aumentado, debido principalmente
al incremento de exportaciones de productos de mediana tecnología (estaño antimonio metálico, textiles y
productos de refinación de hidrocarburos).

En términos reales (valores de 2000) las exportaciones de mediana tecnología han sido más dinámicas, con las
mayores tasas de crecimiento, mientras que las de baja tecnología o intensivas en recursos naturales, estuvieron
por debajo del promedio. Sin embargo, dentro de los grupos hay importantes diferencias: en mediana tecnología;
creció rápidamente la exportación de metales no ferrosos; en baja tecnología, los productos de calzado y textiles,
crecieron a elevadas tasas por encima del 10%. Por otro lado, se registran importantes caídas en la exportación
de productos de baja tecnología; fabricación de muebles y joyería.

A pesar de las altas tasas de crecimiento en la exportación de algunos rubros, las tasas de Bolivia siguen por
debajo del promedio mundial y de Latinoamérica.

Utilización de materias primas.

Al año 2001, la industria manufacturera se abastecía con un 76% de insumos nacionales y 24% de insumos
extranjeros. Las actividades que más utilizan insumos nacionales son: madera y productos de madera y muebles
(100%), sustancias químicas (80%), producción de alimentos, bebidas y tabaco (81%), procesamiento y conservación
de productos cárnicos (98%), productos lácteos (93%), elaboración de aceites vegetales (79%), productos de
refinación de petróleo (79%) y productos de molino (58%).

Por su parte, los rubros industriales que más utilizan materias primas e insumos importados son: fabricación de
productos metálicos (74%), papel, imprenta y editoriales (69%), elaboración y conservación de pescado y productos
de pescado (100%), productos de tabaco (77%), elaboración de bebidas no alcohólicas (55%) y elaboración de
productos de molino (42%).

En general las manufacturas bolivianas presentan un nivel de articulación intersectorial elevado (los insumos
provienen de sectores como la agricultura, pecuaria, hidrocarburos, minería, forestal, entre otros) y mantienen
una fuerte relación con los sectores agropecuario, transporte (especialmente el carretero) y comercio. Estos
sectores aportan con los insumos y prestan los servicios de traslado, comercialización y distribución de los
productos. La cantidad, calidad y disponibilidad de estos servicios, incide en el proceso de producción de la
industria, y afecta directamente a la estructura de costo y consecuentemente al precio final de los productos.




  UDAPE. Sector Industrial Manufacturero 1990 2004.
  UDAPE. Sector Industrial Manufacturero 1990 2004.

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Condiciones de trabajo

En el 2007, la mayor parte de la fuerza de trabajo en la industria manufacturera (47.6%), era asalariada, Este
porcentaje es mayor en hombres (59.6%) que en mujeres (26.2%). Por otra parte, 30.8% eran trabajadores por
cuenta propia, 1.5% de empleados con remuneración 7,7% empleados sin remuneración, y un buen porcentaje
(13,9) eran trabajadores familiares auxiliares, sin remuneración.

La mayoría de la fuerza de trabajo empleada en manufactura corresponde a hombres (64.1%) en desmedro de
las mujeres (35.9%). Otra diferencia entre trabajadores hombres y mujeres es que, relativamente más mujeres
están en los sectores de trabajadores familiares auxiliares sin remuneración y trabajadores por cuenta propia,
mientras que, comparativamente, más varones son asalariados y empleadores, con y sin remuneración. El gran
porcentaje de trabajadores de cuenta propia y familiares señala la presencia de una importante cantidad de
industrias en el sector informal. En el 2007 el 65.1% de los trabajadores de la manufactura estaba empleado en
estas categorías, siendo más elevado en mujeres (82.4%) que en hombres (54.5%).

Debilidades y potencialidades

Entre las principales variables que afectan a la competitividad de este sector se tienen: 1)la baja capacidad utilizada;
2)bajo nivel de crecimiento de las nuevas inversiones; 3)alto nivel de contrabando; 4)mano de obra poco calificada;
5)difícil acceso al crédito y altas tasas de interés activas 6)baja búsqueda y captura de nuevos mercados y productos;
7)infraestructura escasa y en mal estado; y, 8)el alto costo de los servicios.

   · La capacidad utilizada del sector industrial manufacturero es de aproximadamente el 56%. Esta alta capacidad
   ociosa indica que Bolivia podría producir más sin la necesidad de invertir más en activos fijos, es decir ya
   cuenta con la capacidad instalada y le faltaría encontrar mercado para sus productos.
   · El problema de la escasa inversión, limita las posibilidades de crecimiento del sector, en el mediano y largo
   plazo, reflejando una baja capacidad de innovación. Asimismo, la baja inversión está directamente relacionada
   con las altas tasas de interés activas, las elevadas exigencias de colateral, y la aversión al riesgo.
   · El problema del alto nivel de contrabando, limita el crecimiento del sector a corto plazo, porque genera una
   competencia desleal (por no pagar impuestos), disminuye las ventas de los productos nacionales del sector
   y como consecuencia sus ingresos económicos. La percepción de que los productos importados son una fuerte
   competencia, indica que una porción considerable de la producción de la industria manufacturera, está
   orientada a sustituir bienes importados, pero en clara desventaja con aquellos.
   · Una debilidad generalizada en el sector manufacturero es el bajo grado de desarrollo de gestión empresarial
   y mano de obra no calificada. La insuficiente capacitación del personal genera escasa flexibilidad para generar
   cambios en la industria.
   · El hecho de que los empresarios deban enfrentarse a tasas de interés activas altas y elevados niveles de
   colateral, dificulta el acceso a créditos, factor que contribuye para que no puedan disminuir su capacidad
   ociosa. Es importante que la capacidad de acceso al crédito sea en función de la rentabilidad del negocio y
   no de las garantías reales.
   · Asimismo, aún se tienen altos costos de producción, por diversas razones, que van desde los insumos, los
   servicios, la infraestructura y falta de información acerca de los mercados.




  UDAPE. Sector Industrial Manufacturero 1990 2004.

                                                                                                                                     29
Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno
                   Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social




Por otra parte, para la industria manufacturera, la producción y exportación de productos no tradicionales puede
convertirse en una potencialidad de la diversificación del mercado pues ha mostrado orientación exportadora
en varios rubros (derivados de la soya, maderas, azúcar). Las tasas de crecimiento de estos productos pertenecen
al grupo de las más altas en los últimos años. También se tienen rubros (como el de confecciones y textiles) que
constituyen un enorme potencial para los inversionistas, ya sea por la experiencia en el área de confecciones y
textiles, por la mano de obra barata y porque Bolivia es un país productor de algodón e hilados de algodón, aún
no bien explotados, incluyendo a los textiles e insumos como los hilados de algodón, pelos y lanas de camélidos.

En este contexto, el desafío es elevar el nivel de productividad y competitividad de la producción nacional, y abrir
nuevos mercados, o explotar adecuadamente los ya existentes. Las áreas con mayores potencialidades de
crecimiento, son las de textiles y confecciones, hilados, aceites, azúcar, madera y joyería. Ello debido a su captura
de mercados a nivel interno y externo, a la posibilidad de expandir aún más la producción, a la experiencia en
el proceso productivo de textiles y confecciones, y al acceso de insumos nacionales como soya, caña de azúcar,
metales y piedras semipreciosas-.

Contexto empresarial

Las empresas en Bolivia se enfrentan a varias debilidades estructurales que tienen su raíz en la falta de eficiencia
de la administración pública y del aparato judicial. Las dificultades que la burocracia boliviana crea para los
emprendedores, estadísticamente se ubica por encima de los costos (promedio de 174 por ciento del PNB anual
per cápita) y del tiempo que lleva crear una empresa (59 días, 15 procedimientos diferentes). Esto hace que
muchas pequeñas empresas permanezcan en el sector informal, sin pagar tributos y sin ofrecer condiciones de
trabajo dignas a sus empleados.

De la misma manera, el promedio de gastos (5.1 % del valor inmobiliario) y el consumo de tiempo para el registro
de propiedad privada (92 días) siguen siendo elevados.

En las investigaciones internacionales, Bolivia ocupa una posición muy baja en cuanto a los parámetros relacionados
con el cumplimiento de contratos. El proceso desde la presentación de una queja hasta la resolución de un caso,
incluye hasta 47 procedimientos diferentes. Muchos conflictos acaban ante el sistema judicial, caracterizado por
su ineficiencia. Hace unos años se estableció un centro de conciliación y de arbitraje comercial, que se hace cargo
de casos contenciosos entre empresas privadas, pero su ámbito de acción sigue siendo limitado. Por último, la
relativamente débil protección legislativa hacia los inversores representa otro problema. La legislación sobre
transparencia, y la información disponible sobre empresas, sigue siendo limitada en Bolivia, pese a que, la creación
de una bolsa de valores y un registro de acciones, contribuyó a mejorar la situación.

La situación de micro y pequeñas empresas (MYPES)

La ampliación del campo empresarial, como consecuencia de los procesos de privatización, ha estructurado un
segmento de empresas de alta complejidad tecnológica y organizativa, participación de capital transnacional,
dotación de altos niveles de inversión por puesto de trabajo, y escasa vinculación con el resto de la economía.

En contrapartida, se ha desarrollado en el período del “Orden Neoliberal”, una multiplicidad enorme de
establecimientos, de muy pequeña escala, cuya característica es el esfuerzo familiar con reducidos niveles de
trabajo asalariado. Asimismo, sus bajos niveles de inversión de capital, además de la acumulación de fuertes
rezagos de organización, tecnología, y una débil inserción en los mercados.




 30
Plan sectorial
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  • 2. Av. Mariscal Santa Cruz, Edificio Palacio de Comunicaciones Piso 20 - teléfonos (2124935 - 40) - 2124933 Fax: 2129213 - Casilla 1868 La Paz - Bolivia
  • 3. ÍNDICE MODELOS DE DESARROLLO PRODUCTIVO...........................................................................................................................1 A. EL MODELO LIBERAL (1901-1951)............................................................................................................................2 B. EL MODELO NACIONAL ESTATISTA (1952-1984)........................................................................................................2 C. MODELO PRIVATISTA NEOLIBERAL (1985-2005).........................................................................................................5 DIAGNÓSTICO DEL CONTEXTO............................................................................................................................................10 MARCO CONCEPTUAL Y OPERATIVO.....................................................................................................................................45 A. LOS PILARES DEL NUEVO MODELO ECONÓMICO NACIONAL PRODUCTIVO............................................................47 B. POLÍTICAS PRODUCTIVAS DEL PLAN NACIONAL DE DESARROLLO.............................................................................50 C. MANDATO.....................................................................................................................................................................55 D. VISIÓN Y METAS DEL PLAN SECTORIAL DE DESARROLLO PRODUCTIVO CON EMPLEO DIGNO................................56 E. ESTRATEGIAS.................................................................................................................................................................57 F. MARCO DE INTERVENCIÓN OPERATIVA......................................................................................................................57 PROGRAMAS, COMPONENTES Y LÍNEAS DE ACCIÓN...........................................................................................................60 1. ESTRATEGIA IMPULSO DE LOS DERECHOS SOCIOLABORALES...................................................................................61 1.1 MARCO NORMATIVO Y DE INCENTIVOS PARA LA PRODUCCIÓN Y EL TRABAJO DIGNO...............................61 2. ESTRATEGIA TRÁNSITO DEL TRABAJO INFORMAL AL PROTEGIDO.............................................................................65 2.1 REVALORIZACIÓN Y RECONOCIMIENTO DE UNIDADES PRODUCTIVAS..........................................................65 3. ESTRATEGIA DESARROLLO DE LA ESTRUCTURA INSTITUCIONAL PARA EL FORTALECIMIENTO DE LAS UNIDADES PRODUCTIVAS...................................................................................................................................................................68 3.1 DESARROLLO DE SERVICIOS PÚBLICOS DE APOYO AL SECTOR EMPRESARIAL...............................................68 4. ESTRATEGIA RECUPERACIÓN DEL ROL DEL ESTADO EN LA INDUSTRIALIZACIÓN DE RUBROS ESTRATÉGICOS........73 4.1 DESARROLLO DE EMPRESAS PÚBLICAS ESTRATÉGICAS...............................................................................73 5. ESTRATEGIA FOMENTO DEL DESARROLLO PRODUCTIVO INTEGRAL DE LAS UNIDADES PRODUCTIVAS.................75 5.1 DESARROLLO Y CONSOLIDACIÓN DE CAPACIDADES PRODUCTIVAS CON EMPLEO DIGNO...........................75 5.2 TURISMO SOSTENIBLE DE BASE COMUNITARIA..............................................................................................87
  • 4. PLAN DE ACCIÓN INMEDIATA PARA LA PRODUCCIÓN Y EL EMPLEO DIGNO....................................................................92 MARCO INSTITUCIONAL PARA LA ESTRATEGIA DE IMPLEMENTACIÓN.............................................................................95 A. GRUPO ESTRATÉGICO DE EMPRESAS PÚBLICAS.......................................................................................................96 B. AGENCIAS DE DESARROLLO Y SERVICIOS..................................................................................................................97 C. INSTITUCIONALIDAD ESTRATÉGICA...........................................................................................................................100 D. RELACIONES CON LOS NIVELES SUBNACIONALES....................................................................................................101 E. SEGUIMIENTO Y EVALUACIÓN DEL PLAN..................................................................................................................102
  • 5. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social PRESENTACIÓN El Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural y el Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social, presentan el “Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno” del Gobierno del Estado Plurinacional de Bolivia, para los sectores de la agroindustria y alimentos, artesanía, manufactura, industria y turismo. Este plan tiene como propósito sustituir de forma radical el modelo de desarrollo económico implementado en el país, desde la constitución de la República, que básicamente estuvo basado en principios liberales y neoliberales orientados al fortalecimiento de la economía privada. Este cambio de timón, como consecuencia, supone un quiebre drástico con el modelo privatista neoliberal y tiene como Norte, el objetivo de desarrollar una economía plural: pública, mixta y privada-comunitaria, pero con fuerte presencia estatal orientada a promover el desarrollo económico de todas las unidades productivas del país con más y mejores empleos. El Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno, contiene los principales lineamientos de tres importantes sectores generadores de ingresos y empleo del Plan Nacional de Desarrollo: transformación industrial, manufactura, artesanal, el turismo y la dignificación del empleo, que buscan la transformación y el cambio integrado y diversificado de la matriz productiva con el objetivo de cambiar el actual patrón primario exportador excluyente y crear una nueva matriz basada en la industrialización de los recursos naturales con valor agregado, permitiendo la generación de excedentes, ingresos y empleo digno para la mayoría de la población boliviana, e inaugurando un nuevo patrón de acumulación de riqueza y su justa distribución. Para tal efecto el Plan contempla la ejecución de cinco estrategias y seis programas. La primera estrategia tiene que ver con el cambio del marco normativo para el desarrollo de unidades productivas, reconocimiento de los derechos laborales y revalorizar el rol del trabajo en el sector. La segunda, impulsa el tránsito progresivo del trabajo informal al trabajo protegido. La tercera, avanza en la consolidación de la institucionalidad a través del afianzamiento de los servicios públicos de apoyo al sector empresarial para beneficio de todas las unidades productivas del país. La cuarta, está vinculada a la recuperación del rol del Estado en la economía, a través de la gestión y administración de empresas públicas estratégicas. La quinta, supone otorgar al Estado un rol promotor y protagónico en el desarrollo, a través de la constitución y consolidación de agencias públicas de fomento al desarrollo productivo integral, mercado interno, exportaciones y turismo, y el fortalecimiento de las propias capacidades de los actores privados y comunitarios. Este Plan de desarrollo sectorial presenta los patrones de desarrollo social y económico, implementados con anterioridad en el país, para posteriormente introducir el marco conceptual y operativo sobre el que se fundamenta. El marco conceptual está basado en los pilares del nuevo Modelo Nacional Productivo, en las orientaciones de la Constitución Política del Estado, las políticas del Plan Nacional de Desarrollo principalmente con base al pilar Bolivia Productiva. El marco operativo de intervención se desarrolla sobre la base de una economía plural, la implementación de complejos productivos territoriales y la intervención con el conjunto de las unidades productivas del país. Finalmente, se introducen los programas, componentes y líneas de acción que permiten poner en práctica este Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno. Lic. Patricia Ballivián Estenssoro Calixto Chipana Callisaya Ministra de Desarrollo Productivo Ministro de Trabajo, Empleo y y Economía Plural Previsión Social
  • 6. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social MODELOS DE DESARROLLO PRODUCTIVO EN BOLIVIA En Bolivia, desde su constitución como República, se implementaron diferentes modelos de desarrollo económico y social, de inspiración liberal y neoliberal, los cuales han definido varios ciclos históricos que se caracterizan por los diferentes roles asumidos por el Estado y el sector privado. Así, durante el siglo XX, el país ha transitado por tres modelos de desarrollo económico y social: un modelo liberal (1901-1951), un modelo nacional estatista (1952-1984) y un modelo nacional privatista neoliberal (1985-2005), mientras que un nuevo modelo nacional productivo está en proceso de construcción (Figura 1). Figura 1. Ciclos de la Economía Boliviana Fuente: Garcia Linera, Alvaro 2008 Del Liberalismo al Modelo Nacional Productivo El liberalismo, de principios de siglo, no fue más que una continuación, pero con nuevos actores, de las políticas económicas desarrolladas en Bolivia, desde su fundación en 1825. Los patrones de producción de la República se cimentaron en la explotación de la fuerza de trabajo indígena y en la base disponible de recursos naturales. Sin aparentes opciones, Bolivia se integró de manera subordinada y dependiente al mercado-mundo vendiendo materias primas en las que el expolio consolidó una estructura social e institucional vinculada a la producción primaria y destinada a la exportación. Este período comenzó a declinar con la Guerra del Chaco, para dar lugar a la Revolución del año 1952, que configuró nuevas relaciones de poder en el país con la propuesta de desarrollo del estatismo nacionalista. A partir del año1985, en Bolivia se instauró un modelo de desarrollo económico de inspiración neo-liberal que privatizó la totalidad de las empresas estatales, otorgó el liderazgo de la economía a la inversión extranjera y concentró la riqueza en pocas manos. Sin embargo, este modelo ingresó en crisis desde el año 2000, con las sublevaciones del movimiento indígena y popular. En 2005, con la elección del Presidente Evo Morales Ayma, empieza también la construcción de un nuevo modelo económico denominado a partir del 2006 como “Modelo Económico Nacional Productivo”. 1
  • 7. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social A. EL MODELO LIBERAL (1901-1951) Durante el modelo liberal, el poder político y económico se concentró en una élite conocida como la rosca minera, apoyada por el predominio de un régimen de haciendas en el área rural que acaparó la propiedad de la tierra y sometió a la población rural originaria a un sistema de colonato. Este modelo fomentó el desarrollo del circuito de la explotación minera, en contraposición a otras, con un fuerte estancamiento y pobreza rural. Además de la dificultad del Estado para controlar los territorios de las tierras bajas donde se desarrollaron economías desconectadas de la minera, como la gomera en la amazonia del Norte, volcada a los mercados externos, o economías agrícolas sumergidas en regiones de bajo dinamismo. En este período se profundizaron las diferencias económicas entre los distintos territorios del país, por el centralismo que ejerció la economía minera del occidente boliviano, la subordinación de una parte de la agricultura a la economía minera, y el aislamiento de una gran parte de la economía agraria, y sociedad rural, sobre todo en las tierras bajas. Este esquema consolidó una economía minera exportadora de materias primas, pero altamente dependiente de las importaciones de alimentos y productos agroindustriales y manufacturados del exterior. Esto, porque no se desarrolló en el país una estructura productiva para la producción de bienes destinados a satisfacer demandas básicas de consumo. La economía nacional en este período estaba completamente liberalizada y el Estado se convirtió simplemente en un recaudador de impuestos. El modelo liberal de desarrollo condujo a un proceso de exclusión de la economía rural, de sometimiento de una gran parte de la población originaria e indígena a la economía hacendaria y al régimen barraquero del norte amazónico, por lo menos hasta mediados del siglo XX. El predominio de este modelo de hacienda, llevó a la población rural a vivir en la más absoluta carencia de servicios básicos y de derechos laborales. Además, las comunidades de originarios e indígenas no sometidas a la hacienda, carecieron de atención estatal para atender sus necesidades de producción, reproducción y consumo. B. EL MODELO NACIONAL ESTATISTA (1952-1984) La revolución boliviana de 1952 implementó la que se denominaría “Marcha al Oriente”, una política de desarrollo destinada a integrar el territorio nacional. Cincuenta años más tarde, esas políticas demostraron ser exitosas en términos de crecimiento pero no de distribución. El Oriente del país dio un salto importante hasta convertirse en el motor económico del país. El nacionalismo revolucionario promovió un modelo de desarrollo basado en el capitalismo de Estado, a través de una fuerte intervención estatal en la promoción a las inversiones y el crecimiento económico, principalmente en la minería e hidrocarburos, pero escasamente en la industria. Las principales políticas fueron la nacionalización de la minería, la reforma agraria y la política de sustitución de importaciones. Esta última, principalmente referida a las importaciones de alimentos de consumo básico, fue favorecida por inversiones para desarrollar una agroindustria básica, sobre todo en ingenios azucareros y arroceros. Las metas proyectadas fueron alcanzadas rápidamente debido al limitado tamaño del mercado interno, que se explica por una reducida población y una baja urbanización, además de la escasa integración de la población rural . Por esto tuvieron que buscarse mercados de exportación, sobre todo para el azúcar, aunque con dificultades por las restricciones imperantes al comercio de ese entonces . Wennergren, E. y M. Whitaker.1975. The Status of Bolivian Agriculture. New York: Praeger Publishers. Escóbar, J. 1981. .Empresas agrícolas, empleo y migración en Santa Cruz. Serie Resultados No. 5. 2
  • 8. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social La producción agrícola capitalista, sobre todo en Santa Cruz, fue promovida a través de diversos incentivos estatales traducidos principalmente en la apertura de caminos, la entrega gratuita de tierras fiscales, crédito subsidiado y precios mínimos. Además, el Estado tuvo un rol importante en la protección de esta producción a través de aranceles altos a la importación y en la búsqueda de mercados para la todavía escasa producción excedentaria . De todos modos, la principal fuente de acumulación continuó siendo la minería, reproduciendo un patrón primario exportador. Justamente, en este período, la minería nacionalizada constituyó la principal fuente de recursos para alentar la sustitución de importaciones y la diversificación económica. No obstante, las demandas de inversión sobrepasaron la capacidad financiera estatal, y el déficit público fue sistemáticamente cubierto con medidas de expansión monetaria, aunque las limitaciones de ahorro interno impulsaron a buscar financiamiento externo, que principalmente fue destinado a la construcción de caminos como soporte para el desarrollo de los sectores minero, petrolero y de la agricultura . El modelo nacional estatista hizo considerables esfuerzos por crear instrumentos para atender las necesidades de desarrollo del país, a través de la creación de la Corporación Boliviana de Fomento (CBF), y de tres bancos estatales especializados: el Banco Agrícola de Bolivia, el Banco Minero y el Banco Industrial. Asimismo, el Estado controló las actividades estratégicas a través de empresas públicas como Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), la Corporación Minera de Bolivia (COMIBOL), y un conjunto de empresas de servicios como ENFE, en el transporte ferroviario, LAB, en el transporte aéreo, y ENTEL, en las telecomunicaciones. Cuadro 1. Características principales del Modelo Nacional Estatista (1952-1984) Fuente: Elaboración propia Ibarnegaray, R. 1992. El espíritu del capitalismo y la agricultura cruceña. La Paz: CERID. Lazarte, J. y N. Pacheco. 1992. Bolivia: Economía y sociedad 1952-1985. La Paz: CEDLA 3
  • 9. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social En la década de los años 70 se presentó una coyuntura bastante favorable para el préstamo de recursos externos, los cuales se convertirían en una fuente importante de ingresos para que el Estado pueda financiar el desarrollo, aunque una buena parte de estos recursos fue dilapidada en inversiones inapropiadas. La inversión pública se dirigió básicamente a promover un mayor desarrollo de la infraestructura económica y social, estimulando con capital a los sectores productivos más intensivos, como la minería e hidrocarburos. La minería se constituyó en uno de los sectores más importantes del país. La COMIBOL llegó a tener hasta 30.000 trabajadores, de los cuales 25.000 eran empleados regulares y 5.000 locatarios y eventuales. Gradualmente, el sector de hidrocarburos adquirió mayor importancia en su contribución al PIB, exportaciones, e inversiones. El aporte fiscal de este sector al Estado alcanzó los $US 310 millones. La industria de hidrocarburos estuvo conformada por una estructura vertical, en la cual la empresa estatal operaba con una clara posición de monopolio. Se logró exportar un total de $US 1.100 millones. Por su parte, las exportaciones mineras alcanzaron un promedio de $US 141 millones . En esta época se mantuvieron, con relativas variaciones, las políticas de incentivo a la agricultura, aunque a través de una ampliación de la distribución de tierras fiscales en las tierras bajas, muchas veces motivadas por favoritismo político . Las políticas de desarrollo industrial, pese al limitado desarrollo del sector manufacturero, se caracterizaron por un alto grado de protección mediante aranceles elevados y restricciones cuantitativas; participación de grandes empresas públicas que operaban en mercados cautivos, industrias adaptadas al mercado interno, financiadas en su mayoría por bancos de desarrollo y subsidios generalizados. No obstante, y en contraste con la creación de condiciones para el desarrollo sectorial, el manejo rentista de los recursos por parte de los grupos industriales, no propició enlaces productivos ni promovió el desarrollo del mercado interno, generando una situación de alta fragilidad en los procesos de reproducción y acumulación sectorial . Entre los aspectos positivos de este modelo se tienen las políticas de fomento agresivo a la producción de alimentos para el mercado interno (aunque limitado a una reducida canasta) y luego para la exportación, así como el desarrollo de servicios públicos financieros y no financieros para el desarrollo del sector agrícola y agroindustrial. Entre los aspectos negativos, los mayores incentivos estuvieron destinados al sector empresarial agrícola, y no así a las comunidades originarias y productores campesinos. El Estado no implementó mecanismos para revertir ese proceso. Además se estimularon las desigualdades territoriales puesto que la mayor parte de los alicientes se dirigieron a impulsar la agricultura cruceña. García Linera, Álvaro. Del Liberalismo al Modelo Nacional Productivo: Los Ciclos de la Economía Boliviana. Revista de Análisis No. 3. Reflexiones sobre la coyuntura. Presidencia del Congreso Nacional. La Paz-Bolivia, 2008. Dandler, J. 1984. El desarrollo de la agricultura, políticas estatales y el proceso de acumulación en Bolivia. En Estudios Rurales Latinoamericanos, Vol. 7(2):81-149. Escobar, S. y L. Montero. 2003. La Industria en su Laberinto: Reestructuración Productiva y Competitividad en Bolivia. La Paz: CEDLA. 4
  • 10. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social Por último, este modelo ingresa en crisis por el incremento del déficit presupuestario que fue cubierto por el endeudamiento externo y la emisión monetaria interna . Su fracaso se tradujo en una profunda crisis económica, con el progresivo deterioro de las variables macroeconómicas que ocasionó además una gran inestabilidad política. Así, en la década de los años 80 (siglo XX) Bolivia sufrió el más grave proceso hiperinflacionario de América Latina. Un proceso radicado en el sostenido y creciente déficit fiscal, el descontrol de la política de gastos e ingresos, el fuerte endeudamiento exterior, tipo de cambio sobrevaluado, y un crecimiento negativo tanto del PIB como de las inversiones. Además de la insuficiencia de los sueldos, el desabastecimiento de productos básicos de primera necesidad, la distorsión en el sistema de precios y la desigual distribución de ingresos económicos, entre otros. La crisis demostró el agotamiento progresivo de este modelo de desarrollo. Entre los factores que provocaron esta crisis, se pueden destacar: a) politización, corrupción e ineficiencia en la administración de las empresas públicas; b) incremento del déficit fiscal; c) disminución secular de los excedentes generados por el sector minero; d) oferta exportable escasamente diversificada; e) la declinación de los precios internacionales para las principales exportaciones bolivianas; f) aumento de la deuda externa y g) una caída brusca de los ingresos públicos. Esto dio lugar a la implementación de un nuevo modelo económico privatista neoliberal. C. MODELO PRIVATISTA NEOLIBERAL (1985-2005) El modelo privatista neoliberal se inicia en 1985, con la implementación de las políticas de estabilización económica y de ajuste estructural. Este período, que dura hasta finales de 2005, se distingue por dos tipos de políticas conocidas como: reformas de primera generación y reformas de segunda generación. Las reformas de primera generación se concentraron en medidas económicas tendientes a lograr avances en el proceso privatista neoliberal. Principalmente, a través de la apertura comercial y la liberalización de los mercados de bienes, capital y mano de obra con el D.S. 21060, como punto de partida. Además, este modelo otorgó un papel predominante a la inversión privada como motor del desarrollo económico, y favoreció las exportaciones. Por su parte, las reformas de segunda generación estuvieron dirigidas a reducir los efectos sociales y ambientales de las anteriores medidas económicas implementadas, así como incorporar un enfoque liberal en la administración y manejo de los recursos naturales estratégicos para el país. También se inició el desmantelamiento de las conquistas económicas y sociales de la Revolución Nacional de 1952. El nuevo modelo económico postulaba lograr transformaciones productivas a través del mercado, reorientando el rol del Estado hacia la liberalización del comercio, los precios y los capitales, y hacia una economía exportadora. En este esquema , el Estado fue achicado y sustituido por el mercado, como asignador de recursos para la producción de bienes y servicios y también para la distribución de la riqueza. En este período se inició un proceso profundo de reducción de las competencias del Estado en la vida social y económica de Bolivia, participando sólo como regulador del desarrollo empresarial; se desestructuraron las capacidades del Estado para intervenir como actor productivo en el desarrollo del país. Particularmente se redujeron las subvenciones, se suprimió el control de precios, se congelaron los salarios, se redujeron los aranceles a las importaciones (con la liberalización de las importaciones de alimentos). En una segunda fase, se privatizaron las empresas públicas, al mismo tiempo que se reducía sustancialmente el número de funcionarios públicos. Grebe, H. 1983. El excedente sin acumulación. La génesis de la crisis económica actual. En R. Zavaleta (ed.). Bolivia Hoy. México: Siglo XXI. Escobar, Silvia y Montero, Lourdes. La Industria en su Laberinto. Reestructuración Productiva y Competitividad en Bolivia. 5
  • 11. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social El cambio del modelo nacional estatista a otro de inspiración neo-liberal, también reforzó el modelo exportador de materias primas, con un bajo nivel de procesamiento, aunque con un papel creciente de las exportaciones de gas natural, y de algunas no tradicionales (principalmente de soya). Dada la escasa y débil estructura industrial, la economía dependía sólo de la exportación de materias primas. De la variación en los precios de exportación dependía la balanza de pagos y giraba toda la estructura económica. En este esquema, los inversionistas privados adquieren un papel cada vez más importante, estimulando el proceso de acumulación de excedentes, siendo que la mayoría de las empresas estatales son privatizadas, y cuyas ganancias no se quedan en el país. De hecho, la exportación de materias primas, con procesos productivos intensivos en capital, como el caso de los hidrocarburos, fueron transferidos a empresas transnacionales. De este modo, el modelo neoliberal construyó un nuevo bloque de poder económico basado en los nuevos propietarios de las empresas petroleras, de la agroindustria, minería y banca privada. Esta situación otorgó un rol protagónico al capital transnacional, particularmente. Cuadro 2. Características principales del Modelo Privatista Neoliberal (1985-2005) Fuente: Elaboración propia En los 20 años del período privatista neoliberal, tres grandes sectores dominaron la economía Bolivia: el sector petrolero, constituido casi en su totalidad por empresas extranjeras que abarcaban todo el proceso productivo, desde la producción hasta la comercialización; el sector agroindustrial, liderado por los productores de soya, medianos y grandes (nacionales y extranjeros, sobre todo brasileros y menonitas); y el sector minero, con fuerte presencia de la empresa COMSUR, y la banca privada que desplazó a la banca estatal. Lamentablemente, la industria manufacturera y la agricultura campesina no se beneficiaron con políticas sectoriales para impulsar su desarrollo, pese a su importancia en la generación de producto y empleo. Estos sectores fueron relegados por las acciones estatales en función de los intereses de los inversores en los sectores de procesamiento de recursos naturales. Escobar, S. y L. Montero. 2003. La Industria en su Laberinto: Reestructuración Productiva y Competitividad en Bolivia. La Paz: CEDLA. 6
  • 12. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social Cuadro 3. Estructura del poder económico en Bolivia (1985-2005) Fuente: García Linera, A. 2008. Del Liberalismo al Modelo Nacional Productivo. La Paz-Bolivia. Cámara de Diputados. Fue en la década de los 90, durante el período neoliberal, que el aparato productivo se diversificó de manera más amplia vinculado con el nuevo modelo de inserción externa que estimuló el crecimiento exportador de una diversidad de productos no tradicionales, aunque las exportaciones continuaron concentradas en unas pocas materias primas, principalmente de minerales e hidrocarburos. La minería tuvo una fuerte caída desde el año 1985 hasta el 2004, como consecuencia de la disminución de los precios internacionales, durante la década de 1990, lo que incidió en la disminución de su contribución relativa al PIB. También crecieron, en importancia, otros sectores como los hidrocarburos. No obstante, desde el año 2002 las cotizaciones internacionales de los minerales que Bolivia produce se han incrementado notablemente, impulsando un mayor desarrollo en el sector. Esto hace factibles algunas operaciones de pequeña escala que no eran rentables con los anteriores precios. Desde 1990 a la fecha, las exportaciones mineras han representado, en promedio, el 35% de las exportaciones totales, y además han generado más de 50.000 empleos directos. Por su parte, el sector de telecomunicaciones ha tenido un crecimiento sostenido en los últimos 16 años, contribuyendo con 2.58% al PIB, en 2004. A esto se debe añadir el avance tecnológico en el sector, que ha permitido incrementar y diversificar los servicios a menores precios, y lograr mayor cobertura, como el caso de la telefonía móvil. La industria manufacturera, en este período, mantuvo su importancia en el PIB del país, contribuyendo con un 17%, además empleó al 18% de la población ocupada urbana y generó el 31% del valor total de las exportaciones. Sin embargo, en comparación con otros países de la región, Bolivia tiene la tasa más baja de participación de la industria respecto al PIB. La crisis de principios de los años 80 tuvo un efecto importante en este sector, pero a partir de 1987 se restauraron los niveles de crecimiento del producto industrial. En los años 90 se estabilizó a una tasa de alrededor del 4%. No obstante, factores estructurales asociados a la escasa transformación de la base técnica-productiva, a la débil inserción en los mercados, y a la baja competitividad, afectaron la expansión de la industria. UDAPE. 2005. Diagnósticos sectoriales. Sector Minero, 1990-2004. La Paz: Unidad de Análisis de Política Económica. UDAPE. 2004. El sector manufacturero en Bolivia, 1990-2004. La Paz: Unidad de Análisis de Política Económica Idem. Escobar, S. y Montero, L. 2003. La Industria en su Laberinto: Reestructuración Productiva y Competitividad en Bolivia. La Paz: CEDLA. 7
  • 13. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social En relación a la producción agrícola, los incentivos otorgados para la exportación llevaron a un importante crecimiento de la agricultura capitalista exportadora, de mediana y gran escala, intensiva en el uso de capitales. Su precaria competitividad dependía de la ampliación de la frontera agrícola y de los mercados asociados a los acuerdos de integración, como el de la Comunidad Andina de Naciones (CAN). Los altos costos ambientales debido a la depredación de los bosques fueron, y son, la característica de la agroindustria boliviana. A partir de los años 70 adquiere un mayor dinamismo la actividad pecuaria. Por su parte, la agricultura campesina enfrentó un virtual abandono por el Estado, esto llevó al estancamiento de las superficies cultivadas de la agricultura campesina, principalmente en las tierras altas (altiplano y valles), y una rápida expansión de la superficie cultivada por la agricultura empresarial. En 2004, la superficie cultivada por la agricultura campesina-indígena representó un 58% del total (1.3 millones de hectáreas), siendo que esta proporción fue del 87% en 1980. Por su parte, la producción campesina representó un 40% del valor de la producción agropecuaria entre 2000-2002, contribución equivalente al 74%, en promedio, del período 1979-1981. Los resultados del crecimiento económico fueron exiguos, asimismo los niveles de concentración del ingreso se magnificaron: en primer lugar, la diferencia de ingresos entre los graduados universitarios y el resto de los trabajadores se incrementó en 24%; y en segundo lugar, el índice de Gini aumentó en 109 puntos porcentuales. El neoliberalismo tuvo importantes consecuencias sobre el empleo en Bolivia, ya que, justamente, liberó el mercado de trabajo y los derechos laborales, e introdujo procesos masivos de relocalización de los trabajadores, desplazando el empleo al rol de variable de ajuste. El momento en que el Estado abandonó su rol de dirección de la economía, y lo cedió al capital transnacional, fue también el momento en el que renunció a su capacidad de dirimir la pugna distributiva en el mercado de trabajo. Así, se redujo drásticamente el ya escaso segmento de trabajadores asalariados con un mínimo de protección a sus derechos, la informalidad laboral se multiplicó y las condiciones de trabajo –salarios, jornadas y beneficios sociales– se deterioraron significativamente. Este fenómeno dio lugar a la inestabilidad laboral de los sectores ya escasamente protegidos. En este período las políticas públicas de empleo se centraron en la generación de los empleos de emergencia, de corta duración, con bajos salarios y ausencia de sistemas de seguridad social. Entre 1998 y 2001 se desarrollaron reformas orientadas a la gobernabilidad, se planteó una estrategia de lucha contra la pobreza y la institucionalización en entidades piloto como la Aduana Nacional, Servicio de Impuestos Nacionales, Servicio Nacional de Caminos y algunos Ministerios, mediante la ejecución de la Ley 2027 del Estatuto del Funcionario Público, focalizando acciones en la incorporación de la carrera administrativa. Pacheco P. 2006a. Acceso y uso de la tierra y bosques en Bolivia: sus implicaciones para el desarrollo y la conservación, UDAPE, La Paz, Bolivia. Borrador no publicado. Zeballos H. 2003. Reforma agraria y desarrollo agropecuario (1953-2003). In Diagnóstico de la reforma agraria boliviana: 50 años después de la promulgación de la ley, ed. D Paz, H Zeballos. La Paz: Instituto Nacional de Reforma Agraria, INRA. Pérez, Willson y Stallings, Bárbara. 2000. Growth, Employment and Equity. The Impact of Economic Reforms in Latin America and the Caribbean. Washington, ECLAC. Brooking Institution Press. 8
  • 14. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social Como resultado de estas reformas de primera y segunda generación, los indicadores de estabilidad macroeconómica mejoraron medianamente; pero la situación más angustiante fue la insatisfacción de necesidades de crecimiento económico y la reducción de la pobreza. Por el contrario, el desempleo abierto se profundizó y se abrieron brechas agudas de desigualdad, además del incremento de empleos precarios. Las poblaciones más castigadas con estas medidas fueron las poblaciones rurales, los jóvenes y las mujeres. Esta situación incrementó la migración tanto hacia el interior del país como a los países extranjeros en busca de mayores posibilidades de empleo. Esta drástica reconfiguración del trabajo en Bolivia tiene implicaciones de consideración en el ámbito social (o de la reproducción), tanto en el aumento de la desigualdad, el rompimiento de la promesa de ciudadanización a través del trabajo. Y, desde un punto de vista más amplio, significó desmoronar la idea de una carrera laboral como sustento de un buen horizonte individual y familiar para cientos de miles de jóvenes que buscan mercados laborales. Asimismo, la desvalorización de la estabilidad del trabajo asalariado repercute contra la continuación de los procesos de asimilación de tecnologías, con costos de productividad que no siempre son adecuadamente observados, pero que tienen un impacto considerable sobre la capacidad de desempeño del aparato productivo del país. 9
  • 15. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social II DIAGNÓSTICO DEL CONTEXTO Comportamiento de la economía boliviana en los últimos años. Durante el período neoliberal, el PIB per cápita alcanzó su máximo nivel en el año 1998, cuando registró un valor de US$ 1,053. Sin embargo, en los siguientes años se produjo una caída hasta US$ 998, durante la gestión 2005. Con esas cifras, se evidenció que Bolivia no solamente tenía uno de los niveles de ingreso per cápita más bajos de Latinoamérica, sino que también registraba una de las menores tasas de crecimiento de ingreso per cápita (menor al 1.5%) del continente. Asimismo, se constató la elevada inequidad en Bolivia, con un Coeficiente de Gini mayor al 0.61. El crecimiento anual promedio de la economía boliviana, en los últimos 15 años (modelo privatista neoliberal) fue de 2.6 %, con una alta inestabilidad interanual. Los índices más bajos se presentaron a principios del 2000, debido a la devaluación de la moneda de los países vecinos, y los más altos, durante el año 2005 por el crecimiento económico de los principales países del mundo y el incremento de los precios de las materias primas, tendencia invariable en los años siguientes. Hasta el año 2005, Bolivia presentó un déficit fiscal considerable como consecuencia de la gestión pública poco eficiente. De este modo, en 1989 se tuvo un déficit del 4.4%, el año 2001 fue del 6.2%, y el año 2002 del 8.8%. Con el nuevo modelo económico se logró, por primera vez en la historia de Bolivia, un superávit fiscal y se consiguió mejorar los ingresos percápita. El ingreso per cápita de los bolivianos llegó a US$ 1.050 y actualmente es de US$ 1.300. Con relación al año 2005 hay un incremento percápita del 24%. Por otra parte, la deuda externa del país en el período 1985-2005 fue de 4.292 millones de dólares (67% del PIB). Mientras que en la actual gestión de gobierno, entre los años 2006-2007, la deuda externa se redujo a la mitad con 2.149 millones de dólares (16% del PIB). Estrategias Departamentales de Competitividad y Visión País. Proyecto visión País. INCAE. 2006. Estrategias Departamentales de Competitividad y Visión País. Proyecto visión País. INCAE. 2006. García Linera, Álvaro. Del Liberalismo al Modelo Nacional Productivo. Los Ciclos de la Economía Boliviana. Revista de Análisis, Reflexiones sobre la Coyuntura. Presidencia del Congreso Nacional. Junio de 2008. Ibíd. 10
  • 16. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social Gráfica 1. Evolución de las exportaciones por gestión: Fuente: Viceministerio de Comercio y Exportaciones, 2007. En base a datos de Aduana Nacional. Durante el transcurso del periodo 1990-2005, las exportaciones bolivianas registraron un promedio anual de US$ 1,300 millones. Sin embargo se debe destacar que, en los últimos dos años (2006-2007), el valor de las exportaciones bolivianas sobrepasó la barrera de los US$ 4,000 millones, como consecuencia del crecimiento económico de las economías más importantes del mundo y el incremento de los precios de los principales productos de exportación bolivianos. Las exportaciones tradicionales están constituidas por los minerales e hidrocarburos. Ambos sectores durante el período (1990-2005) representaron la mitad de las exportaciones totales de Bolivia, y generaron un promedio de US$ 653 millones, demostrando que la oferta exportable boliviana es muy limitada y se concentra en la explotación de los recursos naturales. Por otro lado, el 74% de las exportaciones bolivianas se destinan a seis países: Brasil, Estados Unidos, Venezuela, Perú, Argentina, Colombia. Los tres primeros (Brasil, Estados Unidos y Venezuela) agregan el 57% de las exportaciones totales bolivianas. Para el año 2007, una gran parte de los productos creció en los niveles de exportación, particularmente con relación al 2006. El incremento se refiere a los productos alimenticios, materias primas, minerales, combustibles, productos químicos y otras semi-manufacturas. Por el contrario, hubo decremento en los rubros de metales no ferrosos, textiles, bienes de consumo y otras manufacturas. Estrategias Departamentales de Competitividad y Visión País. Proyecto visión País. INCAE. 2006. Ídem. 11
  • 17. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social Gráfica 2. Exportaciones según productos (exportaciones según CUCI en millones de dólares) Fuente: Viceministerio de Comercio y Exportaciones. 2007. En base a datos de Aduana Nacional. Bolivia es uno de los países más inequitativos del mundo. Bolivia enfrenta grandes niveles de persistente pobreza y desigualdad. En el 2007, el 60.10% de la población vivía en condiciones de pobreza, y el37.70% en pobreza extrema. Asimismo, la desigualdad de ingreso sitúa a Bolivia como uno de los países de mayor desigualdad de ingreso en la región, junto a Brasil y Chile. La alta desigualdad de ingreso refleja disparidades significativas en los activos (por ej. en educación y tenencia de tierras), el tamaño del hogar y las diferencias de ingreso por género, origen étnico, ubicación geográfica y tipo de empleo. Las medidas de la pobreza de ingreso están determinadas por el empleo, la educación, el acceso a los activos y servicios básicos, la etnia y la ubicación geográfica. Los bolivianos más vulnerables a caer en la pobreza son los jóvenes, desempleados o subempleados, y los indígenas y residentes rurales que carecen de educación y servicios básicos. La gran pobreza y desigualdad de Bolivia trasciende los límites rurales-urbanos y regionales. Si bien una parte abrumadora de la población rural vive en condiciones de pobreza, también se la detecta y bastante en las ciudades. La pobreza se concentra en los valles y las mesetas centrales, particularmente en Potosí y Chuquisaca, seguida de Beni, La Paz y Oruro. Si bien las tasas de pobreza de Santa Cruz y Cochabamba son menores, debido al tamaño de sus poblaciones, también tienen un elevado número de indigentes. Aproximadamente el 40% de la población del departamento de Santa Cruz es pobre, aunque la tasa de pobreza sólo alcanza al 20% en la ciudad. 12
  • 18. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social Una evaluación de los municipios de Bolivia demuestra que hay altos grados de inequidad en la población boliviana en diferentes variables. Por ejemplo, las poblaciones de los territorios correspondientes a los niveles más bajos de Necesidades básicas insatisfechas (NBI) y de pobreza, no tienen acceso suficiente a la tierra, a los recursos financieros y no financieros y al capital. Asimismo, estos territorios presentan un Índice de Desarrollo Humano (IDH) muy bajo, al igual que su productividad. Adicionalmente, en estos territorios, la presencia del Estado es débil y los niveles de inversión pública son escasos. Sin embargo, estos municipios concentran población indígena y son principalmente rurales. Los análisis efectuados sobre los municipios del país, demuestran que hay muchas diferencias entre ellos. A continuación se presentan dos diferentes acercamientos a esta problemática, con los mismos resultados: Bolivia presenta una alta inequidad en el desarrollo territorial. Por una parte, el Ministerio de Planificación del Desarrollo (MPD), la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), el año 2008, presentaron el “Diagnóstico, Modelo y Atlas Municipal de Seguridad Alimentaria en Bolivia” que permite comparar, por municipios, la Vulnerabilidad a la Inseguridad Alimentaria (VAM) , entre los años 2003, 2006 y 2007. En este análisis, los municipios son clasificados en cinco categorías (VAM 1, VAM 2, VAM3, VAM4 y VAM 5), de las cuales los que tienen VAM 1 son los menos vulnerables a la inseguridad alimentaria, y los que tienen VAM 5 son los más vulnerables. De este resultado se concluye que el 38% de los municipios del país tiene mayor grado de vulnerabilidad (VAM 4 y 5). Por otra parte, la mayoría de los municipios (40%) está con índice de Vulnerabilidad 3. En el otro extremo, solamente el 2% de los municipios del país presenta un menor grado de VAM. La vulnerabilidad de la población a la inseguridad alimentaria, está dada por la diferencia entre el riesgo a presentar inseguridad alimentaria (carencia de servicios e infraestructura, presencia de desastres naturales y deterioro ambiental y productivo) y la capacidad de respuesta de la población para enfrentar este riesgo. Definición extractada del Diagnóstico, Modelo y Atlas Municipal de Seguridad Alimentaria en Bolivia del Ministerio de Planificación del Desarrollo (MPD), la Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA), año 2008. 13
  • 19. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social Cuadro 4. Número de Municipios por Categorías (al 2007) Fuente: Diagnóstico, Modelo y Atlas Municipal de Seguridad Alimentaria en Bolivia. MPD, UDAPE y PMA, 2008 Por otra parte, el Ministerio de Planificación del Desarrollo diferenció los municipios en base al criterio de segmentación por NBI. Cuadro 5. Segmentación del territorio nacional según Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) Fuente: PROFIN En base a dicha diferencia se identificaron cinco tipos de territorios: El territorio 5 (NBI hasta 0,75) presenta los mayores grados de IDH, equivalentes a los más altos del mundo, y se establece que, en tanto crece el nivel de insatisfacción de las necesidades básicas, el IDH tiende a bajar hasta llegar al territorio 1 que representa la casi absoluta insatisfacción de las necesidades básicas. Además, el IDH alcanza valores equivalentes a los más bajos del mundo. En general, el desarrollo en Bolivia presenta un desempeño muy pobre, debido principalmente a la inequidad, que constituye el rasgo que, con mayor profundidad, caracteriza a la economía boliviana. El modelo analítico comprueba que la población presenta un comportamiento de acuerdo al grado y calidad del desarrollo. Esto la impulsa a quedarse o abandonar un determinado territorio, para trasladarse a territorios que considere tienen mejores oportunidades. 14
  • 20. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social Otros indicadores como el acceso a la tierra, el Valor Bruto de la Producción (VBP) y el acceso al crédito, nuevamente muestran la restricción del acceso a oportunidades en los territorios más vulnerables. Los servicios financieros cubren a municipios que representan el 69% de la población, pero sólo el 20% de los municipios está ubicado en zonas con presencia de excedentes y de cobertura financiera. Esto significa que la pobreza en Bolivia también se debe al racionamiento del crédito en el ámbito regional y municipal. Análisis de las características poblacionales de Bolivia La diferenciación territorial en Bolivia también se explica desde las características urbanas y rurales. El país ha experimentado una drástica reducción de la población rural respecto de la población total; de un 74%, el año 1950, a un 38% el año 2001, debido a las mayores tasas de crecimiento poblacional urbano, superiores al 3%, y a tasas relativamente bajas en el área rural, apenas superiores al 1%, entre los años 1990 y 2000. Cuadro 6. Evolución (en Miles) de la población urbana y rural: Una buena parte de las migraciones de la población rural se dirige hacia las tierras bajas, y en mayor medida hacia las ciudades, manteniendo, sin embargo, un importante grupo de población flotante que no tiene otra opción que conservar sus relaciones con el campo. Otros optan por buscar tierras en zonas de colonización, para conseguir mejor calidad de vida en comparación con sus lugares de origen. En 1950, el 26.2 % de la población boliviana era considerada como población urbana mientras que una gran mayoría (73.8%) vivía en el área rural. En el Censo Nacional de Población y Vivienda de 1992, la población urbana registró mayor superioridad, con un 57.5%, respecto a un 42.5% de la población rural. Finalmente, las brechas entre la población de la ciudad y del campo se ampliaron a partir del año 2000. 15
  • 21. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social Los resultados del Censo del 2001, reflejaron un total de 62.4% para la población urbana y solamente un 37.6% para la población rural. En este sentido, hubieron profundos cambios en la estructura de la sociedad urbana debido a los altos procesos migratorios, que no se tradujeron en desarrollo de oportunidades de empleo para la población migrante, y por lo mismo, en la composición de los ingresos urbanos. Asimismo, en Bolivia solamente algunos departamentos del eje central, fundamentalmente Cochabamba y Santa Cruz, lograron consolidar importantes centros intermedios para el desarrollo de los servicios, agroindustria y manufactura. Los otros departamentos mantienen el contraste entre una sociedad rural con pocos servicios, y el sector urbano que dispone de servicios pero no beneficia mucho a los sectores más vulnerables. Los centros urbanos secundarios tuvieron un notable crecimiento poblacional, particularmente en los valles y llanos. En estas regiones están ubicadas 16 ciudades intermedias que albergan al 30% de los habitantes de Bolivia. En solo 15 años, estas urbes han triplicado su número de habitantes. Se debe resaltar el valor de Quillacollo y Sacaba, ciudades próximas a la ciudad de Cochabamba, que han crecido a un ritmo superior al 8% en los últimos años. Otras ciudades con gran dinamismo son: Yacuiba, Tarija, Riberalta y Guayaramerín. Gráfico 3. Relación urbano–rural La brecha entre lo urbano y rural, para el año 1950, era bastante amplia a favor del sector rural que concentraba el 73,80% de la población total. Medio siglo después, se ha invertido la relación. En términos absolutos, las zonas urbanas han incrementado su importancia demográfica varias veces y las zonas rurales apenas la duplicaron. Esta tendencia de crecimiento urbano continuará en los próximos años y se puede proyectar que con las actuales tasas de crecimiento, la población boliviana el año 2010 será de 10,8 millones de habitantes, de los cuales 7 millones habitarán en las zonas urbanas, y alrededor de un tercera parte (33%), en las áreas rurales. 16
  • 22. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social En el mismo gráfico podemos observar que en la década de los años 80, siglo XX, la población boliviana estaba distribuida equitativamente tanto en el área urbana como rural. En ese período, es justamente cuando se dio la peor crisis económica que se conoce en Bolivia. A partir de ese momento se invirtió la relación entre el sector urbano y rural. Bolivia está en un grado medio de población urbana. El año 2001, la población urbana alcanzaba el 62%: Los departamentos de La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, llegaban, juntos, al 85% del total de habitantes del país. Según el INE, los habitantes empadronados en el último censo son 8.274.325 habitantes. La tasa estimada de crecimiento de la población, en el año 2002, fue del 1,69%; la de natalidad de 26,41% por cada mil habitantes; y la tasa de mortandad, del 8,05% también por cada mil habitantes. La mortalidad infantil estimada es de 57,52 por cada mil nacidos vivos, y la expectativa de vida es de 62 y 67 años para hombres y mujeres, respectivamente. Situación del mercado de trabajo en Bolivia Trabajo digno, una aproximación al concepto Desde el punto de vista del significado, el calificativo “digno” puede ser usado como sinónimo de decoroso, decente, satisfactorio, y justo. Su antónimo es: lo injusto, precario, exiguo. Esta adjetivación habla, en todo caso, de su calidad y cantidad. El trabajo decente, según palabras de Amartya Sen (1999), “es un derecho que va más allá de la legislación laboral vigente: “…que tiene el sentido de reconocer derechos básicos y que permite una comprensión mucho más alentadora de las necesidades de las distintas instituciones y las distintas políticas en pro de los derechos y de los intereses de los trabajadores”. El concepto de trabajo digno halla su origen en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Social de 1995. En ese evento se destacó el consenso acerca de la obligación que tienen las naciones de promover el pleno empleo, como prioridad básica de las políticas económico-sociales. Y de preparar a todos los varones y mujeres para conseguir medios de vida seguros y sostenibles mediante el trabajo y el empleo productivo elegido libremente. Posteriormente, en 1999, respondiendo al llamado de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo se postula la promoción del Trabajo Decente como objetivo prioritario y se insta a reducir el déficit de Trabajo Decente como desafío global. En la actualidad hay consenso internacional sobre la necesidad de empleo pleno y productivo y trabajo decente para todos, lo cual constituye la principal vía para superar la pobreza. Por este motivo, existe anuencia sobre la necesidad de lograr un empleo pleno y productivo y un trabajo decente para todos, incluyendo a los jóvenes y las mujeres; un objetivo esencial de las políticas nacionales e internacionales relevantes, así como de las estrategias nacionales de desarrollo. 17
  • 23. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social En este sentido, hoy, el trabajo digno es una urgente necesidad: mucha gente busca trabajo pero no puede conseguirlo; hay un número mayor de personas desalentadas que perdieron la posibilidad de participar en el mercado laboral; y quizás lo más relevante, gran cantidad de gente que trabaja horas extras y en malas condiciones, en empleos de baja productividad que no les permite superar la pobreza. En otras palabras, el potencial de estos individuos es ignorado o subutilizado, pues, si tuvieran la oportunidad de un trabajo decente y productivo podrían contribuir notablemente al desarrollo económico nacional. Por ello la noción de trabajo digno implica los siguientes requisitos: trabajo suficiente para todos, remuneración justa y ejercida en condiciones de libertad, de seguridad ocupacional y de dignidad humana. Asimismo, el concepto de trabajo digno propugna lo siguiente: · Es una meta, pues recoge una aspiración universal y al mismo tiempo constituye un objetivo de desarrollo. · Es un concepto multidimensional, integrador, dinámico y al mismo tiempo relativo. Por lo tanto, los modos de abordaje y de operacionalización pueden ser múltiples. · Es un marco integrado para la elaboración de políticas, y una plataforma para impulsar el diálogo. En Bolivia es evidente que hay déficit de trabajo digno, que expresa las desigualdades con relación a las oportunidades de trabajo, de protección social, de seguridad de ingresos; en síntesis, de derechos básicos y fundamentales de justicia social. Por eso, el trabajo digno es un objetivo de desarrollo y una meta móvil, ya que su logro no tiene techo. Participación en la fuerza de trabajo En los últimos seis años, la tasa de población boliviana aumentó en 2.2 %, y la población ocupada creció al 3.8% de promedio anual, es decir, un punto más que la población total. En consecuencia, la oferta potencial o población en edad de trabajar se incrementó, de 6,1 millones de personas a 7,6 millones de personas, entre los años 2000 y 2007, que representa el 74.0% y 76.81%, respectivamente, de la población total. Por su parte, la población económicamente activa (PEA) se acrecentó en 1,1 millones de personas, pasando de 3,8 millones a 4,9 millones, en el mismo período, lo cual representa el 46.2% y el 49.8% de la población total en el 2000 y el 2007, respectivamente. 18
  • 24. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social Cuadro 7. Condición de actividad: Fuente. Instituto Nacional de Estadísticas. El año 2007, aproximadamente 4,6 millones de personas estaban ocupadas en el conjunto de los sectores productivos de la economía; 2,6 millones en el sector urbano, y 2 millones en el sector rural. Respecto a la distribución por sexo, se tiene 2,5 millones de varones y 2,1 millones, mujeres. A nivel mundial, Bolivia tiene una de las más altas cifras respecto a la relación empleo-población con edad de trabajar, el año 2007 Bolivia alcanzó la cifra de 70,4%. En Latinoamérica y Caribe este indicador no superaba el 60% y la media mundial era de 62%. Esto significa que, en Bolivia, el porcentaje de la población económicamente inactiva con relación a la población en edad de trabajar, es baja respecto a los países de nuestro entorno. Sin embargo, hay diferencias por edad y sexo, por ejemplo la tasa global de participación de los jóvenes (15-24 años) es menor en un 53,8%, con relación a la tasa de adultos (25-54 años) que presenta el 88%. También hay mayor participación de varones (74,19%) que de mujeres (56.16%). Esto señala que hay fuentes desperdiciadas de potencial productivo en la economía. Asimismo, el hecho de que la tasa global de participación de las mujeres sea menor, para todas las franjas de edad, muestra que la inactividad femenina es una de las fuentes principales de subutilización laboral. Las proyecciones 2010, elaboradas por el INE, calculan que la población total se incrementará, a 10.4 millones de personas, y en el año 2020, a 12,3 millones. En base a estos datos se deduce que la población en edad de trabajar, aumentará a 8,0 millones en el 2010 y a 9,5 millones, en el 2020. Asimismo, el año 2010, serán 5,1 millones las personas en busca de empleo, o trabajan. Y en el 2020, serán 6,1 millones, las personas que constituyen la población económicamente activa (PEA). En el 2007, la tasa de desempleo abierto representó el 5.18% de la población económicamente activa, habiendo alcanzado sus mayores niveles en los años 2002 y el 2005 (5.48% y 5.45% respectivamente). Estas cifras están por debajo del promedio mundial y latinoamericano (9.2% y 7.07%, respectivamente). Estimaciones de la OIT para el 2007 (población mayor o igual a 15 años), Indicadores Clave del Mercado de Trabajo 2008. 19
  • 25. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social En el área urbana, el desempleo representa un 7.65% de la población económicamente activa, en tanto que en el área rural constituye el 1.6%. Por otra parte, el desempleo es mayor en mujeres que en varones (5.95% contra 4.53%) El desempleo de varones jóvenes (15-24 años) es 2.2 veces superior respecto a la población adulta, y 2.3 veces para mujeres jóvenes. Este indicador confirma las dificultades que tienen los jóvenes para conseguir trabajo. En Bolivia, el desempleo abierto refleja fundamentalmente un desempleo estructural, que puede explicarse como una falla en el mercado de trabajo en la creación de oportunidades sostenibles de generación de ingresos. La ausencia de redes formales de protección social, y de seguro al desempleo, hace que la alternativa al desempleo abierto sea el subempleo, es decir, empleo precario en actividades de baja productividad. De acuerdo a un estudio preliminar de la Unidad de Análisis de Políticas Económicas (UDAPE), la tasa de subempleo, entendida como empleo inadecuado o improductivo caracterizado por jornadas cortas y/o la percepción de sueldos bajos, representaba 21.5% de la población económicamente activa, en el 2007. Esta tasa está compuesta por el subempleo visible, y el subempleo invisible, que representaron el 5.9% y 15.6%, en el 2007. La tasa de subempleo total en el año 2.000 en mujeres (33.3%) era un tercio superior a la de los varones (22.5%), situación que empeoró el 2007 (31,0%) doblando la cifra de los varones (14,2). Estos porcentajes demuestran que mientras la tasa de desempleo en mujeres se mantiene constante, la tasa de los varones, contrariamente, tiene una reducción importante. Si se analizan las condiciones laborales en Bolivia, se observa que el empleo está influenciado por la creciente migración del campo a la ciudad, y el incremento de la informalidad, que debilita aún más las condiciones laborales. En Bolivia un trabajador promedio trabaja 44,36 horas por semana y recibe un salario de Bs 1057.26. El trabajo en Bolivia está ligado a muchas horas, sólo un 12% trabaja a tiempo parcial (menos de 20 horas), la mayoría tiene la necesidad de trabajar 40 horas o más (65.7 % de los trabajadores están en esta categoría). Sin embargo, esta cifra es relativa comparada con otros países. Este porcentaje está por debajo del promedio latinoamericano que alcanza el 71.5% y que refleja las elevadas cifras de subempleo que persisten en el país. El 2007, la mayor parte de la fuerza de trabajo (36.9%) estaba empleada en trabajos con salario; asimismo, el 32.4% eran trabajadores por cuenta propia, 0,2%, cooperativistas, y un gran porcentaje (25.9%) de trabajadores familiares auxiliares. Relativamente, más mujeres son trabajadores familiares auxiliares mientras que relativamente más hombres son asalariados y trabajadores por cuenta propia. OIT Indicadores claves del mercado de trabajo 5ta. edición 2008. Denominado también subempleo por horas; se refiere a los ocupados que trabajan menos de 40 horas y deseaban trabajar horas adicionales, pero no pudieron por problemas de mercado (no consigue otro trabajo, falta de clientes, financiamiento y falta de insumos, materia prima o maquinaria). Denominado también subempleo por ingreso, se refiere a los “empleados invisibles”, que percibían un ingreso menor al costo de una canasta básica alimentaria, dividida entre el número de perceptores del hogar. MECOVI, 2007. 20
  • 26. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social El gran porcentaje de trabajadores de cuenta propia y trabajadores familiares auxiliares muestra, por un lado, importante economía informal, y por otra, indicios de déficit de trabajo digno, con las implicaciones negativas como la falta de protección social, seguro de salud y pensiones, inseguridad laboral, largas o insuficientes horas. Por eso la economía informal está ligada a la pobreza. La fragilidad del empleo en Bolivia se refleja en las condiciones laborales La mayoría de los ocupados (77.2%) no tiene acceso a un seguro de salud (público o privado), 87.7% no contribuye a un fondo de pensiones, por tanto no tendrá renta de jubilación. Por otra parte, la mayoría de los trabajadores no se respalda con un contrato firmado (78.5%). El 58.8% de los trabajadores se puede calificar como pobres. De éstos, los trabajadores por cuenta propia y los trabajadores familiares están en mayor proporción pobreza, representando el 65% y 84%, respectivamente. Muchas de las personas en situación de pobreza trabajan mucho, y durante largas jornadas, pero de forma improductiva. Asimismo, la pobreza se concentra en los trabajadores de micro y pequeñas empresas (64%). Si consideramos la situación combinada de trabajadores por cuenta propia y trabajadores familiares sin remuneración, asociada a la condición de pobreza, éste grupo social representa el 43.63% considerado como el más vulnerable. Asimismo, las remuneraciones laborales se caracterizan por la inequidad Las mujeres perciben sólo el 52% del ingreso laboral masculino, los indígenas perciben el 45% del salario de los no indígenas, los trabajadores de las microempresas perciben sólo el 15% de los que ganan quienes trabajan en las grandes empresas. Los trabajadores rurales perciben un tercio de la remuneración de los trabajadores urbanos, y los trabajadores sin estudios perciben sólo un poco más de la décima parte de lo que ganan quienes tienen educación superior. La mayoría de la fuerza de trabajo boliviana, en el año 2007, estaba empleada en servicios (43.2%), seguida por el sector de agricultura (39.1%). Las mujeres tienen mayor probabilidad que los varones de trabajar en servicios (52,4%) mientras que el sector de agricultura (42.3%) e industria (24.5%) emplea a más del 64% de la fuerza laboral masculina. El sector de producción de servicios puede ofrecer numerosas oportunidades de empleo, pero no todos sus puestos de trabajo son necesariamente dignos o productivos. El empleo en servicios incluye desde trabajos bien pagados, y con buenas condiciones para personas con altas calificaciones, hasta actividades comerciales de subsistencia en las calles. Los trabajadores urbanos trabajan 47,64 horas por semana y reciben un salario promedio de Bs. 1470,49, el 38.3% gana menos que la canasta mínima vital. Por otra parte, el 69.3% de los ocupados no tiene acceso a un seguro de salud (público o privado), 79.8% no contribuye a un fondo de pensiones. El 57.4% de los ocupados tiene trabajo informal, 31,8% trabaja por cuenta propia, 55.5% representa a los trabajadores asalariados, 21.8% trabaja en el sector comercio y 15.8% en la manufactura. MECOVI, 2007. MECOVI, 2007. 21
  • 27. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social Gráfico 4. Perfil de un(a) trabajador(a) en el mercado de trabajo urbano, año 2007. Fuente: Elaboración en base a MECOVI 2007 En promedio, la productividad de la mano de obra sectorial en Bolivia está entre las más bajas de Latinoamérica. La mano de obra más productiva la tiene el sector de extracción de minas e hidrocarburos, seguido del sector de electricidad, gas y agua y finalmente el de intermediación financiera. La industria manufacturera tiene muy baja productividad, preocupante, considerando su importancia en el crecimiento. Así, en Bolivia, los sectores con más bajos niveles de productividad son precisamente aquellos que más concentran el empleo. Cuadro 8. Productividad por actividad económica (En miles de bolivianos, año 1990) OIT, 2007. 22
  • 28. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social En general, la productividad está relacionada con el tamaño de una empresa, es decir, las grandes empresas son generalmente más productivas que las pequeñas, aunque éstas últimas generan mayores empleos. La productividad laboral de las empresas grandes es 25 veces respecto de las microempresas. La baja productividad se explica en parte por los escasos niveles de capacitación, poco acceso a información y tecnología, e inadecuados sistemas de administración y contabilidad, todo ello reduce la escala de producción. Un reciente estudio identifica dos factores que no incentivan el crecimiento de las empresas en Bolivia : (1) el mal clima empresarial que dificulta la inversión y la creación de empleo, (2) las restricciones a la acumulación de capital humano. Por otra parte, la baja productividad de los sectores y de las empresas ha impedido un crecimiento sostenido de empleos, de salarios y, en general, del nivel de vida de la población boliviana. Esto refleja que el nivel de vida, del promedio de los bolivianos, es casi igual al que se tenía en 1950. Un crecimiento económico con empleos de calidad y sostenibles, traducido también en mejores salarios, y en general, en el nivel de vida, no será posible si no se asegura, al mismo tiempo, el incremento de la productividad, incluyendo la mano de obra. El crecimiento económico, salvo en el sector de servicios, no se traduce en un crecimiento sustancial de los empleos. La elasticidad del empleo respecto al PIB total, es cercana al 1%, lo cual significa que el incremento de un punto porcentual, en la producción económica, está asociado con el crecimiento de un empleo similar (0,99; 1,09; 0,95 que corresponde a los períodos 1993-1997,1997-2001 y 2001-2005, respectivamente). Si se analizan las cifras de empleo sectorial, en el período 2001 al 2005, el incremento de 1 punto porcentual en el valor agregado de la agricultura resultó en ganancia de 0,9 en el empleo del sector; un punto porcentual en crecimiento de valor agregado industrial significó el 0,8 en nivel de empleo de la industria; y 1 punto porcentual en el valor agregado de los servicios, contribuyó a un crecimiento de 2,1 en empleo de servicios. Informalidad Con relación a los trabajadores informales, se puede destacar que el 71% de las personas ocupadas trabaja en este sector. En Bolivia, el típico trabajador informal trabaja sólo dos horas menos que el promedio de los ocupados, pero recibe menos de dos tercios de ese salario. El sector informal ha sido el refugio de los desempleados, sin embargo, sólo aumenta la pobreza por la creciente competencia y la disminución de los pocos ingresos distribuidos entre muchas personas. El trabajo en el sector informal se concentra, fundamentalmente, en el comercio (17.1%) mientras que la industria absorbe al 10% de los trabajadores. Otro aspecto importante es lo vulnerable que es el empleo en este sector, pues el 99% de los trabajadores informales no aporta para acceder a una renta de jubilación, y el 87,5% de los informales no se beneficia con algún seguro de salud. Arias, 2006. Banco Mundial, 2006:204. MECOVI 2007. 23
  • 29. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social Gráfico 5. Perfil del 71% de la población ocupada en el sector informal, año 2007. Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta de Hogares INE 2007 El sector informal en Bolivia es uno de los más grandes de América Latina. Un estudio del CEDLA señala que cerca del 80% de los empleados urbanos y rurales está en el sector informal. El promedio en América Latina está por debajo del 60%. Esta situación se explica por muchos factores que incluyen las barreras regulatorias. Por ejemplo, para constituir una empresa los requisitos son elevados, por encima del 140% del promedio anual de ingresos. El sector informal se caracteriza por su poca productividad, con consecuencias negativas para el crecimiento total nacional. Las microempresas informales generan el 83% del empleo total, pero sólo el 25% del PIB. El sector informal se caracteriza por un conjunto de elementos: a) Atrae a toda clase de trabajadores b) Los ingresos laborales son altamente heterogéneos c) Mientras que 3/4 de la población sin educación, es informal, sólo un tercio de la población con educación superior pertenece al sector informal d) Las mujeres e indígenas están fuertemente representadas en este sector e) Los jóvenes suelen entrar al mercado laboral a través del sector informal f) La informalidad alcanza a la mitad del total de personas que trabaja en la manufactura y la construcción, y casi a la mayoría del comercio y del transporte. Entre los principales motivos para que la gente se dedique al sector informal se tienen: no pudo encontrar un trabajo asalariado (25%) y sí tuvo la oportunidad de establecer un negocio independiente (25%). Si consideramos los otros motivos como “tradiciones familiares”, la “flexibilidad del horario” y los beneficios de no tener jefe (que juntos suman 42%), como atributos positivos, se puede concluir que hasta un 67% de los trabajadores informales considera bueno tener un emprendimiento de este tipo, en lugar de trabajar como asalariado. Unidad de Análisis de Políticas Sociales y Económicas (UDAPE), 2003. “Estrategia Boliviana de Reducción de la Pobreza: Informe de Avance y Perspectivas”. Banco Mundial. Hacia empresas más formales y productivas. Políticas contra la informalidad. 2007. 24
  • 30. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social Pese a todas las razones positivas, asociadas a tener un empleo por cuenta propia, no cabe duda que gran parte de estos emprendimientos en el sector informal es altamente vulnerable. El siguiente gráfico resume las características más importantes de una empresa informal promedio. En general, estas características reflejan que un significativo número de empresas informales en Bolivia están “en espera” de mejores oportunidades laborales. Gráfico 6. La vulnerabilidad de las empresas informales: Fuente: Elaboración propia en base a Encuesta de Hogares, INE 2006 ANÁLISIS DE SECTORES QUE GENERAN EMPLEO EN BOLIVIA. La situación de la industria manufacturera en Bolivia La industria manufacturera, 18% de la población ocupada urbana, es la actividad económica con mayor participación en el Producto Interno Bruto (PIB) del país. En la década de los 90 participó, en promedio, con el 17% del PIB. Sin embargo, en comparación con otros países sudamericanos, Bolivia presenta la tasa más baja de participación de la industria respecto al PIB. Entre el año 2000 y el 2005, el valor agregado bruto de la manufactura creció anualmente al 3.5% Esta tasa es superior a la tasa de crecimiento mundial (2.6%) y a la de Latinoamérica y Caribe (1.9%). En términos per cápita, el valor agregado bruto creció a una tasa anual del 1.2%, pasando de US$ 133.7 a US$142 (en valor del año 2000), sin embargo estos montos son los más bajos de Sudamérica. El nivel de desarrollo tecnológico de la producción manufacturera en Bolivia es bajo, casi el 80% de su valor agregado se basa en el uso intensivo de recursos naturales y poca tecnología. Los niveles técnicos están inclusive por debajo del promedio de los países en desarrollo; en cinco años, el nivel apenas se incrementó en un 2% debido a la mayor participación, en valor agregado, de la refinación de petróleo y la manufactura de productos minerales no metálicos. UDAPE. Sector Industrial Manufacturero 1990 2004. Entre 1990 y 2007 la participación en el PIB no cambio significativamente, este último año alcanzó al 17,28% del PIB. 25
  • 31. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social Cuadro 9. Comparación del nivel tecnológico de Bolivia con otros países. Dentro la industria manufacturera, la mayor participación, en términos de valor agregado, la tiene el rubro de alimentos, seguido de productos refinados de petróleo y tabaco. Las mayores tasas de crecimiento fueron en los rubros de bebidas y tabaco, y productos no metálicos, disminuyendo la participación de los textiles, prendas de vestir y productos del cuero, así como de otras industrias. Dentro de los rubros que produce Bolivia, sólo la manufactura de productos no ferrosos tiene alto crecimiento a nivel mundial (tasa mayor a 10%), los restantes sectores participan en sectores con tasas de crecimiento moderadas o bajas. Por otra parte, la población ocupada del sector representa el 10,8% del total de la población trabajadora. Entre el 2000 y 2008, el empleo en la industria manufacturera se incrementó ligeramente (4.4% anual) respecto a la tasa total de empleo (3.5%). Esto permitió que la participación del empleo en manufacturas se incremente también en 0.7%, sin embargo, pese a este crecimiento, la participación del empleo manufacturero, en el total del empleo, se mantiene por debajo del promedio latinoamericano. Cuadro 10. Industria Manufacturera: participación en el Producto Interno Bruto a precios constantes (En porcentajes) Fuente: Elaboración propia en base al datos INE De acuerdo a la Encuesta de la Industria Manufacturera, efectuada por el INE para el año 2001, las industrias con mayor participación en el empleo de la industria son las de alimentos, textiles y otras, con 24%, 18%, y 17 %, respectivamente. Por sub-rubro, las industrias que más participan en la generación del empleo son seis: confecciones (8%), bebidas no alcohólicas (6,8%), productos cárnicos (5%), textiles (4.7%), aceites y grasas de origen vegetal (4.5%) y plásticos (4%). Entre los años 1995 y 2001, la estructura del empleo no presenta grandes modificaciones, la variación por rubros no supera el 3%. Los rubros que incrementaron su participación en el empleo son: alimentos, bebidas y tabaco, textiles y petróleo. Entretanto disminuyó la participación de las manufacturas de productos no metálicos, madera y otras. Donde más se registró empleo fue en la manufactura de productos de madera y productos no metálicos, en tanto que se incrementaron los empleos en refinación de petróleo y producción de alimentos. Dentro de los textiles, salvo el rubro de confecciones, el empleo disminuyó en hilado, tejido y acabado de telas, tejido de punto, curtido y cuero procesado. UDAPE. Sector Industrial Manufacturero 1990 2004. 26
  • 32. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social En consecuencia, el empleo aumentó principalmente en las industrias poco intensivas de tecnología (alimentos, tabaco y bebidas), en tanto que disminuyó en las industrias más sofisticadas tecnológicamente, salvo en refinación de productos derivados del petróleo. Alrededor de 1500 establecimientos legales conforman el sector manufacturero, la mayoría (cerca del 80%), se ubica en el eje (La Paz, Cochabamba y Santa Cruz). Más del 60% de los establecimientos emplea entre 5 a 14 empleados y se dedica a la fabricación de muebles (8%), impresión (7%), productos de panadería (6%), fabricación de productos de plástico (5%), y fabricación de prendas de vestir (4%). Evolución del sector El sector industrial manufacturero, en la década de los 90 creció a una tasa promedio anual de 3.8%, en contraste con la tasa de los 80, que fue negativa (-2.1%). Entre los factores que han influido en este comportamiento, se pueden citar las variaciones en términos de intercambio, firma de acuerdos comerciales y otros en el marco de los Sistemas Generalizados de Preferencia, e impacto de shocks externos (variaciones en las tasas de interés a nivel mundial, devaluaciones, etc.). Cuadro 11. Industria manufacturera: Crecimiento en el Producto Interno Bruto a precios constantes (En porcentajes) Fuente: INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA Exportaciones Las exportaciones de manufacturas representan el 23,6% del total de las exportaciones. Este porcentaje tiene tendencia a disminuir debido a la creciente importancia de las exportaciones de gas. En el 2008 el valor de las exportaciones de la manufactura alcanzó a 1.616,74 millones de dólares estadounidenses, importe superior en 23,38% al registrado en el 2007, cuando llegó a 1310,36 millones de dólares. Los principales productos de exportación de la Industria Manufacturera, fueron: Soya y Productos de Soya, Productos Alimenticios y Estaño Metálico; estos tres productos explicaron 53,76% de las exportaciones de esta actividad. Cuadro 12. Comportamiento y participación de las exportaciones de la industria manufacturera 2007-2008 Fuente: INSTITUTO NACIONAL DE ESTADÍSTICA (p): Preliminar UDAPE. Sector Industrial Manufacturero,1990, 2004. INE. Actualidad Estadística, diciembre 2008. 27
  • 33. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social Entre 2000 y 2007, las exportaciones de la manufactura se incrementaron debido a la variación positiva en las exportaciones de productos alimenticios de un 48,72%; Estaño metálico 33.67%, y soya y productos de soya en 19.34%. En cambio, los productos que incidieron negativamente fueron: Joyería 5.57% y maderas y manufacturas de madera 2,46%. Las exportaciones bolivianas se caracterizan por su bajo nivel de complejidad tecnológica. Sin embargo, en los últimos años se observa que la sofisticación tecnológica de las exportaciones ha aumentado, debido principalmente al incremento de exportaciones de productos de mediana tecnología (estaño antimonio metálico, textiles y productos de refinación de hidrocarburos). En términos reales (valores de 2000) las exportaciones de mediana tecnología han sido más dinámicas, con las mayores tasas de crecimiento, mientras que las de baja tecnología o intensivas en recursos naturales, estuvieron por debajo del promedio. Sin embargo, dentro de los grupos hay importantes diferencias: en mediana tecnología; creció rápidamente la exportación de metales no ferrosos; en baja tecnología, los productos de calzado y textiles, crecieron a elevadas tasas por encima del 10%. Por otro lado, se registran importantes caídas en la exportación de productos de baja tecnología; fabricación de muebles y joyería. A pesar de las altas tasas de crecimiento en la exportación de algunos rubros, las tasas de Bolivia siguen por debajo del promedio mundial y de Latinoamérica. Utilización de materias primas. Al año 2001, la industria manufacturera se abastecía con un 76% de insumos nacionales y 24% de insumos extranjeros. Las actividades que más utilizan insumos nacionales son: madera y productos de madera y muebles (100%), sustancias químicas (80%), producción de alimentos, bebidas y tabaco (81%), procesamiento y conservación de productos cárnicos (98%), productos lácteos (93%), elaboración de aceites vegetales (79%), productos de refinación de petróleo (79%) y productos de molino (58%). Por su parte, los rubros industriales que más utilizan materias primas e insumos importados son: fabricación de productos metálicos (74%), papel, imprenta y editoriales (69%), elaboración y conservación de pescado y productos de pescado (100%), productos de tabaco (77%), elaboración de bebidas no alcohólicas (55%) y elaboración de productos de molino (42%). En general las manufacturas bolivianas presentan un nivel de articulación intersectorial elevado (los insumos provienen de sectores como la agricultura, pecuaria, hidrocarburos, minería, forestal, entre otros) y mantienen una fuerte relación con los sectores agropecuario, transporte (especialmente el carretero) y comercio. Estos sectores aportan con los insumos y prestan los servicios de traslado, comercialización y distribución de los productos. La cantidad, calidad y disponibilidad de estos servicios, incide en el proceso de producción de la industria, y afecta directamente a la estructura de costo y consecuentemente al precio final de los productos. UDAPE. Sector Industrial Manufacturero 1990 2004. UDAPE. Sector Industrial Manufacturero 1990 2004. 28
  • 34. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social Condiciones de trabajo En el 2007, la mayor parte de la fuerza de trabajo en la industria manufacturera (47.6%), era asalariada, Este porcentaje es mayor en hombres (59.6%) que en mujeres (26.2%). Por otra parte, 30.8% eran trabajadores por cuenta propia, 1.5% de empleados con remuneración 7,7% empleados sin remuneración, y un buen porcentaje (13,9) eran trabajadores familiares auxiliares, sin remuneración. La mayoría de la fuerza de trabajo empleada en manufactura corresponde a hombres (64.1%) en desmedro de las mujeres (35.9%). Otra diferencia entre trabajadores hombres y mujeres es que, relativamente más mujeres están en los sectores de trabajadores familiares auxiliares sin remuneración y trabajadores por cuenta propia, mientras que, comparativamente, más varones son asalariados y empleadores, con y sin remuneración. El gran porcentaje de trabajadores de cuenta propia y familiares señala la presencia de una importante cantidad de industrias en el sector informal. En el 2007 el 65.1% de los trabajadores de la manufactura estaba empleado en estas categorías, siendo más elevado en mujeres (82.4%) que en hombres (54.5%). Debilidades y potencialidades Entre las principales variables que afectan a la competitividad de este sector se tienen: 1)la baja capacidad utilizada; 2)bajo nivel de crecimiento de las nuevas inversiones; 3)alto nivel de contrabando; 4)mano de obra poco calificada; 5)difícil acceso al crédito y altas tasas de interés activas 6)baja búsqueda y captura de nuevos mercados y productos; 7)infraestructura escasa y en mal estado; y, 8)el alto costo de los servicios. · La capacidad utilizada del sector industrial manufacturero es de aproximadamente el 56%. Esta alta capacidad ociosa indica que Bolivia podría producir más sin la necesidad de invertir más en activos fijos, es decir ya cuenta con la capacidad instalada y le faltaría encontrar mercado para sus productos. · El problema de la escasa inversión, limita las posibilidades de crecimiento del sector, en el mediano y largo plazo, reflejando una baja capacidad de innovación. Asimismo, la baja inversión está directamente relacionada con las altas tasas de interés activas, las elevadas exigencias de colateral, y la aversión al riesgo. · El problema del alto nivel de contrabando, limita el crecimiento del sector a corto plazo, porque genera una competencia desleal (por no pagar impuestos), disminuye las ventas de los productos nacionales del sector y como consecuencia sus ingresos económicos. La percepción de que los productos importados son una fuerte competencia, indica que una porción considerable de la producción de la industria manufacturera, está orientada a sustituir bienes importados, pero en clara desventaja con aquellos. · Una debilidad generalizada en el sector manufacturero es el bajo grado de desarrollo de gestión empresarial y mano de obra no calificada. La insuficiente capacitación del personal genera escasa flexibilidad para generar cambios en la industria. · El hecho de que los empresarios deban enfrentarse a tasas de interés activas altas y elevados niveles de colateral, dificulta el acceso a créditos, factor que contribuye para que no puedan disminuir su capacidad ociosa. Es importante que la capacidad de acceso al crédito sea en función de la rentabilidad del negocio y no de las garantías reales. · Asimismo, aún se tienen altos costos de producción, por diversas razones, que van desde los insumos, los servicios, la infraestructura y falta de información acerca de los mercados. UDAPE. Sector Industrial Manufacturero 1990 2004. 29
  • 35. Plan Sectorial de Desarrollo Productivo con Empleo Digno Ministerio de Desarrollo Productivo y Economía Plural – Ministerio de Trabajo, Empleo y Previsión Social Por otra parte, para la industria manufacturera, la producción y exportación de productos no tradicionales puede convertirse en una potencialidad de la diversificación del mercado pues ha mostrado orientación exportadora en varios rubros (derivados de la soya, maderas, azúcar). Las tasas de crecimiento de estos productos pertenecen al grupo de las más altas en los últimos años. También se tienen rubros (como el de confecciones y textiles) que constituyen un enorme potencial para los inversionistas, ya sea por la experiencia en el área de confecciones y textiles, por la mano de obra barata y porque Bolivia es un país productor de algodón e hilados de algodón, aún no bien explotados, incluyendo a los textiles e insumos como los hilados de algodón, pelos y lanas de camélidos. En este contexto, el desafío es elevar el nivel de productividad y competitividad de la producción nacional, y abrir nuevos mercados, o explotar adecuadamente los ya existentes. Las áreas con mayores potencialidades de crecimiento, son las de textiles y confecciones, hilados, aceites, azúcar, madera y joyería. Ello debido a su captura de mercados a nivel interno y externo, a la posibilidad de expandir aún más la producción, a la experiencia en el proceso productivo de textiles y confecciones, y al acceso de insumos nacionales como soya, caña de azúcar, metales y piedras semipreciosas-. Contexto empresarial Las empresas en Bolivia se enfrentan a varias debilidades estructurales que tienen su raíz en la falta de eficiencia de la administración pública y del aparato judicial. Las dificultades que la burocracia boliviana crea para los emprendedores, estadísticamente se ubica por encima de los costos (promedio de 174 por ciento del PNB anual per cápita) y del tiempo que lleva crear una empresa (59 días, 15 procedimientos diferentes). Esto hace que muchas pequeñas empresas permanezcan en el sector informal, sin pagar tributos y sin ofrecer condiciones de trabajo dignas a sus empleados. De la misma manera, el promedio de gastos (5.1 % del valor inmobiliario) y el consumo de tiempo para el registro de propiedad privada (92 días) siguen siendo elevados. En las investigaciones internacionales, Bolivia ocupa una posición muy baja en cuanto a los parámetros relacionados con el cumplimiento de contratos. El proceso desde la presentación de una queja hasta la resolución de un caso, incluye hasta 47 procedimientos diferentes. Muchos conflictos acaban ante el sistema judicial, caracterizado por su ineficiencia. Hace unos años se estableció un centro de conciliación y de arbitraje comercial, que se hace cargo de casos contenciosos entre empresas privadas, pero su ámbito de acción sigue siendo limitado. Por último, la relativamente débil protección legislativa hacia los inversores representa otro problema. La legislación sobre transparencia, y la información disponible sobre empresas, sigue siendo limitada en Bolivia, pese a que, la creación de una bolsa de valores y un registro de acciones, contribuyó a mejorar la situación. La situación de micro y pequeñas empresas (MYPES) La ampliación del campo empresarial, como consecuencia de los procesos de privatización, ha estructurado un segmento de empresas de alta complejidad tecnológica y organizativa, participación de capital transnacional, dotación de altos niveles de inversión por puesto de trabajo, y escasa vinculación con el resto de la economía. En contrapartida, se ha desarrollado en el período del “Orden Neoliberal”, una multiplicidad enorme de establecimientos, de muy pequeña escala, cuya característica es el esfuerzo familiar con reducidos niveles de trabajo asalariado. Asimismo, sus bajos niveles de inversión de capital, además de la acumulación de fuertes rezagos de organización, tecnología, y una débil inserción en los mercados. 30