Este documento discute cómo la mente juega un papel fundamental en nuestros actos y cómo es un lugar de revelación de Dios. Explica que nuestros pensamientos conducen a nuestras acciones y que debemos permitir que el Espíritu Santo controle nuestra mente para que sólo permita pensamientos autorizados. También enfatiza la importancia de enfocarse en cosas positivas como la confianza en Dios y meditar en su palabra para dominar malos pensamientos.