Este documento define un avivamiento como Dios trayendo vida a la iglesia a través de su Espíritu Santo. Explica que el avivamiento comienza con el arrepentimiento personal y de los líderes, lo que lleva a la libertad del pecado y la unidad de la iglesia. Finalmente, destaca que el verdadero arrepentimiento trae libertad, gratitud, adoración y amor a la iglesia.